Imágenes de páginas
PDF
EPUB

Tampoco no faltó en esta época, como en otras, la mano de hierro de la censura inquisitorial, que frecuentemente asoma para estir

siglo de plata en el último tercio del pasado: los periódicos tomaban por consiguiente al gun color, siquiera no fuese sino en materias filosóficas y aun económicas. El traductor de Bat-par ó detener los adelantos en la historia de teux cita como notable el Diario de los litera- nuestro desgraciado pais: el Censor, el Cortos de España, y nosotros consignaremos aqui responsal y el Correo de los Ciegos hubieron como mas importantes los periódicos que ma- de sentir su maléfico influjo, al cual se atribuyor crédito obtuvieron. El Censor era dirigido ye su sensible muerte. Y no hay para que esen el último tercio del siglo (hácia 1781) por trañarlo, pues ya se oia en nuestros labios ese el abogado Cañuelo, colaborado por el juriscon- lenguaje digno de los sacerdotes del periodissulto Pereira, honrado con las famosas sátirasmo, que como los antiguos cristianos alzaban de Jovellanos y con algunas composiciones de su voz desafiando y anteviendo el martirio.. Melendez, notable por su espiritu reformador | Véanse algunos párrafos del Correo de Madrid y por su hostilidad contra las supersticiones, y (21, abril 1787) á propósito de los escritores y prohibido por el Santo Oficio como sospechoso con alusion manifiesta á los periodistas. «Tode enciclopedista. El Correo de Madrid ó de do autor digno de este nombre siente vivalos ciegos, obra periódica que empezó por pu- mente la injuria que se hace à su semejante: blicarse dos veces á la semana en 10 de octu- los escritores son los vindicadores de la caubre de 1786 y semanalmente en 1790, estuvo sa pública, y la opresion que hoy esperimenal principio bajo la colaboracion de don Ma- ta el vecino mañana será personal. Este es el nuel Casal (ó digamos Lucas Aleman), don Ma- motivo que les obliga á levantar la voz... El nuel Aguirre y don Cayetano Cano, sin los de- que se consagra á las pesadas obligaciones de dicados á traducir ó á llenar la parte de cor- escritor es preciso que antes haya sondeado respondencia literaria: el Correo incluyó en sus la fuerza de su alma y que esté asegurado de columnas las cartas marruecas y las noches poder resistir con firmeza á los asaltos de los lúgubres del coronel Cadalso, la Cantabria vin- sucesos... Se le exige tambien que fortalezca dicada, obra de don Juan Manuel Giron en im- su voz contra todo aquello que hiere y envilepugnacion del P. Florez, las Vidas de los prin- ce la humanidad.>> cipales filósofos modernos como Erasmo, Hob- La invasion francesa produjo en nosotros bes, Nicole, Locke, Montaigne, Bayle, Grocio, un cambio político para el cual no estaba disla Bruyere, Pico de la Mirandola, la Ramée, Ba-puesta la nacion: llevaba consigo ese cambio con, Gasendo, Descartes, Pascal, Newton, Leib- la necesidad de los periódicos políticos, y húnitz, y otros físicos y matemáticos de primera bolos en efecto en muchas poblaciones, nota, un tratado del buen gusto en literatura; que no tan notables que merezcau especial otro de educacion, y algunos artículos crítico- recuerdo: ni habia preparacion conveniente en literarios sobre varias obras dramáticas, sien- el pais para recibirlos ni escribirlos, ni habia do de notar entre ellos los que se refieren al una córte brillante de donde surgir los rayos Viejo y la niña, y á los combates celebres de periodísticos, ni tenian suficiente vagar para los Comellás por una parte y de los Moratines esos trabajos los hombres de indisputable mépor otra. Toda esta amena variedad, y el sabor rito que ya contaba entonces la nacion, ni reformista del periódico, dan un interés posi- tampoco militaban en las filas españolas totivo á esta publicacion que contaba como sus-dos los españoles capaces de manejar la pluma critores á los miembros de la familia real, á con acierto. Debemos, eso sí, á aquella gloriomuchos de la nobleza, y á no pocos del clero.sa época la introduccion española de cse géEl Apologista universal era una coleccion nero de literatura política, al cual se aplicaron de folletos satíricos, de á diez y seis ó veinte con igual empeño, y ¡cosa rara! el uno contra páginas, publicados en 1786 por un religioso, el otro, los dos partidos liberal y servil, que con ideas parecidas á las del Censor, si no nacieron en aquellos tiempos, conociéndose siempre con gracia á lo menos con bastante ya en solo Cádiz los dos periódicos serviles el juicio y oportunidad; el Semanario erudito Censor y el Diario de la tarde. Entre los fué obra de treinta y cuatro tomos y mucho que bajo algun aspecto merecen ocupar aqui mas preciosa que las anteriores, como que te-un lugar aunque pobre, se cuentan el Semania por principal objeto la publicacion de opúsculos y documentos inéditos, cuya empresa llevó a cabo don Antonio Valladares de Sotomayor desde 30 de abril de 1787.

aun

nario patriótico en que tomó parte don Eugenio Tapia como mas adelante y hasta 1820 en la Gaceta del gobierno; el Duende que tenia por escritores críticos á Enciso Castrillon Pudiéramos agregar otros muchos á los pe- y al alavés Pablo de Jérica. No citaremos periódicos enumerados; pero si se esceptuan el riódicos como el Ciudadano por la constituCorresponsal y el Semanario económico pu-cion que se publicaba en la Coruña, y la Gablicado en 1766 por don Pedro Araus, poco ceta de comercio que daba á luz en Cádiz el puede importar el recuerdo de otros como la P. Ruiz, ú otros como estos, pues habriamos Estafeta, el Cliente, el Juzgado casero y al-de hacer entonces un catálogo tan estenso cogunos mas de este molde, de los cuales hare-mo impertinente. mos gracia á nuestros lectores.

En lo que va de la restauracion ominosa de

1814 á la segunda época constitucional, pu- | insertar gratuitamente los de nodrizas, criablicó Burgos la Continuacion del almacen de dos, hallazgos, etc., y otro literario y mercufrutos literarios en 1817, aunque tambien rial, para las materias que su titulo indicaba: hubo de temer al Santo Oficio à quien disgus- | á muy poco tiempo se dió á Reinoso en 1827 taron los Aforismos de Antonio Perez que, co-la direccion de la Gaceta. Pocos eran en aquemo otras obras inéditas, tuvieron cabida en sulla década los que pudiendo desempeñar la di: periódico, del cual llegaron á publicarse ocho |ficil tarea de periodistas literarios, únicos que volúmenes en 4.o: el mismo autor, tan cono- cabian á la sazon, no se hallasen comiendo el cido entre nosotros por su importancia políti-pan estrangero y bebiendo las lágrimas del inca, por su traduccion de Horacio, y póstuma- fortunio: asi pues, salvando las muy apreciamente por sus Anales de Isabel II, dió en 1819 bles Cartas españolas publicadas hacia el año la Miscelánea que lo era de literatura, artes y 1830, para dar con algun periódico de imporcomercio, convertiéndose al año siguiente en tancia tenemos que pasar el Pirineo, allende el politica y literaria, y siendo á poco suspendi- cual se publicaba en idioma español y por esda por dedicarse su autor en 1821 al Impar-critores españoles, de los llamados todavía cial en que trabajaron á una con él los céle- afrancesados, la escelente Gaceta de Bayona bres Lista, Miñano, Almenara, y Hermosilla. en donde se imprimieron articulos literarios Igualmente se refiere á aquel tiempo la Cró-del mejor gusto y de la crítica mas sana, no nica cientifica y literaria que comenzó su dejando de hacerse alli justicia á nuestro teapublicacion en 1.o de abril de 1817 bajo la di-tro antiguo, tan mal parado en las obras de reccion de Mora y contuvo algunos articulos los Luzanes y Hermosillas. de mérito, aunque comunmente traducidos, pasando á ser politica en 1820 por espacio de dos años.

En el promedio de esta época y la gloriosa siguiente, y cuando todavia pesaba duramente sobre los escritores la prévia censura, lució en el palenque del periodismo un nuevo y mas aventajado Miñano, dotado de cuantas prendas requeria el género, sobre todo en aquellas arriesgadas circunstancias. Este nuevo planeta, que ya aparecia entonces de primera magnitud, y que en adelante vino á ser el rey de la crítica y el genio del folleto y del periódico satírico, fué, como ya habrán adivinado nuestros lectores, el jóven Larra quien en su temprana edad (¡que nunca llegó la suya á ser madura!) piblicó bajo el reinado de Fernando VII, el Pobrecito hablador, verdadero folleto periódico que, como su propio autor, murió en lo mas lozano de su brillante pero rápida existencia. Mas advirtamos que si el Hablador espiró con la palabra en la boca asfixiado por la censura, el horizonte politico iba despejando ya por aquel tiempo la cerrada nube que habia oscurecido el sol del periodismo, y ya habia quienes se ocupaban secretamente en ataviar con algun decoro la estátua, antes escarnecida, de la libertad. La muerte habia caminado con paso lento y seguro hácia la camara del rey do

De los periódicos correspondientes á la breve época de libertad, inaugurada en 1820, el mas memorable como mas estenso es el Universal que publicaba Narganes; es tambien de citar el Censor en que escribian los mismos autores del Imparcial y en cuya obra, que llegó á constar de diez y siete tomos, se publicaron las cartas de un madrileño por Miñano; no puede pasarse en silencio el cele- | bérrimo Zurriago redactado por don Félix Mejía y don Benigno Morales y merece asimismo recordarse la Minerva nacional que empezó en 1820 bajo la direccion de don J. J. de Mora, fundador de un Mercurio en Chi.e, redactor en nuestros dias de un periódico politico, y agudo autor de unas bellísimas leyendas impresas en París, unica memoria que de él quedará, y algunos de sus buenos artículos sobre materias económicas. Pero lo que brilla al frente de cuanto entonces se dió á luz, que fué mucho y en general muy malo (1), son las Cartas del pobrecito holgazan (1820) obra ática de Miñano y muy superior á sus famosas Semblanzas que tanto crédito le han acarrea-liente, como para permitir que los proyectos do, y que tanto distan sin embargo de las apreciables de Campoamor y sobre todo de las admirables del inmortal Cormenin.

En 1. de abril de 1825 dispuso el rey que en vez del Diario antiguo de Madrid, se publicasen dos, uno de Avisos que habia de

fundados sobre ese importante acontecimiento pudieran elaborarse con espacio. Fernando VII ocupó una tumba del Escorial, la libertad dejó la suya para resucitar en un palacio junto á un ángel dormido. Desde entonces se abrió un brillante porvenir al periodismo, y España se aprestó á luchar con una espada de dos filos, el uno que se abria paso por los cuerpos enemi(1) La crítica de los periódicos de entonces habria de ser desfavorable y su catálogo bastante estenso: gos y hacia brotar sangre, el otro que penetranos limitamos, pues, à la lista de los que ó recorda-ba á las inteligencias de todos y hacia bromos ó tenemos á la vista, que son los siguientes: la tar luz. Ley, el Conservador, el Mensagero, el Sol, la Colmena, el Constitucional, el Publicista observador, el Despertador, la Verdad y el Patriotismo constitucional, el Espejo de las Españas, el Enemigo de la esclavitud, el Amigo del bien, la Colorrila constitucional, el Indio liberal, la Periódico-manía, el Bú, la Tercerola, el Amolador, el Conciso, etc., etc

Los periódicos asi literarios como políticos que desde entonces se han dado á la estampa en nuestro pais son de una parte demasiado conocidos de todos para que necesitemos enumerarlos por lo estenso, y aparecen de otra en

tan desemejable cantidad y con tan desigualte la aficion á los periódicos literarios; pero éxito que seria demasiado largo y demasiado poco lucido trabajo el relacionarlos uno á uno.

siendo poco notables en general, ya por su desigualdad, ya sobre todo por su corta duracion, nos limitaremos á decir que Barcelona Entre los literarios citaremos como muy tuvo su escelente Museo de familias, calcado notables el Ateneo, que fué uno de los prime- sobre los buenos periódicos franceses y su Alros; el Artista, cuyo carácter romántico y be-bum pintoresco universal, que se publicó lleza tipográfica le dieron una celebridad me- semanalmente desde junio de 1841 con la corecida; el Museo literario, de don Eugenio laboracion de los señores Madrazo, Ochoa, PiTapia, que publicó algunas producciones raras dal, Escosura y Segovia, llegando á componer de nuestra literatura; el Criticon, del cual tres abultados tomos; Granada tuvo la Alhamsolo llegó á publicar cinco preciosos cuadernos bra, honrada principalmente con algunos arel erudito humanista don Bartolomé José Ga-tículos de Burgos: Valencia el Fénix, dirigido llardo; el Boletin de jurisprudencia y legisla- con elegancia y acierto por don Rafael Carvacion, fundado por don Juan Bravo Murillo; el jal, y la Esmeralda, en que trabajaba don No me olvides, periódico de sabor romántico, Agustin Mendia; Zaragoza la Aurora en que se dirigido con gusto por Salas y Quiroga; el Ob- publicaron algunas obras inéditas, y el Suspiservatorio pintoresco, el Panorama y el Si-ro, al que acompañaban láminas litografiadas y glo XIX, que participaban mucho del mismo cromo-litografiadas. gusto, aunque el segundo, mas desaliñado es- En cuanto á los periódicos políticos de teriormente, llegó á ser algun tanto mas pro- nuestra época, citaremos el Boletin de comerfundo; el Liceo artistico y literario de Ma-cio, que ya se daba á luz en 1832 y se condrid, eco de esta lucida reunion; la Revista virtió despues en Eco del comercio, contando de Madrid, periódico el mas formal de cuan- larga y trabajosa vida; el Observador, publitos hemos mencionado, el cual empezó su pu- cado en 1834 con la poderosa cooperacion de blicacion en junio de 1838 y tuvo por redac- Galiano; el Mensagero de las cortes del mistores á los mas ilustres literatos, como Galiano, mo año, que se unió á la Revista española, Lista, Pidal, Martinez de la Rosa, Donoso, que periódico dedicado á María Cristina de Borbon; fué algun tiempo su director, Vallgornera, la Abeja, en que tomaron parte algunos bueMorales, Santisteban, Gil, Vega, etc.; la Revis- nos ingenios, entre ellos Olivan y Quinto; el ta militar, que dirigia con raras dotes don Porvenir, escrito por Donoso, Bravo Murillo, Evaristo San Miguel; el Iris, publicado acerta- Lopez Pelegrin, etc., con espíritu represivo: el damente por don Salvador Bermudez de Castro; Piloto, en el cual escribieron los mismos y la Revista de teatros, en que tomaban parte Galiano; el Pensamiento de la nacion, esto es, literatos de buena nota; la Revista de España el de Balmes; el Correo nacional; la españa, y del estrangero, publicada á conciencia por el Espectador, el Labriego, el Globo, el Munlos señores Gonzalo Moron y Carbonell; el Se-do, el Tiempo, el inmenso Español, y sobre manario pintoresco, que nacido en 1836 ba- todo el Fray Gerundio, que tanto popularizó jo la tutela de Mesonero Romanos, existe to- la política, y el nombre de su, entonces jovial davía considerablemente mejorado en la parte y ahora grave y detenido autor, y el Univerartística; la Revista de Europa, que vivió po-sal, meteoro luminoso y cometa de larga cola, co; el Museo de las Familias, debido á la in-pero de breve aparicion. Iloy descuellan la cansable diligencia de su entendido director Nacion, que no titubearemos en colocar á la señor Mellado; la Revista literaria del Espa-cabeza, y el Tribuno, la España, el Clamor, ñol, encomendada á Hartzembusch y tan po- la Esperanza, la Epoca, el Diario Español, bremente impresa como escelentemente diri-las Novedades, la Actualidad, de Barcelogida; el Siglo pintoresco, enriquecido con es- na, etc., que colocamos confundidos y que no celentes grabados; y lo que era mejor, con algunos documentos inéditos de nuestra literatura, la Ilustracion, periódico pintoresco, dirigido por don Angel Fernandez de los Rios, y Si examinamos el estado que tiene hoy la la Revista Española de Ambos Mundos, que prensa, observaremos que su poder é influencontiene escelentes artículos suscritos por los cia se han estendido maravillosamente, y que primeros literatos, á los cuales pueden aña- se ha corregido casi por completo la superfidirse algunos mas, no ya literarios sino de in- cialidad declamadora que tuvo en algun tiemterés material, como El amigo del pais, por la po su parte fundamental de redaccion. En lo sociedad económica matritense; el Semanario demas, todos los ramos del saber, todas las industrial, la Revista de agricultura y otros corporaciones de algun movimiento, todos los á este talle; siendo tal el número de periódi- partidos políticos, todos los gobiernos, todas cos actuales, que sino nos es infiel la memo- las localidades, todos los sistemas, todas las ria, se contaban en la córte cuarenta y ocho utopias, tienen hoy su eco ó sus ecos en la literarios el año 1850, no pasando en París de prensa: todas las minucias de la vida de un cincuenta y siete. pueblo tienen en ella su historia: nada hay reEn nuestras provincias cundió notablemen-servado de lo que se piensa ó se ejecuta en el

son los únicos en la arena periodística, raras veces poblada de tan apuestos paladines, pero raras sujeta á tan estrechas leyes de torneo.

mundo político y literario: la época de los | se yergue en las macetas de la multitud, ni tiebrahmanes indios y de los sacerdotes egipcios, ne jugo medicinal, ni existe sino para si misestá vengada por el periodismo hasta la mas ma. Hablamos del periódico político, boa que lujosa saciedad: nunca pudo ocurrir á Guttem- atrae á su garganta todas esas avecillas literaberg ni á Sallo que sus invenciones habian de rias que pian en el campo, esposicion univerllevar la publicidad hasta el estremo de parti- sal de productos de todo género, y enciclopecipárnoslo todo, desde las elucubraciones mas dia viva del siglo XIX. La politica, la adminissecretas de un monarca hasta la reseña del ra- tracion, la estadística, la serie de descubritero que escamotea, del caballo que atropella, mientos que se hacen en las ciencias, la de la casa que se hunde, de la muger que se biografía, la crítica literaria, los sistemas cien. fuga, del amante que se engaña, del ruido que tíficos y socialistas, la jurisprudencia, la elose oye, del tiro que se escapa, de los latidos cuencia parlamentaria, la forense, la académique le da á cada uno el corazon. Y no para ca, la sagrada, y la crítica de estas elocuenaqui el interés microscópico de los diarios: ya cias, todo tiene cabida en el periódico. Pero no son los cuerpos de redaccion los únicos que sobre todo ¡ la historia! ¿Qué anales pueden trabajan para que los demas recojamos; ahora compararse en minuciosidad? ¿qué Bossuet, somos por el contrario, periodistas (y sin sa-Voltaire ó Montesquieu pueden igualar la filoberlo, como el personage de Moliere) todos los sofia, esto es, el comentario con que se vá piantes y mamantes: ya no hablamos con nues- razonando sobre el suceso de cada dia, hasta tros amigos, por poco importantes que sea-hacerlo trasparente por muy oscuro que pamos, sino con el paciente público que pasa rezca? ¿En dónde hallaremos, sino en esas copor escucharnos y por escucharse á sí mismo. lecciones, carga de muchos elefantes, la pinNo en España, en donde los diarios de avisos tura daguerreotipica de nuestra época, con sus solo anuncian ventas, hallazgos y servicios, y hábitos, sus deseos, sus necesidades, sus preolos demas periódicos novedades científicas y cupaciones, su moralidad, sus diversiones, su literarias, y esto con mas escasez que en la industria, sus genialidades y su literatura. Y no muy pródiga Francia; sino en Inglaterra y desde que tenemos periódicos políticos, liteEstados Unidos en donde todas las necesida- rarios, científicos, religiosos, artísticos, hodes individuales se satisfacen por medio del meopáticos, frenológicos y de todas especies periódico y todos los secretos se comunican ¿qué hay que no pueda aprenderse á poder del amistosamente con el universo, verificándose periodismo? ¿Y qué saben muchos que aparecon esto una especie de tácito é inofensivo co- cen saber mucho, sino lo que han bebido en munismo. Pero todavia es mas estremada la esa fuente viva y perenne de aguas potables y Alemania en este comercio de sentimientos con estimulantes? Ahora sobre todo, ni aun el liel público: esta novísima fraternidad patriarcal | bro se escapa á la absorcion del periódico, que no conocieron ni los héroes de los poe- pues ó lo chupa este en sus avaras columnas, mas bucólicos, toca alli la meta de la perfec-ó lo reata en volúmenes, formándose asi bicion; y la severa Germania es la que hace pun-bliotecas sucursales del periódico, en donde se ta en todo género de puerilidades de esta la- admiran al lado de los bocetos políticos diaya: alli se dan citas sin reserva, se hacen de- rios, los toques delicados de la novela, los rasclaraciones de amor, se ofrecen manos y do-gos cuidadosamente descuidados de las memotes (por ambas partes), se producen quejas y rias, los severos estudios filosóficos, y las padisculpas, se siguen las intrigas y las corres- rásitas colecciones de poesías. pondencias de amor, se hace tercero incorruptible al bondadoso público de todo cuanto nos afecta en el interés ó en el amor propio.

Lo que un periódico contiene, y por consiguiente lo que enseña, es cosa verdaderamente estraordinaria. No hablamos del periódico literario que, si bien discute de omni scibili, y tiene hoja abierta para todo punto literario ó científico, y contribuye á tratar las cosas al pormenor, tomando hoy un miembro, mañana otro, y lleva la crónica de los teatros, y alguna vez la bibliográfica, y publica el Cancionero contemporáneo, esto es, la multitud de poesías indisciplinadas de nuestros vates, y reduce á tipos las costumbres de nuestro siglo, y de tiempo en tiempo estampa articulos altamente doctrinales, es, sin embargo, á lo menos en España, y desde luego en el dia de la fecha, una planta pobre y casi exótica, inodora y casi incolora que vive en un invernadero para el capricho de unos pocos, que no 1968 BIBLIOTECA POPULAR.

Los periódicos, pues, con todos sus defectos, con toda su somera indole, nos dau hecho el inventario de cuanto es preciso para conocer todo el secreto de nuestro siglo por medio de los numerosos datos que ofrecen, puede formar cada cual la sintesis que quiera, pero probablemente la posteridad formará una sintesis general, una fórmula fija, que imponga á nuestra época el sello verdadero de su carácter.

Tiene de bueno y aun de escelente el periódico, la ventaja inapreciable de ser el libro del pueblo. En España no habia, ni puede decirse que hay, cultura intelectual, y prescindiendo de si es necesario en general que la haya (pues no queremos negar á los defensores del embrutecimiento popular, sus teorías particulares que no les envidiamos), ello es lo cierto que para entrar pacificamente en las prácticas de un gobierno representativo, y aun para no merecer el desprecio con que bajo este aspecto T. XXX. 3

nuestra sociedad, que se ha hecho tan grande y universal como la misma inteligencia; que ha llegado á obra de arte y aun á levantada produccion de ingenio, merced al muy grande de los Brougham, Palmerston, Thiers, Chateaubriand y Lamennais; que es en fin una especie de literatura viva, espontánea, agitadora, infiltrada en la sociedad hasta la médula de sus

se nos trata, conviene á nuestra felicidad y á nuestro decoro, que el pueblo sepa leer y tenga un placer en la lectura: sentado esto, la mas á propósito para él, aunque ocasionada de otro lado á tal cual desvario, es la del periódico, obra contínua, de interés universal y vario, de fácil digestion y de suficiente suco para el pais. Todo el bien que el teatro reporta sobre los demas ramos de la poesía, toda la uti-huesos. Concedamos lo que tiene de efímero y lidad que tiene la moderna novela histórica sobre los otros géneros literarios, toda la tiene el periódico para el pueblo sobre cualquiera otra especie de publicaciones.

aun de incorrecto; pero en cuanto à su alcurnia ¿qué institucion ó que grande hecho no la tienen bien humilde, ya nos refiramos á la gran república romana fundada por dos banNada decimos de las reglas literarias á que didos de torpe nacimiento y crianza, ya á debe obedecer el periodismo. El literario no nuestra divina regilion que en lo humano se las tiene especiales: el político considerado en debió al modesto hijo de un menestral secunsu perfeccion, debiera tener una prohibicion dado por gentes de oscuro linage? Y en liteabsoluta para ofender á las personas, y una ratura sobre todo ¿qué fué la tragedia sino el libertad tambien absoluta para hablar de las garrulo desahogo de una multitud desenfrenacosas. Habia sí de encerrarse dentro del circu-da y ébria? ¿qué la epopeya homérica sino la lo decoroso en que se desenvuelven las discu- inspiracion individual de un astroso é indocto siones entre caballeros de buena educacion; hombre del pueblo? ¿qué la comedia sino la habia de ostentar mas fuerza de razonamiento | repugnante é inverosímil obra mímica ó los que de declamaciones, aunque la elocuencia periódica deba ser siempre de mas resalte que la académica, y ejecutada con rasgos mas sueltos como dedicada á la multitud: habia de tener gran precaucion en no abigarrar su conjunto con retazos indiscretamente zurcidos, y habia de ser sobre todo severamente moral, y jamás mendaz á sabiendas, ya que haya de ser muchas veces erróneo por su naturaleza.

plebeyos juegos de escarnio? ¿qué la novela sino la doméstica leyenda de los viejos y los niños, parecida en todo á los absurdos cuentos con que nosotros mismos hemos sido arrullallados ó estremecidos por nuestras nodrizas? En literatura, como en toda creacion humana, todo es mezquino en su nacimiento, como en la naturaleza los caudalosos rios: no salen nuestras creaciones de un golpe como el mundo de la mano de Dios, ni como la Minerva y Venus de la fábula: todo es pobre como nues

grandece cuando los tiempos y los hombres se dan la mano para el perfeccionamiento, que es todo lo que se nos tiene concedido. Existe, pues, en favor del periodismo, la ya muy notable diferencia, de que mientras esos géneros nobles de literatura han tenido su nacimiento en los labios de la mas insipiente y por lo mismo de la mas inaprensiva multitud, él por el contrario ha sido rodado en las cunas de la sabiduría, ora en la edad media á manos de los monges que eran los que mas sabian, ora en el siglo XVII por personas de estudio y de ca

El agudo jurisconsulto y hábil periodista don Joaquin Francisco Pacheco, trazó una pintura animada del periodismo, al entrar solem-tro espiritu creador; todo en adelante se ennemente en la Academia de la lengua; y sobre la misma paleta en que habia empastado sus colores para hablar á las masas desde el periódico, mezcló tal cual tinta académica, y sin que perdiese en viveza ni en frescura su estilo propio, hizo oir á aquellos senadores literarios un lenguaje para ellos nuevo y otro tanto seductor. La defensa de aquel reo literario, pecador en las formas é irreverente contra la autoridad, no puede dudarse que es de mano ejercitada: la predisposicion desfavorable del jurado obligaba al defensor á grandes precauciones oratorias: el cual hubo de empe-lidad, ora en nuestros dias por los mas enzar y aun concluir por humillar al periodismo, cumbrados políticos de la revolucion. Todavia á trueque de que se escucharan resignadamen- encontramos una nueva y mas esencial difete sus escelencias y su gloria. Era preciso ha- rencia: cuando casi todos los géneros han nablar de la grosería, procacidad y desaliño del cido como al acaso, el del periodismo ha nacinuevo género, era preciso llamarle creacion do á sabiendas; cuando aquellos han sido un presuntuosa, multiforme, innovadora y voluble simple desahogo popular, este ha sido un depor esencia: era preciso apellidarle bastardo y sahogo calculado de la inteligencia: cuando hasta bárbaro, en el sentido en que los roma- aquellos son por su naturaleza un ramo de lunos hablaban de lo estraño ó forastero; era pre-jo ó de mero pasatiempo, este se encamina ciso arrancarle la vida del monumento, con- determinadamente á la instruccion, como la cediéndole solo la de la flor; era preciso aver-historia ó la filosofía. Si de la tragedia y la gonzar, en fin, al desarrapado periodismo, haciéndole pasar con la ceniza en la frente por ante la tragedia y la epopeya, para que, entrada en compasion la academia, oyera al cabo sin disgusto, que es un accidente necesario en

epopeya puede decirse con razon «esto es bello», del periódico hay que decir esto es útil»: si aquellas lisonjean el orgullo nacional, este produce la instruccion popular. Y como quiera que el siglo y el periódico se han bus

« AnteriorContinuar »