Imágenes de páginas
PDF
EPUB

Relacion breve en que se dá noticia del descubrimiento que se hizo en la Nueva-España, en la mar del Sur, desde el puerto de Acapulco hasta más adelante del cabo Mendocino; en que se dá cuenta de las riquezas y buen temple y comodidades del reino de Californias, y de cómo podrá S. M. á poca costa pacificable y encorporable en su Real Corona, y hacer que en él se predique el santo Evangelio, por el padre Fr. Antonio de la Ascension, religioso carmelita descalzo que se halló en él, y como cosmógrafo lo demarcó (1).

I.

El año pasado de 602, por mandado de nuestro muy católico y cristianísimo Rey Felipe III, Rey de las Españas, siendo Virrey de la Nueva España D. Gaspar de Zúñiga y Acevedo, conde de Monterrey, que esté en el cielo, se armaron por su órden y mandado dos navíos pequeños y una fragata en el puerto de Acapulco, que es en la Nueva España, en la costa del mar del Sur, y se proveyeron de todo lo necesario de armas y bastimentos para la navegacion de un año que se pensó podria durar este viaje. Fué por capitan y cabo de los soldados y navíos, el general Sebastian Vizcaino; y por almirante el capitan Toribio Gomez de Corban. Embarcáronse en estos navíos y fragatas pocos más ó menos de doscientas personas; los ciento y cinquenta soldados viejos escogi

(1) B. N. J.-89. Hállase entre otros papeles manuscritos que tratan de diversas materias, en un tomo en fólic menor, encuadernado en pasta, al fólio 21.

dos, que tambien eran muy diestros marineros, para que acudiesen á lo que se ofreciese así en las cosas tocantes á la mar como á las de guerra en la tierra; y para que acompañasen al general. Y por consejeros, se embarcaron algunos famoso3 capitanes, y el alférez que habian hecho heróicos hechos en servicio de S. M. en Flandes, Bretaña, y en el corso de los galeones; todos muy cursados y espertos en cosas de la guerra y de la mar, que fueron el capitan Pascual de Alarcon, y el capitan Alonso Estéban Pequero, y el alférez Juan Francisco Sureano, y el alférez Juan de Acevedo Tejeda, y el alférez Melendez. Y para el gobierno de los navíos, fueron escogidos pilotos muy vigilantes y esperimentados, dos para cada bajel. Y para lo espiritual y gobierno de las almas, fueron señalados tres religiosos sacerdotes carmelitas descalzos, que fueron el P. Fr. Andrés de la Asumpcion, que iba por comisario, el P. Fr. Tomás de Aquino, y el P. Fr. Antonio de la Asumpcion, que soy yo, y el que escribe esta relacion, para que en nombre de S. M. el Rey nuestro señor, y de su religion y provincia de San Alberto de la Nueva España, tomase desde luego la posesion del reino de las Californias, que se iba á ver y descubrir, para que de allí adelante se encargasen de la conversion y doctrina de todos los indios gentiles de aquel reino, y en el viaje administrasen los Sacramentos á los que iban en los navíos. Demás desto el señor Virrey señaló dos cosmógrafos para que demarcasen y pintasen toda la costa con sus puertos, ensenadas, rios y bahías, con sus alturas y longitudines, que fueron el capitan Gerónimo Martin Palacios y á mí, por haber yo estudiado esta facultad y ciencia en la Universidad de Salamanca, adonde fuí nacido y criado y estudié hasta tomar el santo

hábito, que indignamente tengo. He dicho esto y puesto aquí mi nombre, para que las personas que leyeren este tratado breve y compendioso, se persuadan á que digo verdad en todo lo en él contenido, y que por no ser largo quedo muy corto en todo, con estilo llano y sencillo, como se verá en lo restante.

II.

Salió esta armada del puerto de Acapulco, á 5 dias del mes de Mayo del dicho año de 1602, habiéndose todos antes de embarcarse confesado y comulgado, así capitanes como soldados y pajes de los bajeles.

El órden que el señor Virrey les dió, fue que se descubriese toda la costa que hay desde el dicho puerto de Acapulco hasta la punta de la California, y lo que de allí hay hasta el cabo Mendocino; y de vuelta, si hubiese tiempo y oportunidad, se descubriese el mar mediterráneo de la California. Siguiendo el órden referido, tomó esta armada la derrota al Norueste, costeando toda la costa y tierra de la Nueva España que llega hasta las islas de Macatlan, y desde allí se tomó la travesía para ir á la punta de la California, que hay cincuenta leguas de mar de una parte á otra. Desde que esta armada salió del puerto de Acapulco hasta que llegó al cabo Mendocino, siempre le fueron los vientos contrarios y tormentosos, porque casi contínuamente corre en toda aquesta costa el viento Norueste, y así fue fuerza ir navegando á la bolina, que fue un trabajo increible, porque hubo dia que no se pudo ganar una legua de camino. Haciendo puntas á la mar y á la tierra de una vuelta y otra, se fue haciendo el viaje, y por esta causa fue muy espaciosa la ida, y se

[ocr errors]

vió muy por menudo todos los puertos, bahias, rios y ensenadas que en toda la costa hay. Tardamos en llegar al cabo Mendocino desde que salimos de Acapulco, nueve meses, que fue hasta 20 dias del mes de Enero del año de 1603. Está el cabo Mendocino en altura de quarenta y dos grados del Norte, y pasamos aun más adelante hasta altura de quarenta y tres grados, que se llamó el cabo de San Sebastian, adonde la costa da vuelta al Nordeste, y parece toma allí principio la entrada para el estrecho de Anian.

III.

Hízose este descubrimiento con muy gran cuidado y vigilancia, y costó harto trabajo y largas y prolijas enfermedades, y las vidas á muchos de los que á él fueron, por lo mucho que en él se trabajó, y.ir siempre en contínuas tormentas y forcejando contra las olas bravas que levantaba la mar, y contra los vientos causadores de ellas: demás que los bastimentos, por ser tan añejos, no tenian ya virtud ni sustancia. De estas dos cosas, se siguió una enfermedad á modo de peste, que tocó á todos y fue harto penosa, de que murieron en el viaje más de quarenta y quatro personas. De todo lo sucedido en este viaje y descubrimiento hice una relacion, en que por estenso se cuenta todo lo sucedido en él y lo que en el se vió y descubrió, á que me remito. Tornó esta armada á Acapulco, y entró en él la nave capitana, en que yo vine, á 21 de Marzo del dicho año de 1603, que fue habiéndose gastado en el viaje once meses, desde que salimos hasta volver al dicho puerto. En este breve tratado, diré en suma algunas de las cosas más notables

que ví, entendí У conocí por toda la tierra y costa de la mar que vimos y descubrimos.

IV.

Este reino de la California es muy grande y tiene mucha tierra, y casi toda poblada de gente infinita; es de buen temple y muy fértil y abundante de muchos y varios árboles, los más dellos como los de España; muchas dehesas de buenos pastos, y grande copia de varios animales y aves. La mar de toda aquella costa, está llena de varios peces, de buen gusto y sanos, como diré adelante. Está toda la tierra deste reino dentro de la zona templada que cae á la parte del Norte, y pasan por encima della los climas 2. 3. 4. 5. 6. y 8. Tiene toda la forma y hechura de un estuche, ancho por la cabeza y angcsto por la punta; es la que comunmente llamamos de la California, y desde allí, va ensanchando hasta el cabo Mendocino, que direnios ser la cabeza y ancho de él. Tendrá por esta parte la tierra de ancho hasta la otra mar, á donde viene á corresponder el mar mediterráneo de la California, y se junta con la mar que rodea y cerca el cabo Mendocino, cien leguas poco más ó menos. Por esta parte, tiene este reino á la parte del Norte, al reino de Anian; y por la de Levante, la tierra que se continúa con el reino de Quivira; y por entre estos dos reinos, pasa el estrecho de Anian, que pasa á la mar del Norte, habiendo hecho junta el mar Oceano, que rodea el cabo Mendocino, y el mediterránno de la California, que ambos á dos se vienen á juntar á la entrada deste estrecho que digo de Anian. Á la parte del Poniente, corresponde el reino de la China, y por la del Sur, todo el reino del

« AnteriorContinuar »