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pleito que se seguia contra Gutemberg el año de 1439. El cual instrumento se guarda en la ciudad de Argentina en la Torre de la moneda, escrito en idioma aleman: tradújole al latin, y le exhibe en las dos lenguas al principio de sus Vindicias Typographicas (1). Por este instrumento consta la época de la imprenta, y aunque no con absoluta certeza, se infiere prudentemente, y se ve que antes del 1439 andaban ya estos inventores en ensayos y tentativas.

13 El insigne Gerardo Meerman dice, que el inventor de la tipografía fué Lorenzo hijo de Juan, ciudadano de Harlen: pone una fina estampa de su retrato con esta inscripcion respectivamente moderna: LAURENTIUS JOAN. FIL. Scabinus Harlemensis Typographic inventor.

14. Despues en la materia (pág. 49) le considera natural de Harlen: y en el año de 1428 (dice) gozaba del honor de Scabino. En la nota de la página 38 y 51 refiere que en la plaza del mercado de Harlen ocupaba grandes palacios junto á la iglesia de San Bavon, cuyo custodio era. Prosigue con muchas noticias acerca de su familia y escudo de que usa, todo con mucha estension: en la pág. 50 pone el árbol de su genealogía.

15. Hasta aquí dice (pág. 55) que ha considerado á Lorenzo como nacido en lugar noble, y como ciudadano y magistrado de Harlen; pero que ahora lo contempla como utilísimo á todo el orbe por la invencion del arte tipográfico. Va recorriendo prolijamente los autores que han tratado con algun fundamento acerca de la imprenta, haciéndose cargo de las dificultades, y desatando las dudas y equivocaciones que han padecido unos y otros.

16. En la parte II reproduce el instrumento de Schoepflin sobre el pleito ya mencionado lo aclara en algunos pasajes, como son sobre lo que depusieron los testigos, y le sirve de prucha. Dice (2) que Cornelio, compositor de libros (entiendo es lo mismo que encuadernador) y testigo, declaró, que un criado infiel habia hurtado las formas, figuras y moldes de la oficina de Lorenzo, y los habia llevado a Maguncia, donde erigió imprenta, y que en el año de 1442 habia impreso con ellos ya dos libros.

17. Refiere cómo empezó Lorenzo sus ensayos. Dice que saliéndose á pasear por acaso, como acostumbran los desocupados despues de comer en

(1) Del pleito resulta, que Gutemberg antes del año de 1439 enseñó à Andres Drizehenio, ciudadano de Argentina, el modo de pulir piedras. Mucho despues acercándose ya este año, comenzó á ejercer con Juan Riff otras manufacturas, y entre ellas la de fabricar espejos. Drizehenio, y despues su hermano Hielmano deseaban que Gutemberg se las esplicase, to que les concedió; y estipulado el premio de 80 florines por cada uno de ellos, los recibió y entró en compañía con Riff. Despues visitando los nuevos compañeros á Gutemberg, que vivia junto á San Arbogasto, extramuros de la ciudad, notaron que les habia tratado con poco candor, y que allí ejercia otro admirable arte que hasta entonces cuidadosamente les habia ocultado. Pidiéronte que les comunicase todos los secretos; y rescindiendo el contrato, se hizo otro de nuevo, estendido á un quinquenio, con dos especiales condiciones. La primera, que pagados antes los 80 florines, cada uno añadiese otros 125: los 50 de contado, y los otros 75 à ciertos tiempos. La segunda, que muerto el uno de los contrayentes dentro del quinquenio, los demas restituyesen á los herederos del difunto cien florines acabada la compañía; pero que se dejasen en ella cuanto perteneciese al comun. Drizehenio debia todavía diez de los 50 florines, y habia ya llegado el plazo de los 75 restantes cuando murió en el último año de 1438; pero babia gastado casi 500 en perfeccionar la obra, no obstante que en fuerza del contrato de ningun modo estaba obligado á ello.

Jorge y Nicolas Drizehenio, hermanos del difunto, pidieron muchas veces à Gutemberg que les sustituyese por compañeros en lugar de Andres: ó si esto no le pareciere, se hiciese una transaccion de dinero puesto en la compañía, lo que siempre rehusó Gutemberg, hombre de torcida intencion (segun Meerman, tom. I, cap. VII, pag. 17%, en la nota cd.) porfiando que se habia de estar à lo pactado. Finalmente los Drizehenios le pusieron pleito. Pero como la justicia mas que las leyes estuviesen de su parte, el senado que no podia juzgar sino segun el tenor del pacto, dió sentencia el dia 12 de diciembre de 1439, en la cual mandó que Riff, Hielmano y Gutemberg supliesen con juramento la fe del escrito y á Gutemberg se le declaró que los 85 florines restantes no se le habian pagado todavía por Drizehenio; y habiendo cada uno de ellos ejecutado lo mandado, y pagado Gutemberg los 15 florines para completar los 100 á los herederos de Andres, perdieron el plcito los Drizehenios. (Meerman, tom. I. cap. VII, § II, pág. 189.)

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(2) Lo siguiente no es resultante del instrumento, sino de Adriano Junio, que lo escribió así por Harlen hacia los años de 1570, y su relacion es muy ventilada, F.

los dias de fiesta, comenzó á formar figuras de letras de cortezas de haya, con las cuales, impresas cada una al revés en un papel, formaba por divertirse uno u otro verso, para que sirviese de ejemplo a sus nietos. Lo que habiéndole salido bien, como era de ingenio grande y sublime, comenzó á pensar en cosas mayores. Y lo primero en compañía de su yerno Tomas Pedro, que dejó cuatro hijos casi todos de dignidad consular (lo que se advierte para que entiendan todos que esta arte tuvo su origen no en una familia baja, sino honrada y noble), formó unas tablas, todas figuradas con aquellas letras: en el cual modo vi yo (Cornelio) unas pruebas, ó borrador, impresas por el mismo ensayo con llanas ó planas impresas por una cara, y no por la otra. El libro de estas pruebas, escrito por un anónimo en lengua vulgar, tenia el titulo de Speculum nostræ salutis, de que se dirá luego.

18. En el cap. V, S 1, pág. 97, pone Meerman una observacion sobre la época de la tipografia, distinguiendo dos épocas en Harlen. La primera cerca del año 1430 por el citado Lorenzo, ciudadano de aquella ciudad, el cual imprimió en carácter ó letra de madera: y muerto Lorenzo, lo continuó su familia. La otra época de impresion mas elegante fué en letra de metal, fundida, la cual Teodorico, hijo de Martin Alonso, llevó el primero de todos hacia el año de 1472, de Alemania y Francia á Flandes, como consta de su epitafio, y se continuó sin interrupcion por mas de sesenta años. Los libros que carecen de nota de tiempo, lugar é impresion. cuando concurren dos ejemplares con estos requisitos, se distinguen por la rudeza ó elegancia del carácter aquellos pertenecen á la primera época, y estos á la segunda.

19. En esta clase entra en primer lugar el Speculum humanæ salvationis, mencionado por muchos, y reconocido por pocos, como bien observa Mr. Fournier, Diss. II, pág. 162, citado por Meerman. De este libro hay dos ediciones, ambas latinas, pero diferentes, sin nota de tiempo, lugar ni nombre de impresor: la una está de letra suelta, y la otra, parte de letra suelta ó separada, y parte de letra unida de madera. Describe muy por menor el contenido del libro, tiempo en que se escribió, su autor, tamaño, hojas ó folios que tiene; y no informa solo de este, sino tambien de otras dos ediciones del mismo libro en lengua vulgar ó bélgica. Y añade que à escepcion del primer ejemplar latino, ha visto y registrado los otros tres, y que habla de ellos con entera satisfaccion (1). (Pero en lo mas de ello le habia precedido con mucha anterioridad su compatriota el docto Pedro Scriberio en su Laurea de Laurenzo Coster, impresa en Harlen, año 1628. 4.o, hoy en latin en la coleccion de Woltio, part. 1., pág. 209 á 451, F.) Prosigue largamente dando noticia de estas y otras ediciones antiquísimas de diferentes autores, y apuntando las dificultades hasta lo sumo: en muchas especies coincide con lo que Juan Cristiano Seiz refiere en el cap. VII de su Annus tertius sæcularis inventa Artis Typographicæ, pág. 155, donde pone una breve cronologia de los principios de este arte desde el 1428, siguiendo casi año por año hasta el 1473. Pero para conciliar algun tanto diferentes dificultades, se necesitaba formar una disertacion en cada un año.

20. Antes de apartarme del concepto general acerca de la imprenta, dire sobre la de la China, en que tambien hay sus controversias entre los que han tratado de ella, vindicándola contra los europeos, especialmente alemanes y holandeses.

Imprenta de la China.

21. La imprenta de la China propagada al Japon, al Catai, y segun algunos al reino de Tangut en la Tartaria, es ciertamente mas antigua que la de Europa, por lo menos quinientos años. Y como no pocos piensan que nos vino de allá, aunque otros lo niegan, y aun hay quien diga, que bien al contrario los europeos se la comunicaron á los chinos (opinion del todo

(1) Véase su nota de la pàg. 101.

improbable), antes de internarnos en la europea será bien decir de ella cuatro palabras.

22. Es mucho lo que se ha escrito acerca de la imprenta de los chinos: y dejando aparte si es de mas gasto y menos gusto que la de los europeos: si se necesita mas tiempo para componer con ella un libro, que con la nuestra: si las tablas que hacen para un libro determinado, no pueden servir para otro diferente: si las tablas sirven de embarazo por el mucho sitio que es forzoso ocupen en las casas de los impresores: si no tiene la utilidad y comodidad que la nuestra: si es digna de reputarse ó llamarse tipografía: dejando (digo) todas estas nulidades, objeciones y reparos, que para los europeos son ciertas, y tal vez no lo serán para los chinos, diré alguna cosa sobre su uso y origen, el cual se ha de buscar en el Oriente.

23. El modo que tienen los chinos para sus impresiones es formar en tablas de madera bien bruñidas sus letras, ó por mejor decir signos ó geroglíficos; todo á la medida forzosa del libro que van á hacer; y si este debiere tener veinte hojas útiles, necesitan abrir ó esculpir cuarenta tablas, de modo que cada una sirve para una cara ó plana, y nada mas; pues no estampan mas que en una llana, y la otra la dejan en blanco. Concluido este libro, aquellas tablas no sirven para otro diferente, y sí para reimprimirle siempre que quieran (1). Por tanto dicen que tienen llenas de tablas las casas de las imprentas, y así es preciso que sea.

24. Diferentes europeos han tratado sobre este particular, y con alguna mas estension el P. maestro tray Juan Gonzalez de Mendoza (obispo que fué despues de Chiapa ), cuyo testimonio se pone en el número 30. Ademas de este se puede ver á Pedro Maffeo (2): García de Orta (3): Juan Hugo Lintschotano (4): Gerónimo Ossorio (5): Juan Metello (6): Alvaro. Semedo (7): Juan Lorenzo Anania (8): Paulo Jovio (9): Próspero Marchand (10): Juan Daniel Schoepflin (11): Gerardo Meerman (12): ilustrísimo señor fray Benito Gerónimo Feyjoo (13); y finalmente son tantos los que han escrito sobre la materia, que se podria formar un gran volúmen: unos la deprimen y otros la ensalzan.

25. Gerardo Meerman dice que los chinos tienen imprenta, ó bien sea xilografía, muchos años há, aunque discuerdan en señalar el orígen: y que lo mas probable parece ser la opinion del P. Felipe Couplet, escritor exactísimo, que la pone hacia el año 930, como el P. Musancio, y hoy los mas.

26. Abdalla ó Abusaid, Beidaveo, en la VIII parte de la Historia de la China que escribió en lengua persa, desde la hegira 717 (esto es año de Cristo 1317), habla de este arte muy usado por los chinos, y dice que todos los libros que segun las leyes ó preceptos de aquellos (tres filósofos Fu-hin Chuxang, Xen-gu Chuxang, y Xen-chun Chuxang) salen á luz, están escritos con esmero; de modo que todas las páginas de este libro se escriban en las tablas con carácter elegante. Los sabios cotejan igualmente con sumo cuidado los escritos, y los autorizan con su firma en el dorso de la tabla. Despues los entregan á los mas aventajados escultores para que los esculpan; y concluidas todas las páginas del libro segun la idea que se han propuesto, ponen número á todos los folios. Estas tablas las guardan en unos

(1) Para esto tienen sus leyes. Véase adelante en la nota del número 26. Omnes ilem etc (2) Historia Indiarum, libro VI, folio 256.

(3) Coloquios dos simples e cousas medicinaes da India, impreso en Goa por Juan Ende à X de abril de 1563.

(4) Part. II, Indiæ orient. cap. 26.

(3) De rebus gestis Eman. Regis Lusitaniæ, lib. XI.

(6) Histor. de novis insulis et novo orbe.

(7) Historia de la China.

(8) Cosmografia del mundo.

(9) Libro XIV de las historias.

(10) Histoire de l'imprimerie, seccion III, página 15.

(11) Vindiciæ typographiæ, página 9 y 82.

(18) Origines typographicæ, pagina 218. (13) Theatro critico, tomo 2 y 4.

estantes o cajones, á la manera que se hace en las oficinas de acuñar moneda, bajo la custodia de vigilantes y eles comisarios: y de aquí reponen las bibliotecas, y las señalan con escudos de insignias o armas. Si alguno desea traslado de este libro, ante todas cosas se presenta al colegio, y da cierta suma de dinero á los custodios. Estos traen las tablas, y en las hojas del apógrafo ó libro que le dan, imprimen el sello de oro, y asi se le entregan. De este modo no puede tener mas ni menos el ejemplar del libro, ni dejar de ser digno de fe en todo su contenide (1). Esto por lo que respecta á la imprenta de la China.

27. Mr. Pluche dice, que las primeras impresiones se hacian sobre láminas de madera (2), del mismo modo que se ejecutaban ya en el Japon y en la China: y al pie de esta cláusula se nota por nuestros traductores en la version castellana: «que entonces no habia en Europa noticias de aquel pais. Pero segun lo que refiere el P. Fray Juan Gonzalez de Mendoza (3) del orden de N. P. S. Agustin, embajador que fué nombrado por orden del señor Felipe II, el año de 1580 al gran emperador de la China, debemos reconocer de aquí el origen de la imprenta en Europa: sin que por eso se pretenda quitar la gloria á los alemanes; en medio que no es lo mismo inventar un artificio ó máquina que imitarla ó adelantarla; pues suponiendo como queda dicho que de la China tomasen la idea de abrir en madera las letras, que es lo que al principio hicieron en Europa, é imprimir así libros, eso no quita que despues no añadiesen mucho al invento, como facilius est inventis addere: y esta mejora ó ampliacion no se puede negar á los ale

manes.

28. Estos, como son Salmuth, el P. Atanasio Kircker, Gerardo Meerman, Holandes y otros muchos, gobernado cada cual por el amor de su patria, andan por rodeos, y no quieren confesar que el origen de este in vento vino de los chinos, insistiendo en que lo que estos imprimian era en tablas de madera, muy diferente de la imprenta de los europeos, que es por letras sueltas y de metal, lo que no se duda. Pero así como los chinos con paciencia forman una tabla o plana de letras, signos ó geroglíficos en la madera, del mismo modo la forman de letras sueltas los europeos,

(1) Esta obra de Abdalla se publicó en lengua persa y en latin por solicitud de Andres Mulero, en Berlin año de 1677: el testo latino se exhibe aquí á la letra, segun le pone Meerman, que dice no se halla en ninguno de nuestros autores, y que la obra es muy rara. Dice pues:

Omnes item libri, qui secundum illos (tres filósofos Fu-hin Chu-xang, Xen-gu Chuxang, et Xen-chun Chu-xang) æduntur, elegantissimè scripti sunt: ita ut singulas paginas ⚫huius libri characteri eleganti in tabulas scribant. Omnes etiam sapientes summa cum observantia scripta conferunt, quæ charactere suo in dorso tabulæ confirmant. Postea sculptoribus omnium præstantissimis sculpenda dant, cumque omnes pagi as libri iuxta præscriptam ideam ad finem perduxerunt, singulis foliis numerum adscribunt. Has tabulas, velut formulam officinæ monetariæ in loculis sub sigillo oculatorum et fidelissimorunt Commissario:um deponunt, inque bibliothecas reponunt, ideoque insignifs muniunt. St quis apographum huius libri desideret, ante omnia collegium hoc adit, datque certam pe⚫cuniæ summam custodibus. Hi tabulas istas afferunt ac sigillum aureum apographi char. tis imprimunt, sicque tradunt. Hac ratione fieri non potest, ut exempla litri plus aut minus contineant, quin fide dignissima sint.» Véase Meerman en sus Origines Typographica p. 218 y sig.

2) Véase el núm. 7.

(3) Fué despues obispo de la isla de Lipari (año 1593). Luego sufragáneo del cardenal arzobispo de Toledo: el año de 1607, obispo de Chiapa: y el de 1608 de Popayan en las India occidentales.

El pensamiento de habernos venido de la China los principios de este invento no fue original de! P. Mendoza. Antes de él se le habia ofrecido al obispo Paulo Jovio, que avanz habérsenos comunicado de allá por medio de los rusos y moscovitas como naciones cercanas. Pero sin alegar documento, testimonio, ó menoria por donde se justifique. Y así ha sido recibido de muy pocos, mirándola como una paradoja. ó como mera ocurrencia ingeniosa del talento de Jovio. Ni jamas se persuadira. Los mismos principios rudos del arte n Harlen, y sus progresos lentos, y de grado en grado, que fué recibiendo hasta su perfeccion en Maguncia, hacen ver que nuestros europeos ningun modelo ó tipo tuvieron por delante, ninguna idea de fuera, ninguna pauta, sino que ellos fueron originales y sacándolo todo de su ingenio. F..

y quedamos tabla á tabla. Si bien que acá hay la ventaja de las letras suel tas que allá no conocen, y que deshaciéndolas pueden servir para componer otras obras; y las minas de la China no se pueden acomodar sino para cierta plana ó libro determinado. Pero para mi concepto no es este el punto de la dificultad: sino que vistos en la Europa aquellos ensayos de la China en tablas enteras de madera, y el efecto que hacian, lo adoptaron, y luego fueron adelantando hasta llegar á soltar las letras, al principio de madera y luego de nietal; y esta es la gloria y muy grande de los alemanes, en que sin duda pasma á la imaginacion no solo ver la distribucion y composicion de las letras, sino la fundicion, punzones, matrices, mezcla de metales con otras muchas menudencias de que consta el artefacto.

29. En punto de la tinta para imprenta (que no seria lo que menos detuviese en los principios) creeré que tambien se tomó el modelo de los chinos, pues no se conoce otra mejor que la suya, la que ponen no solamente espesa (requisito necesario para el asunto,) sino que la secan y forman de ella barritas y tabletas, que se aprecian mucho en Europa. Otras varias objeciones oponen los ya citados falemanes y holandeses, pero á mi juicio no satisfacen, pues las muchas librerías que dicen habia en aquel reino, y lo baratos que estaban los libros, juntamente con la tradicion que tienen de ser ellos los inventores, apoyada con los muchos libros antiguos que tenian, todo junto persuade, que el origen se tomó de los chinos, aunque despues se confiese que esto no es su sombra en comparacion de lo que los alemanes han adelantado. Yo no soy chino, aleman, ni holandes, pero este es mi sentir. De cómo y por dónde pasó el invento á la Europa, õigase al P. Maestro fray Juan Gonzalez de Mendoza, el cual en su Historia del gran reino de la China pone el título siguiente al cap. XVI del libro III. De cuanto mas antigua es la costumbre de estampar los libros en este reino, que en nuestra Europa.

30. Fué tan útilingeniosa la admirable invencion de la estampa, que es cosa cierta que si faltara ella, perecería mucha parte de la memoria de tantos insignes varones, como los felices tiempos de atras poseyeron... Dejado esto aparte, y los grandes efectos de està sutil invencion, trataré solamente de probar lo que el capítulo propone con algunos ejemplos de muchos que en sus historias se hallan, y en las nuestras bastantes, para que quedé claro. Segun parece por comun opinion, la invencion de estampar comenzó en Europa el año de 1458, la cual atribuyen á un tudesco llamado Juan Gutembergo, y se tiene por cosa cierta, que el primer molde con que se imprimió, se hizo en Maguncia, de donde un aleman llamado Conrado trajo á Italia la invencion, y que el primer libro que se imprimió fué el que escribió San Agustin, que se intitula de la Ciudad de Dios, y en esto concuerdan graves autores (1).

31. Pero segun los chinos afirman, su primer principio fué en su reino, y el inventor un hombre que ellos reverencian por santo; de donde se derivó y trajo muchos años despues que ellos tenian el uso, al reino de Alemania, por la Rusia y Moscovia, por donde tienen por cierto que se puede venir por tierra, y que mercaderes que venian de allá al dicho reino por el mar Bermejo, y de la Arabia felice, trajeron los libros, de donde el Juan Gutembergo (á quien las historias hacen autor) tomó motivo.

32. Lo cual siendo así verdad (como ellos lo tienen autenticado) queda muy claro que esta invencion vino, y se comunicó de ellos á nosotros: y ayuda para creer esto, hallarse el dia de hoy entre ellos muchos libros estampados mas de quinientos años antes del año en que por nuestra cuenta tomó principio la invencion en Alemania: de los cuales tengo yo uno, y he visto otros así en Indias, como en España é Italia. El P. Rada y sus compañeros trajeron cuando volvieron de la China á Filipinas muchos cuerpos de diversas materias (2), que los habian comprado en la ciudad

(1) En el dia está descubierto lo contrario. Fué en sus principios un mal informe de Volaterrano, que despues cundió por otros sin exemen. F.»

(2) Véase en el apéndice núm. III, la lista de los libros que trajeron estos padres el año de 1575.

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