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elles mêmes enveloppées d'une sorte de tenèbres, puisque l'on ne saurait dire affirmativement laquelle des deux caisses renferme les cendres de Christophe Colomb; à moins qu'à l'appui de la tradition, on ne fasse valoir la différence des dimensions des deux caisses, parce que celle où l'on croit que les restes de Colomb ont été placés a 30 pouces d'élévation, tandis que l'autre n'a que les deux tiers de cette hauteur.

Depuis 1783,, l'on a encore cherché dans les dépôts de la Partie Espagnole, quelques traces des faits relatifs à Christophe Colomb, mais toujours infructueusement; je suis même tres-redevable, à cet égard, au zèle complaisant de M. le chevalier de Boubée, alors commandant la frégate la Belette, qui, dans un voyage à Santo Domingo, fait en 1787, voulut bien, et pour concourir à mon ouvrage et pour satisfaire une curiosité qu'il partageoit, fouiller dans les archives du chapitre que le Doyen et l'Archiviste lui montrerent avec beaucoup d'affabilité. (Páj. 124 a 129).

Ajouterai-je que dès 1787, c'est-à-dire, lorqu'il y avait à peine 4 ans que D. Isidore Péralta avait eu occasion de faire constater qu'on avait trouvé le cercueil de Colomb, l'original de cet acte ne pouvait déjà plus être trouvé à Santo Domingo, où M. de Boubée le chercha vainement à cette époque, postérieure au décès de Don Isidore Péralta. Ainsi sans le mouvement qui m'a porté à chercher des détails sur cet homme immortel, la pièce authentique que j'ai rapportée ne subsisterait peut-être pas ("Páj. 131 i 132) Mr. L. E. Moreau de Saint-Méry.- Description tonographique et politique de la Partie espagnole de l'isle Saint-Domingue.--Tome premier. Philadelphie. 1796".

"Cet édifice (la Catedral) commencé en 1512 et terminé en 1540, construit sur le modèle d'une basilique de Rome, possède les restes d'un homme dont le génie a influé sur le globe entier. C'est là que reposent les cendres de Christophe Colomb". (Páj. 123).

Il n'est personne qui ne s' attende à trouver dans l'égli. se métropolitaine de Santo Domingo, le mausolée de Chistophe Colomb; mais loin de là l'existence de ses denouilles mortelles dans ce lieu n'est en quelque sorte appuyée que sur la tradition. A la véritè, l' incursion des anglais, sous le com

mandement de Francois Drake, en 1586, ayant amené le pillage de la ville, lors duquel les archives de la cathédrale furent brulées ou detruites, on n'y trouve plus d'actes antérieurs à cette époque. Les plus anciens même ne vont pas au-delà de 1630, excepté un vieux régistre qui comprend les deliberations du chapitre, depuis 1569, jusqu'en 1593 et que le tems et les vers ont à moitié détruit". (Páj. 124).

"Les historiens disent bien que de là (de Sevilla) il fut (Colon) transporté dans la cathédrale de Santo Domingo, mais sans fixer la date de ce transport". (Páj. 124.)

"Cette translation (la de los restos de Colon) postérieure à l'époque où la cathédrale a été terminée, est faite sans qu'aucun monument serve a la constater et a la rappeller aux yeux de tous.- Je dois cepedant dire ici que D. Antoine d'Alcedo, au mot Amérique, de son intéressant dictionnaire, assure qu'on avait posé l'épitaphe suivante: Hic locus abscondit &. Mais cette épitaphe n'existe plus et son souvenir même est perdu dans la colonie espagnole. Un Synode, tenu 143 ans après la perfection de l'église métropolitaine, parle bien de l'existence des depouilles mortelles de Christophe Colomb dans cet edifice; mais c'est sans entrer dans aucune explication, quoi qu'on eut du songer que le pillage fait par Drake, 47 ans auparavant, avait causé la destruction des archives et que les insectes auraient suffi seuls pour anéantir des pièces importantes. Et ce Synode. lui même, il commet une erreur impardonnable, puisqu'il donne un frère, D. Luis, à Colomb, quoi qu'il n'en ait jamais eu de ce nom; mais seulement deux appellés Don Barthélemy & Don Fernand". (Páj. 130).

"Le colonel D. Isidore de Péralta fut enteré dans la cathédrale, auprès des cendres de Christophe Colomb en 1786". (Páj. 132 i 133).

ADICION.

ARCHIVO JENERAL DE INDIAS.- Real Cédula.

Don Carlos &.- A vos el Obispo, Dean i Cabildo de la Iglesia de Santo Domingo de la isla Española, salud i gracia. Bien sabeis como Nos mandamos dar i dimos una nuestra carta i provision real, por la cual hicimos merced al Almirante D. Luis Colon de la Capilla Mayor de esa dicha iglesia, segun mas largamente en la dicha provision se contiene, su tenor de la cual es este que sigue:

"Don Carlos, por la Divina Clemencia Emperador semper augusto, Rei de Alemania; Doña Juana, su madre, e el mismo Don Cários, por la gracia de Dios, Reyes de Castilla, de León, de Aragon, de las Dos Sicilias, de Hierusalem, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaen, de los Algarbes, de Algecira, de Jibraltar, de las Islas Canarias, de las Indias, Islas i Tierra firme del mar Occeano, Condes de Barcelona, Flandes e Tirol & & & & &.-(50) Por cuanto Doña María de Toledo, vireina de las

(50) Esta Real carta prueba, sin dejar lugar a duda, que los restos del Descubridor de América estaban aun en España en la época en que fué concedida la Capilla Mayor a los Colones, es decir el 2 de Junio de 1537, pues en esa rejia disposicion se dice terminantemente que D. Cristóbal Colon fue depositado en el Monasterio de las Cuevas, donde al presente está. De consiguiente los historiadores se han equivocado al decir que los restos del Almirante habian sido traidos a esta ciudad de Santo Domingo en el año de 1536. Es de creerse que no lo fueron hasta despues de haber sido espedida la última real cédula que se copia aquí; es decir, despues del 5 de noviembre de 1540; pues no parece verosímil que D. Luis, el nieto de Colon, se determinara a sacar de España los restos de su abuelo, sin haber arreglado ántes la bóveda, nicho & en que debia colocarlos para siempre en Santo Domingo; i esto no pudo hacerlo sino despues de haber tomado posesion de la Capilla Mayor, lo cual no pudo ocurrir, por mas prisa que se diera en ello, hasta mui a fines de 1540 o mas bien a principios de 1541. El Descubridor de la América debió probablemente ser inhumado en el Presbiterio de la Catedral dominicana del año 1541 al año de 1543, durante la Gobernacion (a) de su nieto D. Luis. En 1544 estaba ya Colon sepultado en ese lugar, si es exacto lo que se ha dicho que D. Bartolomé de las Casas habia orado ante la tumba por el ánima del Gran Almirante, pues la última vez que Las Casas estuvo en Santo Domingo fué del 9 de Setiembre de 1544 al 14 de Diciembre del mismo año. En sus estadas anteriores los restos de Colon no descansaban aun en la Española.

(a) Don Luis no fue Gobernador.

Indias, mujer que fue del Almirante Don Diego Colon (difunto) por sí i en nombre i como tutora i curadora de Don Luis Colon, su hijo, Almirante que al presente es de las dichas Indias, i de los otros sus hijos e hijas del dicho Almirante Don Diego Colon, su marido, nos hizo relacion: que el Almirante Don Cristóbal Colon, su suegro e abuelo de sus dichos sus hijos, murió en estos nuestros reinos i se mandó depositar en el Monasterio de las Cuevas, extramuros de la ciudad de Sevilla, donde al presente está, para que se llevaran sus huesos a la isla Española, i que agora ella cumpliendo la voluntad del dicho Almirante (51) queria llevar los dichos sus huesos a la dicha isla, e nos suplicó que acatando lo que dicho Almirante nos sirvió en el descubrimiento, conquista i poblacion de las dichas nuestras Indias, i lo que sus hijos i nietos nos han servido i sirven, les ficiésemos merced de la Capilla Mayor de la Iglesía Catedral de la ciudad de Santo Domingo, de la dicha isla Española, a donde se pongan i trasladen los dichos huesos, i sus descendientes, o como la muestra merced fuese, lo cual visto por los del nuestro Consejo de las Indias, i con Nos consultado, acatando que el dicho Almirante Don Cristóbal Colon fué el primero que descubrió, i conquistó i pobló las dichas nuestras Indias, de que tanto noblecimiento ha redundado i redunda a la Corona Real de estos nuestros reinos, i a los naturales de ellos, tovísmolo por bien, e por la presente hacemos merced al dicho

(51) El querer de Colon respecto del lugar en que debian reposar sus cenizas está claramente manifestado en estas palabras de la vireina. No lo espresó en su testamento, como han asegurado algunos historiadores, sino lo comunicó a sus hijos, seguramente a D. Diego, (a) el heredero de sus títulos i dignidades, i por eso la viuda de este, la animosa vireina Da. María de Toledo, lo consignaba así en su representacion al monarca. Ella, cumpliendo la voluntad del 1er. Almirante, queria llevar los huesos de este a la Española, para lo cual de antemano se habian mandado depositar dichos restos en el Monasterio de las Cuevas, estramuros de Sevilla. I si se tiene presente lo dispuesto por Colon en sus testamentos respecto a la fundacion de iglesias i capillas en la Española, para que se dijesen en ellas misas por el descanso de su ánima, se tendrá prueba clara de que la voluntad del Descubridor de América fué siempre que sus reliquias se consumieran en esa isla de su predileccion, teatro de sus goces mas vivos i de sus mas intensos sufrimientos.

(a) Parece que cuando se imprimió esta Adicion, el autor sólo conocia el extracto del testamento de Don Diego Colon que está publicado en la obra de Lopez Prieto. En dicho extracto se omite la declaracion de Don Diego, de que su padre "especialmente encargó que su uerpo fuese sepultado en esta isla (la Española)"

Nota de Emilio Tejera.

Almirante D. Luis Colon de la dicha Capilla Mayor de la dicha Iglesia Catedral, de la dicha ciudad de Santo Domingo, de la dicha isla Española, i le damos licencia i facultad para que pueda sepultar los dichos huesos del dicho Almirante D. Cristóbal Colon, su abuelo, i se puedan sepultar los dichos sus padres i hermanos i herederos i sucesores en su casa i mayorazgo, (52) agora i en todo tiempo para siempre jamas, i para que pueda hacer i haga en ella él, i los dichos sus herederos i sucesores, todos i cualesquier vultos que quisieren i por bien tuvieren, i poner i pongan en ellos i en cada uno de ellos sus armas, con tanto que no las puedan poner ni pongan en lo alto de la dicha Capilla, donde queremos i mandamos que se pongan nuestras armas reales; i rogamos i encargamos al Reverendo en Christo Padre Obispo de la dicha Iglesia, i al Dean i Cabildo de ella, así a los que agora son, como a los que serán de aquí adelante, que les guarden i

(52) Se ha creido que D. Bartolomé Colon, el hermano del 1er. Almirante, podia haber sido sepultado en la Capilla Mayor de la Catedral de Santo Domingo, i nosotros mismos lo creimos así al principio; pero el testo de esta Real carta hace improbable en lo adelante tal suposicion. En ese lugar solo podian ser sepultados D. Cristóbal Colon, i los padres, hermanos i herederos i sucesores de D. Luis, i es de suponerse que este mismo. A D. Bartolomé, ni a ninguno de los otros hermanos de Colon les era concedida esa gracia. Ademas, se sabe hoi por el testamento que D. Diego, el 2do. Almirante, otorgó en esta Capital el 8 de Setiembre de 1523, que el cuerpo del Adelantado D. Bartolomé estaba depositado en el monasterio de San Francisco, de esta ciudad de Santo Domingo, i es mui de estrañar que en el Protocolo de las Cuevas se diga que estaba sepultado en ese Convento de Cartujos. ¿En qué fecha fué llevado allí? ¿Semejante asercion no será un error del que escribió esa obra tanto tiempo despues de realizados los succesos? ¿Cómo no consta en el Protocolo la época en que se recibieron los restos de D. Bartolomé, como consta la en que fueron depositados los de D. Cristóbal i D. Diego? probable ademas que fueran a llevar de Santo Domingo a España los restos del Adelantado, cuando los de los demas Colones los traian de España a Santo Domingo?-No. En el primer Presbiterio de la catedral dominicana solo han estado sepultados los tres Colones que se han exhumado del 95 acá: D. Cristóbal, D. Luis i el que condujeron los españoles a la Habana, que debe ser indudablemente D. Diego. Esos podian haber sido enterrados en ese lugar, segun la Real Cédula, i esos son los que los hechos han demostrado que estaban enterrados allí. D. Cristóbal i D. Diego debieron ser sepultados del 41 al 43, segun hemos dicho. D. Luis, a principios del siglo 17, tal vez en 1609, como lo supone Harisse, el erudito autor de la Biblioteca americana vetustísima; i no es difícil que en ese mismo tiempo, al preparar la bóveda de D. Luis, se examinara la que contenia los restos de D. Cristóbal, i hallando quizas en mal estado la caja que vino de Sevilla se hiciera otra nueva, la que hoi poseemos i se le pusieran las inscripciones que conocen todos los que se han ocupado en este asunto.

¿Es

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