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de á las señas esteriores, en que todos hicieron reparo, se puede discurrir mui de parte de la piedad, porque con universal admiracion se notó una diferencia tan grande entre los reducidos y pertinaces, como entre los escogidos y réprobos. Estos iban con horrible color en los semblantes, con los ojos turbados y casi brotando llamas, y toda la fisonomia de los rostros, de tal suerte, que parecian poseidos del demonio. Pero los conversos iban con tal humildad, consuelo, conformidad y espiritual alegria, que pareció que casi se les traslucia la gracia de Dios. Puédese creer que ya estan en el cielo por las muchas oraciones y sufragios que los piadosos hicieron por sus

almas.

Se egecutan los 190 Fuéronse egecutando los suplicios, dando suplicios de los primero garrote á los reducidos, y luego aplicando el relajados. fuego á los pertinaces, que fueron quemados vivos con no pocas señas de impaciencia, despecho y desesperacion. Y echando todos los cadáveres en el fuego los verdugos le fomentaron con la leña hasta acabarlos de convertir en ceniza, que seria como á las nueve de la mañana.

191 Puede ser que hiciese reparo algun incauto en que tal ó cual se arrojase en el fuego como si fuera lo mismo el verdadero valor que la brutalidad necia de un culpable desperdicio de la vida á que le sigue la condenacion eterna. Los mártires no los hace la muerte, sino la causa, y muchas veces suele remedar el error las hazañas de la verdad, pero siempre se ven manifiestas señales de que solo es un impropio remedo. Los hereges Pnosticos, de quien hace mencion san Agustin, por la vanidad de parecerse á los mártires de Cristo, se daban voluntariamente la muerte, ya arrojándose en las aguas, ya precipitándose de los riscos mas altos de los montes. Las mugeres nobles del Malavar con afectada alegria se arrojan en las encendidas hogueras para seguir como piensan á sus esposos difuntos. Y muchos de los gentiles en el Oriense se sacrifican gustosos á sus ídolos, y no pocos se

postran espontáneamente ante las ruedas de los carros en que llevan en procesion á sus falsos dioses, para que los despedacen, y gozar despues de muertos el culto y veneracion que les rinde el torpe engaño de la ciega idolatria. Pero lo que es mas del caso en el primer auto de fe que se celebró en castigo de los albigenses por los años de mil doscientos y seis, hubo trescientos relajados, segun el autor que menos cuenta, que pertinaces ellos mismos se arrojaron á las llamas del brasero, resistiéndose á la milagrosa predicacion del glorioso patriarca Santo Domingo, que los

exhortaba.

sion.

192 Acabados de egecutar los suplicios, toda la Sacan la cruz compañia de los soldados de la fe, que desde haber blanca del braentregado los penitenciados en las cárceles secretas del sero en procetribunal de corte, se habian incorporado con el cuer po de guardia que asistia al brasero, sacando de él la cruz blanca, la trajeron en procesion á la parroquia de san Miguel, á cuya puerta principal salió el cura con sobrepelliz y capa pluvial colorada, y asistido de toda su clerecia á recibirla, cantando el himo Vexilla Regis prodeunt. Repicando en el ínterin las campanas, y habiéndola colocado por entonces en el altar mayor, y cantada la oracion de Cruce, salieron al cementerio, donde tomando la capa negra de difuntos y clamoreando las campanas, se cantó un responso por los ajusticiados convertidos, y de alli á pocos dias despues de haberse cantado una misa solemne de Cruce, con asistencia de la clerecia y cofradia del Santísimo Sacramento de la dicha iglesia, se llevó en procesion con hachas y velas encendidas á la sacristia de ella, Colócase la donde quedó colocada para siempre con toda decen- cruz blanca, cia de pintura y adornos, al lado de la otra cruz blanca, que tambien la habian dado á la dicha iglesia los señores de la santa inquisicion en el auto de fe que se celebró en esta corte á cuatro de julio del año de mil seiscientos y treinta y dos. Despues de cuya entrega se volvieron los soldados al cuerpo de guardia del tribunal de esta córte.

tados.

Se ejecuta la 193 El dia siguiente que fue el martes tres de julio, justicia en los como á las once de la mañana fueron sacados de las que fueron azo- cárceles secretas los que habian de ser azotados, y estaban condenados á verguenza pública. Acompañábanlos gran número de familiares á caballo con varas levantadas de dos en dos. Cerraban despues de los reos el alguacil mayor del tribunal de Toledo, llevando a su lado izquierdo á don Gaspar Peinado Fanega, secretario mas antiguo de corte. Doise pregon que ninguna persona embarazase el paso ni tampoco tirase a los delincuentes, so pena de escomunion mayor. 194 Salieron estos reos con sus corozas, en que iban pintadas las insignias de sus delitos, y dos de ellos que eran ensambenitados llevaban sus sambenitos delante.

Pregon.

verde.

195 Fue tambien grande el concurso de este dia y se iba dando este pregon. Esta es la justicia que manda hacer el santo oficio de la Inquisicion á estos hombres y mugeres.

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I A la primera, verguenza pública.

II A la segunda, doscientos azotes por casada

tres veces.

III Al tercero, doscientos azotes por revocante en cosa grave.

IV Al cuarto, doscientos azotes por casado dos

veces.

V Al quinto, doscientos azotes por embustero, y cinco años de galeras.

VI Al sesto, por haber dicho misa y confesado sin estar ordenado doscientos azotes y cinco años de galeras.

VII Y al sétimo, por embustero supersticioso doscientos azotes.

Llevan en pro196 Este mismo dia los religiosos del colegio de cesion la cruz santo Tomas, donde habia quedado depositada la cruz verde, la sacaron en procesion yendo delante la tercera parte de la compañia de los soldados de la fe, que para este acompañamiento vinieron en marcha desde su cuerpo de guardia, y la llevaron al convento

de religiosas de santo Domingo el Real, donde se colocó en el altar mayor y despues en uno de los pilares de la iglesia.

197 El dia siguiente miércoles cuatro de julio partieron de las cárceles secretas del tribunal de corte las galeras en que iban los penitenciados acompañados de ministros á cumplir sus sentencias en la cárcel de penitencia de Toledo, conque se disolvió la compañia de los soldados que hasta este punto tuvieron formado su cuerpo de guardia en las puertas de las casas del tribunal de corte con tres centinelas, una á la puerta de la calle, otra en la puerta que corresponde al patio de las cárceles secretas, y la tercera en la primera grada de la escalera principal. Y con esto se dio fin á las muchas funciones que hubo en este célebre auto general,

Relacion del auto particular de fe que se celebró en esta corte en veinte y ocho de octubre de mil seiscientos ochenta,

Al tiempo que se escribia la relacion del auto general de fe, se celebró auto particular en esta corte el dia de san Simon y Judas, lunes veinte y ocho de octubre de mil seiscientos ochenta en la iglesia del convento Real de santo Domingo, á que asistió el señor don Antonio Zambrana de Bolaños, inquisidor apostolico mas antiguo del tribunal de corte. Salieron á este auto de fe los reos siguientes.

I José Alonso, natural de la ciudad de Zamora Reconciliados y residente en esta córte, que vendia cordones por en forma. las calles, de edad de quince años poco mas o menos, José Alonso, pequeño de cuerpo, cariredondo, pelo liso castaño, ojos grandes y algunas señales de viruelas, salió al auto en forma de penitente con sambenito, por observante de la lei de Moises, y fue reconciliado en forma con confiscacion de bienes y condenado á hábito y cárcel por seis meses, y cumplidos está desterrado de Madrid y ocho leguas en contorno por un año preciso,

Beatriz de Cas

tro.

Isabel Perez.

Elena Gonzalez.

Francisco Furtado.

2

Beatriz de Castro, natural de Talavera de la Reina, y vecina de esta córte, muger de Luis Alvarez, zapatero de viejo, de edad de sesenta años, mediana de cuerpo, delgada, morena, buenos ojos y ya con algunas arrugas; salió al auto en forma de penitente con sambenito, por observante de la lei de Moises, y fue reconciliada en forma con confiscacion de bienes y condenada á hábito y cárcel por seis meses; y cumplidos está desterrada de esta córte, Talavera de la Reina, ciudad de Málaga, y ocho leguas en contorno por dos años, el uno preciso y el otro voluntario.

3 Isabel Perez, muger de Gregorio Gonzalez, reconciliada por este santo oficio, natural y vecina de esta corte, de edad de veinte y seis años, mediana de cuerpo, delgada, morena clara, ojos grandes; salió al auto en forma de penitente con sambenito, por ob. servante de la lei de Moises, y fue reconciliada en forma con confiscacion de bienes y condenada á hábito y cárcel por un año, y cumplido desterrada de esta córte, Zamora y villa de Méntrida y ocho leguas en contorno por dos años.

4 Elena Gonzalez, muger de Andres Tejero, na, tural de Zamora y residente en esta córte, de edad de diez Y ocho años, pequeña de cuerpo, morena, buenos ojos, pelo negro; salió al auto en forma de peni tente con sambenito por observante de la lei de Moises, y fue reconciliada en forma con confiscacion de bienes, y condenada á hábito y cárcel por un año; y cumplido está desterrada de esta corte, ciudad de Zamora y ocho leguas en contorno por dos años.

3 Francisco Furtado, natural y vecino de Sandin en Portugal, que residia en esta corte, de oficio zapatero, de edad de veinte y cuatro años, pequeño de cuerpo, rehecho, moreno, cariredondo, y ojos gran des, pelo negro: salió al auto en forma de penitente

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