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rido hermano de mi vida, Carlos mio de mis entrañas: Despues de haberte escrito la de ayer, vuelvo á tomar la pluma para contestarte á la tuya del 28 del pasado. Mucho me alegro de que continúes con tu esposa é hijos disfrutando de buena salud: nosotros seguimos bien, á Dios gracias, y te renovamos nuestros afectos. He estrañado sobremanera la resolucion que me anuncias de pasar á Coimbra para ver á nuestro sobrino Miguel, habiéndosete comunicado por Córdoba mi abierta oposicion á ese viaje, que fuera de otros inconvenientes puede esponerme á graves compromisos, como él mismo te habrá indicado, por la actual situacion de Portugal. Dije espresamente que ni á Braga ni á Coimbra; mas aunque yo no hubiese nombrado á la última, deberias conocer que los motivos de alta política que se oponen á este viaje son iguales respeto de entrambos pueblos, y que el carácter elevado de tu persona exige que esas afecciones y complacencia de familia cedan á las grandes razones de Estado. Yo confio que habiendo reflexionado mas detenidamente sobre tu primera resolucion habrás desistido del proyecto; pero en todo caso, y aunque desgraciadamente lo hayas puesto en ejecucion, no dudo de que verificarás tu embarque para el término señalado en mi carta de ayer, y no darás nueva ocasion de disgusto á tu afectísimo hermano, que te ama y te amará siempre de corazon. - Fernando."

El 3 participó don Carlos su llegada á Coimbra. "Coimbra 3 de Junio de 1833.-Mi muy querido hermano de mi vida, Fernando mio de mi corazon. Recibí tu carta del 23, y me alegro mucho que no hubiese la menor novedad en vuestra salud: nosotros gozamos de igual beneficio, gracias á Dios, habiendo hecho el viaje con

la mayor felicidad, sin embargo del camino, que no se puede ver cosa peor, y como nuestro coche es tan ancho, y era mas ancho que el camino, se atrancaba muchas veces, y eran necesarias las piquetas para que saliese: el 27 dormimos en Mafra, el 28 en las Caldas de la Reina, el 29 en Leiria, el 30 en Pombal; pero como llegamos á las diez de la mañana, dormimos una buena siesta y salimos á las doce de la noche, y llegamos aqui á las siete ó á las ocho; y ayer á las tres de la tarde llegó Miguel, y esperamos mañana á sus hermanos, que llegarán á comer. Memorias de parte nuestra para Cristina, y cree que te ama de corazon este tu mas amante hermano.-M. Carlos."

Como el cólera debastaba á Portugal, don Carlos tomó al mar y á la epidemia por pretesto para dilatar su permanencia en el suelo lusitano.

"Coimbra 8 de Junio de 1833.-Mi muy querido hermano de mi corazon, Fernando mio de mi vida: Ayer á las ocho de la noche vino Campuzano, y me dijo que no pudiendo venir Córdoba por estar · indispuesto, le enviaba á él para enterarme de dos oficios que habia recibido del ministro de Estado, y entregarme dos cartas tuyas del 1.0 y 2 de este: mucho siento el disgusto que te he dado en venir á ver á Miguel; en una cosa tan sencilla y natural, y en que habias consentido muy gustoso á nuestra partida de Madrid, no lo hubiera creido; paciencia. Ahora quieres que me embarque del 10 al 12, el tiempo no me lo permite; y que lo efectúe en la bahía de Cascaes, que es el punto designado por el comandante de la fragata como el mas á propósito para el embarque: segun me he informado, lo será cuando el mar esté quieto, pero es muy espuesto cuando se halla agitado, que es lo mas frecuente: ignoro el estado sanitario del buque, de lo que tengo de informarme con

exactitud, por ser materia de tanto interes; asi como de los pueblos de nuestro tránsito, Pombel y Leiria, en donde creo que hace estragos el cólera morbo: lo que me consta de positivo es, que en la actualidad está en toda su fuerza y vigor en Lisboa, Belen, Cascaes y San Julian. ¿Cómo quieres que me dirija á ninguno de estos cuatro puntos? Todo el mundo me graduaria en este caso de temerario, á pesar de ser harto notorios mis buenos deseos de cumplir tus órdenes: sin embargo, yo por mí solo me espondria á cualquier sacrificio por no disgustarte; pero no lo puedo hacer en conciencia tratándose de toda mi familia, que sufre la misma suerte que yo; pero no por esto creas que dejaré de aprovechar cualquiera ocasion de poder ejecutar lo que se me prescriba , y que no ofrezca tantas dificultades y nos esponga á tales peligros. -Me alegro mucho que estés tan bueno, y Cristina y niñas; nosotros lo estamos igualmente, gracias á Dios, y te renovamos nuestros afectos, y cree que te ama de corazon tu amante hermano. M. Carlos."

El rey insistió en que su hermano se diese á la vela sin tardanza, porque aproximábase el dia de la jura y temíanse turbaciones y revueltas en aquella parte del reino. Pero donde los carlistas minaban el terreno para el dia de la esplosion, donde mas elementos de rebeldía aglomeraban, era en las provincias Vascongadas y Navarra, donde el misterio y el silencio eran tantos, que el gobierno dormia tranquilo y confiado en su lealtad: Fernando escribió á su hermano :

"Madrid 11 de Junio de 1833. Mi muy que rido hermano de mi corazon, Carlos mio de mi vida: He recibido tu carta de Coimbra de 3 del corriente, y me alegro infinito que estés bueno, como tambien toda tu familia; nosotros lo estamos igual

mente, gracias a Dios. Siento las incomodidades que has sufrido en tu viaje, las cuales por mi espresa voluntad se hubieran evitado. Ya este movimiento ha producido inconvenientes para los intereses mismos de Portugal.. -Estraño que escribiéndome desde Coimbra el 3, nada me anuncies de tu regreso á Mafra, donde me habias dicho que determinabas pasar el dia del Corpus, y adonde debias volver sin tardanza para la prontitud de tu embarque, que te habia significado en mis anteriores. Supongo sin embargo que regresarás desde luego, y que donde quiera que te hallase mi carta del 2, habrás dado las órdenes para embarcarte con tu familia. Si al recibo de esta, que por el deseo de contestarte envio con recelo de que no te alcance, aun no te hubieses embarcado, no dudo de que lo verificarás inmediatamente, segun mi terminante voluntad. -No es cierto, como te han dicho, que la fragata Lealtad estuviese cerca de Belen: ha fondeado á mucha distancia cerca de la escuadra inglesa. A Dios, querido hermano mio; memorias de nosotros para María Francisca, y persuadete que te amará siempre de corazon tu afectísimo hermano. - Fernando."

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Mientras asi se espresaba el monarca, nuestro ministro plenipotenciario se presentaba á don Carlos exigiendo su embarque en nombre de su augus to hermano, y el infante contestó: "Obedeceré al al rey en lo que pueda: veremos." Disgustado S. M. con tantas dificultades y demoras, que no se avenian con las protestas de sumision de don Carlos, volvió á escribir en tono menos amoroso.

"Madrid 15 de Junio de 1833.-Mi muy querido hermano Carlos: He recibido tu carta del 8 del corriente, y voy á contestarte.- Bien pudieras haberme libertado del disgusto de tu viaje á Coimbra, cumpliendo mi espresa determinacion. No hallé in52

T. III.

conveniente á nuestra despedida en que vieses á Miguel, en la inteligencia de que os encontrariais en Lisboa; pero teniendo que buscarle á distancia, y habiéndose despues complicado mas las circunstancias respecto de este reino, te manifesté por medio de Córdoba mi firme resolucion de que no hicieras ese viaje, y los graves inconvenientes que para tí mismo y para Miguel ofrecerian tus movimientos en Portugal. ¿Cómo puedes decir ahora que no creías desagradarme, y citar mi primera condescendencia, habiéndote hecho saber posteriormente mi opinion? - Ya va cumplido un mes desde que me dijiste que sin embargo de tus dificultades estabas resuelto á hacer ni voluntad; y mientras yo mas claramente te lo manifiesto, inas tropiezos hallas, y menos disposicion para ejecutarla. Tú mismo provocas los embarazos y das lugar á que nazcan otros nuevos con tus demoras: todos se hubieran evitado si desde luego hubieses cumplido mis órdenes. Me espusiste como un motivo de corta dilacion tu deseo de santificar el dia del Corpus en el monasterio de Mafra; y al dia siguiente, olvidando á Mafra, me anuncias el viaje á Coimbra, que debia detenerte mas tiempo. No reparaste entonces en que Leiria y otros pueblos del tránsito estaban ya infestados del cólera, y ahora no puedes pasar por temor de contagiarte en ellos. Y lo que nadie imaginara, en la misma propagacion del mal, que fuera para todos un estimulo de ausentarse del pais, tú hallas la razon de permanecer, y dejas tranquilamente que te vaya cercando de todas partes el azote.- No es necesario para volver á Mafra que toques en los pueblos epidemiados; puedes rodearlos y evitar su comuni. cacion. El puerto de Cascaes es seguro; la estacion la mas serena y constante; y Guruceta no ha de embarcarte con una tempestad: el estado sanitario

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