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SONET O.

Al dulce son de vuestro blando acento
Ví las aves sin dueño ya cautivas,
Suspensas ví las aguas fugitivas

Del Dauro en su orgulloso movimiento.
Ví el rumor de los árboles atento,
Ví del aire cesar las lenguas vivas
Ví humanarse las fieras mas esquivas
Y moverse las piedras de su asiento.
Ví me tambien de vuestro canto asido,
Fenix bella! y al céfiro, á las aves
Piedras, árboles, fieras y corrientes
Dije: pues este canto os da sentido,
Sentid! testigos de este bien suaves,
Que ya mi alma de sentir no siente.

DON FRANCISCO DE TRILLO Y FIGUEROA. Murió despues de 1660.

SENTIMIENTOS DE UN AMANTE."

(En imitacion de le oda XXXII de Anacreonte: Hirundo tu quidem annis.)

Avecilla importuna,

Golondrina enfadosa,

Que con tantos gorjeos
Ni bien cantas ni lloras,
Tú, del fértil verano
Primera anunciadora
Y del invierno frio
La última de todas,
Tú, siempre caminante

De una posada en otra,
Imágen de mi pena,
Nunca jamás ociosa,
¿Qué quieres, di, si apenas
Ha que llegaste un hora,
Y ya te tu escarmiento
Renuevas la memoria?
Allá en la ardiente Libia
Que los calibes moran
¿Qué mas hacer pudieras
Con quien tu pena ignora?

Deja, déjame el sueño,

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Que yo te ofrezco toda La atencion del silencio A tu prolija historia. Deja dormir mis celos,

Advierte que las ondas Que ha surcado tu vuelo No son tan escabrosas. Ya tú has llegado al puerto, Ya ves la playa sorda, Ensordezca tu pena Mientras la mia ignoras. Si en la soberbia Mémfis De las piras hermosas Has escrito en el polvo Tu queja dolorosa, Déjale al dolor mio Aquestas breves horas Que solo á mi tormento Se le permiten solas. Calla, importuno halago, De suaves congojas, Dispertador doliente De prolijas memorias; Calla, pues que no sientes Las ansias lagrimosas De un desprecio de Fili Mas que el mar engañosa. ¿Qué te importa mi oido? Tus quejas ¿qué me importan Si forzado te escucho, Si las mias no estorbas? ¿Qué quieres de un celoso? En mí, ¿qué acierto logras, Si dos partes del mundo Ya te oyen lastimosas? Tú vuelves cada un año Renovando oficiosa La habitacion prolija Bien que de paja y hojas, Bien que de pluma débil Y de materia tosca, De artífice elegante, De mano culta y docta.

Ya del soberbio lecho

Ya de la humilde choza
Se desmienta en el oro
O en el humo se esconda,
Al fin hallas tu nido

Sin que el tiempo interponga
A tu desvío ingrato
Su mano rigorosa.
Requieres la rotura

Que aquella parte poca,
De tu ausencia ignorada
Ocasionó injuriosa.

Y del consorte amigo

Pules las plumas broncas, Que en tu lascivo llanto Lascivamente moja. Dulce te corresponde Bien sus quejidos oigas Amorosa ó esquiva, Ingrata ó deliciosa. Si repites tus quejas, El tus lamentos goza, Si halagos le permites Caricias te retorna. Mas yo que ni hallo el nido, Ni á Fílida amorosa, ¿Qué me importa tu pena? Tus quejas qué me importan? ¿De qué pues te lamentas, Avecilla ambiciosa,

De ajenos sentimientos Y de ternezas propias? ¿De qué si apenas gimes

Cuando hay quien interrompa
Con halagos lascivos

Tus ansias aun dudosas?

Deja dormir mi pena,

Que no se desahogan
Con amorosas ansias .
Ansias tan rigurosas.

LETRILLAS.

I.

La morena hermosa

Que, yendo á la fuente
Perdió los zarcillos,
¿Qué pena merece?
Dióme mi velado

Hoy hace tres meses,
Zarcillos dorados
Con dos mil sainetes.
Dos candados eran
Para que no oyese
Palabras de amores
Que otros me dijesen.
Perdílos lavando,

¿Qué dirá mi ausente
Sino que son unas
Todas las mujeres?
Dirá que no quise

Candados que cierren
Con guardas que nunca
Permiten romperse;

Ni de oidos mudos

Los acentos fieles

Sino llaves falsas

Que abren con reveses. Dirá que así escucho

Cuantos van y vienen, Y que á pocas vueltas Toda soy vaivenes ; Dirá que es mi gusto Cuanto el gusto ofrece El domingo en fiesta, En mercado el jueves. Que mi fe se viste

De muchos dobleces Y que somos unas Todas las mujeres, Dirá que su amor Prendí en alfileres Que contra su pecho Flechas son crueles, Cuando en sus finezas Cada dia prende Mayores afetos, Deseos mas fieles.

Dirá que no son

Estos accidentes Nuevos en nosotros Y que los entiende Porque una centella Mucha llama emprende Donde sopla el viento De algun interese Y que el humo apenas Hay á quien no ciegue Porque ya encendido Tarde se resuelve. Mas cuando lo diga Le diré que miente, Y que no son unas Todas las mujeres, Y que mas estimo

Su cabaña y bueyes Que el palacio y coches De los grandes reyes. Diré que los chopos

De su dulce albergue Son de mi esperanza Frondosos doseles. Que las majestades

No se adoran siempre
A fuer de los luces
Por lo que parecen;
Que él es mi corona
En quien mi amor tiene
Cuanto fructifica,
El mayo y florece;
Cuanto el mar esconde
Y el arado hiende,
Peinando la tierra
Con su corvo diente;
Cuanto mira el sol

Desde que amanece,
Hasta donde el dia
En las ondas muere;

Que mi dulce fe

Suya será siempre
Y que no son unas
Todas las mujeres.

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