Dió en ser malo; y á medida ¿De cuando acá, dijo, el hado Anda el mundo concertado? VICENTE ESPINEL. 1544-1634. LE TRILLA. Contentamientos pasados. ¿Qué quereis? Dejádme, no me canseis! Contentos cuya memoria A cruel muerte condena, No me os mostreis lisonjeros, Si dar disgusto y desden Es vuestro propio caudal, Dejado y estoy sin vos, VILLANCICO. Mil veces voy á hablar Pero mas quiero callar Que me envie noramala. Voy á decirle mi daño, El temor me hace callar, Que me envie noramala. Tengo por suerte mas buena Mostrar mi lengua á ser muda, Se desiguala, Tengo por mejor callar, Que me envie noramala. REDONDILLAS. « Pedir celos no es cordura Los celos es un tormento, Mas pedirlos es locura Muchos celosos se quedan Mas vale por complacellas Que ellas miran por su honor ALONSO JERONIMO DE SALAS BARBADILLO. +1635. EPIGRAMA. Cuéntanme, Samuel, que ayer Y cansado de esperarme Mucho fué, sin negociar, Irte y vencer tu deseo, LOPE FELIX DE VEGA CARPIO. 1562-1635. CANCION. ¡O libertad preciosa, No comparada al oro, Ni al bien mayor de la espaciosa tierra, Que el precioso tesoro Que el mar del sur entre su ni car cierra, Con armas, sangre y guerra, Con las vidas y famas Conquistado en el mundo: Paz dulce, amor profundo, Que el mal apartas y á tu bien nos llamas, Oro, tesoro, paz, bien, gloria y vida! Tinieblas ví del cielo La luz, principio de mis dulces dias, Que nuestro humano velo Tejiendo llevan por inciertas vias, Trocaron en la gloria, Que en libertad poseo Con siempre igual deseo; Donde verá por mi dichosa historia, Quien mas leyere en ella, Que es dulce libertad lo ménos della. Yo pues, señor exento De esta montaña y prado, Gozo la gloria y libertad que tengo; Jamas ha derribado La vida humilde y pobre que entretengo: Cuando á las manos vengo Con el muchacho ciego Haciendo rostro embisto, Venzo, triunfo y resisto La flecha, el arco, la ponzoña, el fuego, Lloro el ajeno mal, y canto el mio. Cuando la aurora baña, Con helado rocío De aljófar celestial el monte y prado, A dar el nuevo pasto á mi ganado: Al sueño el pecho inclino Oyendo el son de las parleras aves, Donde el perdido aliento se restaura. Cuando la noche escura Con su estrellado manto El claro dia en su tiniebla encierra, El tenebroso canto De los nocturnos hijos de la tierra, Al pié de aquesta sierra Con rústicas palabras Mi ganadillo cuento; Y el corazon contento Del gobierno de ovejas y de cabras, Del cuidadoso rey me representa. Aquí la verde pera Con la manzana hermosa De gualda y roja sangre matizada, La cermeña olorosa Tengo, y la endrina de color morada: Parra que el olmo enlaza Melosas uvas cojo, Y en cantidad recojo, Al tiempo que las ramas desenlaza El caluroso estío, Membrillos que coronan este rio. No me da descontento El hábito costoso Que de lascivo el pecho noble infama: Es mi dulce sustento Del campo generoso Estas silvestres frutas que derrama: Mi regalada cama De blandas pieles y hojas, |