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su procedencia descifrando sus inscripciones, lo cual no se consiguió por completo, prevaleciendo únicamente la opinión de que eran monedas samaritanas, que importarían fenicios ó griegos. Si parece evidente que no faltaban bríos á los vizcaínos para que se dejaran dominar por extraños, y que avezados á constante guerra entre sí, no podía arredrarles el pelear, antes al contrario, estaban connaturalizados con la lucha, debía serles grato el tañer de las bocinas bélicas, ya fueran acaudillados por los jefes de casas ó linajes, ya por los valerosos Lope Fortún y Sancho Estiguiz, señor del Duranguesado, que se había segregado del señorío, formando un condado hereditario, reincorporado por entonces al Estado de que se había desprendido.

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Era la merindad de Durango una de las cinco en que se hallaba dividido el condado de Vizcaya, del que se separó hacia el año de 756, en el que Aznar, hijo de Andeca, á su muerte dejó á sus dos hijos Eudón y Aznar, al primero el señorío de Vizcaya, y al segundo la Merindad de Durango, que por sucesión pasó con el tiempo á Sancho Estiguiz (1), y casada su hija Dalda con Lope Zuria volvió á reunirse Durango con Vizcaya á los 114 años de haberse separado. Al principio de su separación formó condado aparte bajo la protección de los reyes de Navarra, que dieron fueros y privilegios á sus labradores. Experimentando el condado no pocas vicisitudes, agradecido el rey D. Alfonso III á los eminentes servicios de D. Diego López de Haro, en las guerras que aquél tuvo con Navarra cedióle el protectorado que en el Duranguesado ejercía. Denominábase antes Villanueva de Tavira, cuyo nombre se lee aún en el escudo de sus armas (2).

(1) Estiguiz fué mal mirado de sus vasallos por las censuras eclesiásticas en que incurrió á causa de haber sepultado á su mujer D.a Tido en la iglesia de San Pedro de Tavira, contraviniendo á la costumbre de aquel tiempo que sólo permitía se enterrase dentro de los templos á los prelados y sacerdotes de notoria santidad y virtud. Por esto se consideró como sacrílega profanación aquel enterramiento, inspirado por el profundo amor que Estiguiz profesaba á su mujer, muerta al dar á luz una niña que recibió el nombre de Dalda.-TRUEBA.

(2) Lo son un castillo, un río y dos lobos andantes, ostentando en una orla este lema: DURANGO NOBLE Y LEAL Á LA CORONA REAL.

Tavira era la antigua población, cuya torre pertenece á antiquísimo linaje.

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IGURA ya por este tiempo como primer señor de Viz. caya Lope Fortún, ó sea Jaun Zuria, hijo de Fruiz López, caballero de Busturia. Casó con Doña Dalda, hija de Estiguiz, señor del Duranguesado, y asistió en 905 con las huestes castellanas á la toma de Lara.

Al anterior sucedió como segundo señor, su hijo Munio ó Manso López, que casó en segundas nupcias con D. Belazquita

hija de D. Sancho Garces, rey de Navarra (1). El hijo de D. Mu

(1) A esta señora se refiere lo que en la página 444 manifestamos de la mujer de D. Munio y madrastra de D. Iñigo.

nio, D. Íñigo López, conocido por Ezquerra, esto es, zurdo, fué el tercer señor, muy amado de los vizcaínos, por su valor y virtudes; sucedióle su hijo D. Lope Íñiguez, llamado por unos D. Lope Díaz, y por otros D. Lope Núñez, de sobrenombre el Lindo, casó con D.a Elvira Bermúdez, nieta de Laín Calvo, juez de Castilla; y por los servicios que este cuarto señor prestó al conde Fernán González y al rey de Navarra en sus guerras contra los moros, obtuvo de ellos grandes honores, que en mucho tuvieron la ayuda vizcaína.

Sucedióle en el señorío su hijo mayor D. Lope Íñiguez, que murió á poco de un saetazo cuando al volver de pelear con los moros trató de apaciguar un motín que produjeron sus soldados en Subijana (Álava). La corta edad de sus hijos Íñigo y García, en aquellos tiempos en los que más que minorías se necesitaban señores de fuerte brazo para empuñar la lanza, hizo se procla mara sexto señor á D. Íñigo López de Ezquerra, hermano del muerto, dándose á los dos niños los valles de Orozco y de

Llodio.

Todos los anteriores detalles parecen demasiados para tenerlos por fabulosos, como algunos han pretendido; y aun cuando no sea exactamente riguroso el orden de sucesión, las fechas del desempeño de sus cargos, ó de su fallecimiento y hasta los hechos en que parece intervinieron, su existencia como personajes en Vizcaya está en algunos comprobada con documentos. Hay más; independiente ó sujeta á otros reyes aquella parte de la península, no podía menos de tener algún jefe que gobernara inmediatamente en ella. Era ya conocida también como señorío, y no siéndolo de realengo, lo era de condado ó de persona conspicua. Podrá cuestionarse la soberanía de Zuria; podrá confundirse á Zenón con Eilón que gobernaba en Álava, y aun considerar á esta provincia como Vizcaya, por lo general que ha sido llamar vizcaínos á todos los vascongados; pero si Álava tenía su gobierno de una ú otra manera ó nombre, si lo tenía igualmente Guipúzcoa, no puede negarse lógicamente que

lo tuviera Vizcaya, de tanta ó mayor importancia que las anteriores.

No será una razón que aune la independencia del país el ejercicio de la soberanía por los señores de Vizcaya, el que congregaran á sus pueblos, el que los reyes trataran muchas veces con aquellos de igual á igual, para formar pactos y alianzas, porque esto sucedía con otros señoríos, en los que regía el derecho de behetría, sin que unos ni otros se consideraran como soberanos absolutos, independientes de la monarquía; pero no puede perderse de vista el estado especial de Vizcaya, ya en tiempo de los romanos, ya en el de los moros, para no considerarla en iguales circunstancias y situación que las demás provincias de España. Así que, en nuestro concepto, no tiene relación con el país vascongado, el derecho público constitucional que los reyes tuvieran sobre los ricos hombres y principales personas del reino, los derechos y prerrogativas que estos goza. ran cerca del trono y sobre sus vasallos, porque en casi toda la dominación goda en España más se puede asegurar la independencia vascongada que su sumisión á aquellos reyes, ó que estos ejercieran el pleno dominio como en lo demás del territorio sujeto á la monarquía.

Si los reyes godos se vieron precisados á compartir su poder con los grandes, estableciendo á veces más bien una aristocracia que una monarquía, sin ser fija ni estable la sucesión hereditaria en el trono, y precisados los monarcas á contemporizar con los valientes y osados caudillos que les ayudaban á sostenerse y á ensanchar sus dominios, concertando con aquellos magnates las más importantes resoluciones de la paz y de la guerra, se hallaban los reyes en el caso de imponerse á pueblos que habían permanecido independientes, ó aislados, si se quiere, contra los que era difícil la guerra por la misma naturaleza del terreno que ocupaban, y que de tanta utilidad eran como auxiliares?

Podría prevalerse Vizcaya de la debilidad de la monarquía

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