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gion: el tercero, el conjunto específico de los colonos, ó moradores; y tomando el continente por el contenido, el pais mismo, ó region cultivada y habitada.

Mas no por eso se llamaba colonia cualquier conjunto de cultivadores, ó de habitantes de una region: esto es, no los indígenas, ó naturales pobladores y habitantes de ellas; sino los alienigenas, los venidos, trasladados, ó importados de fuera, para establecerse en un pais, constituidos y organizados bajo un régimen dado, ora el de la misma metrópoli, esto es, de la nacion, Estado ó ciudad que los enviaba; ora otro.

Despues, se llamaron colonias tambien los paises subyugados, á los cuales, en vez de su propio régimen, se les daba, sin sacarios de su pais ó region, el que placia á la metrópoli ó al Estado, de que, por conquista, ó por sumision voluntaria, se decian colonias. Así, segun los escritores, colonia erat oppidum, in quo romani magistratus ex urbe cives traduxerant, vel quod sine traductione coloniarum jure donatum erat.

Segun el Diccionario de la Academia, colonia es, cierta porcion de gente que se envia de órden de algun principe ó república á establecerse en otro país, y tambien el sitio ó lugar donde se establece.»

Covarrubias, á su vez, la define en su Tesoro de la lengua pueblo ó término de tierra, que se ha poblado de gente estranjera, sacada de la ciudad, que es señora de aquel territorio, ó llevada de otra parte. Tambien colonias, las que, pobladas de sus antiguos moradores, les habia ei pueblo romano dado los principios de tales.»

Aunque sin completa precision histórica, ni jurídica, vése un tanto clara en las definiciones anteriores la idea de colonia, así como completamente clara la etimología de la

Voz.

Ahora añadiremos, que segun la legislacion romana originaria, y las legislaciones y prácticas posteriores, la enunciativa colonial tiene mas acepciones; que reunidas, y en sentido mas o menos lato, pueden reducirse á las siguientes:

1. Porcion de súbditos de un Estado, en

viados á poblar, á repoblar algun punto ó region, conquistado, sometido, ó de otro modo adquirido por el mismo.

2. La organizacion y ventajas coloniales dadas por un Estado ó metrópoli á uno ó mas pueblos subyugados,ó de otro modo adquiridos con sus indígenas.

De estas dos clases fueron las colonias romanas. El derecho de ciudad, fué dado á estas con tal amplitud, que por eso era comun el decir, y pasaba como regla, que las colonias eran de mejor condicion que los municipios melliore conditione erant, quám municipia; gaudebant namque jure, et immunitate omni romana.

3.

Ocupacion de regiones por conquista, ó sumision, constituyéndose los dominadores y dominados en colonia respecto de la metrópoli, de que proceden los primeros.

De ello son ejemplo multitud de colonias de los antiguos; pero seña adamente las colonias españolas de Ultramar, hoy ya emancipadas las mas, y provincias, las que aun pertenecen fieles á la antigua metrópoli.

4. Admision de colonos estranjeros, estableciéndolos y organizándolos en cuerpo ó poblacion en el propio territorio.

Tales fueron nuestras colonias de SierraMorena.

5. Admision de colonos estranjeros, estableciéndolos, no en cuerpo ó formando pueblos, ó municipalidades; sino diseminádolos entre los propios súbditos.

Así se está practicando en nuestras Antillas, despues de la abolicion de la esclavitud de negros, llamando y admitiéndose en la forma dicha, y por órdenes y autorizacion del gobierno de la metrópoli, chinos, y otra clases de estranjeros, negros emancipados, etc.

Solo en un sentido muy lato, y eso mas bien históricamente y en cuestiones de raza, que no jurídicamente, suelen llamarse colonias el establecimiento de naciones enteras en ciertas regiones, por ocupacion, invasion, conquista, etc., y aun por lanzamiento ó impulsion de fuerza mayor, como naufragio, guerra, ú otro género de infortunio. En este concepto se asienta, por ejemplo, que la raza anterior

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que invadió y dominaba las Américas, antes de la conquista por los españoles, eran colonias orientales, chinos, malayos, etc., y que tal vez una colonia egipcia se asentó en tiempos remotos, lanzada acaso por una catástrofe de mar, en el Brasil.

Añadiremos, en fin, que colonia indica de ordinario una nacionalidad y una entidad politica ó administrativa, mas bien que individualidades dispersas, por lo que las cuatro primeras especies de colonias, antes enumeradas, son tales, con mas propiedad, que no la quinta.

Las colonias, propiamente tales, se diferencian asimismo por razon de su objeto, conforme al que se denominarán agrícolas, comerciales, militares, penitenciarias, etc., de lo cual hacemos mérito en las secciones subsiguientes.

PARTE DOCTRINAL.

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DE LAS COLONIAS EN GENERAL.

Antes de entrar en pormenores, podemos asentar ciertas reglas de doctrina, que son otros tantos principios, ó como la sintesis de cuanto hay que decir sobre colonias, á saber:

1. Las colonias son á veces, y á priori, ó por razon de su causa principal, un recurso de necesidad; ora las de envío, egresionó emigracion, cuando una nacion se halla abrumada, empobrecida, ó perturbada por su muchedumbre; ora de inmigracion, ó admision, cuando desfallece despoblada, y en inaccion sus grandes, pero estancados, medios de pros

peridad, etc.

2. Otras son de utilidad, pues siempre la hay en tener súbditos, que en otras regiones cultiven y prosperen para la metrópoli, y estiendan su idioma, su religion, sus leyes, su nacionalidad. Aun en caso de emancipacion con el tiempo, estos últimos objetos son de ordinario de utilidad positiva para el comercio y relaciones de la patria comun.

3. Otras lo son de pura conveniencia; como las penitenciales, formadas lejos de la metrópoli con los reos y súbditos perturbadores que la conturban.

4. Son ruinosas cuando cuestan mas de lo que utilizan, en cuyo caso la verdadera utilidad está en emanciparlas, cuyo medio no los enajena de la madre pátria, y antes al contrario.

5. Las colonias muy lejanas son difíciles de conservar, con mas riesgo de emanciparse, y se emancipan al fin.

6. La emancipacion forzada para la metrópoli, ó por rebelion, de ordinario engendra ódios recíprocos, ódios de raza, con facilidad enconados y perpétuos.

Prescindiendo por un momento de estas bases, diremos con algunos publicistas, que la colonizacion, es uno de los sucesos históricos que, bajo diferentes formas, han caracterizado el movimiento de las sociedades hu

manas.

En el mundo antiguo, el espíritu de emigracion era comun á las razas, y aun á las familias. Ni podia ser otra cosa. Sin civilizacion; sin vínculos sociales; desvirtuados los vínculos naturales por la rudeza, y los morales por la ignorancia, la supersticion, ó el vicio; nada ligaba á las razas al suelo, sino la comodidad temporal que este prestaba de suyo, y por tanto, por mas o menos tiempo; pero siempre pasagera, precaria, y terminada por el consumo desordenado, y sin reproduccion, era preciso buscarla en otra, y sucesivamente en otras partes.

No habia antes industrias, y la vida pastoril, errática, por la fuerza de las cosas era la ocupacion comun, era una colonizacion habitual.

Prevaleciendo sobre la razon y sus fueros el derecho del mas fuerte, pronto era por

este invadido el bienestar de alguna raza afortunada: y hé aquí la conquista, el esterminio unas veces, otras la promiscuidad de razas: otro género de colonizacion.

Pero aun prescindiendo de todos los escesos de la humanidad, ora ruda, ora mas ó menos ilustrada; aun suponiendo las tendencias mas favorables; el estado económico é industrial de los pueblos tuvo que ser por muchos siglos desventajoso por demás. Careciendo de enseñanzas, hábitos, é instrumentes de produccion y de los capitales que hoy dia egercen tan benéfico influjo en la prosperidad de las naciones, é impulsadas además las gentes por la desproporcion entre la poblacion y las subsistencias y por la carestia que de aquí resultaba, no podian hallar otro remedio á estos males, que en la emigracion.

Es cierto que hubo tambien en el mundo antiguo colonias comerciales, como las de los fenicios y cartagineses; pero mas tarde; y puede decirse que el espíritu mercantil, que distingue à las colonias modernas no era el principal carácter de aquellas, y que el fin que se propusieron sus fundadores, fué ante todo el de procurarse en las costas de los paises que esploraban la proteccion que no les concedian los indígenas. La navegacion en aquella época era muy tímida, porque carecia de brújula, y un viaje de mediana longitud exigia sitios de abrigo, y seguridad en las costas.

La invasion de los galos en Italia, de los vándalos en toda Europa y Africa, y de los Tártaros en la China, pudiera ser considerada como otra especie de colonizacion; pero apenas puede atribuirse este concepto á tales hechos históricos; pues aunque estos pueblos vinieron á formar diversas naciones, amalgamándose con los vencidos, la colonizacion propia, supone, ya que no una dependencia completa, al menos relaciones de familia, razones de reconocimiento y amor con la madre patria; relaciones que los pue blos bárbaros no conservaron con las tribus de donde procedian.

Las cruzadas dieron al comercio y á la navegacion un gran impulso, y si bien las co

lonias que los cristianos fundaron en Oriente cayeron al cabo en poder de los sarracenos, el influjo que aquellas espediciones egercieron fué inmenso (1). Venecianos y genoveses dieron el ejemplo de la prosperidad que podia alcanzar un pueblo por medio del comercio. Pero los restauradores del sistema colonial fueron los portugueses, cuyos viajes y conquistas prepararon una revolucion completa en Europa.

Descubre, en fin, Colon el Nuevo Mundo, y España reduce y puebla aquellas inmensas regiones. Considerando este suceso bajo el punto de vista político, es de notar, que aunque, en general, fuesen debidos muchos de aquellos portentosos resultados á la accion. individual y aislada de aventureros ó de grandes capitanes, el Estado intervino no obstante, así en la conquista, como en la po

blacion de aquellos paises y en las leyes que se dieron á sus naturales. No tiene, pues, razon Rossi cuando dice: y desde luego se vé que no era posible que los gobiernos de esta época pudieran proponerse otra cosa mas que la sujecion completa del pais con quistado, bienes y personas á la metrópoli. La idea de encaminar hacia una especie de vida civil y política á hombres de otra raza, y á quienes se miraba como á infieles, no podia surgir en la mente de aquel tiempo..

Mas adelante procuraremos demostrar los errores en que han incurrido no pocos escritores estranjeros al examinar la historia de nuestra dominacion en Indias, bajo su aspecto político y religioso. Limitándonos ahora á esponer cuál fué el sistema colonial de España en lo económico, diremos que fué, aunque muy modificado, el que generalmente dominó en Europa. Los estranjeros eran escluidos del comercio con aquellas regiones; las colonias no debian producir mas que aquellos artículos que la metrópoli juzgase convenientes, y los estaba prohibido dedicarse al cultivo de las que esta se reservase suministrarlas. España, que poseía la mayor parte del continente americano y que desde

(1) Véase la parte histórica del art. COMERCIO

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*

2

que se la unió la corona de Portugal poseyó otras muchas regiones de inmensa estension. y riqueza en Asia y Africa, contribuyó sin duda á propagar este sistema económico; pero no es menos cierto que ninguna nacion de Europa le aplicó con menos rigor. En vez de prohibir el cultivo de los artículos que producia la Península, procuró con maternal solicitud naturalizarlos en América; y en esto, como en todo, miró siempre aun mast por el bien de aquellas remotas posesiones, que por el provecho propio, y supo evitar, cuando de América se trataba, muchos de los errores en que incurrió cuando se trataba de su propio gobierno. Esto no obstante, es cierto que España incurrió en el error, comun á aquella época, de escluir del comercio de Indias á los estranjeros; de conceder á un solo puerto, Sevilla, el privilegio de comerciar con América, y de prohibir la esportacion de los metales preciosos. Fuera de esto, y de la esclavitud de la raza africana, introducida por España en aquellas regiones, su sistema político y económico fué muy superior en ilustracion y en paternal solicitud por el bien de aquellos súbditos al de las demás naciones, que sucesivamente fueron sentando el pié en aquellos paises. El régimen colonial, tal como los economistas le entienden en el dia, es decir, el régimen del monopolio y de las compañías privilegiadas, fué establecido en todo su rigor por Colbert por Francia, Holanda, que sucedió á España en el dominio de los mares, por Inglaterra, que despojó á aquella: muchas de las posesiones, que las Provincias Unidas habian arrebatado á Portugal, siguieron el mismo sistema que la Francia. La Gran Bretaña, que habia comenzado por adoptar principios mas liberales para con sus colonias, tanto en lo político, como en lo económico, siguió luego las máximas de las naciones del continente, prohibiendo en su Acta de navegacion el comercio con el estranjero; y no falta quien asegure que á esta medida debió el adquirir la fuerza y prosperidad que hoy la permiten arrostrar los peligros, que otras muchas naciones recelan en el sistema del libre

cambio.

La emancipacion de las colonias inglesas en América vino á hacer ver el error en que se habia incurrido al creer que con este suceso concluiria el comercio entre ellas y la У metrópoli. Sin embargo, solo de fines de la guerra continental de 1808 á 1814 data la reaccion contra el antiguo sistema restrictivo. La adopcion del bill de Reforma, la abolicion de la esclavitud en las colonias y la agitacion de la Union de Manchester en favor del libre cambio acabaron de derribar aquel sistema; y en el dia el único precepto que la Gran Bretaña impone á sus colonias, es el de que no puedan conceder privilegio alguno á una nacion en detrimento de otra, y que no impongan á sus productos derechos tan elevados, que equivalgan á una prohibicion. Además de esto, Inglaterra tiende á introducir en lo posible en sus colonias la libertad política, ó sea el gobierno autonómico ó independiente.

SECCION II.

DIVERSAS CLASES DE COLONIAS.

Hemos reseñado, si bien en lacónico resúmen, la historia de la colonizacion en los pueblos antiguos y modernos. Pero por colonias, segun ya dejamos espuesto, no han de entenderse solo los establecimientos fundados por una nacion en paises remotos ó allende los mares; sino tambien los que organiza dentro de su propio territorio, para aumentar la poblacion y los productos, donde escasean, ó para dar salida al esceso de poblacion de los centros fabriles: para utilizar el ejército en tiempo de paz ó para sostenerle á menos costa para procurar la correccion de los penados de corta edad: para procurar, en fin, dar una profesion útil á los huérfanos y desvalidos encomendados á la caridad pública: lo cual dá ocasion á diferentes clases de colonias, esto es, á las colonias agrícolas, colonias militares, colonias penitenciarias, colonias comerciales, etc.

Colonias agrícolas. Son sin duda las que tienen por principal ó único objeto la agricultura. Asi fueron las de Sierra Morena: así

T

son las que reclama nuestra mal poblada Estremadura.

Pero dando por supuesto el objeto y fin comun, las colonias agrícolas por razon del medio podrian diferenciarse en industriales y humanitarias. Llamaríamos de este último modo á las planteadas y formadas modernamente por empresas filantrópicas, que, á propias espensas, ó bajo el patronato de las sociedades de beneficencia, acogen niños po bres ó huérfanos, para enseñarles la agricultura y hacer de ellos obreros rurales.

Estas colonias suelen ser completamente libres y no dependen de la administracion, que limita su accion à venir en su ayuda por medio de subvenciones mas o menos cuantiosas. Algunas son á la vez agrícolas y penitenciarias, pues se componen de adultos, en cuyas causas se sobreseyó por haber obrado sin discernimiento. Tampoco pertenecen al Estado; pero de ordinario reciben de él una subvencion, ó cuota fija por cabeza. Su obligacion consiste en procurar á los jóvenes, que les son encomendados, la instruccion primaria elemental y la educacion moral y religiosa, y en acostumbrarlos á los trabajos agrícolas. Algunas de estas sociedades continúan dispensando su proteccion á los jóvenes que salen de la colonia, procurando colocarlos en el campo en casa de labradores ó arrendatarios de probidad reconocida, y vigilando su conducta durante los primeros años.

El origen de estas colonias agrícolas en las naciones modernas, data, puede decirse, de 1818, en que el general Van-des Bosch fundó en Holanda una sociedad de beneficencia, que tenia por objeto llevar a estas colonias el esceso de la poblacion menesterosa de las grandes ciudades. Esta sociedad, que se puso bajo el patronato del príncipe Federico, de los Paises Bajos, se componia de un número indeterminado de sócios, los cuales satisfacian la cuota mensual de dos florines y medio (20 reales).

La sociedad fundó cuatro establecimientos, habitados á fines de 1847 por 11,705 individuos entre colonos libres, colonos militares, huérfanos espósitos y pobres. Los colonos li

bres son enviados por las sucursales de la sociedad, luego que cualquiera de ellas ha reunido la cantidad de 1,700 florines, mediante la cual tiene derecho á enviar una familia pobre, à la que se dá una pequeña heredad de dos hectáreas y media. Los huérfanos y espósitos son enviados en su mayor parte por las municipalidades de las ciudades. Los colonos pobres son de diversas procedencias: unos han sido condenados por delito de mendicidad á tres ó seis meses de prision, segun el art. 274 del Código penal francés, que rige en Holanda: otros son enviados por las municipalidades; y los restantes son los que voluntariamente solicitan ser trasladados á las colonias, solicitud à que las autoridades municipales tienen obligacion de acceder.

En 1822 se fundó en Bruselas otra sociedad de igual clase, bajo la proteccion del mismo principe Federico, la cual estableció en Wortel, provincia de Amberes, una colonia, á imitacion de las ya creadas en Holanda. Cuando acaeció la separacion de la Bélgica y los Paises-Bajos tocaron en suerte estos establecimientos á aquella, la cual no creyó conveniente sostenerlos.

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No debemos echar en olvido otra especie de colonia agrícola de la Bélgica, de mas remoto origen que las anteriores, y en estremo digna de llamar la atencion de publicistas y gobernantes. Tal es la colonia de Gheel, situada en la region de la Bélgica, llamada la Campiña, pais estéril, y que sin embargo ostenta en las cercanías de Gheel una gran fertilidad, debida al trabajo de gran número de locos, pues esta colonia está destinada á la cura de aquella clase de enfermedades. Y la damos el nombre de colonia, porque no se trata en efecto de un establecimiento para las enfermedades mentales, parecido á los que se conocen en la mayor parte de los paises civilizados, dirigido por la ciencia y la caridad, rodeado de muros y sometido á un reglamento disciplinario. En Gheel no hay nada de esto. La poblacion se compone en su mayoría de habitantes indígenas, sanos de espíritu y de cuerpo, y en su minoría de locos forasteros, y aun estranjeros muchos, que viven al lado y en fraternal comunicacion con las gentes

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