COSME GOMEZ TEJADA DE LOS REYES. MIGUEL MORENO. 295` No retoceis con el lascivo viento, Que duerme Galatea, y si despierta Que no habeis de ser flores En viendo sus colores, Ni yo de hoy mas Amor, si ella me mira. COSME GOMEZ TEJADA DE LOS REYES. SONETO BURLESCO AL SUSPIRO DE CRISAURA. Tiemble la tierra y con furor horrendo MIGUEL MORENO. Murió por los años de 1650. EPIGRAMMAS. I. Cual es el mas verdadero El gran puesto en que te ves, II. Si el bien que es comunicado Que crezca en el discursar III. El medio deseas saber, IV.. La razon, Leonardo, inquieres Doy las que quizás no infieres. Primeramente atendí A que es gran triunfo dejar, V. Siendo Antonio preguntado FRANCISCO DE LA TORRE, Murió por los años de 1654. EPIGRAMAS. I. Del dolor todo el rigor Muere con la muerte fuerte: II. Si es ley que á mi compañero III. Cayó Ines, y yo no niego, IV. Aunque en las horas del dormir se advierte El que siendo la muerte tan amarga, Tan agra, y tan grave, Sea la imágen suya tan suave. La inconstante fortuna V. Aunque es tan varia, en pobre y rico es una, De que puede faltarle lo que tiene, FRANCISCO PACHECO. 1574-1654. EL PINCEL. Enigma. De un humilde animal vengo, De todo, aunque no la tengo; Y aun parece mas que humano De mi poder la grandeza, Porque otra naturaleza Hago al que me da la mano. Lo que estimo sobre todo, Todo cuanto quiero hago, Es mi poder en el suelo Tan semejante al Eterno, Y aquí para entre los dos, EPIGRAMA. Pintó un gallo un mal pintor, Satisfizo con matallo; De suerte que murió el gallo FRANCISCO DE RIOJA. +1658. SILVA S. I. Al clavel. A tí, clavel ardiente, Envidia de la llama y de la aurora, Y del año las horas mas suaves. Tiendes igual las hojas abrasadas; Pública admiracion de la belleza, Lustre y ornato á pura y blanca mano, Al mas hermoso pelo Que corona nevada y tersa frente; Sola merced de Amor, no de suprema Otra deidad alguna, ¡Oh flor de alta fortuna! Cuantas veces te miro Entre los admirables lazos de oro, Por quien lloro y suspiro, Por quien suspiro y lloro, En envidia y amor junto me enciendo. Vuelves, ¡ay, oh dolor! mas abrasado. |