Imágenes de páginas
PDF
EPUB

El rey ó emir almoravide Ebn Sad gobernaba en la parte oriental de España. Pasaba lo mas del tiempo en Valencia y desde allí recorria sus estados y las ciudades de su señorío, que eran todas las de la costa del mar Mediterráneo, desde Tarragona hasta Cartagena, apellidada por los árabes El Halfah. Los almohades por un lado y la rebeldía de algunos de sus gobernadores por otro, pusieron á Ebn Sad en grave aprieto. Parece que entonces abandonó Valencia y se retiró á Tarragona. Así se desprende de la narracion bastante confusa y demasiado circunscrita de las historias árabes. El hijo de Ebn Sad, llamado Abu El Hedjaj, fué enviado con numerosas tropas contra Valencia, que se habia levantado en favor de los almohades, y púsola cerco por mar y tierra. Ocupado estaba en ello, cuando recibió un mensaje de su padre, ordenándole que fuera á socorrerle en Tarragona, donde le estaban acosando los cristianos. Acude Abu El Hedjaj por tierra, al frente de un escogido y numeroso cuerpo de caballería, y acude por mar el almirante Aly Ben Kassem. Entre Tortosa y Tarragona tuvieron lugar varios encuentros con suerte favorable unas veces á los moros y otras á los nuestros; pero el caudillo Aly Ben Kassem venció en el mar á los cristianos en horrible combate, tomó algunas naves y les quemó muchas con estraordinaria matanza de jentes. Sin embargo de esto, se desprende claramente de las relaciones árabes que Tarragona sucumbió, cayendo en poder de los soldados de Cristo.

Pero, ¿quién fué el héroe de los nuestros que llevó á cabo esta empresa? Se ignora. Ya he dicho que ni una palabra consagran á estos acontecimientos las crónicas catalanas y aragonesas. Para ellas Tarragona no volvió á ver tremolar en sus torres las muslímicas enseñas desde que fué dada á San Olegario. Y no obstante, aparece claro y patente este recobro de Tarragona por los cristianos en 1171, como tambien hay indicios para sospechar que fué nuevamente reconquistada por los moros en 1174 ( 1

De todos modos, si Tarragona cayó en poder de los moros antes del 1171, debió ser por muy corto tiempo, y hemos de aceptar el dato que nos dan sus mismos historiadores de haber sido reconquistada en dicho año por los cristianos.

Tarragona y su campo proseguian siendo posesion del arzobispado. Ya sabemos que San Olaguer ú Olegario habia dado en feudo y

(1) Conde, cap. XLIX.

con el título de príncipe dicha ciudad á Roberto Aguiló, llamado tambien Burdet. Este y sus capitanes, y luego sus sucesores, fueron estendiendo sus conquistas, y bien pudieron ser ellos los que perdieran y luego recobraran la ciudad.

Estas conquistas de aquellos bravos defensores y mantenedores de la patria independencia se habian ido paulatinamente estendiendo por todo lo que despues se llamó campo de Tarragona. La bellísima y pintoresca vega, jardin de Cataluña, que hoy se ve al pié de los velustos paredones de la capital romana, consistia en aquellos tiempos en una série de bosques de seculares encinas, por entre los cuales discurrian el ciervo y el jabalí. Teatro de sangrientas batallas fueron estas selvas, de las que paso a paso se iban apoderando á los cristianos, quienes comenzaron á poblar el sitio pintoresco en que hoy se alza la esforzada Reus y los terrenos y lugares vecinos como Riudomps, Salou, Cambrils, Vilavert, Albiol y Constantí.

Origen de Reus

y lugares vecinos.

Contiendas entre

vel arzobispo

Surgieron en esto graves desavenencias con motivo de la posesion de Tarragona, las cuales acabaron por dar un funestísimo re-el principe sultado. A San Olegario habia sucedido el arzobispo Bernardo Tort. de Tarragona. Este halló medio de que Roberto Aguiló le hiciera cesion del derecho que tenia en Tarragona y renunciara el principado. Todo induce à creer que esta cesion le fué arrancada á la fuerza á Roberto, ya porque se hallase ó creyese hallarse en los últimos momentos de su vida, ya porque fuese amenazado. De todos modos, se suscitaron muchas y gravísimas contiendas entre el arzobispo Bernardo y el príncipe Roberto sobre nulidad de la renuncia hecha por éste; contiendas y altercados que luego se renovaron entre el arzobispo Hugo de Cervelló, sucesor de Bernardo Tort, y la viuda y los hijos de Roberto. La familia de Aguiló ó Burdet, convencida de que por via judi- Media el rey. cial nada conseguiria, trató de alcanzarlo por vias de hecho, para que, valiéndose de sus deudos y amigos, que eran muchos y poderosos, y en especial de Guillermo de Claramunt, uno de los principales señores de la época, puso gente en campaña y se apoderó del castillo de Constantí, exigiendo de los habitantes de los contornos los tributos y gabelas que debian satisfacer al arzobispo. Viéndose éste imposibilitado para defenderse contra gente tan poderosa, acudió al rey Alfonso, quien envió un severo mensaje á Guillermo de Aguiló, hijo mayor de Roberto, disponiendo que tanto él como el arzobispo fueran á encontrarle en Tortosa, donde se hallaba, á fin de alegar sus derechos. Acudieron en efecto, y Alfonso se declaró en

lo

TOM. 11.

4

Asesinato

del arzobispo Hugo

de Cervelló

Fundacion.

de Ternel.

favor del arzobispo, mandando que los hijos de Roberto le reintegrasen de todos los perjuicios ocasionados.

La cólera de la familia Aguiló llegó á su colmo con esta sentencia, enconáronse mas los ánimos, encendióse el ódio, y el 22 de abril de 1171 el arzobispo Hugo moria asesinado á puñaladas por Guillen Aguiló, el hijo de Roberto, à quien parece que ausiliaron sus hermanos. Grave escándalo movió este crímen, envió el papa legados al rey de Aragon, excomunicóse á los matadores y se procedió contra ellos tomándoles sus bienes; pero, sin embargo, debe observarse que el Guillen Aguiló, causador de todo, se quedó con la tercera parte de la villa de Valls y su tierra, lo cual hace creer que se trató de componer y arreglar el negocio, y hasta se continuó llamando Guillen de Tarragona. Por lo que toca á esta ciudad, desde entonces quedó dividida la jurisdiccion temporal entre el rey de Aragon y el arzobispo, habiendo conseguido éste que en 1173 se le confirmara la donacion que Ramon Berenguer hiciera á San Olegario (1). Concluyó gloriosamente el año 1171 adelantando los aragoneses su frontera hasta las márgenes mismas del Guadalaviar, con amenaza ya á las ricas llanuras de Valencia. Aquel sitio y aquella frontera se llamaron Teruel. Así nació la famosa ciudad de mas tarde. Con la sangre de sus bravos defensores fueron amasados sus cimientos: empuñando à un tiempo el azadon y la espada, los primeros pobladores levantaron y defendieron sus viviendas, haciéndose dignos de sus franquicias y libertades. Dice Zurita que la naciente villa fué dada entonces en feudo à Berenguer de Entenza, pero no hallo que hablen de ello las memorias de Teruel escritas por Cuadrado.

(1) Archiespiscopologio de Blanch.

Zurita, lib. II, cap. XXXI. Hernandez: Tarragona árabe (Inédita). — Andrés de Bofarull : Anales históricos de Reus y Guia de Reus.

CAPITULO IV.

EMPRESA CONTRA VALENCIA.

GUERRA CON NAVARRA.

UNION DEL ROSELLON AL REINO DE ARAGON.

ASUNTOS DE PROVENZA.

( De 1172 á 1174 ).

á Valencia.

1172.

Con la fortificada Teruel, cuerpo avanzado que debia mantener Espedicion en contínua alarma á los moros valencianos, halló el rey la puerta abierta para introducirse en este reino. Ideó una espedicion hasta llegar á los muros de la ciudad galana que se mira complaciente en su cristal del Turia, y decidió llevarla á cabo, de conformidad con el parecer y consejo de sus mas bravos capitanes. Se supone que el mismo Alfonso se puso al frente de la hueste espedicionaria, penetrando en tierras de Valencia, y llegando en efecto hasta las puertas de esta ciudad, cuyas vegas mandó quemar y talar.

de los moros

y sitio

de Játiva.

El emir moro, viendo el grave daño que la tierra recibia, quiso Vasallaje alejar la espedicion aragonesa ofreciéndose á pagar los gastos de la entrada, á doblar las parias que venia satisfaciendo y á prestar ausilio al aragonés contra los moros del reino de Murcia. Aceptó Alfonso las ofertas, pero, sin embargo, le vemos marchar contra Játiva y poner sitio á esta ciudad, de la cual quizá se hubiera apoderado, si apresuradamente no hubiese tenido que volverse á las márgenes del alto Ebro para hacer frente al navarro, que, aprovechando lo fácil de la ocasion y rompiendo las treguas, acababa de penetrar en el territorio aragonés. Sabedor de ello Alfonso, admitió las ofertas del rey de Valencia, levantó el sitio de Játiva, aceptó el vasallaje y tributo

Guerra

con Navarra.

Alianza

de los reyes

y Aragon

contra

el de Navarra y el señor

que por la paz le ofrecia el rey de Murcia, y se volvió á reparar los
daños de su casa, para lo cual le pareció tener bastante con los
aragoneses, despidiendo á los catalanes (1).

En seguida que hubo regresado á sus tierras, determinó D. Al-
fonso salir al encuentro de D. Sancho de Navarra, pero escusóse la
batalla entre ambos monarcas porque el navarro repartió sus gentes
por sus fronteras. Alfonso penetró con gran poder por la parte de
Tudela é hizo mucho daño, destruyendo algunos lugares y castillos
y apoderándose del fuerte de Arguedas.

Por aquel tiempo mismo firmó Afonso alianza con el castellano, no de Castilla solo para rechazar al rey de Navarra en sus agresiones, sino tambien para hacer la guerra al señor de Albarracin, Pedro Ruiz de Azagra, cristiano aliado con los moros y con el navarro, y muy amigo de de Azagra. redondear sus tierras á espensa del aragonés y del castellano. No falta quien asegure que, de la reparticion de los despojos del señor de Albarracin, antes de ponerse ganar, pues los Azagras se conservaron por mucho tiempo independientes, se originaron serias desavenencias, á las que debió poner término en todo caso el casamiento del aragonés con la infanta de Castilla, efectuado mas adelante. De todos modos, el señor de Albarracin prosiguió por de pronto independiente, titulándose solo vasallo de Santa Maria, y el aragonés continuó su guerra con el navarro, que fué larga y cruel (2).

Alfonso

en

El último tercio del año 1172 debió Alfonso pasarlo en MontpeMontpeller. ller, segun fundadamente sospecho, aun cuando tampoco nos digan nada de este viaje nuestros cronistas, poco atentos por lo regular y poco informados de lo que acaecia entonces á la otra parte de los Pirineos.

Acababa de morir Guillermo VII, señor de Montpeller. Por su testamento instituyó heredero á su hijo Guillermo VIII, pero le puso á él, á su hermano Guy, á sus vasallos y á todos sus dominios bajo la proteccion de Alfonso rey de Aragon su señor (3). Entonces pasó nuestro soberano á los estados de Montpeller, donde, para crear embarazos á su constante enemigo el conde de Tolosa, se declaró protector de Beltran Pelet, quien le hizo donacion del condado de Melgueil. Sin embargo, este condado acababa de pasar á poder del

[ocr errors][ocr errors]

(1) Historia de Aragon, del Anónimo adicionada por Foz, tom. II, pág. 24.

(2) Zurita, lib. II, cap. XXXII. Cuadrado: Aragon. Lafuente.

[ocr errors]

(3) Historia del Languedoc, tomo III, pág. 28.

« AnteriorContinuar »