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estrangeros.

Mensage al

enviados con una muy áspera respuesta de San Mi- saportes los guel al dia siguiente. El 11 discutióse en el con- embajadores greso legislativo el mensage á S. M., en el que "manifestaban al rey que las Cortes habian oido con la mayor estrañeza las doctrinas contenidas en las notas de París, Viena, Berlin y San Petersburgo, porque ademas de no estar conformes con las prácticas establecidas en las naciones cultas, se injuriaba á la nacion española, á sus Cortes y á su gobierno; al mismo tiempo que habian visto con el mayor agrado la respuesta franca y decorosa rey. que á estas notas habia dado el ministerio español, manifestando la falsedad de los cargos que en ellas se hacian á la nacion." Usaron de la palabra para apoyar el contenido del mensage los representantes del pueblo Saavedra, Canga-Argüelles, don Joaquin Ferrer, Argüelles, Galiano, Beltran de Lis, Munarriz y Zulueta, prorumpiendo en invectivas contra la Santa Alianza, desafiando su poder, y negando que en España dominase la anarquía. Las Cortes aprobaron unánimemente el mensage, y acordaron imprimir y circular por todos los pueblos la sesion de este dia para inmortalizar su obra, que tan cara costó á los desgraciados españoles. Al salir de la asamblea los vocales fueron recibidos por un inmenso concurso que llenó de aclamaciones los aires; y las músicas de los regimientos acompañaron el coche del presidente Isturiz hasta su morada, donde arengó á la muchedumbre inculcando el amor á la libertad. De alli trasladáronse las músicas á casa del coronel San Miguel, ministro de Estado, victoreando su nombre y llamándole una y cien veces el salvador de la patria.

Contestacion

ΕΙ rey Fernando contestó el 17 al meusage Enero de 1823. del cuergo legislativo "aplaudiendo la resolucion del mismo, de la asamblea, llamando imputaciones calumniosas los asertos de las Cortes del Norte, diciendo

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que gozaba de la mayor libertad, y que si España era invadida se sostendria firme al frente de ella, seguro de vencer por la mas justa de las causas, que era asimismo la de todas las naciones cultas (Ap, lib. 11. de la tierra." (*) Llegada á las provincias la núm. 3.) noticia de la sesion del 11 llovieron de todos los Felicitaciones ángulos plácemes y felicitaciones al congreso, apre

al congreso.

con Roma.

surándose las autoridades, los regimientos, la milicia y los particulares á sancionar con su aprobacion aquel acto del gobierno. En Estremadura celebraron la nueva con repique general de campanas, iluminacion y otros regocijos, cual si hubiésemos conseguido una victoria. En Badajoz juraron otra vez Constitucion ó muerte sobre la tumba de Arco Agüero, que habia muerto despeñado hacia algun tiempo; y en Barcelona hubo Te-Deum, salvas de artillería y otras demostraciones de gozo. Hijo de la inesperiencia y del denuedo que caracteriza al español, nosotros condenamos y admiramos aquel delirio.

Y cual si no bastase para el aniquilamiento y ruina de la patria el romper lanzas cen los príncipes mas poderosos, la desgracia y la rabia de Rompimiento los apostólicos nos obligaron á provocar una guerra de religion esquivando las relaciones con el Papa. El ministerio habia nombrado á don Joaquin Lorenzo Villanueva ministro plenipotenciario en Roma, quien al llegar á Turin encontró una orden del Sumo Pontifice que le impedia pasar adelante, y solicitaba del gabinete de Madrid el nombramiento de otra persona para tan importante cargo. Nuestro ministro de Estado insistió en que el señor Villanueva desempeñase la mision que se le habia confiado; mas el secretario de negocios estrangeros de Roma repuso que las opiniones manifestadas por don Joaquin en las Cartas de don Roque Leal y en la tribuna de las Cortes no se

acomodaban con las ideas de la santa sede, que jamas le admitiria como embajador. Entonces el ministro español envió sus pasaportes al nuncio, y le mandó salir de Madrid al momento con escándalo de un pais dominado por el clero y fanático por herencia. San Miguel participó á las Cortes el 23 de Enero la ruptura con el nuncio y los motivos que la habian precedido en los términos en que acabamos de referirla.

1823.

Bessieres.

Por lo demas la asamblea nacional ocupábase en el importante asunto de los reemplazos, y en sesiones secretas enterábase del siniestro rumbo con que navegaba la cosa pública, pues el ejército se disminuía, la quinta no producia soldados por la desercion de los mozos, y las facciones crecian y se desarrollaban rápidamente. Verdad es que Manso se habia apoderado del castillo de Mora, y que Mina arrancaba contínuos laureles en Cataluña; pero Merino, Cuevillas y el Rojo de Valderas se señoreaban en Castilla. En Aragon habíanse reunido las facciones en las orillas del Ebro á Bessieres, quien al frente de cinco mil hombres amenazó á Espedicion de Zaragoza el 5 de Enero. No satisfecho con semejante amago, quiso llevar ahora la guerra al corazon de la monarquía, y poner en alarma la corte misma donde residia el gobierno, llegando sin obstáculo ni tropiezo alguno á Guadalajara. Los que pocos dias antes habian desafiado el poder de las cuatro naciones mas poderosas del mundo, viéronse ahora amenazados é inseguros por un puñado de facciosos: y el 16 salieron de la villa y cor- Enero de 1823. te algunas tropas á las órdenes del comandante general de Castilla O-Dali, uno de los cinco héroes de la isla de Leon, como entonces los llamaban. Velasco, que mandaba las armas en Aragon, no habia querido traslimitar de su provincia, dejando al enemigo en libertad de vagar por donde mejor le

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pareciese. El 20 salió de la corte un refuerzo compuesto de la milicia y de partidas sueltas de Beltran de Lis y otros, cuyo refuerzo se unió á las tropas que mandaba el Empecinado. O-Dali corrió al encuentro de Bessieres, que se hallaba en Brihuega, y sin aguardar al Einpecinado, aplazado para Enero de 1823. aquel punto, atacó el 24 al enemigo, que habia tomado sus posiciones en las vertientes que se en

cuentran antes de llegar al pueblo. No tardaron Descalabro de los liberales á dispersarse, dejando en poder de los Brihuega facciosos la artillería y un gran número de prisioneros, y salvándose á la desvandada y en el mayor desorden. Entre tanto acercábase á Brihuega el Epecinado por la derecha del camino real, é ignorante de la rota de los suyos quiso penetrar en Brihuega, no obstante que eran las nueve de la noche: estrellóse contra la resistencia de Bessieres, y desordenado y confuso retiróse con la mayor precipitacion.

Apenas se supo en Madrid el descalabro de Brihuega, el terror se apoderó de los ánimos, porAlarma de que exaltados estos por los peligros de la época

Madrid.

1823.

entregábanse mas facilmente á las grandes impresiones. Acuartelóse la milicia nacional; creáronse batallones de empleados y de paisanos; dióse la orden para levantar algunas fortificaciones, y confirióse el mando de la capital á don Francisco Ballesteros y el de las tropas vencidas al conde de La Bisbal, qué no tardó en agregar á estas las que desde Aragon conducia Velasco. No obstante las promesas del conde, que ofreció al gobierno deshacer aquellas hordas donde quiera que las alcanzase, Bessieres pasó el Tajo á su misma vista y entró en Huete, donde aparentó fortificarse para reponer á los suyos de las fatigas que habian sufrido. Alli permaneció hasta el 10 de Febrero sin ser inquitado por los liberales, y dirigióse tranqui

lamente á sus antiguas trincheras, dividiéndose en dos mitades, que sucesivamente se derramaron por Aragon y Valencia. De este modo demostró el ministerio, incensado por los periódicos, que carecia de medios para vencer una inesperta banda de realistas, mientras provocaba la ira y la pugna de millones de estrangeros.

Toma de la Seu de Urgel

1823.

Consoláronse los liberales de tantas miserias con la toma de la Seu de Urgél, de cuyas fortificaciones por Mina. se apoderó Mina el 3 de Febrero, despues de haber arrojado, como en su lugar dijimos, á los batallones de Eroles y á la regencia al territorio fran cés. "El 8 de Diciembre de 1822, dice el general en el estracto de su vida ya citado, emprendí el bloqueo de la fortaleza de Urgél, cuyo sitio duró setenta y cuatro dias, contra una guarnicion numerosa, fanatizada, y determinada á defenderse con vigor: sus provisiones de boca y de guerra eran inmensas. No tenia ni una sola pieza de artillería que oponer á los cuarenta y seis cañones que guarnecian las almenas, en un pais pobre y estéril, y en la estacion mas rigurosa. Mis soldados apenas estaban vestidos, faltábales con frecuencia la racion necesaria por efecto de la dificultad de las comunicaciones, y tenian á mas que defender una estendida línea: finalmente, los sitiados eran tan numerosos como los sitiadores. La constancia y el valor vencieron todos estos obstáculos. Seiscientos asesinos y ladrones salidos de las cárceles componian en gran parte la tropa de Romagosa, defensor de la ciudadela de Urgél: espiaron sus crímenes el dia de la evacuacion, pues todos perecieron. "

Premió el gobierno este glorioso hecho con la gran cruz de San Fernando. Tambien Milans triunfó de Misas en Olot, tomándole dos cañones y causándole bastante pérdida entre muertos y heridos: en Castilla cayó prisionero el Rojo de Valde

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