Fundamento del vigor y elegancia de la lengua castellana

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Lopez, 1886

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Página 46 - Y mientras miserablemente se están los otros abrasando con sed insaciable del peligroso mando, tendido yo a la sombra esté cantando. A la sombra tendido, de yedra y lauro eterno coronado, puesto el atento oído al son dulce, acordado, del plectro sabiamente meneado.
Página 53 - ... cebado y engañado de una bolsa con cien ducados que me hallé un día en el corazón de Sierra Morena, y el diablo me pone ante los ojos aquí, allí, acá no, sino acullá, un talego lleno de doblones...
Página 91 - El rostro no varía, Y si la alta montaña Encima le viniere, no le daña. Bien como la ñudosa Carrasca en alto risco desmochada Con hacha poderosa, Del ser despedazada Del hierro torna rica y esforzada.
Página 282 - Pues ¿ qué hermosura puede haber, ó qué proporción de partes con el todo, y del todo con las partes, en un libro ó fábula donde un mozo de diez y seis años da una cuchillada á un gigante como una torre, y le divide en dos mitades como si fuera de alfeñique? Y ¿qué cuando nos quieren pintar una batalla después de haber dicho que hay de la parte de los enemigos un millón...
Página 209 - ... habiendo y debiendo ser los historiadores puntuales, verdaderos y no nada apasionados, y que ni el interés ni el miedo, el rancor ni la afición, no les hagan torcer del camino de la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir.
Página 310 - ... -Erutar, Sancho, que no regoldar -dijo don Quijote. -Erutar diré de aquí adelante -^-espondió Sancho-, ya fee que no se me olvide. -También, Sancho, no has de mezclar en tus pláticas la muchedumbre de refranes que sueles; que, puesto que los refranes son sentencias breves, muchas veces los traes tan por los cabellos, que más parecen disparates que sentencias.
Página 117 - Filódoce, que así de aquéllas era llamada la mayor, con diestra mano tenía figurada la ribera de Estrimón, de una parte el verde llano, y de otra el monte de aspereza fiera, pisado tarde o nunca de pie humano, donde el amor movió con tanta gracia la dolorosa lengua del de Tracia.
Página 40 - ... haciéndose algún tanto atrás, tomó una corridica, y puestas ambas manos sobre las ancas de la pollina, dio con su cuerpo, más ligero que un halcón, sobre la albarda, y quedó a horcajadas, como si fuera hombre...
Página 229 - ... quiero que aquí a mi lado y en compañía desta buena gente te sientes, y que seas una mesma cosa conmigo, que soy tu amo y natural señor; que comas en mi plato y bebas por donde yo bebiere; porque de la caballería andante se puede decir lo mesmo que del amor se dice: que todas las cosas iguala.
Página 292 - ¿Sin duda, respondió el autor que digo , que debe de decir vuestra merced por la Isabela , la Filis y la Alejandra? Por esas digo , le repliqué yo , y mirad si guardaban bien los preceptos del arte , y si por guardarlos dejaron de parecer lo que eran, y de agradar á todo el mundo : así que no está la falta en el vulgo, que pide disparates, sino en aquellos que no saben representar otra cosa.

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