Di Juan, de qué murió Bras Tan mozo y tan malogrado? «Gil, murió de desamado». Y ¿qué dijo, dí, carillo, Cuando se vido mortal? «Que el mayor mal de su mal Era el no poder decillo. Y amas quiso descubrillo, Mas fué mal galardonado Y murió de desamado. >> Cuando morir se sentia,
¿Qué dijo á su mala suerte ? « Que era menos mal la muerte Que el dolor de que moria, Y si otra cosa decia, Siempre acababa el cuitado Que moria desamado. >> ¿Qué dijo al postrer momento? Estando ya de partida? «Acabaráse mi vida Pero no mi pensamiento: Y sin otro sentimiento Quedó muerto el desgraciado Que murió de desamado.»>
Rio de Sevilla ¡quien te pasase Sin que la mi cervilla se me mojase!
Rio de Sevilla, arenas de oro,
Desa vanda1) tienes el bien que adoro. ¡Quién te pasase
Sin que la mi cervilla se me mojase!
Rio de Sevilla, de barco lleno:
Ha pasado el alma, no pasa el cuerpo. ¡Quién te pasase
Sin que la mi cervilla se me mojase!
Rio de Sevilla rico de olivas
Díle como lloro lágrimas vivas.
¡Quién te pasase
Sin que la mi cervilla se me mojase!
1) Palabra catalana por márgen.
Romped, pensamientos, El aire sutil,
Y á mi bella ingrata Mi mal le decid!
De todas sus señas Os quiero advertir,
Que es en forma humana Bello serafin:
Y para si acaso Se olvida de mí, A mi bella ingrata Mi mal le decid!
Decídla que quedo Cerca de morir, Y de mí muy léjos Despues que la ví; Y aunque se resista Y no quiera oir, A mi bella ingrata Mi mal le decid!
Hallaréisla en medio De su verde abril, Esparciendo rosas, Clavel y jazmin;
Y aunque os espantase El hallarla ansí, A mi bella ingrata, Mi mal le decid!
Ribericas del rio De Manzanares Tuerce y lava la niña Y enjuga al aire.
Cuando el paño tiende Sobre el agua clara, La corriente para, Y el rio suspende,
La piedra se enciende Que el golpe recibe: La yerba revive De Manzanares Donde lava la niña Y enjuga al aire.
Parecen cristales Las aguas bellas
Donde estampa las huellas A la nieve eguales, Nácar los rosales Do el paño llega, Y un jardin la vega De Manzanares, Donde lava la niña Y enjuga al aire.
El viento se para, Deteniendo el vuelo, Y párase el cielo Por mirar su cara, Y entre el agua clara Muestra la pintura De la hermosura En Manzanares, Donde lava la niña Y enjuga al aire.
Bullicioso era el arroyuelo
No haya miedo, mi madre, Que por él torne.
Huyendo, madre, corria
El arroyuelo traidor,
Cubierto de espuma y flor,
Cosa viva parecia:
Procuré pasar un dia
Y salpicóme,
No haya miedo, mi madre, Que por él torne.
Entre las guijas hacia Mil cortadillos y quiebros Parecieronme requiebros Que con el sol me decia; Fiéme del agua fria Y salpicóme,
No haya miedo, mi madre, Que por él torne.
La mi pulida servilla Mojada me la dejó, Y riéndose quedó
Con las flores de su orilla: Estarme quiero en la villa, Pues salpicóme,
No haya miedo, mi madre, Que por él torne.
Romerico, tú que vienes, De do mi señora está,
Las nuevas de ella me da!
Dáme nuevas de mi vida Así Dios te dé placer, Si tu me quieres hacer Alegre con tu venida, Que despues de mi partida, De mal en peor me va, Las nuevas de ella me da! Bien sabes que me partí,
Huyendo del mal que quejo, Y mientras mas me alejo, Muy mas cerca está de mí: La esperanza que perdí, Ya nunca se cobrará! Las nuevas de ella me da! Hallome, triste perdido,
Mas que todos desdichado, El que en el tiempo pasado Solia ser requerido, Mas agora con olvido. Mi memoria muerta esta! Las nuevas de ella me da!
Este es el prostrer pregon Ya se habrá de rematar. ¡Que vendo mi corazon! ¿Hay quien le quiera comprar? A la una, y á las dos
A la tercera es la paga; ¡Ea! que buena pro le haga. ¡Señora tomalde vos! Con el clavo y eslabon Le podeis luego herrar, Pues os doy mi corazon Si no le quereis comprar!
Galeritas de España, Parad los remos, Parad que descanse Mi amado preso.
Galeritas nuevas,
Que en el mar soberbio Levantais las olas De mi pensamiento, Pues el viento sopla, Navegad sin remos, Para que descanse Mi amado preso.
En el agua fria
Encendeis mi fuego Que un fuego amoroso Arde entre los hielos: Quebrantad las olas Y volad con viento, Para que descanse Mi amado preso. Plegue à Dios, quedeis Entre peñas firmes, Defendiendo el paso De algun breve estrecho, Y que esteis paradas Sin tener encuentro, Para que descanse Mi amado preso.
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