Historia de Méjico desde sus tiempos mas remotos hasta nuestros dias: escrita en vista de todo lo que de irrecusable han dado á luz los mas caracterizados historiadores, y en virtud de documentos auténticos, no publicados todavía, tomados del Archivo nacional de Méjico, de las bibliotecas públicas, y de los preciosos manuscritos que, hasta hace poco, existian en las de los conventos de aquel pais, Volumen17

Portada
J. F. Párres y compa., 1881
 

Otras ediciones - Ver todas

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 46 - También suplico a usted siga prestando su cooperación con la misma constancia y abnegación que hasta aquí, haciendo la guerra de cuantas maneras sea posible al enemigo, en el concepto de que ella es nuestro único medio de salvación. De otra manera, el enemigo no tratará con nosotros, sino bajo condiciones deshonrosas que no debemos admitir, o tratará con el gobierno establecido; pero ése no es el gobierno de la nación. Soy de usted amigo QB.SM Benito Juárez.
Página 529 - ... ocupar lugar muy distinguido. Aumentadas las poblaciones y las luces, conocidos todos los ramos de la natural opulencia del suelo, su riqueza metálica, las ventajas de su situación topográfica, los daños que origina la distancia del centro de su unidad, y que ya la rama es igual al tronco; la opinión pública y la general de todos los pueblos es la de la independencia absoluta de la España y de toda otra nación. Así piensa el europeo, así los americanos de todo origen.
Página 1007 - Yo, Maximiliano, emperador de México, juro a Dios por los Santos Evangelios procurar por todos los medios que estén a mi alcance el bienestar y prosperidad de la nación, defender su independencia y conservar la integridad del territorio.
Página 710 - Convenid, mis estimados obispos, en que la Iglesia mexicana, por una lamentable fatalidad, se ha mezclado demasiado en la política y en los asuntos de los bienes temporales, olvidándose en esto y despreciando completamente las verdaderas máximas del Evangelio. Sí; el pueblo mexicano es piadoso y bueno, pero no es católico en el verdadero sentido del Evangelio, y ciertamente que no es por su culpa.
Página 529 - Trescientos años hace la América Septentrional de estar bajo la tutela de la nación más católica y piadosa, heroica y magnánima. La España la educó y engrandeció, formando esas ciudades opulentas, esos pueblos hermosos, esas provincias y reinos dilatados que en la historia del universo van a ocupar lugar muy distinguido.
Página 694 - Los ministros del culto católico administrarán los sacramentos y ejercerán su ministerio gratuitamente, sin facultad de cobrar nada, y sin que los fieles estén obligados a pagar gratificaciones, emolumentos o cualquier otra cosa a título de derechos parroquiales, dispensas, diezmos, primicias u otra cosa. "4o. La Iglesia cede al Gobierno todas sus rentas que provengan de bienes eclesiásticos, que han sido declarados bienes nacionales durante la República.
Página 149 - La fuerza de un poder se asegura, á Mi juicio, mucho más por la fijeza que por la incertidumbre de sus límites, y Yo aspiro á poner, para el ejercicio de Mi Gobierno, aquellos que, sin menoscabar su prestigio, puedan garantizar su estabilidad.
Página 275 - Las bendiciones del cielo y con ellas el progreso y la libertad, no nos faltarán, seguramente, si todos los partidos, dejándose conducir por un Gobierno fuerte y leal, se unen para realizar el objeto que acabo de indicar y, si continuamos siempre animados del sentimiento religioso, por el cual nuestra bella Patria se ha distinguido aun en los tiempos más desgraciados.
Página 865 - Tal vez haya sido intempestivo este paso: el grito de las tropas que han iniciado este movimiento no es, sin embargo, el eco de una facción, ni proclama el triunfo exclusivo de ningún partido: la nación repudiaba la nueva Carta, y las tropas no han hecho otra cosa más que ceder a la voluntad nacional.
Página 149 - Concluiré, señores, asegurando, de nuevo, que nunca olvidará mi Gobierno el reconocimiento que debe al Monarca ilustre, cuyo amistoso auxilio ha hecho posible la regeneración de nuestro hermoso país. Por último, señores, os debo anunciar que antes de partir para mi- nueva Patria, sólo me detendré el tiempo preciso para pasar a la Ciudad Santa a recibir del Venerable Pontífice la bendición tan preciosa para todo Soberano, pero doblemente importante para mí que he sido llamado a fundar...

Información bibliográfica