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Cierto es que Dios, respecto á la Iglesia, fué, si así puede decirse, más explícito, por cuanto, además de señalar las bases y preceptos sobre las que debia descansar, designó tambien las personas que debian co-regirla y el modo y forma de ejercer el poder; pero no es ménos cierto que la virtud de la Religion cristiana ha dado á los Estados los primeros y más sólidos fundamentos de estabilidad y de órden, así como que los elementos esenciales de la constitucion y régimen de las naciones se hallan contenidos en las divinas enseñanzas. En efecto: el fin del Estado, el origen divino del poder, el deber que tienen los gobernantes de dictar leyes justas, administrar recta justicia y cuidar lealmente los

intereses de los ciudadanos procurando el bien comun, son principios marcados en la ley natural y en los libros sagrados. Igualmente lo están las obligaciones por parte de los súbditos de obedecer, pagar los tributos y no resistir á las autoridades legítimas, pues quien resiste á sus justos mandatos, resiste á la ordenacion de Dios y se hace reo de condenacion.

Además de estos principios, que bastarian por sí solos para informar el régimen de las naciones, en los mismos libros sagrados y en los monumentos de la antigüedad cristiana vemos tambien establecidos en su verdadero sentido aquellos principios que con el nombre de Derechos individuales son tenidos.

como fundamento y base de las constituciones modernas. Tales principios, en la parte buena que contienen, no son debidos, como se pretende, á la revolucion y á la ciencia. de los publicistas; quien los ha dado á conocer y ha desarrollado ha sido la Iglesia predicando las doctrinas de Jesucristo: los revolucionarios y políticos, lejos de haberlos inventado, los han falseado por completo de tal manera que si en la práctica se aplicaran como en teoría los exponen, llevarian la sociedad al desquiciamiento.

El derecho que tiene el hombre de obrar el bien, de practicar los medios necesarios á la consecucion de su fin, derecho que constituye la verdadera libertad, ¿dónde está pro

clamado con mayor elocuencia que en las doctrinas de Nuestro Señor Jesucristo, que murió para hacernos libres y que por do quiera que se han predicado han destruido en la familia el triple despotismo del padre, del marido y del amo? ¿Quién - sino Jesucristo ha introducido la libertad en el Estado, negando el poder absoluto del César, enseñando que no se le debe obediencia cuando manda cosas opuestas al fin del individuo, puesto que en este caso la dignidad y el nombre de cristiano obligan á obedecer primeramente á Dios que á los hombres? (1) Y por fin, ¿dónde está mejor prevenida la tiranía que en la ame

(1) Act. Apost. v, 29.

naza de Dios á los gobernantes, de que serán castigados tanto más rigurosamente, cuanto más poderosos fuesen, si abusan del poder que les ha sido confiado, no para provecho propio, sino para el de sus súbditos? (1)

La verdadera igualdad y la verdadera fraternidad ¿dónde se hallan establecidas, sino en las enseñanzas divinas, que nos dicen ser todos los hombres iguales como hijos de un mismo Padre que está en los cielos, que nos creó á su imágen y semejanza y derramó su sangre para redimirnos? ¿Quién sino la Religion Católica enseña la igualdad de todos los hombres ante Dios y

(1) Sap. VI, 7.

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