Boletín de la Real Academia de la Historia, Volumen37Real Academia de la Historia, 1900 "Inventario de los libros que han tenido ingreso en la secretaría de la Real academía," 1922-29, with v. 83, 85, 87, 89, 91-92, 96, 99. |
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Página 26
... dijo como si lo jurara : -Vendré , aunque se hiele hasta el pensamiento ; he nacido en la sierra , andaba por la nieve con agovias ó sin ellas ; D. Andrés me ha dado zapatos ahora que es verano , con más razón me los dará para el ...
... dijo como si lo jurara : -Vendré , aunque se hiele hasta el pensamiento ; he nacido en la sierra , andaba por la nieve con agovias ó sin ellas ; D. Andrés me ha dado zapatos ahora que es verano , con más razón me los dará para el ...
Página 29
... dijo mi pequeño guía , donde jugaba D. Andrés á las cerezas con los niños sucios , y especialmente con los greñudos gitanillos . Consiste el juego en arrojar cerezas al fondo de la pila y sacarlas los chicos con la boca , teniendo las ...
... dijo mi pequeño guía , donde jugaba D. Andrés á las cerezas con los niños sucios , y especialmente con los greñudos gitanillos . Consiste el juego en arrojar cerezas al fondo de la pila y sacarlas los chicos con la boca , teniendo las ...
Página 32
... dijo entonces : -Pues también el Moro será España , porque allí están mi padre y otros muchos . -Como ser nuestro el Moro , todavía no lo es ; pero si dan en ir muchos españoles por allá , lo será muy pronto - replicó sin turbarse el ...
... dijo entonces : -Pues también el Moro será España , porque allí están mi padre y otros muchos . -Como ser nuestro el Moro , todavía no lo es ; pero si dan en ir muchos españoles por allá , lo será muy pronto - replicó sin turbarse el ...
Página 50
... , que nadie dé nada por ellos . En tal y tal pueblo tenían un espeso encinar tan antiguo como el paraíso ; el Gobierno dijo esto es mio y se lo vendió ; lo compró el cacique D. 50 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA .
... , que nadie dé nada por ellos . En tal y tal pueblo tenían un espeso encinar tan antiguo como el paraíso ; el Gobierno dijo esto es mio y se lo vendió ; lo compró el cacique D. 50 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA .
Página 57
... dijo al caer herida de muerte , para ver lo que Dios me tiene preparado » ; y este deseo fué creciendo en los dos meses y medio que duró la última enfermedad . « Deseo morir , repetía , para ver á mi Dios . > En todos los actos de su ...
... dijo al caer herida de muerte , para ver lo que Dios me tiene preparado » ; y este deseo fué creciendo en los dos meses y medio que duró la última enfermedad . « Deseo morir , repetía , para ver á mi Dios . > En todos los actos de su ...
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Términos y frases comunes
Academia Alborache algun ome Alonso de Contreras anno Antonio Antonio Pirala Arana armada Arteche Aureliano F Aureliano Fernández Guerra aynno bajel Barcelona bataylla bestia BOLETÍN calonia capitán carta castillo Cesáreo Fernández Duro ciudad códice compañía complir concejo Conde Córdoba daynno debe despues días Diego dijo dixiere dueynno Eduardo Saavedra España española estaba facer faga fasta fecha Fernández fiador Fidel Fita fijo fiziere fragata Francisco Coello fuí fuimos galeras gente González Guerra hallé heredat hermano hice hijo Historia Hübner iglesia indios Infanzon inscripción José G jura logar LX SS Madrid Maestre Malta mandó Manuel Manuel Colmeiro Marqués matare monasterio monumento muerte muger mundo Nápoles núm Obispo ome que fuere omes Otrosi oviere padre pág parientes peche Pedro de Madrazo pendra peynnos pleyto publicado puerto quereylla quisiere Real salir Santa seynnal seynnor soldados tenía testimonio tierra TOMO XXXVII turcos Vicente Vicente Barrantes villa villano vino
Pasajes populares
Página 464 - Puso por capitán de un navio a un Pedro de Arana, natural de Córdoba, hombre muy honrado y bien cuerdo, el cual yo muy bien cognoscí, hermano de la madre de don Hernando Colón, hijo segundo del Almirante y primo de [Diego] 2 de Arana, el que quedó en la fortaleza con los treinta y ocho hombres que halló a la vuelta muertos el Almirante.
Página 143 - Vida, ascendencia, nacimiento, crianza y aventuras del doctor don Diego de Torres Villarroel, catedrático de Prima de Matemáticas en la Universidad de Salamanca, escrita por él mismo.» Esta obra, que comenzó a aparecer en 1743 (comprendiendo cuatro «trozos», compuestos ese año y el anterior), se completó con el «trozo quinto
Página 70 - Colección completa de los tratados, convenciones, capitulaciones, armisticios y otros actos diplomáticos de todos los estados de la América latina...
Página 2 - En las obras que la Academia autorice ó publique, cada autor será responsable de sus asertos y opiniones: el Cuerpo lo será únicamente de que las obras sean merecedoras de la luz pública.* TEMA: ESTUDIO CRÍTICO DE LAS DOCTRINAS DE JOVELLANOS EN LO REFEREXTS Á LAS CIENCIAS MORALES Y POLÍTICAS.
Página 143 - ... solicitar las respuestas de sus dudas y sus deseos. Las mujeres infecundas me preguntaban por su sucesión, las solteras por sus bodas, las aborrecidas del marido me pedían remedios para reconciliarlos; y detrás de éstas soltaban otras peticiones y preguntas raras, necias e increíbles.
Página 241 - Baltasar: á él se remite Lechuga por su carta. Informé de todo que Su Majestad gustaba, y tanto, que del cordón que tenía pendiente el hábito me le asió, y dando con él vueltas me preguntaba y yo respondía; y de allí á un poco dijo el Sr.
Página 253 - En estos casales hay una usanza lo más perniciosa para los pobres, y es que los ricos que pueden alojar ordenan de primeras órdenes a un hijo ya éste le hacen donación de toda la hacienda, con que no pueden alojar, y el arzobispo los defiende porque le sustentan. Yo di cuenta al obispo de esta bellaquería, y respondióme que aquello era justo.
Página 246 - Señor capitán, con hombres como vuesamerced se ha de partir la capa», y me tuvo por su camarada más de ocho meses, dándome de comer y cenar, y aun vestido me dio. ¡Dios se lo pague! Y no contento con eso, sino que me dedicó una comedia, en la veinte parte, de El rey sin reino, a imitación del testimonio que me levantaron con los moriscos I0.
Página 153 - Concepción Jerónima, y como tenía el dolor de los azotes, saqué el cuchillo de las escribanías y eché al muchacho en el suelo, boca abajo, y comencé a dar con el cuchillejo.