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del dicho escudo, ocho canoas de oro en campo de aguas, y por timble del dicho escudo, un yelmo cerrado con un tigre, con sus trescoles ó dependencias de azul y oro, como la nuestra merced fuese, etc.

Dada en Madrid á 22 de Abril de 1535.-Yo la Reina.

ARMAS

PARA D. FRANCISCO PIZARRO.

Don Carlos, etc. Por cuanto vos Don Francisco Pizarro, nuestro Adelantado, Gobernador y Capitan general de las provincias de la Nueva Castilla, llamada Perú, hijo del Capitan Gonzalo Pizarro, vecino de la ciudad de Trujillo, nos hicistes relacion que bien sabíamos cómo acatando lo que nos servistes en la conquista é poblacion de la Isla Española, é de la provincia de Tierra firme y descobrimiento de la dicha provincia del Perú, vos habíamos concedido y fecho merced de ciertas armas que son las siguientes: una águila negra con una corona, la cual abraza dos colunas que Nos traemos por devisa, y la ciudad de Tumbez que vos hallastes en la dicha tierra al tiempo que la descobristes, con un leon y un tigre por porteros de la puerta principal della, por guarda de su entrada, con cierta parte de mar y navíos de los que hay en aquella tierra, é por orla ciertos ganados de ovejas y otros animales, con unas letras que digan: Karoli Cæsaris auspitio et labore ingenio ac impensa ducis Piçarro inventa et pacata; é que despues vos, continuando los dichos servicios, tornastes á esa dicha provincia del Perú á la conquistar é poblar, é llevaste para ello á vuestra costa é mision mucha gente de pie é de caballo, con los cuales habeis conquistado é pacificado é subjetado á nuestro servicio é corona Real de Castilla muchos pueblos de la dicha provincia del Perú, y

hecho en ella otros algunos pueblos de cristianos españoles, en los cuales habeis puesto nuestra justicia Real, é así mismo habeis subjetado á nuestro servicio é obidencia muchos caciques é indios principales de la dicha provincia, y especialmente el cacique Atabalipa, Yngua, Señor de ella, y los caciques Quizquiz, Ituqurebaliba, Ynitatupanqui, y Enminani, y Villachuelo, y Urcogaragua, y Chaliquichana, con los cuales é con cada uno de ellos obistes muchas batallas y recuentros, y peleando con ellos, los prendistes en justa guerra, especialmente al cacique Atabalipa, de cuya prision se huvo para nos é para los españoles que con vos se hallaron, gran suma de oro é plata, é tomastes por fuerza de armas las cibdades del Cuzco, y Xauxa, y Caxamalca, é otras cibdades é pueblos de la dicha provincia del Perú, en todo lo cual os hallastes personalmente como nuestro Capitan general, é pasastes muchos peligros é trabajos, poniendo muchas veces vuestra persona á peligro de muerte, como nuestro leal vasallo é criado, é que todavía estais continuando la dicha conquista é poblacion de la dicha provincia é de las islas que están en la mar del Sur, en el parage de la dicha vuestra Gobernacion, todo lo cual habeis fecho é haceis á vuestra costa é mision, é nos suplicó é pidió por merced que en remuneracion de los dichos vuestros servicios vos mandásemos dar nuestras armas, demás de las que vos teneis de vuestro linage, é de las otras que así por nuestra carta os están concedidas, de que de suso se hace mincion. E Nos, acatando los dichos servicios é que de ellos ha redundado gran noblecimiento, é utilidad, é provecho á estos nuestros reinos, é á los naturales dellos, é acrecentamiento de nuestra corona Real, porque dello se ha habido muy gran suma é cantidad de oro é plata, é piedras, é otras cosas, y estais en nuestro servicio continuando la dicha conquista é poblacion, é porque de vos é de los dichos vuestra persona é servicios quede perpétua memoria, é vos é vuestros descendientes seais

más honrados, é porque es justo que los que bien y lealmente sirven á sus Reyes é Príncipes sean dellos favorescidos é honrados, tovímoslo por bien, é por la presente es nuestra merced, é queremos é mandamos que, demás de las dichas armas que así por la dicha nuestra carta que de suso se hace mencion, os tenemos concedidas é de las que vos teneis de vuestro linage, vos é los dichos vuestros subcesores, para siempre jamás, podais traer é poner, esculpir é pintar en vuestros reposteros é casas y en las otras partes é lugares que vos y ellos quisiéredes é por bien tobiéredes, un escudo fecho tres partes: en la primera alta, la dicha ciudad del Cuzco al propio como ella está, en memoria de haberla vos conquistado é poblado, y en la otra segunda parte, un leon en lo alto que tenga una letra F en la mano en campo azul; y en la otra tercera parte de abajo, que es la parte principal del dicho escudo, un leon pardo que tenga en la cabeza una corona de oro, que esté preso por la garganta con una cadena de oro, en señal de haber vos preso al dicho cacique Atabalipa, en campo verde, é por orla del dicho escudo siete grifos, que cada uno tenga una banda azul en la mano, que estén presos por la garganta, en campo colorado, en memoria de los otros caciques que así prendistes, é por timble un yelmo abierto, con un rollo é dependencias, é follages de azul y oro, é por devisa encima del dicho yelmo, un leon con una espada desnuda en las manos, segun que aquí va figurado é pintado. Las cuales dichas armas de suso declaradas vos damos é señalamos por vuestras propias armas conocidas, é de los dichos vuestros subcesores, é de los decedientes dellos para siempre jamás, para que como dicho es, las podais é puedan traer é poner, esculpir é pintar vos y ellos en los dichos vuestros reposteros y casas y en las otras partes y lugares que vos y quisiéredes é por bien tobiéredes, sin que en ello vos sea puesto embargo ni impedimento alguno. Y encargamos al Ilustrísimo Príncipe, nuestro muy caro é muy amado nie

ellos

to é fijo, é á los Infantes, nuestros muy caros fijos é hermanos, é á los Prelados, Duques, Marqueses, Condes, Ricoshomes, Maestres de las Ordenes, Priores, Comendadores é Subcomendadores, Alcaldes de los castillos é casas fuertes é llanas é á los de nuestro Consejo, Alcaldes, Alguaciles de la nuestra casa, Corte é Chancillerías, é á todos los Concejos, Corregidores, Asistentes, Gobernadores, Alcaldes, Alguaciles, Merinos, Prebostes, Veinticuatros, Regidores, Jurados, Caballeros, Escuderos, Oficiales é Homes buenos de todas las cibdades, villas é lugares destos dichos nuestros reinos é señoríos é de las dichas Indias, islas, tierra firme del mar océano, así á los que agora son como á los que serán de aquí adelante, é á cada uno é cualquier dellos en sus lugares é jurisdiciones, que vos guarden é cumplan é hagan guardar é cumplir á vos é á los dichos vuestros fijos é descendientes la dicha merced que así vos facemos de las dichas armas é que las hagan é tengan por vuestras armas conoscidas é vos las dejen como tales poner é traer á vos é á los dichos vuestros fijos é decendientes dellos é de cada uno dellos, é que en ello ni en parte dello embargo ni contrario alguno vos no pongan ni consientan poner en tiempo alguno ni por alguna manera, sopena de la nuestra merced é de diez mill maravedís para la nuestra cámara á cada uno que lo contrario hiziere.

Dada en la villa de Valladolid á 19 dias del mes de Enero de mill quinientos é treinta é siete años.-Yo el Rey.Yo Francisco de los Cobos, Comendador mayor de Leon, secretario de sus Cesáreas Católicas Magestades, la fice escribir por su mandado.-El Cardenal.-Beltran.-Caravajal.-Bernal.-Velazquez.

ARMAS

PARA EL MARQUÉS D. FRANCISCO PIZARRO.

Don Felipe, por la gracia de Dios etc. Por cuanto el Emperador que sea en gloria mandó dar é dió una su carta y provisión firmada de su mano, refrendada de Juan Vazquez de Molina, su Secretario, por la cual hizo merced de un escudo de armas al Marqués D. Francisco Pizarro, como en la dicha carta y provision Real más largo se contiene que su tenor es como sigue: Don Carlos por la divina clemencia, Emperador semper augusto etc. Por cuanto Hernando de Çaballos, contino de nuestra casa, en nombre de vos el Marqués Don Francisco Pizarro, nuestro pariente y Adelantado, Gobernador y Capitan general de las provincias de la Nueva Castilla, llamada Perú, del nuestro Consejo, nos ha hecho relacion que bien sabíamos cómo teniendo consideracion á los muchos y continuos y antiguos servicios que nos habeis hecho, ansí en estos nuestros reinos como en Italia y otras partes y en las nuestras Indias, y en la conquista, poblacion y pacificacion de las provincias de Tierra firme, llamada Castilla del Oro y Nicaragua, y en otras partes de las nuestras Indias, y lo que nos habíades servido en el descubrimiento y conquista desas dichas provincias del Perú, vos habíamos mandado dar por armas una águila negra que abrace dos colunas que Nos traemos por devisa, con una letra que dice: «Plus ultra,» y que la dicha águila tenga una corona de Rey, de oro, en la cabeza, y la ciudad de Tumbez, que fué la primera que hallastes en la dicha tierra al tiempo que la descobristes, con un leon y un tigre que guarden la puerta principal della y algunas aguas de mar junto á la dicha ciudad, y en ellas dos navíos con las velas amainadas, y por orla ciertas ove

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