Imágenes de páginas
PDF
EPUB

HERNANDO DE ACUÑA.

+ 1580.

SONETO.

Cuando era nuevo el mundo y producia
Gentes, como salvajes, indiscretas,
Y el cielo dió furor á los poetas
Y el canto con que el vulgo los seguia,
Fingieron dios á amor y que tenia

Por armas fuego, red, arco y saetas,
Porque las fieras gentes no sujetas
Se allanasen al trato y compañia;
Despues viniendo á mas razon los hombres,
Los que fueron mas sabios y constantes
Al amor figuraron niño y ciego,

Para mostrar que de él y de estos nombres Les viene por herencia á los amantes Simpleza, ceguedad, desasosiego.

SANTA TERESA DE JESUS.

+ 1582.

FUEGO DEL AMOR DE DIOS.

Glosa.

Vivo sin vivir en mí,

Y tan alta vida espero,

Que muero porque no muero.

Aquesta divina union

Del amor con que yo vivo,
Hace á Dios ser mi cautivo,
Y libre mi corazon:
Mas causa en mi tal pasion
Ver á Dios mi prisionero,
Que muero porque no muero.

¡Ay! que larga es esta vida!

¡Qué duros estos destierros,
Esta carcel y estos hierros
En que el alma está metida!
Solo esperar la salida,
Me causa un dolor tan fiero,
Que muero porque no muero.

¡Ay! qué vida tan amarga
Do no se goza el Señor!
Y si es dulce el amor,
No lo es la esperanza larga:
Quiteme Dios esta carga,
Mas pesada que de acero,
Que muero porque no muero.

Solo con la confianza,
Vivo de que he de morir,
Porque muriendo el vivir
Me asegura mi esperanza:
Muerte do el vivir se alcanza,
No te tardes, que te espero,
Que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte:
Vida, no me seas molesta;
Mira que solo te resta,
Para ganarte perderte;
Venga ya la dulce muerte,
Venga el morir muy lijero,
Que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba

Es la vida verdadera:
Hasta que esta vida muera,
No se goza estando viva:
Muerte, no me seas esquiva;
Vivo muriendo primero,
Que muero porque no muero.

Vida, ¿qué puedo yo darle
A mi Dios, que vive en mí,
Si no es perderte á tí,
Para mejor á él gozarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
Pues á él solo es el que quiero,
Que muero porque no muero.

Estando ausente de tí,

¿Qué vida puedo tener?
Sino muerte padecer
La mayor que nunca ví:
Lástima tengo de mí,
Por ser mi mal tan entero,
Que muero porque no muero.

El pez que del agua sale
Aun de alivio no carece:
A quien la muerte padece,
Al fin la muerte le vale:
¿Qué muerte habrá que se iguale
A mi vivir lastimero?

Que muero porque no muero.

Cuando me empiezo á aliviar
Viéndote en el Sacramento,
Me hace mas sentimiento
El no poderte gozar:
Todo es para mas penar,
Por no verte como quiero,
Que muero porque no muero.

Cuando me gozo, Señor,
Con esperanza de verte;
Viendo que puedo perderte:
Se me dobla mi dolor:
Viviendo en tanto pavor,
Y esperando como espero,
Que muero porque no muero.

Sácame de aquesta muerte,
Mi Dios, y dame la vida:
No me tengas impedida
En este lazo tan fuerte:
Mira que muero por verte,
Y vivir sin tí no puedo,
Que muero porque no muero.

Lloraré mi muerte ya,

Y lamentaré mi vida,
En tanto que detenida
Por mis pecados está.
¡0 mi Dios, cuando será,
Cuando yo diga de vero,
Que muero porque no muero!

A CRISTO CRUCIFICADO.

Soneto.

No me mueve, mi Dios, para quererte,
El cielo que me tienes prometido,
Ni me mueve el infierno tan temido
Para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, mi Dios; muéveme el verte
Clavado en esa cruz y escarnecido;
Muéveme ver tu cuerpo tan herido;
Muévenme las angustias de tu muerte:
Muéveme en fin tu amor de tal manera

Que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
Y, aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
Porque, si cuanto espero no esperara,
Lo mismo que te quiero te quisiera.

LETRILLA.

Que llevaba por registro en su breviario.

Nada te turbe,

Nada te espante,
Todo se pasa;
Dios no se muda,

La paciencia
Todo lo alcanza;
Quien á Dios tiene

Nada le falta:

Solo Dios basta.

JUAN RUFO.

+ 1584.

CARTA Á SU HIJO.

Dulce hijo de mi vida,

Juro por lo que te quiero
Que no ser el mensajero
Me causa pena crecida.
Mas no cumplireis tres años,
Sin que yo, mi bien, te vea,
Porque alivio se provea
Al proceso de mis años.

A Dios que mi pecho entiende
Le pide, pues ángel eres,
Lo ordene como tu quieres
Y tu padre lo pretende.
Dos veces al justo son

Las que el sol ha declinado
Hasta el capricorni helado
Desde el ardiente leon,
Despues que, hijo querido,
Puse tanta tierra en medio,
Mas por buscar tu remedio
Que mi descanso cumplido.
Espérame, que ya voy,
Do te veré y me verás,
Puesto que conmigo estás,
Adonde quiera que estoy.
Mas al fin desta jornada
Espero sin falta alguna
A pesar de la fortuna
Que seremos camarada.
Prenderé tu blanca mano

Con esta no blanca mia. Y hacertehe compañia Como si fueras anciano. Y si algun camino luengo

Te cansa y causa embarazos
Llevartehe sobre mis brazos
Como en el alma te tengo.
Dartehe besos verdaderos
Y transformándome en tí,
Parecerán bien en mí
Los ejercicios primeros:
Trompos, caños, morterillos
Saltar, brincar y correr,
Y jugar al esconder,
Cazar avispas y grillos;
Andar á la cojcojita

Con diferencia de trotes,
Y tirar lisos virotes

Con arco y cuerda de guita;

Chifle en hueso de albarcoque,
Pelota blanca y liviana
Y tirar por cerbatana
Garbanzo, china y bodoque;

« AnteriorContinuar »