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que le dexó en su testamento, la qual fué traida el año de 1482, siendo Arzobispo el Cardenal Don Pedro Gonzalez de Mendoza, y recibida con una solemnísima procesion, que llegó hasta la ermita de San Bernardo, donde habian parado los que la traian; y guardase en el archivo de la Santa Iglesia un pergamino de mucha autoridad, que contiene un portentoso milagro que acreditó la verdad de esta parte de la Cruz de Christo, la qual en él se dice fué hallada en el sepulcro del gran Constantino, pendiente de una cadena de oro que tenia su cadaver al cuello en un joyel, el qual siendo abierto y despojado quando la pérdida de Constantinopla, un Legado que allí se halló de la Sede Apostólica, la rescató y traxo al Pontífice, que la envió al Rey D. Henrique, de quien la hubo el Arzobispo, el qual con alguna duda de si era verdadera porcion del sacro Madero, resolvió exâminarlo (protestando no ser su ánimo tentar á Dios ni ofenderle, sino averiguar la verdad en mayor culto suyo), y haciendo encender copioso fuego, la echó en él, mientras los Cantores y Músicos celebraban devotas preces, llamando por especiales testigos á Henrique Fico, Canónigo, Pedro de Alburquerque, Pedro Sancho de Santo Domingo, y Alonso Diaz de Cazalla, Racioneros de esta Iglesia, sus Familiares. Encendióse la reliquia como una brasa, y no sintiéndola los presentes, sintiéron los que estaban fuera tan suave fragrancia, que buscando su causa, entráron, y tuvo mayor número de testigos; con que acabadas las preces, el Arzobispo con unas tenazuelas la sacó del fuego, y halló que habia permanecido ilesa, sana y entera como permanece. No dice el testimonio donde sucedió el milagro, aunque comunmente se tiene que fué en esta ciudad y en su templo Catedral, donde se guarda con suma veneracion.

2 Basta á la memoria de este Prelado, que yace en la villa de Coca donde murió, para gloria haber tenido mucha parte en que fuese jurada sucesora la Princesa Doña Isabel por heredera de su hermano el Rey Don Henrique, que premió la misma Princesa con alginas mercedes. Luego que se supo su muerte, juntos el Dean y

Cabildo, hicieron postulacion de sucesor en Don Fadrique de Guzman, hermano medio del Duque de MedinaSidonia, y entero de Don Alonso Perez de Guzman, Señor de Torralba, hijos del segundo Conde de Niebla Don Henrique, y de Doña Isabel de Mosquera, como he dicho en otros lugares, Dean que habia sido de esta Iglesia, y ahora Obispo de Mondoñedo. No asintió á esta postulacion el Rey Don Henrique, que ayudando mucho los Príncipes Don Fernando y Doña Isabel, hizo su suplicacion por el Cardenal Don Pedro Gonzalez de Mendoza; pero á una y otra representacion se negó absolutamente el Pontífice Sixto IV, expidiendo las Bulas de esta Prelacía al Cardenal Pedro Riario su sobrino, á quien habia criado y sublimado á grandes dignidades. Novedad que extrañada grandemente en la Corte, se opuso á ella el Rey con viva resolucion de que no fuese admitido, por ser contra el uso y costumbre de estos Reynos. No ménos la extrañó Sevilla y esta Iglesia, que proseguia en instar por el Obispo de Mondoñedo, cuyo hermano y deudos pasando al uso de aquel pervertido tiempo, de lo razonable á lo violento, ocupáron los lugares de la dignidad, y aun mucho de sus rentas con no pequeños escándalos; y aunque por el Cabildo Sede vacante se procedió á censuras, con todo la autoridad y poder de los Guzmanes todo lo hizo correr lentamente, como adelante se verá.

3 Entretanto padeciendo mucho la tierra de Sevilla por la pérdida de Alanis referida el año pasado, con acuerdo de la ciudad se resolvió que saliese su pendon con el Duque de Medina-Sidonia á recuperarla con buen exército, y fué combatida por tres partes, que una gobernaba el Duque mismo, otra Don Pedro de Zúñiga, y otra Fernando de Ribadeneyra, Veintiquatro, con la gente del Adelantado Don Pedro Henriquez, sin poder ser socorrida por el Marques, aunque lo procuró, campeando bien cerca de Sevilla con sus tropas, con que ocupó á Alcalá del Rio, y destruyó las torres del Vado de las Estacas y de la Alcantarilla, y tuvo algunos tratos para entrar en

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Sevilla, que descubiertos, pagáron en la horca algun os cómplices. Entróse al fin Alanis, executando el Duque castigos en los defensores de su castillo, y tratando honrosamente à Christobal de Mosquera, su Alcayde, y de allí dió intencion de venir sobre Alcalá de Guadaira, y el Marques de aguardarle cerca de ella en la campaña para darse la batalla; pero al fin se retiráron á Xerez el Marques, y el Duque á Sevilla, donde vino á solicitarlo por parte de los Príncipes Don Fernando y Doña Isabel el Doctor Pedro de la Quadra, à quien respondió, que estaba y tenia la ciudad firmemente á su devocion.

4 Estando en Sevilla el Duque, y en Xerez el Marques, se hacian la guerra por sus caballeros y dependientes con ordinarios encuentros y sucesos varios, y desde 'Alcalá de Guadaira Fernan Arias de Saavedra, y Martin Galindo, hijo del Comendador Juan Fernandez Galindo, llegaban con sus correrias casi hasta las puertas de Sevilla, que ahora quiso salir á reprimir Don Pedro de Zúñiga, siguiéndolo Don Pedro y Don Alonso de Guzman, hermanos del Duque, y otros caballeros, que hallando reforzados de socorro á los contrarios, peleáron con siniestra fortuna: muriéron los hermanos del Duque referidos: á Don Pedro de Zúñiga matáron el caballo, y estuvo muy cerca de ser preso, y quedáron prisioneros Juan de Monsalve, Maestresala de los Reyes, el Comendador Pedro de Cabrera, hermano de Andres de Cabrera, que despues fué Marques de Moya, y otros caballeros, que diéron mucha reputacion á los Capitanes del Marques, el qual para despicarse de la pérdida de Alanis, que gravemente habia sentido, sabiendo que Medina-Sidonia estaba mal guardada, fué sobre ella, y la entró por fuerza, aunque contrapesó estas buenas venturas en la civil discordia la atención del Rey de Granada, que aprovechándose de ella, recuperó à su dominio, de que poco ha la sacó el Marques, la villa de Cardela, importantísima. A que siguieron muchos daños, que los Moro hicieron de surtidas en estas fronteras, de que uno otro Xefe daba cada qual la culpa á su émulo, y Y

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entrambos y

á sus pasiones la afligida provincia.

AÑO 1474.

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1 La repugnancia que se tenia en recibir por Arzobispo de Sevilla al Cardenal Pedro Riario cesó con muerte, que sucedió en Roma á 3 de Enero del año 1474, como escribe Fray Alonso Chacon en sus Historias Pontificias. Arzobispo de Sevilla lo llama el Pontífice Sixto IV su tio en Bula que citaré en el año de 1475, aunque expresa que no llegó á tomar la posesion ni el bierno, y con todo corre su nombre en los catálogos de nuestros Arzobispos entre los que lo fueron con todo. efecto: era Religioso de San Francisco; y habiendo muerto de menos de veinte y nueve años, la gracia de su tio, que lo amó con exceso, lo hizo Cardenal de San Sixto, Patriarca de Constantinopla, Arzobispo de Florencia: yace en Roma en el Convento de los Santos Apóstoles de su Religion, con epitafio ostentoso, que refieren nuestros Autores. Con su muerte nuestra Santa Iglesia, que se habia mantenido en la posesion de vaca, insistió en la postulacion hecha en el Obispo de Mondoñedo Don Fadrique de Guzman, y el Rey y los Príncipes en repetir sus suplicaciones por Don Pedro Gonzalez de Mendoza, en que, como dice el Doctor Salazar de Mendoza en su Crónica: Pasáron muchos encuentros entre las casas de Mendoza y Guzman, que se acabáron con baber venido las Bulas llanas en favor del Cardenal.

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2

Nació Don Pedro Gonzalez de Mendoza (segun escribe el Maestro Gil González de Avila) en Guadalaxara 3 de Mayo del año 1428: pasó la primera educacion en la villa de Zafra, y los estudios primero en Toledo, despues en Salamanca, donde se graduó de Licenciado en Cánones: comenzó en dignidades eclesiásticas por Arcediano de Guadalaxara su patria en la Santa Iglesia de Toledo, Obispo de Calahorra el año 1454, consagrado en Valladolid por mano de Don Alonso Carrillo, Arzobispo de Toledo; y teniendo esta Iglesia, lo queria poner en la

de Sevilla el Rey Don Henrique el año 1463 quando con siniestros informes procedia contra Don Alonso de Fonseca en el de 1468: fué hecho Obispo de Sigüenza, Abad de Valladolid, y de San Zoil de Carrion, y últimamente creado Cardenal con título de San Jorge por el Pontífice Sixto IV el año de 1473 en la segunda creacion que celebró á 7 de Mayo, asensos, porque aunque siempre pasó con favorable apoyo de la fortuna, siempre fué con méritos que lo hicieron digno de ser ensalzado, docto, sabio, prudente y valeroso, y en todas materias de estado diestrísimo, que fué el empleo en que se hizo mas famoso, campeando sus prendas entre los disturbios públicos de estos últimos años del Rey Don Henrique su posesion fué á mediado este año, que tomó en su nombre Don Alonso de Solís, Obispo de Cadiz, no sin repugnancia de los Guzmanes, que retuvieron los lugares que ocupaban en nombre del Obispo de Mondoñedo.

3 El Pontífice Sixto IV, que lo era desde el año 1471, este despachó Bula, en que concedió á las Catedrales de estos Reynos dos de sus Canongías, una para un Teólogo, y otra para un Canonista, que son la Magistral y Doctoral, su data en Roma á primero de Setiembre, segun lo habia asentado el Cardenal de San Albano Don Rodrigo de Borja al principio de su Pontificado, que viniendo por su Legado, le hizo conceder cierto subsidio: extendióse esto por otras dos Bulas, una de primero de Enero del año de 1475, y otra de 17 de Abril del de 1576, quedando su provision al Arzobispo y Cabildo de Canónigos in Sacris, que por oposicion las dan á los mas beneméritos. Las otras dos de oposicion de Púlpito y Penitenciaría son mucho mas modernas. Esta venida del Cardenal Borja tuvo mucha dependencia en los accidentes públicos de estos Reynos; pero habiendo de ellos tantas Historias, los he pasado con ligereza, tomando solo lo mas dependiente de Sevilla.

4. Proseguianse las guerras civiles, hubo algunos encuentros con efusion de sangre noble, campeó el Mar

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