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esto de importancia ha sido, dejo á lo que el tiempo y esperiencia ha enseñado y enseña cada dia!

Ansí mismo en esta cibdad hizo el nombramiento de los visitadores eclesiásticos y seculares, que le pareció eran necesarios para que hiciesen la visita y reduccion de los indios de aquel distrito, dividiéndoles los términos, dándoles las instrucciones generales y otras advertencias particulares, que la esperiencia y inteligencia que el Visorey iba tomando, enseñaba convenir é importar. Y para sí eligió el hacer por su persona la del valle de Incar, y nombró para las cosas eclesiásticas al doctor Pero Gutierrez Florez, su confesor y capellan, del órden y caballería de Alcántara, persona de muy dichoso intelecto, gran calidad, letras, prudencia y discrecion, que consigo de España, con licencia del Rey nuestro señor, líabia traido; de quien es fuerza en muchos lugares desta historia hacer memoria por las causas dichas y grande y buena ayuda que al Visorey hizo en muchas cosas durante su gobierno y gran esperiencia de las cosas deste reino, sin que en él haya habido persona que le iguale, cuanto más que le esceda, con una eterna y natural memoria, como adelante diré. El cual despues solo acabó esta visita en lo eclesiástico y secular, y otras de más consideracion é importancia, y de mucho servicio de S. M. y aumento de su Rea! hacienda.

Ansí mismo mandó que los vecinos encomenderos de indios fuesen á residir en los pueblos de sus encomiendas, para que con más brevedad se hiciesen las reducciones de los indios, en las partes y lugares que los visitadores dejasen trazadas y ordenadas. Y porque menos tiempo durase el descuento que se se les hacia de parte de sus tributos, por estar ocupados los indios en reducirse,

mandó pregonar que todos exhibiesen los títulos de las tierras y chácaras que poscian, porque demás del respeto que á la dotacion de las cibdades se debia para propiós, se viese y verificase en qué se habian metido ultra y demás de las que se les habian adjudicado, para que con más seguridad poseyesen las que tuviesen.

Aquella cibdad padecia en gran manera por defecto de agua, que para la ordinaria del sustento comun iban á Canto, que será más de media legua della. Dió órden y traza cómo traella desde Chinchero, dando con que se trajese en tanta abundancia, que el Cuzco, plazas dél, convenios, casas de vecinos, todas tienen fuentes, y en él alameda.

CAPÍTULO XXIV.

Del asiento y órden que el Visorey dió en el beneficio de la coca.

Uno de los negocios de mayor importancia y que más tocaba á seguridad de conciencia é interese de hacienda, era el de la coca. Y para tres efectos, en suma, mandó ir comisarios á los Andes. El primero, para que el plantar ccca de nuevo cesase; y la nueva en aquel año de 71 plantada, se arrancase. El segundo, para que hiciesen informacion de los que hobiesen quebrantado las ordenanzas que el marqués de Cañete, D. Andrés Hurtado de Mendoza hizo, que eran buenas; y averiguasen las licencias que despues hobiesen dado los Visoreyes y Gobernadores para plantar coca, contra la órden y cédulas de S. M. El tercero, para que verificasen el daño que los indios recibian, y por qué causas, ansí de la ca

lidad de la tierra, como del mal tratamiento que les hacian los dueños de las chácaras. Y qué remedios se habian con probabilidad esperimentado más convenir para la mortífera enfermedad que daba á los indios. Para lo cual les dió las comisiones é instrucciones que fueron necesarias, las cuales no particularizo.

Despues desto, como parte tan interesada, la misma cibdad y los señores de la coca pidieron al Visorey que para mayor saneamiento de su conciencia (contra la cual ni el descargo de la Real de S. M. iria en ninguna manera) que enviase á esta averiguacion tres letrados; uno teólogo, otro jurista, y el otro médico, á costa de los interesados. Y que en el ínterin, mandase suspender la determinacion de las relaciones que trajesen los primeros comisarios, con que no fuese el plantar más y el arrancar la en el dicho año plantada. Vistas despues las unas probanzas y las otras, y tenido diversas juntas con el cabildo y personas otras teólogas y de ciencia, conciencia y esperiencia; dió un intermedio hasta que el Rey nuestro señor y Real Consejo, visto lo autuado, pareceres y otras cosas, proveyese y mandase lo que su Real voluntad fuese: porque quitarla y prohibirla de todo punto no parecia convenir, ni á la quietad y asiento de más de dos mil españoles, que en esta contratacion gananciosa estaban ocupados, ni al sustento de más de trescientos mil indios, por lo menos, que son los que la compran y entre quien se consume. El interin fué señalar jornales competentes á los indios que á este beneficio iban, haciéndoles tambien pagar ida y vuelta, señalar las horas que habian de trabajar. Prohibió que no sacasen á cuestas la coca como tenian de costumbre, sino que los señores de chácaras tuviesen récuas de carneros ó de mulas.

Hizo hospital en los Andes para curar los enfermos, y dotóle muy suficientemente con cirujano y las medicinas necesarias. Nombró, para la execucion de todo, corregidor.

Visto por S. M. y Real Consejo lo dicho y las ordenanzas hechas por el dicho Visorey en conformidad de . lo dicho, confirmó lo proveido y ordenado por el Visorey, que es lo que hoy dia se guarda, con gran mejoría del estado pasado en todo, con mucho descargo de la Real conciencia, y gran utilidad y provecho de los vasallos de S. M., quietud y asiento del reino. Bien entendieron los interesados que de la prohibicion que el Visorey habia hecho sobre que no se plantase de 'nuevo, ningun daño ni menoscabo en sus haciendas les venia; pues mil cestos les valdrian tanto como dos mil, porque la mucha abundancia la hacia abaratar; y con las nuevas plantas y roças, crecian los daños y enfermedades en los indios que la beneficiaban, y otras muchas y evidentes razones con que quedaron convencidos, y tuvieron por mucha y gran merced la que les hizo el Visorey.

CAPÍTULO XXV.

De las averiguaciones que el Visorey mandó hacer sobre el origen y descendencia de los ingas.

Por ser en aquesta cibdad la córte y antiguo asiento de los ingas, señores que llamaban destos reinos, y ser de los antiguos indios muchos vivos, y de los conquistadores primeros algunos; antes que de todo punto se acabasen los unos y los otros, mandó hacer informaciones y averiguaciones de la genealogía, principio y descenden

cia de los ingas, por escrito y por pintura, y verificó ser tiranos y no verdaderos señores como hasta allí se habia entendido. Y porque lo que en dos libros impresos estaba escrito, uno del origen deste nuevo descubrimiento, otro del discurso de las guerras civiles que entre españoles habian sucedido, hizo hacer con los conquistadores antiguos la informacion de todo, para que ambas historias pudiesen salir á luz nuevamente corregidas y llenas de verdades que faltaba en muchas cosas á las demás. Cometiólo á Pedro Sarmiento de Gamboa, cosmógrafo y de entendimiento muy capaz para ello, con escribano ante quien los dichos y deposiciones pasasen, y que dellos diese é. No sé en el estado que este negocio quedó, ni lo que de los papeles se ha hecho, que eran de harta importancia y consideracion,

CAPÍTUTO XXVI.

De las diligencias que el Visorey hizo para saber el estado de la provincia de Vilcabamba, y sacar de paz al inga.

Como en la historia del marqués D. Francisco Picarro referido queda, despues del desbarato de Mango Inga, y largo cerco que sobre el Cuzco tuvo puesto, cuando el general del reino se retrajo á la provincia de Vilcabamba, que era la más rica de minerales de oro y plata que en toda su larga gobernacion y gran señorío. tenia, como se contiene en el capítulo que desta gobernacion trata, llevó consigo todas sus mugeres, casa y familia, y más de sesenta mil indios, y su ídolo y dios llamado el Punchao, á quien adoraban, y otros hijos suyos,

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