Imágenes de páginas
PDF
EPUB

Aquí quisiera acabar, si vuestra merced me da licencia, que paso ha sido este último para dejar mi pluma más que cansada, y áun mi estómago más que revuelto. Por lo cual no pienso ahora meter el pié en los oficios, ni entre los oficiales de tantas maneras y especies de secretarios, contadores, escribanos, alguaciles y procuradores como hay en esta córte; porque podria ser, que aunque le quisiese el hombre retirar y sacar de presto, me le hubiesen cortado ántes, creyendo que llevo dineros en el zapato. Sólo quisiera tratar de una cosa y casi general costumbre, ó por mejor decir corruptela, que hay en esta córte, que es tener todos los cortesanos puestos siempre los ojos en el blanco de su particular, sin atender al cómodo ni descómodo del prójimo, como perros y gatos que están al derredor de la mesa cuando el señor come, que el que más presto puede coger el hueso ó el pedazo de pan que de la mesa se arroja, ése le coge sin atender á la hambre del compañero; tanto que anda entre estos cortesanos un lenguaje, que temo ha salido del infierno; porque cuando uno ha hecho negocio, de que se le sigue provecho, aunque se haya llegado al fin de él por medios malos, torpes é ilícitos, y sea efecto muy en daño y perjuicio de tercero, lo salvan y excusan y tienen por bien negociado con decir: hizo su negocio. Acerca de los inconvenientes y males que de la cortesana aprobacion de esta manera de negociar nacen, se puede mucho más sentir que explicar; y así no digo más, sino que en las negociaciones de córte, aunque se negocie á pospelo, no se tiene por errado el córte.

Y si vuestra merced quiere bien entender qué cosa

es la córte, cerrando esta carta se la definiré : que la córte es unas escuelas donde se enseñan y ejercitan todas las facultades buenas y malas; ó de otra manera, la córte es monte de tres tabernáculos: uno templo suntuoso y devoto de la religion cristiana; otro receptáculo del mundo y la carne, y el otro chiquero donde se ceban y engordan los siete puercos mortales; ó de otra manera la córte es acogida y estanque de los sucesos del mundo; presa de mentiras y navegacion, donde siempre la aguja toma por norte al particular interes del navegante; ó de otra manera: la córte es dia que descubre los buenos; noche que encubre los malos; carga enfadosísima para los sabios; gustoso entretenimiento para los ignorantes; senda trabajosa, estrecha y muy embarazada para el cielo; y ancho y deleitoso camino para el infierno: ó de otra manera, la córte es mar donde los peces grandes se tragan á los peces chicos; tierra poblada de sucios gusanos, ratiles venenosos y fieras rapaces; aire lleno de piadosas cigüeñas, amorosos pelicanos y caudales águilas, y cielo donde el sol y la luna resplandecen, é infinidad de estrellas centellean é influyen. Y por acabar con las definiciones de la córte y esta carta, digo: que la córte es una universidad grave, autorizada, lustrosa, llena y muy vária, donde tienen votos, así los malos como los buenos, así los simples como los prudentes; donde Dios es muy temido y acatado, el demonio muy agradado y seguido; donde los altares del templo de Vénus y Cupido están siempre humeando con sacrificios de

I Está sin duda por «reptiles.»

I

necios y tontos; donde el dios de los epicúreos tiene la mesa más llena, y Baco tiene la mejor y más combatida bodega; y donde la justicia es más poderosa y rigurosa, y los bellacos más y más principales. Y nuestro señor, etc. De la córte 1.....

No tiene fecha la carta; pero de presumir es la escribiese antes del año 1567, en que obtuvo el gobierno de las Canarias. La célebre carta de Los Cata-riberas, que más adelante se inserta, la escribió en 1560, en Toledo, estando allí la Córte, y él pretendiendo una vara de corregidor.

CARTA

ESCRITA AL CAPITAN MONDRAGON, EN QUE SE DESCRIBE

LA MILICIA DE UNA ISLA.

(Es útil para la noticia del lenguaje militar y algo del órden de la milicia.)

Muchos dias há que no he visto carta de vuestra merced: no sé si lo han causado las militares ocupaciones, en que su Majestad le emplea de ordinario, ó tenerme por hombre del otro mundo despues que estoy fuera de los términos y promontorios de España. Si lo causa la primera causa, no me parece que en buena amistad es bastante descargo, que, pues la pluma no embota la lanza, tampoco la lanza debe desjarretar la pluma. Y pues Julio César en el mayor fervor y conflicto de sus guerras y batallas escribia de noche todos los sucesos del dia, bien podria vuestra merced alguna noche escribir una letra á quien tanto la desea, y por obligacion de amistad antigua la debe. Y si esta

remision la ha causado la segunda causa, paréceme (con perdon de vuestra merced) ménos causa. Pues quien trae (como vuestra merced) tan delante los ojos la muerte, y quien en los recuentros, escaramuzas y asaltos anda cada dia casi á brazo partido con ella, no hay para qué deje de tener memoria de los que están en el otro mundo. Y porque en esta parte tengo por ménos inconveniente estar yo justamente quejoso de vuestra merced que no vuestra merced lo esté de mí, quise escribir ésta significando la milicia de esta isla ', para que entendiendo que yo escribo desde la guerra, se tenga vuestra merced por más obligado á hacerme lo que pido. Que tambien aquí se ofrecen peligrosas suertes del fiero Marte; tambien aquí la diestra Bellona tiene su escuela de armas, y áun tales discípulos en ella como vuestra merced entenderá por lo que se sigue.

Y pues del general es el primer lugar, será bien que primero tratemos de los generales de esta milicia y ejército; los cuales siempre son bachilleres, porque son los gobernadores que su Majestad aquí envia para administrar justicia. Andan con sus saboyanas y bonetes; sus armas ofensivas y defensivas son la vara. Es gran contento, y anímase mucho la gente de ver un general de estos manejar y revolver su mula, y más cuando algun arcabuz se dispara, que ella misma se revuelve y desmaneja, de manera que saca al general en un momento mil pasos del escuadron, y áun á veces arrastrándole por el campo.

I La de Tenerife, de la cual y de las demas, denominadas Canarias, era el autor gobernador por los años de 1567 al de 73.

« AnteriorContinuar »