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eran sin embargo idénticos. Los exhumadores estrajeron las reliquias de un Colon, lo creemos así, pero no eran las del que habia recibido las llaves de los atamientos de la mar Océano, ni del que dió a la civilizacion un hemisferio, para que en él plantase el árbol de la libertad.

De las dos bóvedas contiguas los españoles abrieron, no la pegada al muro, que era la que encerraba los huesos del Primer Almirante, sino la otra, la que guardaba los de su hijo D. Diego, i que solo estaba separada de la primera pɔr una pared de 16 centímetros de grueso. A la segunda bóveda es a la que conviene mejor la designacion de Hidalgo: entre la "pared principal i la peana del Altar Mayor" (18). Ambas bóvedas están sobre el Presbiterio, ambas del lado del Evanjelio; pero la que contenia los restos de D. Cristóbal Colon estaba i está pegada a la pared, i aun entrando algo en ella, mientras que la que encerraba los de D. Diego estaba entre esa misma pared i la peana del Altar Mayor, o mejor dicho entre esta i la bóveda del Primer Almirante. Si la bóveda que abrieron los españoles hubiera sido la pegada al muro, Hidalgo lo hubiera dicho así, i no habria tenido necesidad de mencionar para nada la peana del altar; pero como la bóveda por ellos abierta no estaba pegada al muro, sino a alguna distancia de este (1 metro, 65 centímetros), i a la vez estaba próxima a la peana del altar (1 metro, 65 centímetros), el escribano mencionó ambos lugares, pared i peana, para indicar que entre ellos estaba la bóveda, como en efecto lo está. Comprueba además esto la circunstancia de que en la bóveda pegada al muro se encontraron ahora los restos del Primer Almirante, en tanto que en la contigua, es decir, en la que suponemos que estaban los exhumados por los españoles, nada se halló: estaba completamente vacía.

Se ve, pues, por lo que llevamos dicho, que aparte la falta de lápida, causa principal de haberse estraido unos restos por otros, lo que ocasionó la equivocacion de los exhumadores de 1795, fué el haber en el Presbiterio de la Catedral, del lado del Evanjelio, dos bóvedas tan próximas, ámbas

(18) Del ángulo de la peana al ángulo izquierdo de la segunda bóveda, el mas próximo al altar, hai 1 metro, 65 centímetros, i de ese mismo ángulo a la pared principal hai 1 metro, 65 centímetros, poco

mas o menos.

con restos humanos, en cajas de plomo, i la ignorancia en que sin duda estaban los españoles de la existencia de esas dos bóvedas en esa parte (19). Al hacer su escavacion acertaron a abrir una bóveda, encontraron en ella restos de un cadáver i fragmentos de una caja de plomo, i como no podian presumir que tan inmediata, ni aun en todo ese lado, hubiera otra bóveda, juzgaron que los restos encontrados eran los que deseaban exhumar. Si los dominicanos hoi dia hubieran ido a estraer los restos del Primer Almirante, basados en los datos que les suministraba la tradicion, quizás les habria acontecido lo mismo que a los españoles, es decir, que en vez de exhumar los de Colon hubieran sacado los que fueron conducidos con tanta pompa a la Habana. No cabe duda que no habria faltado, como es natural, quien echase de menos, como sin duda la echaron de menos algunos de los que presenciaron el acto del 95, la falta de toda inscripcion, tanto encima de la bóveda como en la caja; pero al ver como sus ojos le daban testimonio seguro, que el Descubridor de un Mundo no tenia sobre su sepulcro ni aun la tosca cruz del indijente, su asombro habria cesado, i aunque con dolor, habria reconocido como verdaderos los restos encontrados. I esto que decimos no es una mera suposicion. Designando la voz popular el pedazo situado debajo del dosel arzobispal como el sitio de la tumba de Colon, en ese mismo punto hizo hoyar en setiembre pasado el que debia comprobar si estaban o no allí los restos del Descubridor. I qué encontró? -La misma bóveda que abrieron los españoles en 1795, pero vacía, pues que ellos exhumaron en esa fecha lo que alli se hallaba. ¿Si se hubiera dejado esa bóveda como estaba antes de 1795, no es mui probable, casi seguro, que se hubiera creido que el polvo i los huesos que en ella habia eran los del Gran Almirante?

Ahora bien, ¿ de quién eran los restos que los españoles llevaron a la Habana en 1795?-Debemos confesar que al principio creimos que serian los del Adelantado D. Bartolomé Colon, que falleció en esta ciudad de Santo Domingo el

(19) Esto comprueba lo que hemos dicho mas arriba, que no se examinaron las actas de enterramiento. Teniéndolas a la vista, al encontrar una caja sin inscripción, habrían abierto la otra bóveda contigua, i en ella tenían que haber hallado los restos de Colon, en su caja de plomo, i con inscripciones satisfactorias.

año de 1514, i que enterrado sin duda primeramente en el Convento de los Domínicos, seria trasladado despues al Presbiterio, en que fueron inhumados los demas Colones.* Suponiamos que sus restos habian sido puestos en una mala caja de plomo, hecha aquí, i que por esa causa podria haberse reducido al estado en que la encontraron los españoles en 1795, es decir, hecha pedazos. Suponiamos ademas que habiendo sido traidos de Sevilla en 1536, junto con los de su padre, los restos de D. Diego Colon, era regular que en el punto de donde se enviaron se le hubiera puesto alguna inscripcion a la caja, tanto para distinguirla con facilidad de la del Primer Almirante, como para poder reconocerla, en caso de que durante el viaje sufriese algun estravío, o mas despues se quisiese trasladarla. Empero parece que todas estas suposiciones eran infundadas. Examinado casi todo el antiguo Presbiterio de la Catedral, (solo en un pedazo pequeño del centro, contiguo a la pared remate, no se ha escavado) no se ha descubierto en él ni caja, ni restos de ninguna especie. Así es forzoso convenir en que solo estaban sepultados en ese lugar, D. Cristóbal Colon, su nieto D. Luis, i los restos que los españoles condujeron a la Habana. I como la historia dice que las reliquias de D. Diego Colon fuerɔn sepultadas en el Presbiterio de la Catedral de Santo Domingo, (20) i nunca se han estraido de ahí, es fuerza reconocer, mientras otra cosa no se compruebe, que los restos que exhumaron los españoles en 1795, i fueron llevados con tanta pompa a la Habana, deben ser los de D. Diego Colon, hijo del Descubridor, i el mismo que durante su primer gobierno en la Española hizo conquistar i colonizar a Cuba (21).

Don Bartolomé no fué enterrado en el Convento de los Domínicos, sino en el de San Francisco, de esta Ciudad de Santo Domingo. Así lo dice Don Diego Colón en su testamento del año 1523. La Catedral fué principiada el año en que murió Don Bartolomé.

(20) Irving.- Párrafo citado en la nota No. 1. Este autor dice en el prólogo de su obra que para componerla se sirvió en parte de los archivos del Sor. Duque de Veragua, descendiente de Colon. Por lo tanto debe estar bien informado.

(21) Nos ha llamado mucho la atencion que el Duque de Veragua, al nombrar en 1795 encargados que interviniesen en la traslacion de los restos de D. Cristóbal i D. Bartolomé, nada dijera respecto de los de D. Diego. Si habian sido enterrados en Santo Domingo

IV.

Tradicion existente en Santo Domingo respecto de los restos de Colon. De qué pudo nacer.- Hallazgo de los de D. Luis Colon.- Se indaga si están o no en el Presbiterio los del Primer Almirante, i se encuentran en 10 de Setiembre de 1877.- ¿Pudo haber superchería?

Es innegable que en Santo Domingo se decia desde tiempos atras que los restos de D. Cristóbal Colon estaban aun en el Presbiterio de la Catadral. Pero esta tradicion, a la que se le ha dado despues una importancia que no tenia, ni estaba jeneralizada, ni contó nunca muchos creyentes. La mayoría de las personas ilustradas la rechazaba, oponiéndole la traslacion verificada en 1795, i el acta en que esto se habia hecho constar. Muchos de los que habian presenciado los honores tributados entónces a los que se creian restos del Descubridor, oponian a la vaga e infundada asercion el testimonio de sus propios ojos (22); pues aunque tal vez es probable que ni gran número de las primeras habian examinado, ni aun visto quizás el acta de traslación, ni muchos de los segundos habian parado mientes en lo espuesto que era a equivocaciones el tomar unos restos sin inscripcion que dijera a quien pertenecian, por los del Grande Almirante, como todos creian que en el lado derecho del Presbiterio de la Catedral solo descansaban las reliquias de Colon, no daban acceso en su mente al menor asomo de duda, ni juzgaban posible error de ninguna especie. A pesar de esto la tradicion

¿por qué los dejaban aquí, cuando iba a verificarse la traslacion de los de su padre i su tio? ¿Acaso no llegaron a traerse los de D. Diego? Si así fuese, seria fundada nuestra primera suposicion, i los restos llevados a la Habana serian los de D. Bartolomé. Mas ¿qué significan esas palabras de Navarrete que hemos copiado en la nota la. quedando en el monasterio de las Cuevas el (cadáver) de D. Bartolomé? ¿Cuándo fué llevado este a España? I si fué llevado cómo pide su familia, en 1795, que se le exhume en Santo Domingo?-; Se trajo acaso despues de 1536 o 1540? En todo esto hai cierta oscuridad que conviene sea desvanecida con la publicacion de los documentos que se refieren al caso.

(22) Se ha dicho que D. Juan Nepomuceno Tejera tenia completa seguridad de que los restos de Colon no habian salido de Santo Domingo. En esto hai un error. El Sor. Tejera creia al contrario que estaban en la Habana, pues su profesor de latinidad i derecho, el Sor. Doctor Moscoso, le habia dicho varias veces que habia presenciado la exhumacion. Tambien le habia dicho este mismo Sor. que en el Presbiterio no habia visto nunca lápidas ni inscripciones de ninguna especie.

se sostuvo hasta nuestros dias, i a ella se debe en parte el descubrimiento del 10 de Setiembre.

Se ha dicho que en la época de la traslacion un fraile o canónigo opuesto a ella habia logrado sustraer los restos de Colon, sustituyéndolos con otros, que fueron los que condujeron los españoles a la Habana. Semejante cosa parece del todo improbable. ¿Qué interes podia mover a ese canónigo para llevar a cabo empresa semejante? Si era español, como debia serlo, i tenia sentimientos de tal, ¿cómo iba a preferir que los restos de Colon, que para él debian tener gran precio, puesto que lo impulsaban a realizar un hecho igual, quedasen en poder de franceses, es decir, de herejes i enemigos (23), en vez de que fuesen a descansar en tierra española bajo la sombra del pabellon de Castilla? Si ámbas colonias hubieran ido a quedar bajo el dominio español, i la traslacion se hubiera ordenado entónces, comprendemos que el deseo de retener unas reliquias que habian poseido durante tantos años, hubiera podido inducir a algun canónigo poco escrupuloso a dar el paso que se le atribuye; pero esponerse tanto para dejar esos restos en poder de franceses, cuando la colonia pasaba a manos de enemigos, cuando ellos mismos iban a abandonarla tal vez para siempre, nos parece una cosa inconcebible, una cosa que tiene algo de demencia. Ademas ¿era fácil esa sustraccion en esos momentos? Reflexiónese un instante, i se verá cuántas dificultades entrañaba. Suponiendo, lo que no es creible, que la persona que iba a hacerla supiese con toda exactitud el sitio preciso de la tumba, tenia que desenlosar un pedazo de un Presbiterio de uso diario, remover i retirar el cascajo i las grandes piedras con que estaba cubierta la bóveda, sacar i ocultar la caja que contenia los restos, reemplazarla con otra que fuese aceptable, i volver a ponerlo todo en el estado en que se hallaba ántes; i lo principal de esto, la escavacion, debia hacerse en el mismo sitio en que pocos dias despues debian escavar tambien los encargados de la exhumacion, i en el cual forzosamente tenian que notar que se habia andado poco

(23) Debe tenerse presente que los habitantes de Santo Domingo odiaban mucho a los franceses, con quienes estaban en lucha casi constante desde 1630, en que estos principiaron a adueñarse de la parte de la isla que hoi se llama República de Haití.

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