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de su nacimiento el agasajo particular que debió al Almirante Virey que le hospedó en su propia casa hasta los momentos en que

cha merced de la renta de la escobilla de las casas de las fundiciones de la dicha Isla, y el oro que se saca de la dicha escobilla es de todos los que vienen á fundir en las dichas fundiciones, ne pluguiese hacer merced de la renta de la dicha escobilla á los hospitales de la dicha 1sla para el mantenimiento y sostenimiento de los pobres que en el dicho hospital se mantienen: é Yo considerando lo susodicho, é por servicio de Nuestro Señor, é por hacer limosna á los dichos hospitales é pobres, tengo por bien é es mi merced que vacando la dicha renta del escobilla por la persona á quien Yo agora tengo fecha merced della, haré merced é limosna de la dicha renta del escobilla á los dichos hospitales de la dicha Isla para el matenimiento é sustentacion de los dichos pobres, como dicho es.

Item: me fué suplicado é pedido por merced que habiendo consideracion á que Nuestro Señor ha seido servido en la poblacion de la dicha Isla de cristianos, é en la conversion de los Indios á Nuestra Santa Fé Católica de la dicha Isla, é á la necesidad que tienen de ser enseñados en las cosas de Nuestra Santa Fé, y porque la dicha Isla se pueble de cristianos viejos é personas que tengan el zelo que deben é son obligados al servicio de Nuestro Señor é mio, mandase que ningund hijo ni nieto de quemado, ni hijo de reconciliado, ni hijo ni nieto de judío ni moro pueda tener ni tenga, ni le sean dados Indios en la dicha Isla: é si alguno de los tales hobiere en la dicha Isla que los tenga, se los mande quitar aunque sean casados; é que ansímismo mandase que los extrangeros de mis Reinos é Señoríos que en la dicha Isla estovieren, que no fueren casados, no puedan tener ni tengan ni les sean dados Indios, 6 como la mi merced fuese: é Yo habiendo respeto á lo susodicho, é por el mucho deseo que tengo que la dicha Isla se pueble de tales personas que ellas é los que dellas descendieren den de sí buena doctrina y ejemplo, é hagan, en todo lo que deben é son obligados al servicio de Dios é mio, tóvelo por bien; é es mi merced é voluntad, é por la presente mando que ninguno de los dichos hijo ni nieto de quemado, ni hijo de reconciliado, ni hijo ni nieto de judío ni moro, que agora están en la dicha Isla, ó de aquí adelante fueren á ella, no puedan tener ni tengan, ni les sean dados en la dicha Isla ningunos Indios: é si por caso alguna de las tales personas los tienen al presente, por esta mi Carta mando al mi Almirante é Jueces é Oficiales de la dicha Isla que luego ge los quiten é no ge los dejen ni consientan mas tener, porque ansi es mi merced é voluntad: é ausimismo mando que ningund extranjero de fuera de mis Reinos é Señoríos, que en la dicha Isla estovieron que no fueren casados, no puedan tener nitengan en ella ni les sean dados ni repartidos ningunos Indios.

Item: me fué suplicado é pedido por merced me plugiese no hacer merced de Indios en la dicha Isla á personas que no residen é son vecinos dellas, é si algunos los tienen se los mandase quitar é hacer merced dellos á otras personas que en la dicha Isla residen, porque á causa de se darlos dichos Indios á personas que estan absentes, los Indios son maltratados, é hay muchos vecinos en la dicha Isla que por no tener Indios están perdidos: é Yo tóvelo por bien, é me place é he por bien que de aquí adelante no mandaré dar Indios á personas que no residan en la dicha Isla, ecebto el Reverendo in Cristo Padre Obispo de Palencia, mi Capellan Mayor, é al Comendador Mayor de Castilla é de mi Consejo, é á Mosen Juan Cabrero, mi Camarero, é á Miguel Perez de Almazan, é á Lope Conchillos, mis Secretarios é de mi Consejo.

salió para Cuba bajo las órdenes de Diego Velazquez, y con este. motivo se referia de él un suceso acontecido á su persona en los primeros dias de su arribo á Santo Domingo, el cual fué elucidado legalmente en dias posteriores, cuando, de resulta de sus desavenencias con Núño de Guzman se les tomó á ambos residencia por la Real Audiencia. Al presentarse en Santo Domingo le notaron algunos vecinos que debajo del sayo que traia ocultaba una cruz colorada de la encomienda de la Orden de caballería de Santiago, y teniéndolo por una falsedad, lo denunciaron al Virey Almirante, el cual le reconvino por aquella aparente usurpacion, pero Alvarado lo satisfizo diciéndole que era en efecto Comendador de la Orden de Santiago, y que el motivo de traerla oculta era porque habiendo pasado á la isla en estado de pobreza y en donde nadie le conocia, pretendia por este manejo encontrarse en aptitud de emprender cualquier cosa que le proporcionase medios de adquirir bienes.

El Almirante Virey, alabando su honesto manejo, le previno que pues era Caballero de la Orden de Santiago no lo encubrie

Todas las cosas susodichas, é cada una dellas, segund é en la manera que de suso van declaradas, por lo que á Mí toca é atañe, por esta mi Carta otorgo é concedo é hago merced á vos los vecinos é moradores de la dicha Isla Española que agora estan é viven en ella, é á los que de aquí adelante fueren á ella á la poblar: é mando al dicho mi Almirante é Gobernador, Jueces é Oficiales que por tiempo en ella residieren, é á todos los Concejos, Justicias, Regidores, Caballeros, Escuderos, Oficiales,é Hombres-buenos de las Villas é Lugares de la dicha Isla Española, é á todas las otras cualesquier personas de cualquier estado, condicion 6 preeminencia que sean, que agora viven é estan en la dicha Isla ó estovieren de aquí adelante, que guarden ó cumplan, é fagan guardar é cumplir esta mi Carta é todas las mercedes é cosas en ellas contenidas, segund é en la forma é manera que en ella se contiene; é contra el tenor é forma della é de lo en ella contenido no vayan ni pasen, ni consientan ir ni pasar en tiempo alguno ni por alguna manera, so pena de diez mil maravedis para la mi Cámara á cada uno que lo contrario hiciere. E porque lo susodicho sea notorio, é ninguno pueda pretestar inorancia, mando que esta mi Carta sea apregonada públicamente por las plazas é mercados é otros lugares acostumbrados de las Villas de Santo Domingo é de la Concebcion de la dicha Isla por pregonero, ó ante Escribano público; é mando que cada Concejo de las Villas é Lugares de la dicha Isla saquen un traslado desta mi Carta, autorizado é signado del Escribano del Concejo, é lo ponga é deposite en el arca del dicho Concejo con las otras escrituras que tovieren: é ansímismo mando que se tome la razon desta mi Carta en la casa de la Contratacion de las Indias de Sevilla por los mis Oficiales que en ella residen. Dada en la Villa de Valladolid á veinte y seis dias del mes de Setiembre, año del Nascimiento de nuestro Salvador Jesucristo de mil quinientos y trece años.-YO EL REY. Yo Lope Conchillos, Secretario de Su Alteza lo fice escribir por su mandado. Registrada, Cabrero. Por Chanciller, Cabrero. El traslado de esta Provision, corregido con ella, queda en la Casa de la Contartacion de las Indias que reside en Sevilla en nueve de Marzo de mil quinientos catorce años. El Doctor Matienzo. Ochoa de Isasaga. Juan Lopez de Recalde.

se por ninguna razon; y desde entónces en Santo Domingo y despues en Cuba llevó en el pecho la cruz de su encomienda y se llamaba y firmaba el Comendador Pedro de Alvarado, por lo cual fué muy honrado en lo adelante.

CAPITULO IX.

EL SEGUNDO ALMIRANTE VIREY DON DIEGO COLON,

Desde 1514 á 1515,

Descubrimiento de la costa de Florida por Ponce de Leon. Mencion de lo que habia acontecido á los hijos de Sebastian Cabot en el descubri miento de las costas del Norte de América,—Nombramiento de repartidor general de indios á Rodrigo de Alburquerque, vecino de la Concepcion de la Vega,- Viaje del Almirante Virey á la isla de Puerto Rico.-Determina el Almirante Virey regresar á España á defenderse de varias acusaciones.-Fallecimiento del Adelantado Don Bartolomé Colon, -Pleito y pruebas producidas sobre los derechos del Almirante Virey y los descubrimientos de Costa-firme.-Residencia del Licenciado Ibarra á los Gobernadores de Santo Domingo, Cuba, Jamaica y Puerto Rico.-Sucede en el mando el Licenciado Lebron.-Nombramiento del Señor Geraldino y Fray Luis de Figueroa para los Obispados de Santo Domingo y la Vega.-Resoluciones en varios negocios del Almirante Virey.-El Padre Bartolomé de las Casas se presenta en la Corte.-Muerte del Rey Católico Don Fernando.—Sucede en el Gobierno el Cardenal Gimenez de Cisneros.-Nombramiento y comision de los Padres Gerónimos, con el Padre Casas de Fiscal.-Escudo y blason concedido á la isla de Cuba.-Aumento y prosperidad de los españoles avecindados en ella, -Principian los Padres Gerónimos su comision y gobierno con acierto y discrecion.-El Licenciado Suazo es nombrado Juez para la residencia de los Oidores de Santo Domingo,-Acusacion establecida contra ellos.-Sale el Padre Casas de Santo Domingo, sobre lo cual se expone la opinion del historiador Llorente Instrucciones al Licenciado Rodriguez de Figueroa, Juez comisionado.-Colonizacion del Padre Casas.-Informe de la Real Audiencia sobre el estado de la isla.

CL

L espíritu predominante de la época y el génio activo que distinguia á muchos de los primeros que acompañaron al Almirante en alguno de sus tres viajes, no permanecieron indiferentes, mientras aun quedaban nuevas tierras que descubrir y mayores portentos que admirar. Entre otros se distinguia Juan Ponce de

Leon, que habia pacificado y gobernado la provincia de Higüey y la isla de Puerto Rico. Desocupado en aquellos dias, por haberse provisto su empleo en Juan Ceron, y en el retiro de su casa reflexionó que aun quedaba en las Indias por descubrir el misterio mas admirable de que se hablaba contínuamente y cuya probabilidad no se ponia en duda. Por tradicion constante y general se aseguraba que existia en la isla de Bimini ó en las tierras de Florida, un rio cuyas aguas rejuvenecian al que en ellas se bañaba, y Ponce de Leon se propuso llevar á cabo esta averiguacion. Era rico y podia suplir á los gastos de un armamento; y en efecto armó tres naves y bien provisto de gentes, municiones y todo lo demás necesario, salió del puerto de la Aguada con bo franco al Norte. Muchos dias pasaron en los Caycos y Lucayas y en los alrededores de las isletas nombradas Juguana, Amaguayo, Manegua, Guananí y otras diferentes. El veinte y siete de Abril descubrió la punta del continente, que él creyó y tuvo siempre por la punta de una isla y la denominó Florida, por haber caido aquel dia la Pascua de Resurreccion. Recorrió de esta costa quince leguas, hasta fondear en las inmediaciones de la tierra, en donde descubrieron unos bohíos de indios y notaron una fuerte y extraordinaria corriente en mas de veinte leguas, formada por el choque de las aguas del Océano y las de las mares interiores y tuvo á bien navegar arrimado á la costa. Con riesgo y oposicion de los indígenas que se presentaron en aquel punto, llegó hasta un rio en donde colocó una cruz de mampostería. Prosiguió su viaje hasta doblar el Cabo de Corrientes, que así se denominó porque allí corre el agua con mas velocidad que el viento, y se dirigió á hacer agua á una isla, que llamó Santa Marta, y a otra Santa Pola. En esta excursion se ocupó hasta el dia de Pascua de Espíritu Santo, que descubrió el islote de los Mártires, adonde acudieron varios indios que daban noticias de un Cacique Carlos, que tenia mucho oro y debia ser de la Española, lo cual pretextaron seguramente para apoderarse de las naves y de los españoles, pues los atacaron repetidas veces, y en las varias escaramuzas murieron algunos indios. Juan Ponce tuvo á bien hacer rumbo á la isla Matanza y á los islotes, que denominó las Tortugas. En ella desembarcaron y compuso una nave, creyendo que se hallaba en las costas de la isla de Cuba.

De allí volvieron en busca de Santa Marta y Santa Pola por medio de los islotes bajos de las Lucayas, haciendo parada en la Vieja, que así la denominó por una india anciana que allí encontraron. El veinte y cinco de Julio salieron en busca de la prodigiosa Bimini, despues de reconocer la de Bahama. En esta ocasion avistaron una barca de un tal Diego Miruelos, que habia salido de la Española en busca de aventuras sobre aquellas desconocidas costas: caminaron en conserva por entre infinidad de islotes, hasta la isleta Guatao, en donde se fué á pique la barca de Miruelos, sin que peligrase él y su gente, que fueron salvados por Ponce de Leon y sus compañeros. Allí determino éste enviar

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