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auto de juramento sea librado francamente á la presente córte del dicho reino, y á los dichos brazos.»

Y acabada de leer la dicha cédula incontinenti el dicho Serenísimo Príncipe se levantó de la silla donde estaba sentado, y fué donde estaba el sitial con el señal de la Santa Cruz y se arrodilló, delante de ella de las dos rodillas, y puesta la mano derecha en el libro Misal, dijo que juraba lo contenido en la dicha cédula. Y hecho el dicho juramento, se volvió y se sentó en dicha silla.

Y hecho esto incontinenti el dicho secretario leyó la cédula del tenor siguiente:

«Deliberadamente, y de cierta sciencia, por nosotros y nuestros sucesores, juramos por Nuestro Señor Dios Jesucristo y los santos cuatro Evangelios, por nosotros y cada uno de nosotros corporalmente tocados á vos el Serenísimo señor don Baltasar Cárlos, Príncipe de Castilla, Aragon, Valencia y de Portugal etc.; en Principe nuestro y primogénito de la sacra católica real magestad del Rey nuestro. señor don Felipe, durante la larga y bienaventurada vida de la dicha real magestad Y en el caso que feneciesen los largos y bienaventurados dias de la dicha real magestad, prometemos de jurar y prestar el juramento

de Portugal, etc., etc., de edad de diez y seis. años, en presencia de la sácra católica magestad del Rey don Felipe nuestro señor, jura por nuestro Señor Dios, y á la Cruz de nuestro Señor Dios Jesucristo, y á los Santos cuatro Evangelios, con sus manos corporalmente tocados, que tendrá y observará, á los prelados, religiosos, eclesiásticos, barones, nobles, caballeros, generosos, y á la ciudad de Valencia y otras ciudades, villas y lugares del presente reino de Valencia y á los ciudadanos, vecinos y habitadores del los fueros, y autos de corte de la dicha ciudad y reino, y privilegios reales otorgados generalmente ó especial á la dicha ciudad ó reino, ó alguna ciudad, vi. lla ó lugar del, hechos y otorgados por los Reyes de otra recordacion predecesores suyos, y por S. M., usos buenas costumbres de la dicha ciudad y reino, pragmáticas, letras y provisiones reales hechas y que se harán y cualesquiera contratos hechos entre sus predecesores, y la dicha ciudad de Valencia, y otras cualesquiera ciudades y villas reales, barones, nobles, caballeros y otras personas del dicbo reino, los cuales loa y aprueba y confirma perpétuamente á la dicha ciudad de Valencia, vecinos y habitadores del. Y mas jura y promete que en su bienaventurada sucesion en el dicho reino de Valencia, y viniendo á la dig-á V. M. en la ciudad de Valencia, viniendo nidad real dentro el término en los fueros y privilegios del dicho reino contenidos, personalmente vendrá á la dicha ciudad, y celebrará Córtes generales en la dicha ciudad de Valencia, en las cuales antes que le sea prestado el juramento de fidelidad por los estamentos, y singulares de la dicha ciudad y reino, los jurará y confirmará, y de nuevo otorgará los dichos fueros, autos de corte, privilegios, pragmáticas, provisiones, letras reales y contratos hechos por los Reyes predecesores con la dicha ciudad y con las otras ciudades, villas reales, barones, nobles, caballeros, y otras personas del dicho reino, usos y buenas costumbres de dicha ciudad y reino, y aquellos observará, y observar hará y no contravendrá por si, ni por otro, segun forma de los fueros y privilegios del Rey don Pedro I, y del Rey don Alfonso el II. El cual juramento y auto hace con las salvedades y protestas suplicados por los dichos brazos, con la suplicacion por aqueIlos puesta delante de S. M. y poco antes leida y admitida y la cual haya de ser insertada en el presente juramento: á los cuales protestos y salvedades asiente. Y quiere que el presente

dentro el término en los fueros y privilegios del dicho reino contenidos á la dicha ciudad en la misma forma y modo, que juramos, y prestamos el juramento á la prefata real magestad del Rey nuestro señor en la dicha ciudad de Valencia. Juramos, tendremos y reconoceremos por Rey y señor natural nuestro á V. A., y le seremos leales y fieles vasallos contra todos los hombres, y guardaremos su cuerpo y miembros y toda su tierra del mal y de daño con todo nuestro poder, y en consejos y otras cosas seremos leales y fieles y guardaremos, obedeceremos, y observaremos todas aquellas cosas que los verdaderos y naturales vasallos están tenidos y obligados guardar segun fueros y privilegios del presente reino, salva siempre la fidelidad y plena señoría de la dicha real magestad durante su bienaventurada vida; con tal empero pauto y condicion que el presente auto de juramento el cual se presta por esta vez tan solamente por las causas y razones deducidas en la suplicacion poco antes por los dichos brazos de la corte, de los reiniculos de Valencia delante de S. M. puesta y por el secretario leida, no pueda ser sa

cado en uso ni en consecuencia en lo venidero, ni por aquel pueda ser hecho perjuicio alguno, ni lesion á los fueros, privilegios y libertades de la dicha ciudad y reino, y con todas las salvedades y protestaciones en la dicha suplicacion de la oferta del dicho juramento por los dichos tres brazos y nosotros puestas, las cuales y otras que mas puedan aprovechar á la dicha ciudad y reino, y singulares de aquellos, queremos tener por puestas y repetidas, palabra por palabra, á las cuales V. A. consienta y asienta. Y que sea inserta la dicha suplicacion per el secretario que recibiere aquella en el presente auto de juramento, el cual en su pública forma sea librado á la presente corte y brazos del dicko reino de Valencia francamente.»>

jaron y se sentaron cada uno en su asiento.

Y inmediatamente subieron todos los del dicho brazo real al dicho sólio y hicieron en la misma forma el juramento y osculacion de manos que habian hecho los eclesiásticos y militares, subiendo en primer lugar Gaspar Juan Zapata, Jurado en Cap de Valencia, que iba con su gramalla y gorra, y en segundo Cárlos de Mor, doctor en ambos derechos, abogado, y en tercer lugar José Perez Roca, Sindico de la ciudad de Valencia, y despues consecutivamente todos los otros Síndicos de las ciudades y villas reales del reino de Valencia, unos despues de otros por el órden que estaban graduados en su brazo, y hecho el dicho juramento y todas las demas cosas sobredichas, conforme habian sido hechas por los dichos eclesiásticos y militares, se bajaron y se sentaron cada uno en su lugar y puesto conro estaban.

Y acabada de leer la dicha cédula, incontinenti se levantó el arzobispo de Valencia y subió al plano de dicho sólio, y hechas las debidas humillaciones y reverencia, se arrodilló Y acabado de prestar dicho juramento, se de dos rodillas delante del sitial, y puesta la acercó hácia la orilla del dicho sólio el secremano derecha sobre el dicho libro Misal, dijo tario don José de Villanueva, en lugar del que juraba lo contenido en dicha cédula, y Protonotario de S. M., y dijo que S. M. prorlevantándose de allí pasó á donde estaba sen- rogaba las presentes Córtes para el dia diez y tado el dicho Serenísimo Príncipe, y puesta lasiete de los presentes, acusando la ordinaria rodilla en tierra le besó la mano, y despues contumacia á los ausentes. fué donde estaba S. M., y queriéndolo besar la mano la retiró; y hecho esto se bajó y se sentó en su lugar, haciendo las humillaciones mismas que habia hecho al subir, en los mismos puestos, y despues del dicho arzobispo, subió al dicho sólio don Gaspar Juan, lugar-teniente de S. M., administrador perpétuo de la religion de Montesa, y sucesivamente todos los eclesiásticos, unos despues de otros, por el órden que cada uno de ellos estaba graduado en el dicho brazo, y hicieron lo mismo que habia y dicho el arzobispo, y se volvieron cada uno á su lugar.

Habiendo acabado de prestar juramento los dichos eclesiásticos, empezaron á subir los del brazo militar, y subiendo en primer lugar don Felipe de Cardona, marqués de Guarda Lest, hijo de don Francisco Ruiz de Liori Borja y Cardona, almirante de Aragon, etc., y despues de él don Juan Matías Valterra, conde de Viilanueva, y sucesivamente todos los demas militares, unos despues de otros, sin guardar órden ni precedencia alguna, y hicieron el mismo juramento y osculacion de manos á los dichos Serenisimo Príncipe y S. M., en la misma conformidad que los dichos eclesiásticos; y hechas las mismas cosas, se ba

Y despues de haber estado por algun espacio de tiempo con todo silencio y quietud, S. M. y el dicho señor Principe se levantaron de sus sillas y bajaron del dicho sólio, con el mismo acompañamiento. órden y forma que habian venido, y se salieron de la dicha iglesia, mostrando S. M. al tiempo que pasaba per donde los dichos reinos estaban, muy grande alegria y contento, de haberse jurado el dicho Serenisimo Principe por señor y sucesor de un reino tan fidelísimo. Y todos los dichos eclesiásticos, militares y reales quedaron en sus puestos, sin acompañar á S. M. y al Serenisimo Principe. Y cuando estuvieron fuera de la iglesia, se fueron de aquella sin tratar cosa alguna en los Estamentos, por estar deshabitadas las horas, y porque los tratadores no se podian juntar por causa de cierta dificultad que se habia tenido en respeto del Estatuto Real, etc.,

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se acostumbra, á los prelados, á los grandes, á | y otro, cubiertos de bancales de tapicería que los títulos y á las ciudades y villa que tienen iban desde el principio de las gradas de el tavoto en Córtes, para jurar al señor Principe blado hasta debajo de el coro, y llegaban casi don Luis de Borbon. Mandó se previniese lo á una valla que se hizo á los pies de la iglesia, necesario para el juramento, y que este fuese en con puerta donde se ponen los porteros de la el real convento de San Gerónimo, que es don- Cámara para detener la gente. Estos bancos de se suele hacer, siendo en Madrid, y donde se se dividian en tres trozos, con algun intermecelebraron el de el señor Rey don Felipe II, do- dio de uno á otro; el primero al lado de el mingo 19 de abril del año de 1528 á los 16 me- Evangelio para sentarse los prelados en la funses y 20 dias de su edad. El de el señor cion del juramento: el que le corresponde enPrincipe don Fernando, domingo 31 de mayo frente al lado de la Epistola, y de el dosel de de 1573, siendo de edad de 17 meses y 4 dias. S. M. para los grandes, los otros dos mas abaEl de el señor Rey don Felipe III, domingo 11 jo de estos para los titulos, los últimos para los de noviembre de 1584, siendo de edad de 6 Procuradores de los reinos de las ciudades: y años y 7 meses menos tres dias. El de el señor para los de Toledo se puso un banco pequeño Rey, Principe don Baltasar Cárlos, domingo 7 delante de la puerta de la valla. de marzo de 1632, siendo de edad de 28 meses y 19 dias. Y habiendo señalado S. M. el dia 7 de abril de el año de 1709 para esta funcion, pasó el dia 4 de el mismo mes desde su palacio al sitio del Buen-Retiro, con la Reina nuestra señora y con el señor Principe para estar mas inmediato á dicho real convento.

Hizose en la iglesia un tablado al alto de el presbiterio de el Altar mayor que ocupa el crucero de la iglesia hasta la division de el cuerpo de la iglesia, y para esto se quitó la reja de la capilla mayor, subiéndose á él por doce gradas, dejando á cada lado un plano con berjas plateadas.

Adornóse la iglesia y la capilla mayor de ricas tapicerias, alfombróse el plano de el tablado y sus gradas, y sobre él se puso á la mano derecha, y á la de la Epistola un dosel para SS. MM. Rey y Reina, sillas para entrambos, y delante un sitial con dos almohadas encima y dos abajo, cubierto con tafetan carmesi. En esta misma parte junto al altar se pusieron dos bufetes, uno para la clerecía con plata necesaria, para el servicio de el pontifical, y el otro para las fuentes con la perteneciente á la confirmacion de S. A., y se ejecutó como se dirá:

Para los capellanes de honor se puso un banco raso á la misma parte de la Epistola junto a los bufetes de la clerecía, y de el aparador.

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A la puerta de el palacio de el convento se puso muy de mañana una escuadra de la Guardia de Alabarderos con un teniente, y otro á la puerta de la iglesia á la órden de el semanero mayordomo; y dentro de la iglesia desde la puerta de la valla hasta el tablado, detras de los bancos aun lado y á otro se pusieron soldados de la guardia de Corps, y en el plano del tablado de cadetes de la misma.

El cardenal Portocarrero, arzobispo de toledo, que es el prelado que dijo la Misa, aguardó en la iglesia vestido de pontifical, y sentado á la parte de la Epistola con sus asis

tentes.

A la parte de el Evangelio, al lado de el Altar, y en el banco que se ha dicho, aguardaron los prelados, presidiendo á todos el señor don Cárlos de Borja, prolimosnero mayor de S. M. y patriarca de las Indias.

En el banco de los embajadores, estuvo solo el de S. M. Cristianisima, pues aunque no ha hecho su entrada en público dispensó en esto S. M.

Detrás de esté en pié esperaron los ministros de los Consejos y Cámara de Castilla é Italia que concurrieron para asistentes y testigos de Córtes, que fueron don Pedro Sarmiento y Toledo, conde de Godomar, de Humanes y de el Puerto, de el Consejo Real de S. M. y Cámara de Castilla: don Tomás Pantoja, conde de la Estrella: de el Consejo Real de S. M. y Cámara de Castilla: don Garcia Perez de Araciel, de el Consejo Real de Castilla; el conde de San Roman y el marqués de Sandañola, am. bos consejeros de el Supremo de Italia, y don Francisco Quincozes, secretario de Cámara de S. M. y de las Córtes.

Estando ya todo en esta conformidad dis

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puesto, y tendida la guardia de los alabarderos desde el principio de la escalera del Retiro hasta el fin de la que se baja para entrar en la iglesia de San Geronimo, el mayordomo semanero avisó á los títulos, y á los Procuradores de reinos y ciudades que se hallaban en la iglesia para que subiesen á acompañar á S. M., lo que ejecutaron presentándose todos en el cuarto del Rey, y saliendo S. M. de su real cámara por los salones, piezas de las Audiencias y cuerpo de guardia, bajó por la escalera principal del Retiro, y entró en la iglesia de San Gerónimo, por la puerta que acostumbra entrar siempre en ella: fueron los primeros del acompañamiento los Alcaldes de casa y córte don Manuel de Cervantes, don José Llopis, don Diego Pellicer, don Francisco de Gobeo, don Carlos Gutierrez de la Peña, don Francisco de Enao, don Antonio de la Pedrosa Guerrero, don Ambrosio Bernal, don Manuel de Losada, don Luis de Alarcon, don José Perez de Ardon y don Bruno Salcedo: seguíanse los pajes y su ayo; los caballerizos, gentiles-hombres de la casa y de la boca, los títulos y Procuradores de reinos y ciudades, mezclados sin órden ni precedencia; despues iban cuatro maceros con las mazas reales al hombro, luego seguian los mayordomos del Rey con bastones en las manos, á estos los grandes y el condestable de Castilla, mayordomo mayor del Rey, con el baston levantado en la mano derecha; luego los cuatro reyes de armas con sus cotas y en ellas las armas reales de S. M. y de los reinos; seguia á estos el duque de Medinasidonia, caballerizo mayor del Rey, descubierto, con el estoque desnudo sobre el hombro, que es á quien toca llevarle en ausencia del Camarlengo, conde de Oropesa (cuya casa tiene esta preeminencia antigua); y luego el Rey nuestro señor, con el collar grande de la órden del Toison de oro; inmediatamente á S. M. el duque de Osuna, capitan de las Guardias de Corps, que estaba de cuartel, cerrando la tropa, algunos oficiales y una escuadra de ella. Fuéronse quedando los Alcaldes, los Procuradores de reinos y ciudades, los titulos y grandes en dos órdenes á lo largo de la iglesia, y subió S. M. al tablado, acompañado de los mayordomos, mayordomo mayor, capitan de Guardias y el caballerizo mayor, que hacia de Camarlengo.

por una puerta que habia en el tablado, á la parte de la Epístola, y al lado del dosel, al mismo tiempo que el Rey subia: venia acompañada §. M. de los mayordomos de su casa, de su mayordomo mayor el conde de San Esteban, el conde de Aguilar, que llevaba la falda de la camarera mayor, la Princesa de los Ursinos, y de las señoras de honor, trayendo en sus brazos al señor Príncipe doña Maria Antonia Salcedo, que es la que cuida de S. A. No teniendo S. M. damas, mandó que en su lugar la sirviesen las Excmas. señoras mi señora laduquesa de Medinaceli, mi señora la duquesa de Aguilar de Campos, mi señora la duquesa de Osuna, mi señora la marquesa de Priego, mi señora la duquesa de Medina-Sidonia, mi señora la condesa de Cabra, mi señora la marquesa de Solera, mi señora la marquesa de Bedmar, mi señora la marquesa de Jamaica, mi señora la marquesa de Aitona, mi señora la marquesa de Cambay, mi señora la condesa de San Esteban y mi señorà la condesa de Populé, y despues de haber hecho reverencia á SS. MM., quedando el señor Principe inmediato el dosel, la camarera mayor tomó su lugar junto à la Reina, é inmediatamente las señoras referidas que la servian de damas, sentadas en almohadas, y luego las señoras de honor. El conde de Aguilar se quedó en pié detras de la silla de la Reina, el capitan de Guardias en la misma forma, junto à la del Rey, el que llevaba el estoque tomó su puesto junto al dosel á la parte de el Altar, y mas hacia el Altar el mayordomo mayor del Rey, y despues el de la Reina, todos en pié: estuvo tambien á esta parte el Sumiller de cortina don Alvaro de Mendoza. Los mayordomos del Rey y Reina tomaron sus lugares desde el banco de los prelados, al de los embajadores. Enfrente de el dosel de SS. MM., los cuatro reyes de armas colocados en las gradas que suben al tablado, dos á cada lado, y mas abajo en las mismas los cuatro maceros con las mazas reales: los grandes, los títulos y los Procuradores de los reinos y ciudades en los bancos señalados como queda referido, y los de Toledo en el que estaba prevenido al fin de todos. Enfrente de el Allar mayor los Alcaldes de casa y corte, arrimados á la valla que estaba á los pies de la iglesia, á la parte de la Epistola, que es el lugar que tienen en la capilla. Detras de el banco de los grandes, se pusieron como se acostumbra los gentiles hombres de la boca, caballeros y

La Reina por estar preñada, no pudo venir en este acompañamiento, y habiendo bajado por una escalera secreta, entró en la iglesia | pages.

Comenzóse la Misa, y el señor cardenal | banco en que estaban sentados al que tenian Portocarrero, que es el que la celebró, echó el prevenido en el plano de la iglesia para subir agua bendita á SS. MM., y al señor Principe; desde alli á hacer el juramento; el señor carel asistente mayor de el pontifical salió á echar- denal se lavó las manos, sirviéndole el aguala á los prelados, al embajador, á los grandes, manos y tohalla los condes de Palma y de Alá los títulos, y á los Procuradores de reinos y tamira, su pariente. caballeros. El receptor de la capilla y otro capellan de honor al camarlengo, mayordomos mayores y señores de honor y damas.

Habiendo dicho las oraciones que la Iglesia acostumbra en tales ocasiones, estando todos en sus lugares y asientos, y sosegada la. gente, subió al tablado el rey de armas mas antiguo, y puesto á la parte de el Evangelio, despues de haber hecho reverencia al Altar, y

Sirvió el Patriarca á SS. MM. y al señor Principe la confesion y Evangelio, el Credo y la Paz, como se acostumbra. Acabada la Misa echó la bendicion su emi-á SS. MM. y el señor Príncipe, vuelto al cuernentisima, y habiendo hecho humillacion al Altar mayor y á SS. MM. se desnudó en la misma parte que se vistió, que es al lado de la Epistola, y se pasó al de el Evangelio, en donde tenia puesta una silla con su sitial cubierto de terciopelo, y se sentó en ella.

po de la iglesia dijo en alta voz: «Oid, oid, oid, oid, oid, oid, la escritura que aqui os será leida del juramento y pleito homenaje y fidelidad que los prelados, grandes, títulos, y Procuradores de Córtes de estos reinos, que por mandado de el Rey nuestro señor don Felipe V el dia de hoy estan juntos, presentan y hacen al Serenísimo y muy esclarecido señor Principe de estos reinos, durante los largos y

A este tiempo, á la parte de la Epístola se pasó el patriarca, por haber mandado S. M. que hiciese este la funcion de la confirmacion de S. A., y vestido de pontifical pasó á sen-bienaventurados dias de S. M. y despues por tarse en el faldistorio que se le puso abajo de la peana de el Altar en el medio, asistiéndole los dos diáconos y capellanes.

Salió el señor Principe en brazos de la que cuida de S. A. y acompañado de los padrinos que eligió S. M., que fué el señor cardenal, y mi señora la Princesa de los Ursinos, y de los mayordomos de las dos casas reales llegaron delante del prelado, é hincados de rodillas se ejecutó la confirmacion como lo acostumbra la Iglesia: pusóle la venda S. M., y limpió la crisma un prelado; sirvieron las fuentes, tohallas y demas necesario los capellanes revestidos, ofreció la vela el señor Príncipe, ayudándole el padrino.

Despues de acabada la confirmacion, se volvieron todos á sus lugares, y habiéndose desnudado el patriarca, se pasó al que tenia en el banco de los prelados y S. Emma. volvió á la parte de la Epistola, en donde se vistió con capa carmesi, y despues se sentó en una silla, que estaba en el mismo lugar en que estuvo el patriarca cuando la confirmacion, asistido de los capellanes; y los ayudas de oratorio le pusieron un sitial cubierto y una almohada, para tomar el juramento.

Rey y señor natural y propietario de ellos.»>

Hecha la proposicion y la reverencia, el rey de armas se volvió á su lugar, y salió de el suyo don Pedro Sarmiento y Toledo, conde de Gordemar, consejero de cámara mas antiguo, y hechas las mismas reverencias se puso en el lugar en que estuvo el rey de armas y leyó la escritura del juramento que es como sigue:

Escritura de juramento.

«Los que aquí estais presentes sereis testigos como en presencia del católico señor don Felipe V nuestro Rey y soberano señor, y de la Reina nuestra señora doña Mariana Gabriela de Manuel de Saboya, y de los prelados, grandes, titulos y Procuradores de Córtes de las ciudades y villas de estos reinos que estan juntos en Córtes, por mandado de S. M. en voz y nombre de estos reinos todos juntamente, cada uno por si, y sus sucesores y los dichos Procuradores, por sí y en nombre de sus constituyentes, y por virtud de los poderes que tienen presentados y de las ciudades y vilas que representan estos reinos, y en nombre de ellos guardando y cumpliendo lo que de El aposentador de palacio y tapicero qui- derecho y leyes de estos reinos deben, y son taron el sitial que estaba delante de SS. MM., obligados, y su lealtad y fidelidad les obliga, y alli se puso una silla para sentarse el señor y siguiendo lo que antiguamente los infantes, Principe, con almohada á los pies. prelados, grandes, caballeros y Procuradores. A este tiempo bajaron los prelados de el de Córtes, de ciudades y villas de estos reinos,

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