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nuevamente impreso.

EN estos dias se ha dado á luz en Salamanca un papel

tan lleno de quexas y expresiones injustas y destempladas, como vacío de solidéz y de verdad con este título: Disertacion crítica, en que se prueba contra el Continuador de la España Sagrada el Rmo. P. M. Fray Manuel Risco, que San Alvito, Obispo de Leon, no fue primero Monge,y Abad de Samos, sino de Sabagun, como se ba juzgado basta abora. Por el P. M. Fr. Romualdo Escalona, Monge del Monasterio de Sabagun. En él se me imputan algunos defectos dignos si fuesen ciertos de la mas severa reprehension, los quales no pueden disimularse sin mucho riesgo, de de que el dictamen verdadero que establezco en el Tomo XXXV. acerca de la Abadía de San Alvito, decaiga en el concepto de los menos eruditos; y asimismo peligre en esta parte el tal qual credito que he ganado por el amor á la verdad que en todos mis escritos manifiesto. Para que conozcan pues los lectores de la Disertacion la falsedad con que me acusa el R. Escalona, y la injusticia con que pretende mi retratacion en el asunto que se controvierte, solo quiero por ahora, hacer presentes algunas reflexiones, y estas breves, pero suficientes por sí solas para desvanecer quanto se alega en la expresada Disertacion.

Se me imputa primeramente, que no he tratado el asunto de San Alvito con la sinceridad y lisura que observo en mis escritos, sino con aquel genero de sutileza artificiosa, que reprehende San Isidoro en el texto que se pone por cabeza de la Disertacion. Para vindicarme en este punto, basta remitir al lector al citado Tomo XXXV. en todo lo que toca á las memorias del Santo, y se hallará que lejos de aparentar dificultades, como se me atribuye, menoscabo algunas pruebas que miradas en sí mismas son mas poderosas para confirmar la verdad

que

que defiendo , que todo lo que opone en favor de su dictamen el M. Escalona. Lease principalmente lo que escribo desde el num. 100. hasta el 106. y en particular el num. 102. En este refiero tres Escrituras del Archivo de la Santa Iglesia de Leon dadas en las Eras 1084. 1085. y 1086. que corresponden á los años de 1046. 1047. y 1048. Estos instrumentos hacen muy probable que San Alvito era ya Obispo en los años que señalan, y por consiguiente distinto del que comenzó á ser Abad de Sahagun por los años de 1050. como quiere el Autor de la Disertacion. Y aunque es verdad que Cipriano vivia y presidia en los mismos años, como muestro por otras Escrituras; con todo se puede defender la integridad y pureza de instrumentos tan contestes, diciendo que San Alvito era Coepiscopo ó Coadjutor de Cipriano, segun lo que digo en el num. 104. proponiendo el modo con que pudo concurrir el mis mo Alvito con Julian Obispo de Burgos á firmar una Escritura que trahe Berganza, num. XCVII. Esto ademas de probarse con la autoridad de los instrumentos citados. de la Iglesia de Leon, se hace muy verisimil con los de Sahagun; pues mencionandose la renuncia y retiro de Cipriano en el que traigo en el num. 107. que es del mes de Abril de 1057, ya en el de Mayo del mismo año suena, ó sigue la Dignidad Episcopal de Alvito. Este argumento, pues, que sin duda es muy oportuno para justificar la distincion de Alvito de Leon, y de Alvito Abad de Sahagun, y asimismo es mas fuerte que todo lo que se ha ofrecido has ta ahora en prueba de su identidad, estuvo tan lejos de abul tarse con mis expresiones, que escribí en el num. 103. que presumia algun error de los copiantes en las datas.

En el num. 3. dice, que ultrajo la reputacion de Autores esclarecidos, y maltrato los nombres respetables de Sandoval, de Yepes, y otros Historiadores. Basta leer lo que yo escribo para que los lectores conozcan esta falsedad. En el num. 93. 96. y 97. cito al Rmo. Sarmiento, y pongo algunas palabras suyas; y sin embargo de que expreso su nombre, y de que refiero como suyas las expresiones que allí se trahen, el Autor de la Disertacion las hace ..mias,

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responder para satisfaccion de esta calumnia, empieza su num. 7. de este modo: Pareceme estar viendo la respuesta que tiene prevenida el M. Risco á todo lo dicho (con tanta arte trató esta materia) y es, que la falta de exactitud 6 sinceridad en citar y copiar á Sandoval y á Tepes, se debe atribuir al M. Sarmiento, y no á él que no bizo sino tras ladar literalmente lo que aquel docto Benedictino trabe en sus papeles citados. Así que no carece de arrojo temerario lo que en el num. citado se me atribuye, como si no fuera posible desengañarse los lectores con mi propio escrito.

Omitiendo la vindicacion del Rmo. Sarmiento, que á la verdad formó un argumento muy natural y obvio, y que el M. Escalona no puede disolver sino es con la confusion que se representa en sus números 9. y 10. vengamos al 11. donde extraña mi disimulo acerca de lo que establece en la Historia de Sahagun en órden al Catálogo de los Abades. Pues como si nada hubiera leído (dice) de todo lo referido, lo pasó todo en el mas alto silencio, y le parece que todo lo tiene compuesto con aferrarse en los Catálogos de Sandoval, y de Tepes; con hacer decir á estos Escris tores lo que ellos no dixeron, y con deducir conseqüencias a su arbitrio.

En Sandoval y Yepes está bien claro el Catálogo de los Abades de Sahagun, y de él resulta la misma cuenta que hizo el Rmo. Sarmiento, y hará otro qualquiera que lo lea, diciendo que si Eta era Abad en el año de 1046. el sucesor Tructemiro, que lo fue cinco años, lle gó al de 1051. y Alvito que lo fue ocho al de 1059. y esto mismo es lo que debe confesar el M. Escalona, pues reconoce que los Escritores citados dan á entender que Tructemiro fue sucesor de Ecta, hi hacen la mas leve mencion de que los dos fuesen Abades en un mismo tiempo y Monasterio; de lo qual se deduce legitimamente lo que pretendia el erudito P. Sarmiento. Mas dexando ésto ¿qué esperaba el M. Escalona havria yo escrito, si no pa- · sára en silencio su Catálogo? A la verdad ninguna otra cosa debia prometerse, sino que yo manifestaria despues

de

de él la triste obscuridad que se advierte en las Escrituras que cita, en órden á los Abades de aquellos años, la qual es tan grande que no halla él mismo otro modo de esclarecerla, que admitiendo dos Abades en un mismo tiempo, ó poniendo un solo Abad que unas veces se nombraba Ecta, y otras Tructemiro. ¿Qué juzgaba, diria yo de lo que establece sobre la Abadía de Alvito? Pues tenga por cierto, que solo havia de notar su equivocacion, en decir que consta la Abadía de Alvito desde primero de Enero del año de rogo. alegando para prueba de esta noticia un instrumento que no se dió hasta 21. de Diciem bre de el mismo año, como se puede ver en su Apend. Escrit. XCII. Și á ésto añadia que Sandoval despues de haver visto los instrumentos del Monasterio de Sahagun pone otra cronología diferente, quedaba el Catálogo de Abades estrañamente enredado en el juicio de los lectores. Por tanto no reprehenda el M. Escalona con tanta severidad mi silencio, antes bien reconozca la causa que en este punto se le ofrecia para su prudente disimulo.

De ninguna entidad es lo que alega contra mí en el num. 11. por lo que paso al 12. en que me opone, que haviendo él escrito que o la fecha del Becerro de su Monasterio estaba errada &c. yo escribí: Ni se responda con el M. Escalona que ó las fechas del Becerro están erradas &c. Pero el sentido legítimo de estas palabras no es el que entiende este docto Benedictino; porque haviendo yo hablado de las Escrituras, que debia suponer haver visto Sandoval y Yepes para la formacion del Catálogo de Abades de Sahagun, digo que no se responda de ellas lo mismo que el M. Escalona respondia de la que trahe en su Lib. 2. c. 3. num. 11. y prueba claramente la distincion de Alvito, Obispo de Leon, y de Alvito, Abad de Sahagun. Esta es y fue mi inteligencia, y no quiero se dé otra que pueda ofender al Autor de la Disertacion.

Diciendo ya de una vez lo que resulta de las Escrituras antiguas, en cuya autoridad confia tanto el M. Escaopa, es constante que no haviendo una que compruebe a identidad de Alvito, Obispo de Leon, y de Alvito, Abad

de

convencen su distincion. En la Santa Iglesia Legionense he visto á lo menos tres, en que se expresa, como dixe antes, la Dignidad Episcopal de Alvito en los años de 1046. 1047. y 1048. y dexando á un lado las que trahe Bergan→ za en su Apend. num. XCII. y XCVII. que trahen el año de 1050. y de 1053. en el Monasterio de Sahagun se conserva una de 22. de Mayo de 1057. en que se dice que Alvito era entonces Obispo de Leon. Constando pues por otra parte que en los instrumentos del mismo Monasterio posteriores a todas estas datas, suena Alvito con solo título de Abad, es indubitable que por las Escrituras, no puede deducirse otra cosa que la distincion de dos Alvitos.

Ni se me oponga, que yo tengo declarada mi sospecha sobre si havrá error de los copiantes en las datas de las Escrituras referidas en vista de que por otras se sabe la actual presidencia de Cipriano en la Iglesia de Leon en aquellos años. Porque ademas de que este reparo no com prehende á la Escritura de Sahagun, es cosa muy patente que por mi sospecha no pierden su autoridad las Escrituras, las quales por otra parte no contienen vicio manifiesto, ó que pueda justificarse y sobre todo tengo ya expuesto, que la integridad de las Legionenses se salva con solo decir que San Alvito fue Coepiscopo ó Coadjutor de Cipriano, lo que tambien se hace muy verisimil con lo que dexo dicho en el num. 3. de las Escrituras de Sahagun.

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Visto ya que por los instrumentos de privilegios y do naciones no puede sostenerse otro dictamen que el mio sobre la distincion de los dos Alvitos, vengamos ya á examinar lo que responde el M. Escalona al testimonio de los Codices antiguos, que expresan la Abadía de San Al vito en el Monasterio de Samos, y dicen así: Convocat ad se (Ferdinandus Rex) reverendæ sanctitatis virum, qui ex Sa manensi Monasterio, quem strenue Abbas cœlesti norma rexerat, Legionensis Urbis divina providentia erat constitutus Episcopus, Alvitus nomine. Responde, pues, el M. Esca lona en el num. 16. de este modo: Estas palabras bicie

ron

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