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en semejante caso hicieron y acostumbraron hacer; y queriendo tener, guardar, cumplir aquello, dicen que reconocen, y desde ahora han, y tienen, y reciben al Serenisimo señor don Luis de Borbon, hijo primogénito, y heredero de S. M., que presente está, por Principe de estos reinos de Castilla y Leon, y los demas de esta corona á ellos sujetos, unidos, incorporados y pertenecientes, durante los largos y prósperos y bienaventurados dias del Rey nuestro señor don Felipe V, y despues de aquellos por Rey y señor legítimo y natural heredero y propietario de ellos, y que asi viviendo S. M. le dan fé y prestan obediencia, reverencia y fidelidad, y por leyes y fueros de estos reinos á S. A. como Principe heredero de ellos le es debida, y por fin de S. M., obediencia y reverencia, sujecion, vasallaje y fidelidad, que como buenos súbditos y naturales vasallos le deben y son obligados à le dar y prestar como á su Rey y señor natural, y prometen que bien y verdaderamente tendrán y guardarán su ser y cumplirán lo que deben, y son obligades á hacer. Y en cumplimiento de ello, y á mayor abundamiento, y para mayor fuerza, y seguridad de todo lo sobredicho, vos los prelados, grandes y títulos por vosotros, y los que despues fueren y sucedieren, y vos los dichos Procuradores y ánima de vuestros constituyentes y de los que despues fueren, en virtud de los poderes que de ellos teneis, y por vos mismos, todos unánimes y conformes, decis que jurais à Dios nuestro señor y á Santa Maria su madre, y á la señal de la Cruz, y las palabras de los santos Evangelios que estan escritas en este libro Misal que ante vosotros teneis abierto, la cual Cruz, y santos Evange-rir lo contrario haciendo, en las penas susodilios, corporalmente con vuestras manos derechas tocais, que por vosotros y en nombre de vuestros constituyentes, y de los que despues de vosotros y de ellos fuceren, tendreis realmente y con efecto todo leal proceder al dicho Serenisimo y esclarecido señor don Luis de Borbon por Principe heredero de estos reinos durante la vida de S. M., y despues de ella por vuestro Rey y señor natural y como á tal le prestais la obediencia, sumision y vasaHaje que le debeis, y hareis, y cumplireis todo lo que de derecho y sois obligados de hacer, y cumplir, y cada cosa y parte de ella, y que contra ello no ireis, ni vendreis, ni pasareis, directa ni indirectamente en tiempo alguno, ni por manera alguna, causa, ni razon que sea, asi Dios os ayude en este mundo á los cuerpos

y en el otro á las almas donde mas habeis de durar; lo contrario haciendo decir que os lo demande mal, y caramente, como aquellos que juran su santo nombre en vano y demas, y allende de esto decir que quereis ser habidos por infames, perjuros y fementidos y tenidos por hombres de menos valer, y que por ello caigais, ey murais en caso de aleve y traicion y otras penas por leyes y fueros de estos reinos establecidas y determinadas, todo lo cual vos los dichos prelados, grandes, y títulos, y caballeros, por vosotros y por los que despues de vosotros fueren, sucedieren, y vos los dichos Procuradores de Córtes, por vos, y en nombre de vuestros constituyentes, y de los que despues de ellos fueren, decir que asi lo jurais, y á la conclusion que se os hará del dicho juramento, respondereis todos clara y abiertamente diciendo: «asi lo juramos, y amen; >> y otro si, vos los prelados, grandes, titulos y caballeros, por vosotros mismos, y por los que despues de vos fueren, y os sucedieren, y vos los dichos Procuradores de Córtes, por vos mismos y en nombre de vuestros constituyentes, y de los que despues fueren, decir que hareis fé y pleito homenaje, una dos y tres veces segun fuero y costumbre de España, en manos del duque de Medinaceli y de Segorbe, que de vos y de cada uno de vos le toma y recibe, en nombre y favor de dicho Serenisimo y esclarecido señor don Luis de Borbon, que tendreis y guardareis todo lo que dicho es, y cada cosa, y parte de ello, y que no ireis, ni vendreis, áni pasareis contra ello, ni contra cosa, ni parte de ello, ahora ni en tiempo alguno, por nin guna causa, ni razon, so pena de caer é incur

chas, y en las otras en que caen é incurren los que contravienen y quebrantan el pleito homenaje hecho y prestado á su Príncipe durante la vida de su padre, y despues de aquella á su Rey y señor natural, en señal de todo lo cual decir que de presente como vuestro Principe y despues de los largos y felices dias de S. M. como á vuestro Rey y señor natural, con el acatamiento y reverencia debida le beseis la mano.»

Leida la escritura, el asistente mayor puso sobre el sitial que estaba delante el prelado el libro de los Evangelios, y Cruz con Cristo crucificado, para hacer el juramento.

El rey de armas que leyó la proposicion, puesto sobre el tablado, haciendo reverencia al Altar y á SS. MM., volvió el rostro à la

Puesto en su lugar el rey de armas, vuelto á la parte donde estaban los prelados, dijo en alta voz: «Subid, prelados, á jurar.».

parte de el banco de los grandes, y en alta voz | públicos, en donde concurren, y haciendo sus dijo: «Subid duque de Segorbe, á tomar el plei- reverencias, cada uno por sí se hincó de roto homenaje», y luego se levantó el duque, y dillas delante del sitial, y sobre el libro de los haciendo cortesía á los prelados, grandes, ti- Evangelios y Cruz, hizo el juramento, y destulos y Procuradores de los reinos, subió al pues en manos de el duque de Medinaceli el tablado, y haciendo reverencia al Altar, á pleito homenaje, nno y otro en la misma forSS. MM. y á los demas que allí estaban, allí se ma que los prelados; y habiendo besado la mapuso en pié, y descubierto al lado de la Episto- no al Principe y á S. M., se volvieron todos á la para recibir el pleito homenaje. sus lugares, siendo los que asistieron y juraron los Excmos. señores conde de Aguilar, scñor de la Casa de los Cameros, duque de Osuna, conde de Trigiliana, duque de Montellano, duque de Veraguas, marqués de Bedmar, duque de Jobenero, marqués de Aguilar del Campo, marqués de Montealegre, duque de Baños, conde de Baños, marqués del Carpio, marqués de Laconi, marqués de Aitona, duque de Abre, conde de Miranda, marqués de Astorga, conde de Palma, conde de Altamira, duque de Sotomayor, duque de Arcos, duque de Montalvo, conde de Monterey, conde de Priego, duque de Arisco, conde de Benavente, conde de Lemus, conde de Oñate, duque de Béjar, conde Peñaranda, duque de Tursis, duque de Populí, marqués de Castel Rodrigo, duque de de Andia, duque de Hijar, duque de Abrantes y marqués de Santa Cruz.

Bajó el maestro de ceremonias, y llamó al patriarca que estaba en el banco de los prelados, y en el primer lugar como se ha dicho, para que subiese á jurar, y luego haciendo cortesía á los prelados, grandes, títulos, caballeros y Procuradores de los reinos, subió al tablado, y hecha reverencia al Altar, á SS. MM. y á los demas, se puso de rodillas delante del sitial de el prelado, que le dice: «¿Jurais de guardar y cumplir todo lo contenido en la escritura que acabais de oir y que aqui se os ha leido?» y puestas las manos el patriarca sobre el Misal y Cruz, responde: «Si juro», y vuelve á decir el prelado: «Asi Dios os ayude y estos Santos Evangelios»; y responde, «Amen.» Levantóse luego, y hecha reverencia al Altar, y otra antes de hacer el pleito homenaje, estando en pié, juntas las manos, las puso en el hueco de las del duque de Medinaceli, que le recibió como está dicho y este le dice: «¿Vos haceis pleito homenaje una, dos y tres veces, y prometeis y dais vuestra fé y palabra que cumplireis todo lo que esta escritura de juramento que aquí se ha leido contiene?» responde: «Asi lo prometo»; desde alli pasó á donde estaba el Principe, y haciéndole reverencia, é hincándose de rodillas le besó la mano y despues á SS. MM., y volviendo á hacer la misma reverencia á todos, se volvió á su lugar.

De esta manera lo ejecutaron los demas prelados, subiendo segun el órden en que estaban sentados, primero los arzobispos por la antigüedad á su consagracion, y despues los obispos de Sigüenza, Cuenca, Orihuela, Teruel y Jaca.

Despues de haber jurado los prelados y restituidose á sus asientos, el mismo rey de armas, vuelto el rostro al banco de los grandes, en alta voz dijo: «Subid, grandes, á jurar»; fueron subiendo, sin guardar antigüedades ni precedencia, como lo acostumbran en actos

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Despues de haber jurado los grandes, el mismo rey de armas, vuelto el rostro á los titulos, dijo en alta voz: «Subid á jurar títulos», lo que ejecutaron tambien sin órden ni precedencia en la misma conformidad que los grandes; y respecto no poder asistir todos los titulos de los reinos por no ser capaz el sitio para que concurran todos los que hay, se acostumbra el llamar algunos; y para esta jura, los que mandó convocar S. M. fueron el marqués de Orgaz, conde de Salvatierra, marqués de la Guardia, marqués de Mirabel, marqués de Mejorada, conde de Pindo, conde de Coruña, conde de Garcés, conde de Torrejon, marqués de Montemar, conde de Fernan-Nuñez, conde de Puertollano, conde de Talara, marqués de Canales, marqués del Prado, conde de Maceda, conde de las Torres, marqués de Villagarcia, marqués de Malagon, conde de Amarante, conde de Fonclara, conde de Bureta, conde de Almenara, conde de Parsen y marqués de Lan

zarote.

Despues de haber jurado los titulos, el rey de armas dijo en alta voz: «Subid á jurar, Procuradores de los reinos y ciudades de voto en Córtes;» y dicho esto salieron de sus asientos los dos Procuradores de la ciudad de Burgos,

| dicha ciudad, por su reino; los de la ciudad de Murcia, don Antonio Franco de Roda, y don Juan Baustista Erro, Regidores de dicha ciudad, por su reino; los de la ciudad de Jaen, don Francisco de Ceballos Villegas, de la órden de Santiago, vizconde de los Villares, y don Francisco Coronado y Vargas, del Consejo de S. M. en la sala de millones, veinticuatro de dicha ciudad.

Los Procuradores de las ciudades que tenian voto en Córtes, subieron á jurar de dos en dos en la misma forma que los demas, guardando la precedencia que le toca, lo que ejecutaron en esta forma: subieron primero los de la ciudad de Segovia, don Francisco Suarez de la Concha, del órden de Santiago, marqués de la Fresneda, y don Antonio de Aguilar Mazo y Torquemada, conde de Encina, Regidores de dicha ciudad, que es á quien cupo ser la primera en el sorteo en que entró con las demas ciudades de Castilla: y habiendo en el segundo sorteo de las ciudades de Casti

don José Fernandez Zorrilla y don Gaspar del Peso San Victores, caballero de la órden de Santiago, Regidores de dicha ciudad, y los dos de la ciudad de Toledo, don Rafael de Vargas de la Torre, Regidor de ella, y don Francisco Jimenez Dávila, Jurado de dicha ciudad; y llegando juntos al tablado, y hechas las reverencias, se hincaron de rodillas á un tiempo delante del sitial, queriendo cada ciudad jurar primero, que es su competencia continua; pero S. M. dijo: «Jure Burgos, que Toledo hará lo que yo le mandare:» pidelo Toledo por testimonio, y el Rey se lo manda dar: bájanse los de Toledo á su asiento y juran los de Búrgos, é hicieron pleito homenaje y besaron la mano al señor Principe y á SS. MM., todo en la misma forma que lo ejecutaron los prelados, grandes y titulos, y volviéndose al lugar que ocupaban en el banco, subieron é hicieron lo mismo los demas Procuradores de los reinos, de dos en dos, por el órden que estaban sentados; y en esta funcion resolvió S. M. que los Procuradores de los reinos se sentasen y jura-lla con las de Aragon y Valencia tocado la sen, guardando la órden en que estaban puestos los reinos en la série de sus dictados; y asi tuvieron el primer lugar Burgos por Castilla, y se seguian los de la ciudad de Leon, don Jo- | sé Alvarez Ribera Cabeza de Vaca, caballero del órden de Santiago, vizconde de Castosa; don Bernardo de Villarroel, marqués de San Vicente y Fuenteoyelo, Regidores de dicha ciudad; y por sus reinos de la ciudad de Zaragoza don Julian de Azlor, conde de Guadarra, y don José Fombuera, caballero de la órden de Calatrava, marqués de Lunta, Regidores de dicha ciudad, por el reino de Aragon; los de la ciudad de Granada, don José del Baño y Montañés, y don Lucas Herra y Flores, veinticuatro de dicha ciudad, por su reino; los de la ciudad de Valencia, don Nicolás Felipe de Castelví y Villanova, conde del Castellar, baron de Vicorp, Quesa y Venadrio, y don Juan Ruiz de Corella y Ragada, Regidores de dicha ciudad, por su reino; los de la ciudad de Sevilla, don Pedro Carlos Rodriguez de Salamanca y Solis, veinticuatro y Procurador mayor de dicha ciudad, y don Nicolás Tereu Mesia y Collado, Jurado de dicha ciudad, por su reino; los de la ciudad de Córdoba, don Alonso Perez de Saavedra y Narvaez, conde de la Terosa, del Consejo de S. M. y Corregidor de Madrid, y don Fernando Manuel Fernandez de Córdoba, de la órden de Alcántara y del Tribunal de la contaduría mayor de cuentas, veinticuatro de la

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suerte de ser la primera á la de Salamanca, se siguieron sus Procuradores don Francisco Velazquez Zapata y Maldonado, catedrático de Prima, y don Francisco de Soria Espinosa y Fuente, Regidores de dicha ciudad: á estos, los de la ciudad de Jaca, don Pedro Pablo Bonet don Pedro Borres, Regidores de ella: los de Estremadura, don José Fernando de Arellano Pizarro, señores de las villas de Magasquilla y la Cumbre, Regidor de la ciudad de Trujillo, y don Pedro de Villarroel, Regidor de la ciudad de Mérida. Por la villa de Madrid, don Antonio Montero, Regidor de ella. Por la ciudad de Peñíscola, don José de Cardona, Regidores de ella. Por la ciudad de Palencia, don Francisco Vasco y don Manuel de Godorrano Alvarez y Giron, de la órden de Alcántara, Regidor de ella. Por Galicia, don Juan Alonso de Losada, conde de Valde el Aguila, del Consejo de S. M. en el supremo de Castilla. Por la ciudad de Borja, don José Fernandez de Garaza y don Julian de San Gil y el Arco, residentes de ella. Por la ciudad de Valladolid, don Manuel de Villardon, del Consejo de S. M. en el Tribunal de la contaduría mayor de cuentas, y don José Estefanio Caballero, del órden de Santiago, Regidores de ella. Por la ciudad de Fraga, don Francisco Domenech y Toradada, y don Juan Antonio Gascon, Regidores de ella. Por la ciudad de Guadalajara, don Felipe Vianco, y don Juan de Orcasitas y Abellaneda,

conde de Moriana, del órden de Alcántara, gentil hombre de la Cámara de S. M. y de su Consejo de Hacienda, residente de ella. Por la ciudad de Cuenca, don José de Gandia y don Vicente de Rorja, residentes de ella. Por la ciudad de Zamora, don Manuel Monge de Amaurite Romero, residentes de ella, y don Manuel de las Infantas, caballero hijo-dalgo. Por la ciudad de Tarazona, don Dionisio de Guaras, marqués de Guaras, conde de Contamina y don José de Funes, Regidores de ella. Por la ciudad de Calatayud, don Juan Bautista Ramiro y don José Aparicio y Gonzalo, Regidores de ella. Por la ciudad de Avila, don Alonso Carnero, del órden de Santiago, del Consejo de S. M. en la Cámara de Indias, y don Alonso Pacheco, de la órden de Alcántara, del Consejo de Hacienda de S. M., Regidores de ella. Y por la ciudad de Toro, don Alonso de Zapata y Osorno, marqués de San Miguel de Grox y don Diego de Bustamante y Melgar, caballero de la órden de Santiago, Regidores de ella.

Despues de haber jurado las ciudades, juró el condestable de Castilla, mayordomo mayor del Rey nuestro señor, haciendo el justo homenaje como los demas; luego el conde de San Esteban, mayordomo mayor de la Reina nuestra señora, á quien siguieron los mayordomos del Rey, don Gaspar Jiron, el conde de Priego, el marqués de Monroy y el marqués de Valus, y despues los de la Reina nuestra señora, el marqués de Orellana, el marqués de la Rosa, el marqués de San Juan y el marqués de Palacios.

Hecho este juramento y pleito homenaje, dijo en alta voz el Rey de armas: «Subid à jurar Procuradores de Toledo;» lo que ejecutaron en la conformidad que los demas, é inmediatamente dijo en alta voz el rey de armas: Venid á jurar Camarlengo,» y luego el duque de Medina Sidonia, caballerizo mayor del Rey nuestro señor, dejó el estoque en manos del primer caballerizo don Alonso Manrique, conde de Montenuevo, y pasó á hacer el jura mento, pleito homenaje y besamanos como los demas, y hecho esto volvió à tomar el estoque y á ocupar su lugar.

Despues de haber jurado el Camarlengo, dijo en alta voz el rey de armas: «Venid á jurar duque de Medinaceli,» el cual juró en manos del prelado é hizo el pleito homenaje en las del mayordomo mayor del Rey, que se puso en el lugar que ocupaba el duque, y ha

biendo besado la mano al señor Príncipe y á SS. MM., se bajó á sentar en el banco de los grandes.

Habiendo jurado todos, se levantó el señor cardenal, y haciendo reverencia al Altar y á SS. MM., se pasó á la parte del Evangelio en donde tenia puesta una silla con sitial de terciopelo, delante, como se ha dicho, junto al banco en que estuvieron los prelados mientras la Misa. Allí se desnudó de las vestiduras pontificales, y entretanto bajó el maestro de ceremonias á llamar al patriarca al banco de los prelados, el cual subió y se vistió de pontifical al lado de la Epistola con capa y mitra, y despues se sentó en un faldistorio que se le puso en el lugar donde estuvo el cardenal para tomar el juramento á los demas.

Luego el rey de armas volvió á llamar al duque de Medinaceli, el cual subió al tablado para recibir el homenaje del cardenal, y ocupó el mismo lugar donde estaba antes cuando recibió los de los demas: salió á este tiempo S. I. de su asiento, y haciendo reverencia al Altar, á SS. MM., al Príncipe y á los demas, se puso de rodillas delante del sitial, donde le tomó el patriarca el juramento en la forma que S. I. le tomó á los demas, é hizo el pleito homenaje en manos del duque de Medinaceli, de la misma manera que los otros le habian hecho, y despues de besar la mano al Serenisimo Principe y á SS. MM., se volvió á su asiento el duque de Medinaceli, y el patriarca, despues de haberse desnudado, se restituyó al en que estaba.

Concluida ya toda esta funcion del juramento, salió de su lugar don Francisco Quincoces, secretario de la Cámara y Estado de Castilla, acompañado de los Escribanos mayores de las Córtes, y hecha reverencia al altar y á SS. MM., se puso delante del Rey, y en alta voz dijo.

«V. M. en nombre del Serenísimo y esclarecido señor Principe don Luis de Borbon, su primogénito hijo, ¿acepta el juramento y pleito homenaje y todo lo demas de este acto hecho en favor del Serenísimo señor Príncipe, y pide á los Escribanos de las Córtes que asi lo den por testimonio, y mande que à los prelados, grandes, titulos que acostumbran á jurar, se le vaya á tomar el mismo juramento y pleito homenaje? á lo cual respondió S. M.: «Asi lo acepto, pido y mando.» Y haciendo su reverencia el secretario y Escribanos de las Córtes, se volvieron á sus puestos.

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Inmediatamente se levantaron SS. MM. y salieron de la iglesia con el señor Principe por la puerta secreta, que como se ha dicho, estaba junto al dosel, que es por donde entró la Reina, siguiendola las camareras, las damas, señoras de honor, los mayordomos mayores, el conde de Aguilar y el duque de Luna, capitan de cuartel, etc.

NAVARRA.-1725.

«El Rey: Ilustres, nobles, magníficos y bien amados mios, los tres estados de mi reino de Navarra, sabed: Que con el motivo del fatal golpe que he esperimentado en la temprana muerte de mi muy caro y muy amado hijo don Luis I, me ha representado el mi Consejo con el mayor vigor la obligacion de restituirme al dominio de estos reinos, como Rey natural y propietario de ellos, con tan estrechos fundamentos de justicia y de conciencia, que ha contemplado con su celo y cabales luces que ha sido indispensable al amor que tengo á mis vasallos, conforme con su dictámen, sacrificando mi quietud y mi retiro, para atenderlos y no dejarlos en el que se ha conside

Juramento del muy alto y muy poderoso y Serenisimo señor Principe don Fernando, primogénito de la sacra real magestad el señor don Felipe VII de Navarra y V de Castilla, nuestro Rey y señor natural, como tutor y curador de dicho Serenisimo señor Príncipe; hecho en su real nombre y en virtud de sus poderes reales porrado quedarian, si no lo hiciese reservándoel Excmo, señor don Cristóbal de Moscoso, conde de las Torres, marques de Cullera, señor de la Albufera, gentil-hombre de S. M., virey y capitan general de este de Navarra, sus fronteras y comarcas, á los tres estados que están juntos y congregados, celebrando Córtes generales. Y el que los dichos tres estados prestaron á su alteza real y en su nombre al dicho señor virey en las Cortes que se celebraron en esta ciudad de Estella este presente año de 1725.

In Dei nomine: Amen.-Notorio y manifiesto sea á cuantos la presente verán é oirán que este presente año de 1725, dia viernes contados 11 del presente mes de mayo de dicho año: habiéndose juntado los tres estados de este reino de Navarra en Córtes generales por mandado de la sacra real magestad del Rey nuestro señor don Felipe VII de Navarra y V de Castilla á llamamiento hecho en su real nombre por el Excmo. señor conde de las Torres, virey y capitan general de este reino de Navarra, sus fronteras y comarcas; en virtud del poder que para ello tenia de S. M. (que Dios guarde), en la sala del convento de San Francisco de la dicha ciudad de Estella, lugar usado y acostumbrado para celebrarlas, envió celebrarlas, envió à ellas el señor virey al licenciado don Gerónimo Navarro, del Consejo de S. M. en el real y supremo de este reino, con una carta poder de S. M. que puso en manos del muy ilustre señor don Fray Juan Tomás de Elorga, abad del real monasterio de Vidax, presidente del brazo eclesiástico: y habiendo respondido el señor abad que las veria el reino, y responderia, salió de la sala el dicho licenciado don Gerónimo Navarro, y luego dicho señor abad la entregó á mi don Pablo del Trel, secretario de los tres estados para que las leyese y viese su contenido, como con efecto las lei, que son del tenor siguiente:

me (si Dios me diere vida), á dejar el gobierno de mis reinos al Príncipe don Fernando mi hijo, cuando tenga edad y capacidad suficientes y no haya graves inconvenientes que lo embaracen. En cuyo estado, y teniendo presente, que en virtud de órden de dicho señor Rey don Luis, mi hijo, os hållais juntos en Córtes en la ciudad de Estella, para lose fectos que tuvo S. M. por bien de advertirlos en carta de 5 de abril de este año, y otras cosas de las Torres se os previno entendierais, y sienmi real servicio, que por el virey, conde de do cada dia mas ejecutivas las urgencias de la Monarquía que dieron motivo á la convocatoria de dichas Córtes y servicios que se os propusieron hiciésedes en ellas à S. M.—He resuelto que al mismo fin las continueis tratando y decidiendo todo lo correspondiente á los efectos, para que fueron convocadas, y principalmente para la concesion de dichos servicios, por depender únicamente de ellos la manutencion de las tropas que hay en este reino; y que evacuados en dichas presentes Córtes todos los negocios que se han de tratar en ellas de que estais advertidos hagais y presteis en las mismas Córtes al Serenisimo señor Principe don Fernando, mi muy caro y muy amado hijo primogénito, el juramento acostumbrado que le debeis hacer, y prestar, como á Principe heredero de este reino, y que en su nombre lo haga el dicho virey, conde de las Torres, de guardaros vuestros fueros, leyes y ordenanzas, buenos usos y costumbres, para cuyos fines por despacho del dia de la fecha de esta le he dado los poderes correspondientes, con la circunstancia de que en mi real nombre ractifique á ese reino todo cuanto en dichas presentes Córtes se hubiese decidido

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