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lla de música entonando el Salmo L. Despues el cadáver precedido de quatro caballos blancos con fundas cenicientas y hieroglí ficos alucibos á el éroe: llebaba ocho luces y quatro borlas que pendian del féretro; las llebaban otros tantos Gefes que se mudaban de trecho en trecho.

A la señal que daba el Eclesiástico maestro de ceremonias, paraba la tropa el Mayor General y entonaba el clero un devotísimo responso.

Despues del cadáver marchaba una compañía de cazadores de Puebla con banderas plegadas, triste música, armas á la funerala y caxas negras.

Luego el Presidente y los Excmos. Señores:

Governador y Capitan General.

Don Bernardo Troncoso

Comandante General de Marina

Señor Intendente y Visitador General.

Por último iban los Dragones montados, con su Gefe el .Señor Don Josef Valverde.

A los balcones, plaza de Armas, San Ignacio y calles concurrió numeroso pueblo de ámbos sexos y condiciones.

A las diez llegó el féretro á la Iglesia, donde estaba preparada una vistosa y sovervia tumba con barios trofeos y motes; doblaban las campanas en general, y repetia la salva del mar y de la Cabaña.

Se colocaron las tropas en sus respetibos lugares y se dió principio á la Vigilia.

A las once cantó la misa el Ilmo. Señor Obispo.

A las doce dixo la oracion fúnebre panegírica el Doctor Don Josef Agustin Caballero.

A la una terminó esta soleguísima funcion, con salva, dobles, y retiro de las tropas.

Queda el cadáver de este hombre grande colocado en esta Santa Iglesia Catedral y están destinados los dias 21 y 22 para ha cerles honrras y cabo de años.

Havana 20 de Henero de 1.796."

CAPITULO V.

EL COMENDADOR NICOLAS DE OVANDO.

Desde 1508 ₫ 1509.

Legado del testamento de la Reina Católica á su esposo y recomendacion del codicilo á favor de los indígenas. - Antinomia de estas disposiciones en su ejecucion. Acrecentamiento de la industria en la Española. Bojeo de la isla de Cuba por Sebastian Ocampo y de sus calidades. - Administracion y buen gobierno del Comendador Ovando. Poblacion de Puerto Rico por Juan Ponce de Leon.Alonso de Ojeda y Diego de Nicuesa en Costa-firme. - Empleados de la Española y descubrimientos del Tesorero Bernardino de Santa Clara. Real Orden para esclavizar los indígenas caribes. Prosigue Don Diego Colon en la Corte las solicitudes de su difunto padre: casa con Doña María de Toledo y es nombrado Virey y Almirante de las Indias interinamente y mientras se decidia el plei. Instrucciones verbales y por escrito que le dieron para su gobierno, y gracias concedidas á los vecinos de la Española.

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A Reina Doña Isabel la Católica, siempre generosa y grande, habia querido en su última disposicion dar una prueba á su esposo el Rey Don Fernando del cariño que le habia profesado constantemente. Juntos y con una voluntad habian hecho la fusion completa de los distintos reinos y señoríos que dividieron la España; expulsando los moros de su último atrincheramiento. No habia sucedido lo mismo en el progreso del gran descubrimiento de las Indias, en que cupo exclusivamente á la Reina todo el mérito de la ejecucion. El célebre Colon, desconocido entonces pero dotado del carácter inflexible de que dió tantas pruebas posteriormente, resistió toda alteracion en las capitulaciones que habia propuesto para que se le confiriese el título de Virey y la autoridad de Almirante en todas las tierras que descubriese, con la décima parte de las riquezas que se sacaran, y el Rey Don Fernando, con dictámen de varias personas influyentes, habia negado su aprobacion manifestando que tales exigencias revelaban un alto grado de orgullo, y que era indecoroso á sus Altezas otorgarlas á un mísero extrangero aventurero.

Por efecto de esta oposicion habria fracasado la empresa, porque de hecho se rompieron las conferencias con el Rey; y Colon, que se retiró de la Corte, deshauciado de sus planes, ó hubiera pasado á otra Nacion á proponer su proyecto ó consumido el gran secreto que le agitaba; pero hombres mas imparciales y de mas talento, que comprendian la importancia de aquel negocio, se dirigieron á la Reina y la persuadieron de que si Colon pedia mucho, lo pedia con sujecion á los resultados; que si eran reales y efectivos, tendrian lugar las remuneraciones que se prometian, y que nada se aventuraba en concederlas, y que al fin era reparable aquella negativa, que no estaba de acuerdo con el espíritu elevado que siempre la habia distinguido en la proteccion de toda empresa grande y heróica.

La Reina condescendió á tan justas advertencias y despreciando los frios cálculos de tímidos consejeros, entregada á los impulsos de su generoso corazon, concluyó con estas memorables palabras: "Tomaré esta empresa á cargo de mi Corona de Castilla, y empeñaré mis joyas para ocurrir á los gastos, si no hay fondos bastantes en el Tesoro."

De este modo tuvo efecto y término la negociacion pendiente sin que la Corona de Aragon tuviera mas parte que los servicios y ayuda que prestó en lo sucesivo, quedando reservadas exclusivamente las cargas y utilidades á la Corona de Castilla. Por consecuencia, siendo la Reina Doña Isabel señora absoluta de los descubrimientos y de sus riquezas, no quiso olvidar á aquel á quien tanto habia amado, y aunque al principio pareció contrariar el proyecto, supo despues ayudarlo y cooperar á la ejecucion de la empresa. En el testamento que otorgó en doce de Octubre mandó: "Que aunque para el mantenimiento del Rey era el legado menos de lo que desearia y de lo que merecia por sus eminentes virtudes é ilustres prendas, le señalaba la mitad de todas las rentas y productos líquidos que se sacasen de los países descubiertos en Occidente."

Hay que observar que al propio tiempo que hacia la Reina este legado, con otras gracias, á su compañero, en recuerdo de los gloriosos dias en que se tachonó la Corona de España con los ricos y esplendentes tesoros del nuevo mundo, no olvidó en momentos tan supremos á sus protegidos indígenas, que habian sido desde los primeros momentos del descubrimiento la parte mas interesanto de su administracion. En el codicilo que otorgó el veinte y tres de Noviembre, víspera de su muerte, compuesto de tres cláusulas, será siempre memorable la segunda en que, no perdiéndolos de vista, dispuso lo siguiente:

"Por cuanto al tiempo que nos fueron concedidas por la San"ta Sede Apostólica las Indias y la tierra firme del mar Oceano, "descubiertas y por descubrir, nuestra principal intencion fué, al "tiempo que lo suplicamos al Papa Alejandro VI. de buena me"moria, que nos hizo la dicha concesion, de procurar de reducir y "atraer los pueblos de ellos y convertirlos á nuestra Santa fé Ca

"tólica, y enviar á las dichas Islas y Tierra firme, perlados, reli"giosos, clérigos y otras personas doctas y timoratas de Dios, para "instruir los vecinos y moradores dellos á la fé Católica y doc"trinarles é enseñar buenas costumbres, é poner en ello la diligen"cia debida, segun mas largamente en las letras de la dicha con"cesion se contiene, suplico al Rey mi Señor muy afectuosa"mente y encargo y mando á la dicha Princesa mi hija y al dicho "Príncipe su marido, que ansi lo hagan y cumplan, y que este "sea su principal fin, y que en ello pongan mucha diligencia, y "no consientan, ni den lugar á que los Indios vecinos y morado"res de las dichas Indias y Tierra firme ganadas y por ganar, re"ciban agravio alguno en sus personas y bienes; mas manden que "sean bien y justamente tratados, y si algun agravio han recibido "lo remedien y provean, por manera que no se exceda cosa algu"na lo que por las letras apostólicas de la dicha concesion nos es "infringido y mandado."

La coincidencia de los dos legados presentaron una ptigna inevitable en sus efectos. Para que hubiera utilidades y productos preciso era que los indios trabajasen, y como la templanza era la virtud que pudiera arreglar la conciliacion de los extremos, y si la hubo ó no posteriormente ha sido materia de disputa, no debemos aventurar la opinion, como lo hicieron otros historiadores, de que la mayor parte de la destruccion de los indios data de esta época, porque aseguran que tratando el Comendador de buscar formas y maneras de aumentar las rentas Reales en beneficio particular del Rey viudo legatario, no hubiese ya coto ni freno que detuviera la ambicion de los encomenderos ni excusa de todo género para disculpar las demasías. Aunque la divergencia de estas disposiciones hubiese contribuido al aniquilamiento de la raza india por la eficacia desplegada en aquellos dias, preciso es convenir que esta misma actividad produjo efectos benéficos en el desarrollo de la industria general de la isla, como se advertirá por los hechos, sin que podamos determinar el grado de abuso ó violencia ejercida en la clase indígena, porque ningun historiador lo determina específicamente, fuera de los casos detallados en esta historia. Con estos antecedentes y estimulado el interés del gobierno de la isla, por tales causas, no es extraño se acrecentase la industria en todos sus ramos. El aumento de las haciendas de agricultura fué como una sustitucion previsora de los destinos que estaban preparados á las empresas de minerías. Pedro de Atienza y el Bachiller Velloza, vecinos de la Vega, que habian conservado en ella las simientes de la caña, principiaron á establecer el laboreo del azúcar. Mas en grande fomentaron uno de los primeros ingenios en Santo Domingo, Cristóbal de Tapia y su hermano Francisco, el nombrado Yaguate, á media legua del rio de Nizao.

La exigencia de otras empresas era extraordinaria. Andrés de Morales, persona de vastos conocimientos, fué enviado á reconocer todo el interior de la isla. Sus montes, rios, valles y sierras fueron objeto de sus exploraciones: de todo lo cual dió una

prolija relacion al Comendador, que fué sin duda lo que sirvió de base á los primeros españoles que detallaron geográficamente el interior de la isla. Se descubrió en estos dias y explotó una mina rica de cobre en las inmediaciones de Puerto Real; otra en Azua y se acrecentaron los trabajos de la de oro en Buenaventura, y en esta última fundian dos veces al año de las descubiertas anteriormente y de las posteriores hasta ciento y veinte mil pesos en cada acuñamiento. La produccion de la mina del Cibao, que tambien se fundia dos veces al año en la Concepcion de la Vega, llegaban sus valores á ciento cuarenta mil pesos en cada una. El marcador Rodrigo de Alcázar á quien los Reyes concedieron este oficio, como una pequeña merced, le valia mas de cuatro mil y quinientos pesos de premio en su rendimiento.

Entonces se dió aun mayor calor á las empresas ultramarinas. Se formó una torre por órden del Comendador en la isla de Cubagua, próxima á tierra firme, para el comercio de las perlas. Juan Diaz de Solis y Vicente Yañez Pinzon habian proseguido el descubrimiento del Almirante en 1506, desde la isla de los Guanajos por la costa de Yucatan hasta Golfo Dulce con objeto de encontrar un pase ó entrada á la mar del Sur é hicieron en su tránsito los rescates que se proporcionaron sin otro éxito. En este año de 1508 volvieron á insistir en su proyecto y llevando de piloto á Pedro de Ledesina, salieron de Sanlúcar, y despues de reconocer las islas de Cabo Verde llegaron al cabo de San Agustin en la Costa-firme, y recorrieron hasta los cuarenta grados, y tomaron posesion de lo descubierto á nombre de los Reyes de Castilla, siendo los primeros españoles que cruzaron la linea equinoccial.

El palo de tinte del brasil en aquellos tiempos casi se consideraba con el mismo valor que la moneda, y lo prueba la Real Orden que los Reyes Católicos expidieron en favor de Alonso de Ojeda como una gracia y en remuneracion de deudas de cierto cargamento de esta madera. (1)

(1) El Rey é la Reyna: Por la presente damos licencia á vos Alonso de Hojeda para que podais cortar é traer para vos á estos nuestros Reynos treinta quintales de brasil de la Isla Española y de otra cualquiera Isla de la parte del mar Océano donde fuéredes, los cuales dichos treinta quintales habeis de haber é vos son debidos en esta guisa, los veinte quintales dellos, de que vos hovimos fecho merced, é los otros diez quintales por un caballo que vos tomó el Almirante Colon en las dichas Indias para las yeguas que allí están, que fué estimado en quinientos reales, é mandamos al Comendador Francisco de Bobadilla, é á otras cualquier Justicia é personas que non vos pongan impedimento alguno en el cortar é traer del dicho brasil, ni vos pidan por ello dinero alguno, con tanto que despues que ansi hoviéredes traido á estos nuestros Reynos lo vendais á los mercaderes que de nos tienen comprado el brasil de las dichas Islas al precio que nos le damos todo el otro brasil, si ellos le quisiesen tomar é si no lo quisieren coger, lo podais vender á quien quisiéredes: é los unos nin los otros non fagades por alguna manera so pena de la nuestra merced. Fecha en Granada á diez dias del mes de Marzo de mil é quinientos é un años &a.

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