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Sácanme del corazon,

Con violencia y con estruendo,
Un amor que habia criado;
Y así á los ojos salieron,
Estas lágrimas que son

Por mas que encubrirlas quiero,
Pedazos del corazon

Que se ha quebrado allá dentro.

PEDRO DE SALAS.

+ 1638.

QUEJAS DE UN DESTERRADO.

¿Que me mandais, amigos,

Acompañe los sones con el canto,
Si sois fieles testigos

De mis copiosas lágrimas y llanto?
¡Mandádme ántes que calle,

Que no es para cantar,

Que es mas para llorar tan triste valle!

No penseis ser achaque

De músicos, que no hay fuerza importuna
Que una voz les saque,

Ni á que lo dejen basta traza alguna:

Mi mal es de otra esfera;

Cisne no cantará hasta que muera.

Alegres alborozos

De un ánimo contento el cantar pide;

No cuando en mil sollozos

El afligido pecho el aire mide:
Que no siempre quien canta
Cantando su dolor y pena espanta.

Contra antigua costumbre

No prevalecen actos semejantes,
Que apenas ví la lumbre

Comun cuando de lágrimas infantes
Bañé paños y cuna,

Y creció el llanto con la edad á una.

Ni ejemplos me convencen

De muchos que cantando el ejercicio
De sus trabajos vencen

Que esos no tienen de llorar oficio:
Mas si mi oficio es llanto,

¿He de dejar mi oficio cuando canto?

Si al remero, cortando

Con un árbol del mar la cana espuma,
Le parece cantando

Regir el remo contra leve pluma,

El sudor que le baña

No es lágrimas de verse en tierra estraña.

Si mientras que los prados

Fértiles pacen mansas ovejuelas,

El pastor sin cuidados

De amor, pasa cantando largas velas,

No otra tierra le aplace

Que la que alegre su ganado pace.

Si cantando mitiga

El caminante de sudor cubierto

El cansancio y fatiga,

Es porque andando mas se acerca al puerto

Be su patria.. Ay! la mia

Cuanto me acerco mas, mas se desvia.

Si el labrador el grano

Cantando siembra en el mullido gremio,
Es porque en el verano

Libra de su trabajo el rico premio:

Mas sembrando mis ojos

Lágrimas su cosecha son abrojos.

No condeno al remero,

Al pastor, labrador y caminante
Que por hacer lijero

Cada cual su pesar cante y discante:

Solo culpo á mi pena

Que llora al son de hierro y cadena.

Al son de las prisiones

En que ausente del patrio reino vivo,
Cómo alegres canciones

Puede cantar mi corazon cautivo?
Que si la voz levanto

La degüella el dolor en la garganta.

Si suelto mis sentidos

A que me traigan de cantar materia,
Me vuelven con gemidos

Llenos de pena, lástima y miseria.
Mirad si es bien que calle,

Sino es para cantar,

Que es mas para llorar tan triste valle!

Si tal vez me revientan

De mi primera edad verdes cantares
En lágrimas revientan

Para anegarlos de ambos ojos mares,
Y á mis voces retiran

Como el sol á las luces que le miran.

Bien saben estos rios

Ya de su agua ó de las gotas llenos
Que dan los ojos mios,

Que cuantas veces requerí los senos
Del instrumento al canto,

Tantas me fué instrumento de mi llanto.

Con esto un grave tedio

Cobré á mis instrumentos que colgados
De estos sauces en medio

Olvido porque así desacordados

No me acuerden memorias

De ausentes bienes, de esperadas glorias.

Ay! mi patria divina!

Ay mi centro, mi cielo y fin dichoso!
Quien de tí peregrina

Donde puede sin tí tomar reposo?

Mal haya quien cantare

Hasta la hora en que tu gloria entrare.

Músicos instrumentos

En los lúgubres dobles de campanas

Conviertan sus acentos!

¡Y sirvan á las lástimas humanas

De infaustos ataudes

Las cítaras, las harpas, y laudes!

Mi luz, mi amor, mi amante,

Vuelveme á tu pais, reino de estrellas,
Donde á tu gloria cante

Cancion que solo cantan tus doncellas,
Que por seguir tus pasos

Tu amor sellaron de cristal en vasos.

Allí, allí, mi gloria

O cuan bien cantaré el cántico tuyo!
Que cuente la victoria

Con que á mi nuevo ser me restituyo,
Arrimo aquí la lira

Do la mas acordada mas delira.

En tanto en un suspiro

Cifro toda mi música y mi canto,
Hasta que al bien que aspiro
Mi espíritu se suelte de su llanto
Y allí siempre te halle

Do no es para llorar,

Mas es para cantar tu alegre valle!

JUAN DE SALINAS.

Murió por los años de 1640.

Ꮮ Ꭼ Ꭲ Ꭱ Ꭺ.

Crecen en los amadores

Los temores

Cuando se acerca el no verse

((

Que como el sol va á ponerse,

Hace las sombras mayores. >>

El disimular fingido

Parece al otro estrañeza

La compostura tibieza,

Los imposibles olvido,

Los recatos esteriores

Disfavores

Y castigo el no atreverse
«Que como el sol va á ponerse
Hace las sombras mayores. >>

Los justos inconvenientes

Parecen falsas deshechas
Y verdaderas sospechas
Los recelos aparentes.
Y de los competidores
Los amores

Vienen por fuerza á temerse,

«Que como el sol va á ponerse Hace las sombras mayores. >>

Antologia española. I.

18

ROMANCE.

El pensamiento en Albania,
Los ojos en su retrato,
Las memorias de sus gustos
Conjuradas en su daño;
Tan léjos de su alegría

་་

Cuan cerca de un fin amargo,
Está sin alma Lucindo,
Muerto y vivo por milagro.
Ojos de mis ojos, dice,

A los que está contemplando,
Tan graciosos como bellos,
Y tan bellos como amados;
«Causadores de mi muerte,
Autores de mi regalo,
Para alumbrarme dos soles,
Para matarme dos rayos.
«Ausente estoy de vosotros,
Celoso y desesperado,

De mi desdicha me temo,
Que es mi perpétuo contrario.
«No pagueis los tristes mios,
Que están en continuo llanto,
Šiendo para otros alegres,
Y para Lucindo ingratos.
«De vuestro dueño me fio,
Y de su término hidalgo,
Creyendo que no habrán sido
Sus promesas sobre falso. »
Esto dijo, y de Lucinda

Llegó un papel á sus manos,
En sumo grado discreto,
Y amoroso en sumo grado.

Con que recibe en su mal
Un aparente descanso;
Si alguno puede tener

En ausencia un desdichado.

Celebra un tiro que la Duquesa de Osuna hizo á unos gorriones.

Belisa á cinco tiró

Gorriones, y á cuatro dellos

Antes con sus ojos bellos

Que con el tiro mató.

El otro solo quedó,

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