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RESPUESTAS.

Sambenito.-Núm. 12, pág. 5. -Léese en Rosal: «Dice Pineda que es saco benedicto. En esta materia es de importancia el antiguo lenguaje castellano ó su noticia. Porque de sábana griego, que significa los lienzos ó paños, decían sábana á la ropa ó paños blancos de cama,

á los sudarios con que se enjugay ban en los baños; y de allí sabanetes ó sabanitos á una camisilla

abierta propria de niños, como capotillo de dos faldas, que no era camisa perfecta, que hoy de paños dicen pañetes; de ahí al habitillo de aquella hechura llamaron sabanito, y SAMBENITO corruptamente; y de allí fué dicho por la semejanza de la hechura el hábito del penitenciado. >> LA REDACCION. Sinonimia.-Núm. 17, pág. 5. -Se da generalmente en gramática el nombre de SINÓNIMOS á aquellas voces ó locuciones que, siendo representantes de una misma idea en cuanto á la esencia, difieren, empero, poco más ó ménos entre sí en cuanto a los accidentes. Así, obstáculo é impedimento son SINÓNIMOS ó voces SINÓNIMAS, por cuanto ambos términos entrañan la idea comun de una dificultad que, física ó moralmente, no nos permite continuar en nuestro camino; si bien da á entender, por lo regular, el 1.o, que esa dificultad nos sale al paso, en tanto que el 2.° parece denotar más comunmente que existe dicha dificultad en nosotros, detras, ó al rededor de nosotros mismos: por eso, bien considerado, una montaña muy empinada es un obstáculo

para que pasemos corriendo á la parte de allá ; y una llaga en el pié es un impedimento que, áun en el camino más llano, no nos consiente correr. En ambos casos existe una rémora á nuestros deseos de llegar cuanto ántes al término que nos propusiéramos, aunque dimanada de distintas causas. De aquí se sigue, que dos ó más palabras serán tanto más SINÓNIMAS entre sí, cuanto menores ó más imperceptibles sean los accidentes que las separen de la idea principal á cuyo punto convergen.

SINÓNIMO, segun su etimología gricga, con-nombre, esto es, nombre compañero de ótro, ó equivalente á él, sólo debería aplicarse á aquellas palabras que pudieran usarse indistintamente úna por otra, á causa de representar en absoluto una misma idea.

Pero, qué: ¿existen realmente en nuestro idioma palabras que se hallen en las condiciones susodichas?... Bastante se ha disputado acerca de si hay ó nó verdaderos SINÓNIMOS, Ó SINÓNIMOS reales, perfectos ó rigurosos; esto es palabras que se identifiquen de tal manera entre sí, que sean representativas de una sola y única idea, tanto en la esencia cuan

rece haber resuelto la cuestion cuando dijo: «Si hubiese SINÓNIMOS perfectos, habría dos lenguas dentro de una misma lengua: cuando se ha llegado á obtener el signo exacto de una idea, no se busca ótro.»> Este argumento, que á primera vista parece concluyente, tiene más de especioso que de sólido ó fundamental; y hé aquí lo que pretendo probar á continuacion.

LOS SINÓNIMOS, considerados en cuanto á su estructura material, se dividen en dos clases, á saber: los homo-radicales, iso-radicales ó co-to en los accidentes. Dumarsais paderivados, esto es, derivados de una misma raíz ó pertenecientes á una misma familia etimológica, como lluvioso y pluvioso, sojuzgar y subyugar, honor y honra, influencia é influjo, hacedero y factible, etc.; y los hétero-radicales, esto es, de diferente raíz ó no pertenecientes á una misma familia etimológica, tales como diccionario y vocabulario, biblioteca y libreria, hebdomada y semana, encontrar y hallar, etc.; conócense tambien, respectivamente, con las denominaciones de gramaticales, y etimológicos.

He dicho que «se da generalmente en gramática el nombre de SINÓNIMOS á aquellas voces ó locuciones que, siendo representantes de una misma idea en cuanto á la esencia, difieren, empero, poco más ó ménos entre sí en cuanto á los accidentes; » pero añado ahora, que semejante denominacion es un tanto viciosa, por cuanto significando la palabra

Seméjanse las lenguas todas á un vasto mar, cuyas aguas son notablemente engrosadas por los rios que en él desembocan. Y sin salir de la nuestra, à fin de no hacer más extenso este artículo, ¿quién ignora que los fenicios, griegos, hebreos, romanos, godos, árabes, ingleses, franceses, alemanes, americanos, en suma, todas las naciones del mundo, han aprontado cada cual su contingente de palabras á nuestro idioma? ¿Quién no sabe que á todas y cada una de las provincias de nuestra España es más ó ménòs

deudora la lengua castellana de la riqueza de su vocabulario? ¿Quién podría desconocer que, á pesar de ser el lenguaje científico ó erudito diverso del comun ó vulgar, llega á suceder no pocas veces con el transcurso del tiempo y repeticion de los actos, que términos científicos pasan å ser del dominio vulgar, siendo indiferente y promiscuamente usados por la muchedumbre? Pues si esto es así, ¿cómo ha podido ponerse en duda, mejor dicho, negarse que existan verdaderos SINÓNIMOS? Pero basta de teorías; y hablen los ejemplos, que lo harán más elo

cuentemente.

Lindo llamaron nuestros antepasados al hombre que sólo atiende á cuidar nimia y afectadamente del aseo y compostura de su persona; y como si tal denominacion no bastara á representar ese tipo extravagante del hombre afeminado, crearon despues las de pisaverde, currutaco y lechuguino. Pero, por lo visto, hubieron de no darse aún por satisfechos nuestros abuelos, cuando, sin hacerse cargo seguramente de que el aumento del género no es razon suficiente para que varíe su denominacion, tomaron de los franceses su petit-maître inventado à mediados del siglo XVII, legándonos el petimetre, tan ridiculo en la palabra como en la idea que representa. Siguese, pues, que significando exactamente lo mismo y sin la menor discrepancia los términos lindo, pisaverde, currutaco, lechuguino y petimetre, son SINÓNIMOS rigurosos.

Si le digo á un carpintero que clave en la pared una escarpia, y al cabo de un rato le mando que clave

una alcayata; y en una y otra ocasion ha introducido en el muro á fuerza de martillazos dos objetos totalmente iguales, pregunto: ¿no resultará de aquí que alcayata y escarpia son verdaderos SINÓNIMOS?

Encargo á mi cocinera que me haga un plato de puches; y, á la verdad, como no soy muy aficionado semejante comida, pasados unos cuantos meses le digo que me sirva unas gachas. En ambas ocasiones, gachas y puches me han sabido lo mismo, como que no ha habido la más mínima diferencia en el número y calidad de los ingredientes, ni en el modo de aderezarlos para presentarme dicho manjar; entónces he dicho para mi capote : puches=gachas; ó lo que es lo mismo: gachas y puches son SINÓNIMOS reales. Y cuenta con que no saco aquí á colacion las poleadas, por temor de que me salga diciendo algun crítico que no es voz ésta que se usa en Castilla; pues si se me asegurase lo contrario, apelaria incontinenti al axioma que enseña como dos cosas iguales á una tercera, son iguales entre si (1).

Oigo decir á un geómetra, que cuadrilátero es el poligono terminado por cuatro lados ó ángulos;

(1) Escrita por mí esta primera parte del presente artículo para el Diccionario de Andalucismos que traigo entre manos meses há, debo advertir al lector que lo ignore, como áun cuando puches y gachas significan exactamente lo mismo en Andalucía (y á esto asiente el

Diccionario de la Academia al remitir el un artículo al ótro), no sucede así en Castilla, don

de la diferencia entre ambos términos consiste en que las gachas se hacen con harina de almorta, á que se suele añadir chicharrones y algunas magras, y no tienen sabor dulce, en tanto que las puches se hacen con harina de trigo, á que se agregan coscorrones de pan frito, endulzándolas con azúcar, arrope ó miel.

y á ótro que tetrágono es el poli- | son SINÓNIMOS rigurosos, no dice gono terminado por cuatro ángulos leche de asna, sino de burra; por ó lados; de donde deduzco en lógi- tanto, los que sientan el supuesto ca consecuencia, que tetrágono y de que no existen SINÓNIMOS perfeccuadrilátero son SINÓNIMOS per- tos, creo que harían mejor en defectos. cir, que no en todas las ocasiones pueden usarse arbitraria ó indiferentemente los vocablos todos que | entrañan verdadera SINONIMIA.

Antes de dar fin á esta cuestion, diré que hay infinidad de palabras que podríamos llamar semi-sinóni

Pero, ¿á qué cansar ni cansarme más? Yo desafío á cualquiera á que me pruebe la diferencia que existe entre añalejo, burrillo, cartilla, epacta, gallofa y diatal; junipero y enebro; alopecia, peladera y pelona; ascua y brasa; altea y mal-mas, por cuanto en una parte de carisco; alacran y escorpion; bisilabo y disílabo; mandíbula y quijada;orozuz y regaliz; almanaque y calendario; fuina, papialbillo y garduña; suficiente y bastante; febril y calenturiento; cucaracha, curiana y corredera; comenzar, empezar y principiar; infectar é inficionar; ciendoble, cientanto y céntuplo; azogue y mercurio; lacio, laso y laxo; bieldo y mielga; cisterna y aljibe; ahondar y profundizar; añil é indigo; pauta y pentagrama; semibreve y redonda; minima y blanca; seminima y negra; etc.

su empleo se identifican con su equivalente, y en ótra, ú ótras, nó. Sirvan de ejemplo: Piso y cuarto, convienen exactamente en ser signos representativos de cada una de las partes principales en que se divide horizontalmente una casa; pero disconvienen en que piso tiene, a más de otras acepciones, la de suelo, y cuarto, entre otros significados, el de moneda del valor de cuatro maravedises. Idioma y lengua, concuerdan perfectamente en significar el conjunto de palabras con que se expresa una nacion ; pero discuerdan, amén de otras circunstancias, en que lengua es el órgano del paladar, etc.

me

No se me oculta que, de dos voces exactamente SINÓNIMAS, la úna suele no ser tan usada como la otra, cual sucede con can y perro; ni tampoco desconozco que algúnas, áun cuando de uso corriente en la actualidad, no son empleadas arbitraria ó indiferentemente, pues nadie dice hambre perruna ni tos canina, sino hambre canina y tos perruna. Al ver semejante disconformidad, me hallo en el caso de decir que esto no pasa de ser uno de tantos caprichos de que hace alarde el despótico uso, como cuando, desentendiéndose de que asna y burra | y esponjado, y tal vez tambien con

Por último, yo creo que, á dida que vayan pasando los años, y desapareciendo con ellos las distancias à beneficio de los más rá. pidos medios de comunicacion, la lengua castellana se irá haciendo más y más española hasta llegar á serlo por completo, al recibir progresivamente en su seno un caudal considerable de términos provinciales, idénticos en valor á ótros que poseyera de antemano. ¿No cuenta ya con azucarillo, bolado

panal, en la acepcion todos cuatro de azúcar rosado como se llamó en lo antiguo ?..... Quízá no falte quien me pregunte: Y semejante plétora de palabras, al aumentar el total de voces sin dilatar la esfera de las ideas, podrá redundar en beneficio, ó en perjuicio del idioma? No lo sé; pero hablando con sinceridad, me parece que el exceso de palabras, áun dada la estancacion de ideas, tendrá que contribuir, cuando ménos, al auxilio de la memoria, å la amenidad en el estilo, y á la variedad en la rima.

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cópica. Ya se habían publicado ántes estos sinónimos, aunque á retazos, en la coleccion de «Muestras de los punzones y matrices de la letra que se funde en el obrador de la Imprenta Real.» 1799.

BARCIA (Roque).-Madrid. Viuda é Hijos de Cuesta. 1864.

Aunque algunos ejemplares ostentan en la portada la nota de 2." edicion con la fecha de 1870, no hay ótra que la anteriormente indicada.

BRETON DE LOS HERREROS (Manuel).'

Publicó unos cuantos artículos en

«El Museo de las familias» correspondiente á los años de 56, 59, 60 y 61.

CARRION (Joaquin), presbitero.— Madrid. Aguado. 1873.

DENDO Y AVILA (Manuel)-Madrid. Antonio Muñoz del Valle. 1756.

Hay ejemplares que llevan la fecha del año siguiente, aunque es la misma edicion.

Nota.-En los tomos I y II del «Mercurio de España,» correspondientes á los meses de febrero, marzo, abril y mayo de 1800, se halla un artículo crítico de la citada obra, sin nombre de autor.

ENCICLOPEDIA METÓDICA. Diccionario de Gramática y Literatura, traducido del frances al castellano, ilustrado y aumentado por el R. P. Luis Minguez de S. Fernando, del órden de Escuelas Pias.-Madrid, Sancha, 1788.

GÓMEZ DE LA CORTINA (José).-Mé

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