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ADVERTENCIA.

Hemos dicho en la Introduccion que Eugenio de Salazar, ademas del tomo de sus obras legado á sus hijos, y que se conserva original en la Real Academia de la Historia, habia escrito un poema alegórico en tercetos, intitulado: Navegacion del Alma por el discurso de todas las edades del Hombre. Consta éste de diez y seis cantos, y le preceden, segun la usanza de aquel tiempo, várias poesías laudatorias, como son: una sextina y un soneto del padre Ioan de Cigorondo, rector del seminario de la Compañía de Jesus de Méjico; otro soneto del licenciado Mestança de Rivera, canónigo de Méjico; unos versos latinos y un soneto castellano de don Pedro de Liévana, dean de Guatemala. Siguen despues unos versos latinos del autor y dos dedicatorias, una en prosa y otra en verso, á Felipe III.

Del contexto de las poesías laudatorias ya mencionadas, así como de ciertas expresiones de la dedicatoria en prosa, pudiera deducirse que Eugenio de Salazar compuso esta su obra en Méjico, ántes del año 1599; pues aun cuando está encabezada simplemente con la palabra «Señor », y en ella da á Felipe III el título de «Majestad», hay un párrafo concebido en estos términos: «Por lo cual me pareció materia á propósito para que vuestra Majestad discurra por los riesgos de la verde y florida adolescencia en que al presente se halla, y por los de las demas edades que Dios alargue en vuestra Majestad por muchos y prósperos años, como su católica Iglesia y todo el mundo lo ha menester.» Cuando Felipe III subió al trono, en Setiembre de 1598, no contaba más que

veinte años de edad, y por lo tanto era aún adolescente; ademas la dedicatoria en verso que sigue despues está expresamente encabezada con estas palabras : « Á la Majestad del Rey don Felipe Tercero, nuestro señor, rey de las Españas, de Hierusalen y de las Indias orientales y occidentales, etc.»; y así no cabe duda de la obra se concluyó en Méjico, reinando ya Felipe III. Por qué razon no la incluyó su autor en el tomo legado á sus hijos, es punto que no nos es dado resolver, por falta de datos.

que

Sigue á la dicha dedicatoria en verso la «metaphora, alegoría y moralidad de toda la obra», en que se declaran las partes de que está compuesto el Navio (el cuerpo del hombre), y las del Navegante (que es el alma). Al márgen del texto, y de la propia mano del autor, se declaran los vocablos, términos y frases marítimas, y para mayor comodidad de los lectores se pone al fin una tabla alfabética de todos ellos, con el número del canto y terceto en que se hallan usados. Termina la obra con una cancion y un soneto á las cuatro postrimerías.

Excusamos añadir que esta última circunstancia, sin la cual el poema de Salazar hubiera sido casi ininteligible para los lectores no versados en la náutica, nos ha sido de grande utilidad para explicar los muchos vocablos marítimos de la carta dirigida al licenciado Miranda de Ron, que no se hallan en nuestros diccionarios.

GLOSARIO.

Abrusar, abrasar, quemar, del latin bajo aburere.

El fuego que dentro del alma mabrusa
Su pena es tan grande que no sé decilla,
Querria vivir por sólo sufrilla;

Mas este querer la muerte macusa.

(Question de Amor, 1539, fól. 18.)

Adarga de cuento; llamábase así la que en medio del redondel tenía un cuento como el de las lanzas. 31.

Afechate, lo mismo que Flechate ó Aflechate, en frances Enflechure. Segun César

Oudin en su Diccionario frances-español, los aflechates son las cuerdas de que se hacen las escalas de los navíos. El mismo Eugenio de Salazar en su Glosario, al explicar la voz ovencaduras, dice así: «Son las escaleras de cuerda que están á los lados del navío, por donde suben á las gabias, que los machos gruesos se llaman ovenques, y los delgados que atraviesan y hacen las escaleras se llaman afecha

tes. 41.

Agolar, en marina coger la vela y amarrarla á la entena. 40.

Alarde, parada, revista; es voz arábiga de al-aradh, que significa lo mismo. Albanega, la cofia ó red para recoger el pelo de la cabeza. 85. El padre Haedo en su Topographia de Argel, fólio 27 vuelto, dice: «Suelen todas (ansí moras, como turcas y renegadas) traer una como escofia en que cogen los cabellos, á que llaman en morisco lartia ó el beniga, la cual es de tela, y labrada en la delantera de algun color.» Almadiar; almadia es voz arábiga, de maadia, con el artículo al, que vale tanto como balsa ú armazon de maderos para atravesar un rio. En Aragon llaman aún almadia al conjunto de troncos de árboles ó maderos trabados y sujetos entre sí para

conducirlos por los rios. De dicho sustantivo se formó el verbo almadiar, que es lo mismo que pasar un rio en balsa ó almadia. 38, 47.

Almatin, V. Matin.

Almojabana, cierta torta hecha de harina, huevos y queso, de que usaban mucho los moriscos. Es voz arábiga formada de jaban, que en dicha lengua significa queso. 21. Amantillos, dim. de amantes, que son los cabos que sirven para arrizar las gavias. 41. Aloja, cierta bebida de que usaban mucho los moriscos, compuesta de agua, miel y especias. 47.

Amurada, s. f., los costados de un navío por la parte interior. 37.

Amurar, en mar. tirar de los puños de la vela en direccion á la proa. 40.

Arfar, dícese del navío cuando cabecea levantando y hundiendo la proa. 47, 56. Arnes de seguir, armadura completa, ó de todas piezas, como la que usaban los hombres de armas.

Arrumar, en mar. estivar, disponer convenientemente la carga de un buque de manera que no se incline más á una parte que á otra. 39.

Astroso, adj., el que cree en la influencia de los astros. 63.

Ataharre, el correon ó cincha que pasando por debajo del maslo de la cola de una acémila impide que se corra hácia delante el baste ó aparejo. Debe decirse atafarre, y viene del árabe ats-tsafar, que en dicha lengua vale lo mismo. 16.

Atesar, poner una cosa tiesa ó tendida, y en mar. poner tirantes los cabos ó velas del navío. 41.

Atoar, en mar. remolcar una nave por medio de un cabo echado por la proa y sujeto á una ancla, del cual tiran los marineros. En portugues antiguo toa vale tanto como remolque. Ambas voces parecen derivadas del inglés tov, que en frances se dice touer. 56.

Avante, adv., lo mismo que adelante, del frances avant. 47.

Avieso, sust., contrariedad, desacierto, desgracia, infortunio. 54, 69. Hállase algunas veces usado como adverbio á vieso, como si dijéramos al vies, al envés.

Azafrana, barbas á la. 3.

Que otra conclusion queda
Que desta va muy á vieso.

Azcona, lanza corta á manera de dardo. 82.

(Las 400 del Almirante, preg. 79.)

Badassas ó Badazas, en mar. las cuerdas que unen las bonetas con las velas. 40.
Badulaquera, la que hace ó confecciona badulaque, que, segun la definicion de Ter-
reros, es un guisado de carne hecha pequeños trozos con un caldo muy espeso. 16.
Baja, s. f., en mar. lo mismo que bajo ó bajío. 47.
Balisarda, espada de Renaldos de Montalban. 27.
Balon, fardo grande. 8.

Ballestilla, instrumento náutico muy antiguo y tosco para tomar la altura, ó como se
decia en el siglo xvi, la estrella del polo. 54. Díjose tambien vallestilla.
Bambalo, la jerga ó dialecto de los sacerdotes de Brahma en la India. 42.

Baos, en mar. son los maderos que atraviesan la nave de un lado á otro por la parte interior. 41.

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