Imágenes de páginas
PDF
EPUB

alarife

constructores remitidos á España bajo partida de registro, lo hacia presente para que se decretase su demolicion. El Real Acuerdo conformandose con la acusacion del fiscal, resolvió que este por su parte cumpliera con el deber que le imponia su empleo. En consecuencia se llamó al padre agonizante para intimarle esta resolucion y se previno á un que tuviese preparadas las herramientas necesarias para la demolicion de la capilla el dia que se señalase, ordenando al padre que estuviese listo para ir a la Península, en el primer buque que zarpase del Callao, bajo partida de registro. Nada pudieron las sumisas reflexiones que le hizo el buen religioso, y cuando ya iba á verificarse la demolicion, acometió al fiscal una grave enfermedad de la que en pocos dias falleció, causando este suceso un gran terror en la ciudad. Nadie se atrevió entónces á hacer gestion de ninguna especie sobre la demolicion de la capilla.

Atormentado el padre Goldobeo, con ese contratiempo, escribió al proprovincial de la casa Profesa de su órden en Madrid, no solo para que diese los pasos necesarios á fin de conseguir la licencia Real para la fundacion de Lima, sino con el objeto de que la auxiliase enviandole dos religiosos que le ayudasen y reemplazasen en el ejercicio de su Instituto de Agonizantes, por tener él que salir á recorrer el Perú para cumplir con la comision que se le habia confiado de pedir limosna para la canonizacion de San Camilo.

Esta misiva fué acompañada de los mas favorables informes del Virey, Cabildo Eclesiastico, Prelados de las religiones y personas notables de la ciudad para el feliz éxito de la solicitud; pero el Consejo de Indias, á pesar de haber manifestado que le animaban los mejores deseos para ello, no pudo elevar su consulta al Rey por no haberse remitido constancia de los fondos con que se contaba para sostener la comunidad, y se exijió que se acreditasen por instrumento público, quedando paralizada la instancia, hasta que esto se verificara.

En ese tiempo fué nombrado Virey del Perú el principe de Santo Bono, y los padres de la ca a profesa de Madrid aprovechando esa oportunidad nombraron á los religiosos Juan Muñoz de la Plaza, y Juan Fernandez para que viniesen en su compañía á Lima á donde llegaron con el Virey, después de un largo viaje y de infinidad de trabajos, por la via de Cartajena y Panamá, el 5 de Octubre de 1716; siendo muy bien recibidos, empezaron desde luego á ejercer las funciones de agonizantes en union del padre Goldobeo; pero debiendo este contraerse é recojer la limosna se separó de sus compañeros y emprendió su viaje hasta Potosí y Chuquisaca, regresando á esta capital por la noticia de la muerte del padre Juan Fernandez y por ser necesaria su presencia para ayudar al otro religioso que no podia por si sólo desempeñar las funciones prescriptas por su instituto.

Don Gregorio Carrion que habia sido comerciante y retiradose de los negocios, trabó amistad íntima con el padre Juan Muñoz por ser su paisano, y atendiendo á la pequeñez de la capilla, se propuso ensancharla como lo verificó, estrenandose la nueva obra el 6 de Enero de 1725, dia en que á la misma hora de la fiesta huvo un fuerte terremoto, que causó bastantes estragos en la ciudad. Este bienhechor del convento deseando que la fundacion se verificase radicalmente y de un modo permanente y estable, escribió á España solicitando se enviasen mas religiosos, en virtud de que los padres Golbodeo y Muñoz siendo ya de avanzada edad, podian fallecer abrumados de las penosas

fatigas que les ocasionaba el auxilio de los moribundos, mientras se solicitaban nuevos informes favorables para la consecucion de la Real Licencia, que estaba aun paralizada.

Vinieron en efecto en clase de capellanes del obispo de Santa Cruz de la Sierra, los padres Domingo Pereda, y Alejandro Montalvo, y el hermano Juan Blanco, quienes tuvieron el sentimiento de no encontrar vivo á Don Gregorio Carrion, que habia sufragado los gastos de su viaje.

Corria el año de 1732 cuando llegó á Lima el Arzobispo Don Francisco Antonio Escandon, siendo ya Virey el señor Don José Armendariz, marqués de Castelfuerte quienes manifestaron mucho afecto por la religion;se aprovecharon los padres de esta circunstancia para pedirles informasen al Rey, lo necesaria y útil que era la fundacion de este instituto, acompañando el informe con el testimonio de los fondos con que ya se contaba, consistentes en las casas dejadas por Don Antonio Velarde y unas tierras en el pago de Santa Inés legadas por una señora llamada Da. Maria Valaunde. A mérito de dichos informes y documentos, el señor Don Felipe V. expidió su Real Cedula en 10 de Marzo de 1735 concediendo la licencia con la cual quedó legalizada la fundacion, que no logró ver realizada el padre Golbodeo por haber fallecido antes de la llegada de la Cédula.

Establecida ya radicalmente la religion en esta capital, el padre Juan Muñoz solicitó de la consulta general de la órden la licencia, para establecer noviciado, con facultad de recibir novicios naturales del pais.

El primer novicio, hijo de Lima, que tomó el hábito de la religion en virtud de la facultad concedida, fué el Dr. Don José de la Cuadra, catedrático de visperas de leyes de esta universidad, consultor del Santo Oficio y abogado de su real fisco-Agente fiscal del Rey y acesor de varios tribunales, sujeto distinguido por su vasta instruccion y manejo en los negocios públicos. Este caballero sin embargo de su alta colocación social y de disfrutar al año mas de diez mil pesos de tenta, descoso de abrazar el estado religioso, é inclinado á este instituto, sin haber comunicado á nadie su proyecto sino á su confesor, se presentó el 2 de Diciembre de 1743, en el convento, pidiendo á los padres por amor de Dios, le dieran el hábito, y que si le hacian esa gracia, al otro dia á las cuatro de la mañana, para que se evitara el ruido que causaria esta novedad, se presentaria para recibirlo. Asi se verificó vistiéndoselo el padre Juan Muñoz, lo que divulgado á pocos instantes causó una gran admiracion en toda

la ciudad.

Empezó y concluyó su noviciado el padre Cuadra con el fervor propio de una perfecta vocacion, dando ejemplo en la práctica de todas las virtudes y asistencia á los actos de comunidad. Profesó el 3 de Marzo de 1745 en manos del padre Prefecto Martin de Andrés Perez, y á los pocos dias fué ordenado

de sacerdote.

Sin embargo de ser presbitero y religioso, siendo ya Virey D. José Manso de Velazco, y hallandose sin asesor, aconsejado por algunas personas que conocian las virtudes y ciencia del padre José de la Cuadra, lo nombró para el desempeño de este cargo, y le pidió á la religion. Esta se opuso cuanto pudo, pero insistiendo el Virey, le ordenó el padre Prefecto se escusase él por sí manifestando los sólidos fundamentos en que apoyaba su escusa. Hizólo asi, pero el Virey por su decreto de 3 de Febrero de 1746, no le admitió la

[graphic][ocr errors][merged small][merged small]

PLAZUELA DE SAN PEDRO Y CALLE DE LOS ESTUDIOS.

renuncia y desempeñó el empleo largo tiempo con tino y sagacidad. El ejemplo dado por Cuadra fué de mucha utilidad para la religion, pues ademas de haberle donado 34000 pesos en plata sellada y la casa propia en que vivia cuando era seglar, atrajo á muchos caballeros de la primera nobleza á tomar el hábito.

Murió el padre José de la Cuadra lleno de merecimientos y con todas las señales de predestinado el 5 de Diciembre de 1752, habiendo permanecido en la religion nueve años y tres dias.

Las rentas del convento fueron despues aumentandose gradualmente, ya por razon de legados como por las adquisiciones que por si hicieron los padres hasta llegar á la suma de capitales de que en fincas rusticas y urbanas es hoy propietaria aunque recargadas con cerca de 700,000 pesos que reconocen á favor de algunos monasterios y de particulares.

[blocks in formation]

Tres fiestas al año de Nuestra Señora del Cármen costeadas por la devocion del R. P. Prefecto actual, D. Pedro Geldrez. cada una de ellas con sus respectivas novenas.

[blocks in formation]
« AnteriorContinuar »