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XII.

La vida es sueño.

Si culpa el concebir, nacer tormento,
Guerra el vivir, la muerte fin humano,
Si despues de hombre, tierra y vil gusano,
Y despues de gusano, polvo y viento,
Si viento nada, y nada el fundamento,
Flor la hermosura, la ambicion tirano,
La fama y gloria pensamiento vano,
Y vano cuanto piensa el pensamiento:
¿Quien anda en este mar para anegarse?
¿De qué sirve en quimeras sumergirse,
Ni pensar otra cosa que salvarse?
De qué sirve estimarse y preferirse?
Buscar memoria habiendo de olvidarse?
Y edificar habiendo de partirse?

ANTONIO MIRA DE MESCUA.

+1635.

CANCION REAL.

A la instabilidad de las cosas humanas.

Ufano, alegre, altivo, enamorado,
Rompiendo el aire el pardo jilguerillo.
Se sentó en los pimpollos de una haya;
Y con su pico de marfil nevado
De su pechuelo verde y amarillo
La pluma concertó pajiza y gaya,
Y celoso se ensaya

A discantar en alto contrapunto
Sus celos y amor junto,

Y al ramillo su apoyo y á las flores
Libre y gozoso cuenta sus amores.
May ¡ay! que en este estado

El cazador cruel, de astucia armado,
Escondido le acecha,

Y al tierno corazon aguda flecha

Tira con mano esquiva,

Y envuelto entre su sangre lo derriba.

¡Simple avecilla errada

Imágen de mi suerte desdichada!

De la custodia del amor materno
El corderillo jugueton se aleja
Enamorado de la yerba y flores.
Y por la libertad del pasto tierno
El candido licor, olvida y deja

Por quien hizo á su madre mil amores;
Sin conocer temores

De la florida primavera bella

El vario manto huella

Con retozos y brincos licenciosos

Y pace tallos tiernos y sabrosos.
Mas ¡ay! que en un otero

Dió en la boca de un lobo carnicero

Que en partes diferentes

Lo dividió con sus voraces dientes,

Y á convertirse vino

En purpúreo el nevado vellocino.
¡Oh inocencia ofendida!

¡Breve bien, caro pasto, corta vida!
Rica con sus penachos y copetes,
Ufana y loca, con lijero vuelo
Se remonta la garza á las estrellas
Y puliendo sus negros martinetes
Procura ser allá cerca del cielo
La reina sola de las aves bellas;
Y por ser ella de ellas'

La que mas altanera se remonta,
Ya se encubre y trasmonta

A los ojos del lince mas atentos,
Y se contempla reina de los vientos.
Mas ¡ay! que en la alta nube
El águila la vió, y al cielo sube
Donde con pico y garra

El pecho candidísimo desgarra
Del bello airon que quiso

Volar tan alto con tan corto aviso.
¡Ay pájaro altanero,

Retrato de mi suerte verdadero!
Al son de las belísonas trompetas
Y al retumbar del sonoroso parche
Formó escuadron el capitan gallardo;
Con relinchos, bufidos y corvetas
Pidió el caballo que la gente marche,
Trocando en paso presuroso el tardo,
Sonó el clarin bastardo

La esperada señal de arremetida,
Y en batalla rompida

Teniendo cierta de vencer la gloria,

Oyó á su gente, que cantó victoria.
Mas ¡ay! que el desconcierto,
Del capitan bisoño y poco esperto,
Por no observar el órden,

Causó en su gente general desórden;
Y la ocasion perdida,

El vencedor perdió victoria y vida.
¡Ay fortuna voltaria,

En mis prósperos fines siempre varia! Al cristalino arroyo lisonjero

La bella dama en su beldad se goza,
Contemplándose Vénus en la tierra
Y al mas rebelde corazon de acero
Con su vista enternece y alboroza
Y es de las libertades dulce guerra.
El desamor destierra

De donde son despojos

Los purísimos castos de Diana,
Y en su belleza se contempla ufana.
Mas ¡ay! que un accidente,

Apenas puso el pulso intercadente,
Cuando cubrió de manchas,

Cárdenas ronchas y viruelas anchas
El bello rostro hermoso

Trocándole en horrible y asqueroso:
¡Ay beldad malograda

Muerta luz, turbio sol y flor pisada! Sobre frágiles leños, que con alas

De lienzo débil de la mar son carros,
El mercader surcó sus claras olas,
Llegó á la India; y rico de bengalas,
Perlas, aromas, nácares bizarros,
Volvió á ver las riberas españolas;
Tremoló banderolas,

Flámulas, estandartes, gallardetes;
Dió premio á los grumetes
Por haber descubierto

De la querida patria el dulce puerto.
May ¡ay! que estaba ignoto

A la esperiencia y ciencia del piloto

En la barra un peñasco

Donde tocando de la nave el casco

Dió al fondo hechos mil piezas
Mercader, esperanzas y riquezas.
¡Pobre bajel, figura

Del que anegó mi próspera ventura!

Mi pensamiento con lijero vuelo
Ufano, alegre, altivo, enamorado
Sin conocer temores la memoria
Se remontó, señora hasta tu cielo,
Y contrastando tu desden airado
Triunfó mi amor, cantó mi fé victoria,
Y en la sublime gloria

De esa beldad se contempló mi alma;
Y el mar de amor sin calma

Mi navecilla con su viento en popa
Llevaba navegando á toda ropa.
Mas ¡ay! que mi contento

Fué el pajarillo y corderillo exento,
Fué la garza altanera,

Fué el capitan que la victoria espera,
Fué la Vénus del mundo,

Fué la nave del piélago profundo;
Pues por diversos modos,

Todos los males padecí de todos.
Cancion, vé á la coluna

Que sustentó mi próspera fortuna
Y verás que si entónces

Te pareció de marmoles y bronces,
Hoy es mujer; y en suma

Tuve bien, facil viento, leve espuma.

JOSÉ DE VALDIVIESO.

1638.

RIMAS SACRAS.

Feridas teneis, mi vida,

Y duélenvos:

¡Tuviera las yo y no vos!
¿Quien os puso de esa suerte
Mi Jesus enamorado?

Ay que caro me ha costado
Alma, buscarte y quererte.
Mis heridas son de muerte
Aunque dadas por tu amor.»

Feridas teneis, mi vida,

Y duélenvos:

¡Tuviera las yo y no vos!

ن

Fuera yo, señor, la herida
Si son de muerte las vuestras,
Pues que dolor de ellas muestras,
Alma, llámalas de vida

Que no verás en mí herida

Donde vida no te doy.»>

Feridas teneis, mi vida,
Y duélenos.

¡Tuviera las yo y no vos!
Ay, como me han lastimado
Las heridas que en vos veo!
«Para las que yo deseo
Pocas son las que me han dado,
Que no es buen enamorado
El que no muere de amor.»

Feridas teneis, mi vida,

Y duélenvos:

¡Tuviera las yo y no vos!

JUAN PEREZ DE MONTALVAN.

1602-1638.

ROMANCE.

Viste la concha del mar

Que bebiendo el sudor bello
Del alba, forma una perla
En su cóncavo pequeño;
Y que al paso que la concha
Va con la perla creciendo,
Crece la union en entrambos
Con un nudo tan estrecho,
Que para sacar la perla
Rompen la concha primero
Y se quebran con el golpe
Unos pedazos pequeños?
Pues así mi corazon

Fué concha, que con el tiempo
Iba criando una perla,

Que es nuestro amor; fué creciendo

Tan unido que en los dos

De dos almas se hizo un cuerpo,

De dos mitades un alma,

Y un todo de dos compuestos.

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