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Locura ó enagenacion mental.

Un hombre cuerdo, en el sentido de las leyes y de los jurisconsultos, es aquel que se conduce bien en la vida comun y ordinaria: un insensato es aquel que ni aun medianamente puede cumplir con los deberes generales.

Los sentimientos humanitarios exigen de nosotros que amparemos y protejamos al desgraciado ser que, privado de sus facultades mentales, tiene la imposibilidad de buscarse el bien y si esta regla es general á todos los hombres, es mucho mas obligatoria respecto de aquellos que nos dieron el ser, y acerca de los cuales la misma naturaleza exige, no tan Demente es aquel que no llena los deberes solamente cuidado y esmero, sino sacrificios y mas sencillos de la vida civil; apartarse de la privaciones si fuesen necesarias, Por esta rarazon sin saberlo por estar privado de ideas, zon los hijos ó descendientes legitimos que es ser un imbécil; separarse de la razon á saabandonan al loco sin cuidar de suministrarle biendas, pero con sentimiento, por ser esclavo lo necesario, pueden ser desheredados por él de una pasion violenta, es ser debil; pero mismo en caso de que sus intervalos lúcidos apartarse con confianza, hé aqui lo que se llama estar loco. Es pues loco el que no puede le permitan otorgar su testamento. En este caso, el estraño ú otro pariente que, condolido cumplir con el destino humano: cuerdo el que de su situacion, le recoge en su casa y le presta cumple con él enteramente; menos cuerdo, los auxilios necesarios movido de compasion, quien no le desempeña de una manera cabal, despues de haber advertido á sus hijos ó pa-pero siempre es un loco, un insensato, aquel rientes mas cercanos para que se encarguen de que de ningun modo llena sus deberes, ni sasu cuidado y custodia, se hace heredero legiti-be seguir el instinto de la naturaleza, ni somemo en el caso de que el loco muera bajo su terse á las leyes de la sociedad y de la moral. amparo, con perjuicio de los hijos ú otros parientes que le desampararon; y esto aun en el

caso de haber sido instituidos en testamento anterior á su estado de locura; pero el testamento en este caso solo será nulo en cuanto a la institucion de herederos, siendo válido en cuanto a las mandas. En el mismo caso se en

Segun vemos en estas definiciones de la locura, los jurisconsultos. han fijado los carac

teres de la enfermedad en su influencia sobre las acciones del hombre, mas bien que en la naturaleza del desórden de la inteligencia.

En el derecho romano y en el antiguo derecho francés, los enagenados dementes se di

cuentra el hijo respecto del padre. (Véase vidian en dos clases, una que comprendia Desheredacion y Heredero.)

ENFERMEDADES MENTALES QUE CONSTITUYEN AL

HOMBRE EN ESTADO DE LOCURA.

Hay infinitas causas que pueden debilitar ó alterar la inteligencia y los sentimientos naturales, escitar inclinaciones y deseos no acostumbrados, coartar ó destruir la libertad, inclinar la voluntad y aun quebrantarla irresistiblemente. Estas causas, en la relacion que tienen con las leyes, son las que debemos examinar, dando una hojeada á los autores mas notables de medicina legal.-De estas, unas son propiamente enfermedades, otras estados de exaltacion pasagera y natural, y otras se refieren á una especie de imperfeccion

aquellos cuya inteligencia es débil ó nula, y la otra aquellos enfermos turbulentos y furiosos. La misma division hace de la locura el Código prusiano.

Las leyes de Inglaterra reconocen tres especies de enagenacion mental; el idiotismo, la locura y el lunatismo. El testamento de un lunático, otorgado en un intervalo lúcido, es válido siempre que se pruebe que se ha otorgado en dicho periodo, estando conforme en este punto con la legislacion española; pero los idiotas y los locos nunca pueden alli testar.

La locura ó énagenacion mental la dividen los autores médico-legales en monomania, manía y demencia.

Mònomanía.

La definen diciendo ser una idea falta de

razon, una pasion ó una afeccion moral pato-tre los queson dignos de citarse los siguientes: lógica esclusiva ó dominante, distinguiendo especialmente tres especies de monomanías que tienen relacion con la justicia criminal: la enagenacion mental que conduce al robo, al homicidio y al incendio.

Monomanía con inclinacion al robo.

Dice Pinel que podria citar muchos ejemplos de enagenados de uno y otro sexo conocidos por personas de una severa probidad durante sus intervalos de calma, y notables durante sus raptos por eun inclinacion á robar y hacer toda clase de raterías. (Tratado de enagenacion mental, pág. 101.)

Esquirol cita otro enagenado que tenia una inclinacion semejante, sumamente activa. Gall y Foderé citan igualmente egemplos de personas bien educadas que tenian una inclinacion irresistible á robar, y que solo tomaban objetos de poco valor. Orfila cuenta de un enagenado que robaba cuando podia, cuando no era visto, escondiendo despues lo que hurtaba, y negando resueltamente cuando le acusaban.

Monomanía homicida.

Pinel, Esquirol, Gall, Foderé y otros muchos, entre los que se ha distinguido Georget en los Anales de higiene pablica y medicina legal, refieren casos de monomania homicida con el fallo de los Tribunales que han entregado á los desgraciados que padecian esta dolencia á disposicion de la autoridad gubernativa. Convienen dichos autores en que la mayor parte de estos enfermos se ven impulsados á derramar la sangre humana por motivos imaginarios, que obran poderosamente sobre su imaginacion, motivos que provienen de ilusiones de los sentidos, que se les presentan continuamente, esperimentando algunos instintos sanguinarios y un impulso mas o menos violento y las mas veces irresistible al homicidio con conocimiento de su estado, Matan los primeros por vengarse de enemigos supuestos, de espías, de génios maléficos, de diablos, por obedecer á una voz interior, á un mandato de Dios, para arrancar las inocentes criaturas de la corrupcion del mundo, etc. etc., habiéndolos tambien que tienen una inclinacion decidida al suicidio, comprobando con egemplos prácticos multitud de casos que prueban la certeza de esta enfermedad ó monomania, en· T. VI.

Gall habla de un solda lo que tenia todos los meses un ataque de convulsiones, precedido de una inclinacion violenta á matar, y que él mismo pedia encarecidamente que se le imposibilitase de hacer mal, é indicaba el momento en que se le podia dejar libre.

Una criada, Enriqueta Cornier, pidió á sus amos que la despidiesen, porque siempre que desnudaba á un niño, tenia un deseo irresistible de abrirle el vientre.

Una señora jóven, que observó Marc en una casa de sanidad de Paris, esperimentaba. deseos homicidas, que no sabia á qué achacar. No desvariaba sobre ninguna cosa, y cuando sentia renacer su funesta inclinacion, mandaba que le pusieran la camisola hasta que se la pasase el rapto.

El mismo autor cita un químico distinguido, atormentado por el deseo de matar, y él mismo fué á una casa de locos para que le encerrasen. Cuando notaba que su voluntad iba á ceder al imperio de su pasion, hacia que le ataran, concluyendo por intentar un homicidio en la persona de su enfermero.

Orfila cita una muger, madre de cuatro hijos, que tenia hacia cerca de tres meses una propension violenta á matar á sus hijos, aunque los queria, segun decia ella, mas qué á sí misma. Para evitar el cometer semejante atentado, se saparó de sus hijos.

La enfermedad de furor homicida, segun todos los autores convienen, está probada por multitud de ejemplos y casos, pudiendo unas veces anunciar los enfermos sus raptos, y siendo otras conducidos por ilusiones del espíritu, mas bien que por su instinto sanguinario.

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mas ó indicios de su desarrollo irregular ó signos de movimientos críticos marcados, por cuyo medio la naturaleza trata de completar el desarrollo orgánico, debe tomarse en favor del acusado.

4.° Que si hubiese habido antes de la-ejecucion del acto incendiario sintomas de desarrollo del aparato genital, como, por ejemplo, en las doncellas dificultad en la menstruacion, deben apreciarse cuidadosamente estos síntomas; y será tanto mas verosímil que se hayan alterado las funciones del cerebro á causa del desarrollo sexual, si estuviesen acompañadas de otros síntomas que omitimos, remitiendo al lector á las obras de los autores citados.

Manía.

La manía es un delirio general variable que versa sobre toda clase de objetos, con escitacion intelectual, produccion rápida de ideas falsas é incoherentes, ilusiones de los sentidos, alucinamiento, disposicion á hablar mucho, á gritar, enfadarse, y muchas veces enfurecerse. En el mayor grado de la manía, el enfermo parece ageno á todo lo que le rodea, no puede lograr fijar la atencion, todas sus ideas son disparatadas, grita, canta, habla solo, anda, sálta, amenaza, injuria, golpea, rompe y rasga; son por lo comun muy sucios los maniáticos, y se olvidan de sus necesidades, sintiendo poco ó nada el rigor de las estaciones. En el segundo grado, la agitacion es menor, pueden fijar la atencion, dar respuestas acordes, y aun seguir una conversacion razonable, con tal que sea corta; pero en cuanto á su espiritu, queda abandonado á sí mismo, ó si se le hace hablar mucho, divaga sobremanera, dice proposiciones estravagantes, manifiesta ideas incoherentes, juicios erróneos, se enfada, rie, canta y se enfurece. Por último, en el tercer grado se observa lo que Pinel ha llamado locura razonada. Segun este médico, la manía se caracteriza por actos de estravagancia, y aun de furor, con una especie de juicio que se conserva en toda su integridad respecto á lo que el enfermo habla.

Este grado de la manía se caracteriza principalmente por un cambio de gustos, de costumbres y de conducta; por actos estravagantes ó mal motivados, mas bien que por una lesion del juicio; y cuando estos enfermos estan tranquilos, no se echaria de ver el desórden de sus facultades, si no se hubiesen conocido an

tes sus gustos y sus costumbres anteriores, para poder tener un punto de comparacion. La manía es un género de locura, en el que mas se observa agitacion, arrebatos, furor, siendo preciso con frecuencia contener á los enfermos con aparatos para impedirles cometer actos reprensibles, pues su voluntad está dominada por las ilusiones de los sentidos, ó por errores de juicios, de tal suerte, que las determinaciones violentas que toman son para escaparse de los peligros que se imaginan, ó para vengarse de supuestas ofensas.

Demencia.

Caracterízase la demencia por la debilidad ó nulidad de las facultades mentales, y de las cualidades morales, En la demencia completa, el enfermo se halla reducido á algunas sensaciones imperfectas, no conoce à nadie, no dice ni pide nada, ni comprende ya ninguna pregunta. En un grado menor de la enfermedad, estos locos disparatan tranquilamente, pronuncian palabras sin ligacion, y se rien y lloran sin motivo verdadero: son crédulos, no preven nada, y tienen la mayor indiferencia hacia las mismas cosas que antes querian; su memoria es muy infiel respecto á las impresiones nuevas, mientras que recuerdan ordinariamente muy bien los hechos antiguos: preséntase periódicamente la agitacion y el furor, y cuando se fija la atencion de estos enfermos, pueden dar respuestas exactas y pormenores circunstanciados de los acontecimientos que tienen noticia, manifestar sus conocimientos, jugar á ciertos juegos, tocar algun instrumento, etc. Cuando la demencia se halla menos adelantada, puede consistir principalmente en una debilidad muy grande de la inteligencia, que el enfermo no advierte, pero que no le permite cumplir con los deberes de ciudadano, ni dirigir sus asuntos, al paso que le hace cometer muchas estravagantès acciones sin justo motivo, y que no tienen relacion alguna con su posicion, sus gustos ó sus costumbres; lloran y rien con la misma facilidad, se entretienen con juguetes, y en su fisonomía se nota la espresion de la debilidad intelectual y moral; su penetracion es poca, y no echan de ver las cosas que llamarian la atencion de los menos perspicaces. Por lo demas, conservan todo su discernimiento, hablan con exactitud de las cosas que ya sabian, y se conducen muy bien con las personas que los tratan frecuentemente.

Estas especies de demencias se desarrollan | el sueño. Los somnámbulos se creen despiertos, lentamente; las dos primeras no son con fre- y pasado el ataque, la mayor parte olvidan lo cuencia otra cosa sino la terminacion funesta que han hecho durante él, ó solo lo recuerdan de los otros dos géneros de enagenacion men- como sc recuerda un sueño. tal, la manía y la monomanía, y el resultado frecuente de la epilepsia: la demencia razonada es primitiva.

Los autores colocan á los somnámbulos en la mismo línea que á los enagenados, pero Foderé cree que un hombre que hubiera cometido una mala accion durante su sueño, no

Caracteres ó signos generales de la enagena seria enteramente disculpable, porque segun

cion mental.

el mayor número de observaciones, no habria hecho mas que ejecutar los proyectos que tenia en su ánimo durante la vigilia. Sin embargo, apesar de esta respetable opinion, parece que en tales casos solo una inspeccion grande de los antecedentes sobre el hecho y el padecimiento, sería lo único que podria dar luz sobre si hubo ó no delito.-Es digno de citarse el si

Esta enfermedad presenta: 1.° un estado de perversion de las inclinaciones, afecciones, pasiones y sentimientos naturales; la manifes. tacion de todas estas cualidades de un modo opuesto á como existian antes de la enfermedad: 2.° un estado de aberracion de las ideas, de alteracion en las combinaciones intelectua-guiente caso, referido por los autores y que les, ideas estravagantes, ilusiones de los sentidos ó del entendimiento, juicios erróneos, y raciocinios insensatos. Estos dos órdenes de fenómenos se comprenden ordinariamente ba-tos, pero fijos; el resplandor de dos lámjo los nombres de lesiones de la voluntad, y de lesiones de la inteligencia ó delirio.

Delirio, sopor, pérdida de la palabra.

confirma nuestra opinion: Una noche, y muy tarde, un religioso somnámbulo entró en la celda del prior; iba con los ojos abier

paras no le produjo ninguna impresion; su fisonomía estaba contraida; fruncidas las cejas, y llevaba un cuchillo en la mano. De esta manera se va derecho á la cama como con el objeto de asegurarse si el prior estaba en ella; en

El hombre privado del uso de sus faculta-seguida da tres grandes puñaladas que atraviedes mentales por el delirio, el sopor profundo, un, ataque de convulsiones ó de apoplegia, ú otro cualquier estado que le priva de la razon, está evidentemente incapacitado de hacer testamento ni otro cualquier acto de la vida civil, y á juicio de los autores médico-legales, por leve que sea el atolondramiento y el trastorno en el ejercicio de las facultades intelectuales, carece del sano juicio que se requiere para es

tos actos.

La pérdida de la palabra es tambien objeto de exámen por parte de los autores médicolegales; pero sobre este particular véase Mudez y Mudo.

Somnambulismo.

El somnambulismo es un fenómenno. poco comun, y raras veces hay ocasion de observarle por síntomas esternos. Se cree generalmente que los somnámbulos tienen cierta actividad en la inteligencia que les permite dedicarse á algunos actos de mas o menos ó dificil ejecucion, aun teniendo los sentidos esternos cerrados á las impresiones, como durante

chon. Al salirse, su fisonomía era espansiva, san la colcha y una esterilla que servia de colobservándose en ella cierto aire de satisfaccion.-Al dia siguiente preguntó el prior al somnámbulo qué era lo que habia soñado en la noche precedente, y este confesó, que creyendo en sueños que el prior habia muerto á su madre y que se le habia aparecido su sombra pidiendo venganza, tuvo un rapto de furor al ver este espectáculo, y corrió en seguida á dar de puñaladas al asesino de su madre; que poco despues se habia dispertado bañado en sudor y muy contento de que solo hubiera si

do un sueño.

ser

El autor añade estas palabras: «Si en este caso el prior hubiere sido muerto, no se habria castigado al fraile somnámbulo, por no mas que un homicidio involuntario; » opinion por cierto la mas conforme à las reglas de la moral y, de la equidad: pero como el somnambulismo podria finjirse con un objeto criminal, de aquí lo que dijimos antes acerca de la observacion sobre la enfermedad y antecedentes del hecho, como únicos datos que pueden ilustrar esta clase de procesos.

17382. LODAIRO: geog. L. en la prov. de

la Coruña, ayunt. de Magardas y felig. de San Juan de Piñeiro, con 8 vec.

17383. LODARES: geog. L. en la prov. y dióc. de Leon, part. jud. de Riaño, aud. terr. y c. g. de Valladolid, ayunt. de Vegamian, con

30 vec.

17384. LODARES: geog. L. con ayunt. en la prov. de Soria, part. jud. del Burgo, aud. terr. y c. g. de Búrgos, dióc. de Osma, con 29 vecinos.

17385. LODARES DEL MONTE: geog. L. con ayunt. en la prov. de Soria, part. jud. de Almazan, aud. terr. y c. g. de Burgos, dióc. de Sigüenza, con 17 vec.

17386. LODAS: geog. L. en la prov. de Lugo, ayunt. de Riotorto y felig. de Santa Camba de Orrea, con 9 vec.

17387. LODEIRA: geog. L. en la prov. de Lugo, ayunt. de Rivadeo y felig. de Santa Maria de Villaselan, con 11 vec.

17388. LODEIRO: geog. Aldea en la prov. de Pontevedra, ayunt. de Lalin y felig. de San Payo de Lodeiro, con 3 vec.

17389. LODEIRO: geog. L. en la prov. de Lugo, ayunt. de Germade y felig. de San Miguel de Candamil, con 2 vec.

17390. LODEIRO: geog. L. en la prov. de Lugo, ayunt. de Villalba y felig. de Santiago de Goiriz, con 3 vec.

17391. LODEIRO: geog. L. en la prov. de Lugo, ayunt. de Fonsagrada y felig. de San Bartolomé de Monteseiro, con 3 vec.

17392, LODEIRO: geog. L. en la prov. de Lugo, ayunt. de Chantada y felig. de San Eugenio de Asma, con un vec.

47393. LODEIRO: geog. L. en la prov. de Lugo, ayunt. de Antes y felig. de San Martin de Amarante, con 511 vec.

17394. LODEIRO: geog. L. en la prov. de la Coruña, ayunt. de Sobrado y felig. de San Miguel de Codesoso, con 5 vec.

17395. LODEIRO (San Pelagio): geog. Felig. en la prov. de Pontevedra, part. jud. y ayunt. de Lalin, dióc. de Lugo, con 40 vec. 17396. LODEIRON: geog. Ald. en la prov. de Pontevedra, ayunt. de Lalin y felig. de San Lorenzo de Villatuge, con 4 vec.

17397. LODEIROS: geog. L. en la prov. de Oviedo, ayunt. de Franco y felig. de San Juan de Preudones, con 7 vec.

17398. LODENA (Santa Maria): geog. Felig, en la prov. y dióc. de Oviedo, partido judicial de Infiesto y ayunt. de Piloña, con 42 vecinos.

17399. LODON (San Martin): geog. Felig. en la prov. y dióc. de Oviedo, part. jud. de Belmonte y ayunt. de Miranda, con 68 vec.

17400. LODOS: geog. L. en la prov. de Lugo, ayunt. de Fonsagrada y felig. de San Andrés de Lagares, con 7 vec.

17401. LODOSA: geog. V. con ayunt. en la prov. y c. g. de Navarra, aud. terr. y dióc. de Pamplona, part. jud. de Estella, con 447 vecinos,

17402. LODOSELO (Santa Maria): geog. Felig. en la prov. y dióc. de Orense, part. jud. de Ginzo de Limia y ayunt. de Sarreans, con 50 vec.

17403. LODOSO: geog. Ald. con ayunt. en la prov., part. jud., dióc., aud. terr. y c. g. de Burgos, con 50 vec.

17404. LODOSO: geog. L. en la prov. de Lugo, ayunt. de Monterroso y felig. de San Juan de Lodoso, con 13 vec.

17405. LODOSO (San Juan de): geog. Feligresía en la prov. y dióc. de Lugo, part. jud. de Chantada y ayunt. de Monterroso, con 49 vecinos.

17406. LOECHES: geog. V. con ayunt. de la prov., aud. terr. y c. g. de Madrid, partido judicial de Alcalá de Henares, dióc. de Toledo, con 155 yec.

17407. LOEDA 6 LUEDA (San Payo):. geog. Felig. en la prov. y dióc. de Orense, part. jud. de Señorin de Carballino, con 111 vecinos.

17408. LOGAR: leg. Alquilar ó dar en arrendamiento. (Véanse estas palabras.) 17409. LOGARES (San Andrés de): geog. Felig. en la prov. de Lugo, dióc. de Oviedo, part. jud. y ayunt. de Fonsagrada, con 55 vecínos.

17410. LOGRESANA (Santa Maria): geog. Felig. en la prov. y dióc. de Oviedo, part. jud. de Gijon, ayunt. de Carreño, con 184 vec.

17411, LOGRERO: leg. El que dá dinero á un interés inconsiderado, valiéndose de las circunstancias del que lo recibe. (Véase Usura.)

17412. LOGRO: leg. La ganancia que se saca del dinero dado á un escesivo precio.

17413. LOGUIR ó LOGUERO: leg. En lo antiguo el salario, premio ó alquiler, y el jornal de un dia que gana un peon.

17414. LOGROSA (Santa Eulalia de): geog. Felig. en la prov. de la Coruña, dióc. de Santiago, part. jud. y ayunt. de Negreira, con 80 vecinos.

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