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GLOSARIO.

Abrusar, abrasar, quemar, del latin bajo aburere.

El fuego que dentro del alma mabrusa
Su pena es tan grande que no sé decilla,
Querria vivir por sólo sufrilla;

Mas este querer la muerte macusa.

(Question de Amor, 1539, fől. 18.)

Adarga de cuento; llamábase así la que en medio del redondel tenía un cuento como el de las lanzas. 31.

Afechate, lo mismo que Flechate ó Aflechate, en frances Enflechure. Segun César

Oudin en su Diccionario frances-español, los aflechates son las cuerdas de que se hacen las escalas de los navíos. El mismo Eugenio de Salazar en su Glosario, al explicar la voz ovencaduras, dice así: «Son las escaleras de cuerda que están á los lados del navío, por donde suben á las gabias, que los machos gruesos se llaman ovenques, y los delgados que atraviesan y hacen las escaleras se llaman afecha

tes. 41.

Agolar, en marina coger la vela y amarrarla á la entena. 40.

Alarde, parada, revista; es voz arábiga de al-aradh, que significa lo mismo. Albanega, la cofia ó red para recoger el pelo de la cabeza. 85. El padre Haedo en su Topographía de Argel, fólio 27 vuelto, dice: «Suelen todas (ansí moras, como turcas y renegadas) traer una como escofia en que cogen los cabellos, á que llaman en morisco lartia ó el beniga, la cual es de tela, y labrada en la delantera de algun color.) Almadiar; almadia es voz arábiga, de maadia, con el artículo al, que vale tanto como balsa ú armazon de maderos para atravesar un rio. En Aragon llaman aún almadia al conjunto de troncos de árboles ó maderos trabados y sujetos entre sí para

entendiendo que entre mis súbditos no habia medio para más socorro, me procuré valer de mis amigos y deudos, á los cuales despaché mis cartas de creencia, y de ellos me llegó otro socorro que me resucitó de muerte á vida.

he

De estotros caballeros de espada y capa que no han servido á la milicia en particular casi no tengo que decir, porque los veo en córte tan humildes y bien comedidos, tan justificados en sus palabras, tan despreciadores de cohechos y tan amigos de oficiales fieles, que son aquí los mejores corregidores del mundo; y si «<en el aldegüela no hay más mal que suena», merecen Su Majestad les haga mucha merced. Empero porque en el muy buen paño suele haber la raza, y en la más fina grana cae la polilla, y no todos los llamados han de ser escogidos, ni hay cuerpo sin ijada, diré lo que visto en ciertos miembros de este cuerpo de caballería. Y es que un mes despues de la provision de Medina que he dicho, salieron proveidos dos de estos caballeros en dos corregimientos; los cuales no hubieron sacado los recudimientos de sus rentas, cuando pusieron en almoneda y pregon algunos miembros de ellas. para los arrendar de por menor, empero por la mayor cuantidad que pudiesen. No faltaron personas que hicieron posturas; rematáronse las tenencias, los alguacilazgos, las alcaidías de cárcel, y algunas de estas rentas tan bien subidas, que van bien seguros los arrendadores de la puja del cuarto. Yo, entendiendo el negocio, dije á uno de estos corregidores que se me daba por amigo: <«<señor, mirad lo que haceis, que no es permitido vender los oficios; que como sabeis, se han de dar libres para

que vuestros oficiales los hagan bien y libremente.» El corregidor me dijo: «¿qué quereis que haga, que há un año que estoy en esta córte esperando este corregimiento? ¿no os parecerá bien que, pues ya me vino á las uñas, me pague las expensas del detenimiento? Que juro á Dios que no hay real en galera para ir á él ni áun para salir de esta córte, si estos ministros no me ministran. Y aun allá yo os prometo que no tengo de tener las manos cerradas á los que de buena voluntad me lo ofrecieren. No hagais tal, señor (dije yo), que el principal bien de los jueces es tener las manos limpias. Limpias y relimpias las traeré yo (dijo él), porque me las lavaré cada dia tres veces, cuando me levantáre de la cama y sobre comida y despues de cena. Y el oro no ensucia las manos.-No, oro no, guardaos del diablo (le volví á decir); áun ya, cuando visiteis la tierra de vuestra jurisdiccion, recibir un cabrito, un par de perdices, ó de conejos por moderado precio, áun no es tanto mal; aunque tambien por esto no faltará quien diga que os corrompen para que dejeis de hacer justicia. -Muy delgado hilais (dijo el corregidor); de eso de comer y beber, cuanto viniere de limosna recebiré yo muy de buena gana; porque quod intrat per os, non coinquinat hominem (lo que entra por la boca no corrompe al hombre).

>>>Y sabeis que los recebir todo lo que

corregidores podemos muy bien consiste en peso, número y medi

da; porque lo que se pesa recebímoslo sin pesar; en

lo que se cuenta no hay cuenta; y para

nos parece que nos da el Rey la vara.

lo que se mide

-Guardaos de una residencia, señor (le respondí):

mirá no os den vómitos en ella, con que alanceis el humor malo y bueno, quiero decir lo bien y lo mal ganado. Andad (dijo él), que ya tengo experiencia de eso; que mil ducados de cohecho nunca costaron quinientos de pena; que si una vasija está llena de miel, la trastornen y vacien, siempre se queda algo pegado en ella; y así á los corregidores, aunque más nos sigan y persigan y condenen, con un buen cohecho que hayamos recebido pagamos todas las nonadillas que en residencia nos cargan, y áun nos queda pan para

aunque

nuestro año. »

El otro corregidor no sé qué intencion llevaba, aunque, pues el principio fué semejante al de este mi amigo, piadosamente se puede presumir no serán diferentes los medios de la administracion. Ambos se fueron, y yo quedé tan quédo, que áun hasta ahora no me he mudado de este lugar, aunque han corrido otros dos meses. Al principio tenía alguna esperanza de salud, y ya la voy perdiendo del todo, como enfermo que va de mal á peor; porque en parto tan largo no creo que dejará de nacer hija al cabo.

Dias há que viendo que no nos puede venir socorro de parte alguna, vamos acortando las raciones: la mula rebuzna, el mozo gruñe y yo bocezo; mas ¿qué hemos de hacer? que nos vemos como los que están sitiados por todas partes, y no les puede entrar socorro ni bastimento, sino comer por onzas para podernos entretener algun dia más. Hecha tengo la cuenta; y si el sustento me llega á otro mes, será todo lo del mundo. Determinado estoy que si en todo este mes, con que se cumplirán seis de mi residencia en córte, no me saliere

alguna suerte, volverme á mi casa, porque para tan corta vida como los hombres ya vivimos, basta ser medio año necio. Y sin duda no me deterné más, porque si no fuere proveido, seré pobre ido. Y nuestro Señor, etc., de Toledo y de Abril 15 de 1560.

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