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con 6.000 hombres, dirigiéndose por Toledo á Madridejos, donde llegó el 25 de junio. Mas no tardó en retroceder á la capital (29 de junio), porque no la creia segura de un ataque del enemigo (1).

Hé aquí la situacion militar de España á consecuencia de la campaña de la primera mitad del año 4809, de que tan magníficos resultados se habia prometido Napoleon con los 300.000 hombres que aquí tenia, tál como la describe un historiodor francés, ciertamente nada sospechoso de adicto á España. «La evacuacion de Galicia, dice, por los dos mariscales Soult y Ney habia entregado todo el Norte de España á los insurrectos... Toda la Galicia, las provincias portuguesas de Tras-os-Montes y de Entre-Duero-y-Miño, la raya de Castilla la Vieja hasta Cidad-Rodrigo, y parte de Extremadura desde esta última plaza hasta Alcántara, estaban en poder de los españoles, portugue ses é ingleses reunidos, sin contar el Sur de la península que les pertenecia exclusivamente... Habiéndose replegado Victor sobre el Tajo... el general es pañol Cuesta se habia dirigido del Guadiana hacia el Tajo frente por frente de Almaráz. En la Mancha el general Venegas, que habia reemplazado á Cartaojal en el mando del ejército del centro, amagó atacar al general Sebastian; el rey José tuvo que salir de Madrid con su gurdia; replegado Venegas, el rey se volvió á la capital. En Aragon el general Suchet estaba reducido á pelear cada dia con los insurrectos, à quienes no habia desalentado el sitio de Zaragoza; y en Cataluña Saint-Cyr meditaba sitiar las plazas fuertes de que estaba encargado, teniendo que sostener cada dia un combate con los sometenes, Hé aquí el espectáculo que en aquellos momentos presentaba la guerra de España.»>

Ya antes habia dicho este mismo escritor: «Mientras que con soldados que casi eran unos niños ponia término Napoleon en tres meses à la guerra de Austria, no podian sus generales, con los primeros soldados del universo, aniquilar unaз cuantas hordas indisciplinadas y un puñado de ingleses mandados con cordura. Eternizábase la guerra en España en detrimento de nuestro poderío, de nuestra gloria algunas veces, y en mengua de la dinastía imperial.a

(1) Entre los muchísimos datos y noticias que se encuentran en todas las historias y memorias de aquel tiempo acerca de las operaciones de la campaña que duró los seis primeros meses del año 1509, en ninguna parte los ballamos mejor y mas compen

diosamente resumidos que en la carta que el 26 de junio dirigió el mariscal Jourdan desde Madridejos al ministro de la Guerra, dándole cuenta de todo, así como de las inten ciones y propósitos del rey.

CAPITULO VII.

TALAVERA.--GERONA.

1809.

(De mayo á diciembre.)

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Decreto de la Central.-Su sistema político-Proposicion sobre llamamiento á Córtes.Fórmula del decreto.-Por qué no s' recibió con entusiasmo.-Operaciones militares. -Aragon: Blake, capitan general.-Formacion del segundo ejercito de la derecha.Accion y triunfo de Alcañiz -Derrota Suchet á los nuestros en María y en Belchite.Pasa Blake á Cataluña.-Extremadura.-Proyectos y errados planes de Soult.-Discur ren mejor el rey José y el marisal Jourdan.-Movimientos del ejército inglés. --Plan de campaña concertado entre Welles'ey y Cuesta.-Fuerza y posicio nes respectivas de los ejércitos francés y anglo-español.-Sale el rey José de Madrid con la guardia real y la reserva.-Hace retroceder á los españoles que avanzaban hácia la capital.-Tardanza de Soult en ejecutar las órden sd rey.-Sintomas y preparativos para una gran batalla.-Avistanse los ejércitos enemigos.-Célebre batalla de Talavera, la mayor que en esta guerra se habia dado.-Triunfo importante de los anglo-españoles.-Premios Wellesley es nombrado capitan general de ejército y vizconde de Wellington.-Discordias entre los franceses.-Desavenencias entre Cuesta y Wellesley.-Llega Soult con sus tres cuerpos de ejército á Extremadura.-Marcbitanse en el Puente del Arzobispo los lauros de Talavera.-Derroti los nuestros en Almonacid.-Retirase Venegas á

་་

Sierra Morena-Wellington con los ingleses se replega á la frontera de Portugal Cuesta es reemplazado por Eguía.-Resultado general de esta campaña para unos y otros.-José en Madrid: notables providencias de gobierno y administracion.—Cataluña. -Empeño de los franceses en to.nar á Gerona.-Reille, Verdier, Saint-Cyr.-Ejército siliador. Desventajosas condiciones de la plaza.-Admirable decision de las tropas y de los moradores de la ciudad.-Entereza, valor y heroismo del gobernador Alvarez de Castro. Operaciones del sitio: ataques: asaltos á Monjuich.-Pérdida y escarmiento de los franceses.-Bloqueo.-Somatenes.-Apodéranse los sitiadores de Monjuich con pérdida de tres mil hombres.-Obras de defensa en la ciudad.-Imperturbabilidad de Alvarez.-Socorre Blake la plaza-Proezas de don Enrique O'Donnell.-Emisarios enviados á intimar la rendicion á la plaza.-Son recibidos á metrallazos-Ataques, brechas, asaltos frustrados.-Intentan Blake y O'Donnell socorrer de nuevo la plaza.-Apodéra

se del convoy el enemigo.-Hambre horrorosa en Gerona: epidemia: cuadro desolador: constancia de los defensores: serenidad heróica de Alvarez: horrible mortandad de gente.-Congreso catalan en Manresa: no puede socorrer à Gerona.-Enfermedad y postracion de Alvarez: resigna el mando.-Imposibilidad de prolongar la resistencia.Honrosa capitulacion.-Lo que admiró á Europa este memorable sitio.-Dolorosa y trágica muerte de Alvarez.-Justas recompensas y honores tributados por la nacion á su heroismo.

Sucesos militares de grande importancia quedaban abocados. Lo admirable es que en tanto que el Austria, prevalida del levantamiento de España, y alentada con ver los ejércitos franceses ocupados y distraidos en nuestra península, declaraba por cuarta vez, ahora con gran confianza de buen éxito, la guerra al emperador francés; y en tanto que Napoleon, partiendo como el rayo del centro de España para prepararse á la lucha que le amenazaba otra vez por el Norte de Europa, improvisaba los ejércitos de conscriptos, y con aquella prodigiosa inteligencia y aquella actividad maravillosa que le babian hecho formidable al mundo, avanzaba con celeridad é intrepidez, franqueaba el Danubio, batía y derrotaba las enormes y disciplinadas masas del ejército austriaco, aterraba con la victoria de Essling, asombraba con la de Wagram, obligaba á pedir la paz de Altenburgo en el centro de la monarquía austriaca, y ter minaba asi aquella gloriosa y memorable campaña en los mismos y en menos meses que duró aqui la que dejamos descrita en el capítulo anterior; lo admirable, decimos, es que mientras allá Napoleon con ejércitos casi de reclutas daba cima á tan grande y tan difícil empresa, acá con las tropas mas aguerridas y los generales mas afamados del imperio, y con su hermano funcionando como rey en la capital, sus numerosas y veteranas legiones eran arrojadas de provincias enteras, y descalabradas y diezmadas por aquellos soldados bisoños, aquellos gefes inespertos y aquellos paisanos mal armados y peor vestidos que él tanto menospreciaba, y cuya total destruccion habia creido sería fácil tarea para unos pocos regimientos.

Antes de continuar la relacion de las operaciones militares que estaban preparadas, digamos algo de la marcha que al propio tiempo iba llevando el gobier no nacional. Noticiosa la Junta Central de Sevilla de haberse esparcido con motivo de la derrota de Medellin la falsa voz de que pensaba trasladarse á América, para desvanecer la alarma y aquietar los ánimos, publicó un decrete (18 de abril), declarando que solo en el caso de exigirlo la pública utilidad, ó de evidente peligro, mudaria de residencia. En su sistema político, continuaba en general apegada á las antiguas ideas, á pesar de la muerte de Floridablanca, que habia sino mirado como el obstáculo y la rémora para las reformas. Murmurábanlo los hombres ilustrados del pais, y lo censuraba el gobier

no de nuestros aliados. Al fin, la entrada en la Junta del intendente Calvo de Rozas, hombre enérgico y de ideas avanzadas, alentó al partido reformador representado por Jovellanos, renovó la proposicion ántes hecha de convocar las Córtes del reino (15 de abril), y esta vez la mayoría de la Junta la tomó en consideracion sometiéndola al exámen de las secciones. Agregóse á esto la continuacion del periódico liberal titulado Semanario patriótioo, que habia empezado á publicar en Madrid don Manuel José Quintana, en que se ventilaban cuestiones políticas, dándose con esto á la imprenta cierto ensanche que no se habia permitido hasta entonces: todo lo cual anunciaba cierto cambio en la marcha política del gobierno en el sentido que ya habian manifestado desear algunas juntas de provincia.

Examinada por las secciones y presentada á la deliberacion de la Junta plena la proposicion de llamamiento á Córtes, combatieron la los partidarios del régimen absoluto, pero defendiéronla y apoyáronla con calor los que más so distinguian por su saber y por sus luces, entre los cuales es escusado advertir que se contaba el ilustre Jovellanos. Tambien la aprobó el presidento marqués de Astorga, con lo que se vió de cuánta importancia habia sido que este magnate reemplazase en la presidencia al conde de Floridablanca. Mostróse el mas decidido y avanzado de todos el bailío don Antonio Valdés, que sobre el principio de que no debería quedar institucion que no se reformase, salva la religion católica y la conservacion de la corona en Fernando VII. y su dinastía, presentó un proyecto de decreto. que pareció excesivamente libre y por lo tanto peligroso en aquellas circunstancias. Redactóse por lo mismo, y se aprobó y publicó otro (22 de mayo), en que se anunciába, b1jo una fórmula mas vaga, «el restablecimiento de la representacion legal y conocida do la monarquía en sus antiguas Córtes, convocándose las primeras en el año próximo, ó ántes, si las circunstancias lo permitiesen.>>

Bien que este decreto fuese la piedra fundamental para la reconstruccion del edificio de la libertad política de España, no excitó el entusiasmo que so creyó produciría entre los amantes de ella, asi por no haberse prefijado la época precisa de la reunion, como por disponerse en uno de sus artículos quo acerca del modo de convocarse y constituirse las primeras Córtes se consultaría á varias corporaciones y personas, en tanto que una comision de la Junta se ocuparía tambien en preparar los trabajos necesarios para ello: dilatorias que daban desconfianza y disgusto á los impacientes, esperanza y ánimo á los enemigos de la institucion. Efecto semejante produjo otro decreto (25 de junio), restableciendo el antiguo y supremo Consejo de España é Indias (1) quo

4) Real decreto de 25 de junio de 1809, nombrando los ministros que han de com

tan opuesto se habia mostrado á toda reforma, ó por mejor decir, y era lo que más se sentia, la refundicion de todos los demas Consejos en aquel solo. De otro efecto habia sido el de 2 de mayo, confiscando los bienes de los principales afrancesados (4).

Aunque las operaciones militares de mas importancia estaban indicadas en el Mediodía de la península, justo es hacer mérito de las que en otros puntos habian tenido lugar, bien que no fuesen de tanta cuenta. En Aragon, rendida que fué Zaragoza, quisieron los franceses aprovechar aquellos momentos de quebranto y de luto para apoderarse de las plazas fuertes de aquel antiguo reino, á cuyo fin fué destinado el 5.o cuerpo. Lográron lo sin gran dificultad con las plazas de Jaca y de Monzon: esta última, evacuándola el gobernador Ansoátegui y los vecinos al ver la respetable fuerza que contra ella iba; la

poner el Consejo y Tribunal Supremo de Es paña é Indias, creado por otro real decreto de la misma fecha.

El Rey nuestro señor don Fernan do VII., y en su real nombre la Suprema Junta Gubernativa de España é Indias, consecuencia de lo determinado por su de. creto fecho en este dia, estableciendo la nueva planta del Consejo Supremo de E paña é Indias, ha venido en nombrar los su gelos de que debe componerse por ahora el espresado Tribunal, en la forma siguiente, por el orden y antigüedad aqui señaladas don José Joaquin Colon, decano; don Manuel de Lardizabal y Uribe; el conde del Pinar; don Francisco Requena; don José Pablo Valiente; don Sebastian de Torres; don Antonio Ignacio Cortavarria; don Ignacio Martinez de Villela; don Antonio Lopez Quintana; don Miguel Alfonso Villagomez; don Tomás Moyano; don Pascual Quilez Tolon; don Luis Melendez Bruña; don Juan Miguel Perez Tafalla, y don Ciriaco Gonzalez Carvajal: para fiscales á don Nicolás Ma ría de Sierra y don Antonio Cano Manuel: para una de las Secretarías generales del mismo Consejo á don Esteban Varea, encargándose por ahora del despacho de ambas. Y habiendo tenido á bien establecer una contaduria general para las dos Américas, ha nombrado por contador general á don José Salcedo. Y en atencion á las actuales circunstancias disfrutarán por ahora todos los expresados ministros individuos del Consejo el mismo sueldo que gozaba respecti

vamente cada uno por sus anteriores destinos. Tendréislo entendido, y dispondréis lo conveniente á su cumplimiento.-El marqués de Astorga, Presidente.-En el Alcázar de Sevilla á 25 de junio de 1809.—A don Benito Ramon de Hermida.»

(1) Real decreto de 2 de mayo de 1809.

Art. 1. Serán confiscados todos los bienes, derechos y acciones pertenecientes á todas las personas de cualquiera estado, calidad ó condicion que fueren, que bayan seguido y sigan el partido francés, y señaladamente los de don Gonzalo de O'Farrill, de don Miguel José de Azanza, del marqués Caballero, del conde de Campo de Alange. del duque de Frias, del conde de Cabarrus, de don José Mazarredo, de don Mariano Luis de Urquijo, del conde de Montarco, de don Francisco Xavier Negrete, de los marqueses de Casacalvo, de Vendaya, de Casa PaJacios y de Monte Hermoso, de don Manuel Romero, de don Pablo de Arribas, de don José Marquina y Galindo, del marqués de San Adrian, de don Tomás de Morla, de don Manuel Sixto Espinosa, de don Luis Marcelino Pereira, de don Juan Llorente, de don Francisco Amorós, y de don José Navarro Sangran, cuyos sugetos, por notoriedad, son tenidos y reputados por reos de alta traicion.

11. Cualquiera de ellos que sea aprehendido será entregado como tál al Tribunal de seguridad pública para que sufra la pena que merecen sus delitos.

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