Imágenes de páginas
PDF
EPUB

y martes de Pascua de Resurrección, pues la curación referida se hace durante la octava.

Sabemos, además, por otro testimonio notarial del citado Cuaderno, que el Corpus fué en ese año el día 27 de Mayo. Léese: En otro testimonio da fee Pedro Gonzales de Baltanás escriuano del Rey, en como jueues, dia de Corpus Christi, que fueron veynte e siete días del sobredicho mes de Mayo, año susodicho» (1). Descuéntense los días que median entre Corpus y Resurrección, y nos darán ésta en 28 de Marzo, y el martes, día de la muerte del Santo, en 30.

Sepulcro del Santo.

Contigua a la capilla de la Gloria hay una capillita llamada Capilla del Sepulcro. En un altarcito de estilo gótico (2) venérase una imagen del Santo, en pie y con un libro en su mano izquierda. Debajo de la mesa de altar, y a la vista, hay una estatua yacente del Santo, trabajada con primor en alabastro, y es la que descansaba sobre el sepulcro que mandó hacer Isabel la Católica, de que luego hablaremos.

Hasta la restauración (1887), y aun varios años después

consta de 24 folios en papel. Es letra del siglo xv, y su fecha, 23 de Octubre de 1456, año en que murió el Santo. Está autorizado con la firma de un escribano y tres notarios. Es el Lib. CLXXXVII, n. 1, de este Archivo.

Dentro de la misma pasta de este libro y con el n. 2 hay otro Cuadernito sobre el mismo asunto, pero de carácter privado, y de letra de la misma época. Empieza asi: «† Jhs. Esta es la copia de ciertos miraglos quel Señor quiso mostrar por méritos del bienaventurado Padre Fray Pedro de Valladolid, vicario que fué de las susodichas casas; los cuales no se abtorizaron por escriuano, porque non se acaesció presente alguno que dello podiese dar fe... Consta de once folios en papel que mide 220 × 150 mm.

(1) Ib., fol. 42. El mejor procedimiento, es el cómputo eclesiástico. Téngase en cuenta que el Aureo número del año 1456 es 13, la Epacta XXIII, y la Letra dominical DC doble, como año bisiesto. La luna, pues, a primero de Marzo tendrá de edad XXIII; del 6 a 7 será luna nueva; entre el 14 y 15, cuarto creciente, y luna llena entre el 21 y 22. El domingo inmediato al 21 habrá de ser domingo de Pascua, como es sabido. Atendiendo ahora a la Letra dóminical C, que marca los domingos desde 1.o de Marzo, la encontramos en el día 28. Este, pues, es el domingo de Resurrección de 1456, y martes 30, fecha de la muerte del Santo Regalado.

(2) Tanto este altar como otros dos de la iglesia, del mismo estilo, es obra de nuestro hermano de hábito Fray Félix M. Arroyo.

(1890-1895), conocimos en la misma capilla y en el mismo sitio un remedo de sepulcro, con las lápidas o cuadros de los milagros del Santo, en relieve, y que hoy forman parte de la urna de alabastro. En su parte superior había una lápida, que alli se conserva aún, con esta inscripción: AQVÍ ESTVUO SEPVLTADO EL SANTO FR. PEDRO REGALADO 36 AÑOS HASTA QUE FVÉ TRASLADADO ADONDE AGORA ESTA. AÑO 1492.

Por los años 1890-1895 trasladáronle a la iglesia, lo más próximo al lugar en que estuvo primitivamente ese mismo sepulcro, o sus fragmentos, y sobre él colocaron la estatua yacente que hasta entonces estaba en medio de la iglesia, frente a las puertas del claustro.

Cuando en 1906 proyectó el M. I. Sr. D. Manuel de Castro, hoy dignísimo obispo de Jaca, construir una urna digna del Santo, como más largamente diremos adelante, deshicieron este remedo de sepulcro, y con dos cuadros de él y otros dos que había embutidos en la pared, a uno y otro lado del arcopuerta para pasar a la capilla rotonda, como dice la Crónica -y nosotros, hasta esta fecha, vimos siempre hízose en parte la urna actual.

A partir de esta fecha, la estatua yacente que estaba sobre ese sepulcro, se trasladó a la capilla llamada del Sepulcro; hizose el altarcito, colocóse, y en 9 de Marzo de 1909 se dedicó de nuevo y con solemnidad, con el mismo título.

a

Como el sepulcro de la reina D. Isabel no se levantó en dicha capillita, sino que fué trasladado alli más tarde, así podemos suponer que la lápida sepulcral que sobre él estaba, también sería alli trasladada para completarle. Suponemos, y nuestra suposición es razonable, que al abrirse el arco-puerta a la rotonda, alcanzando, como alcanzaba, al sepulcro, tuvieron que derribarle. Era una obra de arte, y ¿qué hicieron?, trasladarle como objeto artistico a un lugar retirado. Aquí estuvo hasta la restauración; y he ahí como la capillita que no era más que una sacristía del Relicario (1) pasó a llamarse Capilla del Sepulcro.

(1) Lo demostraremos en otro articulo.

Así explicamos este hecho, porque creemos bien fundadamente que el santo Fr. Pedro de Valladolid estuvo enterrado al principio en la iglesia. Nos lo dice el Cuaderno de los milagros póstumos, ya citado. Es un testimonio, ante notario, de una mujer tullida que no podía subir ni bajar escalera alguna, y que viniendo al sepulcro sanó, y subía y bajaba las escaleras que habia (1) a la puerta.

Dice así lo que hace a nuestro intento (2): «E que oyendo la fama de los miraglos que el susodicho Fray Pedro fasía, ella viniera a visitar su sepultura, encomendándose a él. E que oy martes, dia susodicho, entrando en las Vísperas la metiera (3) en la iglesia sobarcada de los sobacos, que no podia sobir las gradas que estauan ante la puerta. E que a la salida, que salió, ella se falló sana en tal manera que descendió las gradas e las subió sueltamente sin algunt trabajo, lo qual ella fisiera muchas veces con mucha alegría, dando gracias a Dios, sobre lo qual ella juró en forma.»

Tenemos ya que para ir a la sepultura del Santo había que pasar por la iglesia, y que a la puerta de ésta había unas escaleras. Veamos otro testimonio del citado Cuaderno de los milagros póstumos, y de él deduciremos que, en efecto, en la iglesia estaba el sepulcro.

Dice así un enfermo curado por el Santo (4): «E dixo que, como él viniera al dicho monesterio, él se pusiera de rrodillas en oraçion delante la rred que está en la dicha yglesia, cerca la sepultura del sobredicho bienaventurado Padre.>>

La sepultura, pues, estaba en la iglesia, y no en otra capilla.

Exhumación del cadáver.

Todo un capitulo dedica el P. Monzaval (5) para describir el desentierro del Santo. Por la muy poca fe que nos merecen

(1) Entonces dentro de la iglesia, delante la verja; hoy, fuera.

(2) Fol. XVIIIr.

(3) Una hija suya.

(4) Fol. VIr.

(5) Lib. III, cap. IV, págs. 270-5.

[ocr errors]

muchos historiadores de los pasados tiempos, hojeamos el Cuaderno de los milagros póstumos y dimos muy pronto con la relación del desentierro.

Está, pues, conforme con el original, pero hallamos una circunstancia que en el Cuaderno se lee. Afirma que se desenterró a los catorce días de muerto y séptimo de haberse enterrado. Con que da a entender estuvo siete dias insepulto (1): «Día treze de Abril, catorze de la muerte de el Santo Regalado, séptimo después del entierro, mandó el Vicario a los Padres Fray Joan de Olmedo y Fr. Joan de Valdivieso, religiosos de discrecion y prudencia, que con todo silencio y recato, aquella noche deshumasen el cuerpo, y si no lo estorbaba la putrefaccion de el cadauer, o el mal olor de el sepulcro, le quitasen el hábito y le pusiesen otro.»

Como aparece por el pasaje que copiaremos del citado Cuaderno, exhumaron el cadáver a 13 de Abril, sí, pero también a los catorce de estar sepultado. Diósele sepultura el mismo día de su muerte, treinta de Marzo, o si se quiere, treinta y uno, contando el treinta y uno de Marzo y el mismo trece de Abril.

El documento a que hemos hecho referencia, copiado a la letra, dice así:

<<Paresçe por otro testimonio en como da fe el dicho Diego Dias de Palaçios, notario por la abtoridad apostolical, que en jueues catorse dias del mes de Octubre, año susodicho en el hermitorio de Domo Dey, susodicho, en su presencia e de los testigos ynfra escriptos, paresçiera presente el deuoto e honorable religioso Fray Alfonso de Valladolid (2), vicario de las casas de la dicha Domo Dey e Escala Cely, e dixera que por quanto a catorse dias despues que fué sepultado Fray Pedro de Valladolid de bienauenturada memoria, vicario que fué de las dichas casas e heremitorios, que se contaron trese dias del mes de Abril (3), año dicho, que Fray Juan de Castro, vicario que

(1) Lug. cit., pág. 270.

(2) Véase AIA, t. III, págs. 185-91.

(3) Fué desenterrado a 13 de Abril y a los 14 dias de sepultado. No es, pues, cierto que estuviese 7 dias insepulto habiendo muerto a 30 de Marzo. entonces era en la dicha casa, mandara a Fray Juan de Olmedo e a Fray Juan de Valdauieso que abriesen la sepultura del dicho bienaventurado Padre Fray Pedro de Valladolid, para sacar algunas reliquias así del ábito commo de otras cosas de su cuerpo, por la frequentacion de las gentes que venian a la dicha casa a demandar de las dichas reliquias. E que los dichos Fray Juan de Olmedo e Fray Juan de Valdauieso abrieran la dicha sepultura, por el dicho mandamiento. E que commo commençaron a quitar la tierra e açercarse al cuerpo, dixeran que sentieran olores tan suaues e marauillosos, que non se pueden desir.

>>E que después que descobrieran el cuerpo e conoscieran claramente el dicho olor, que llamaran al dicho Fray Juan de Castro, para que lo viese. E que commo fuesen los dichos frayres a la çela donde él estaua, dixera que él mismo sentiera luego aquel mesmo olor, del qual los frayres yuan oliendo, que se les avia pegado abriendo la dicha sepultura. E que luego el dicho Fray Juan vino con ellos a la dicha sepultura, el qual viera e conosçiera lo que los frayres le avian dicho, sentiendo e conosçiendo aquel mesmo olor, que ellos avian sentido. Los quales dichos Fray Juan de Olmedo e Fray Juan de Valdauieso dixeran que por espacio de algunos dias siempre les paresçía que trayan consigo aquel olor.

>> E que dixera otrosí el sobredicho Fray Juan de Castro que, commo leuasen luego aquellas reliquias que avian sacado a la çela donde él estaua, que tan grand fuera el olor que toda esa noche sentiera, que apenas le dexara dormir. El qual dicho Fray Juan de Castro e Fray Juan de Olmedo e Fray Juan de Valdauieso paresçe por el dicho testimonio, que en presençia del dicho vicario Fray Alfonso, en virtud de santa obediencia, e en presencia del susodicho notario e testigos, fiseron juramento por la obediencia que avian prometido, e por la Orden e ábito de señor Sant Francisco que ellos tenían que todo lo susodicho pasara e fuera ansi verda, e que nin ellos nin otro por ellos non avian puesto ally cosa alguna humana, de la qual podiese proçeder el dicho olor, saluo el cuerpo del dicho bienauenturado Fray Pedro de Valladolid.

« AnteriorContinuar »