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en diferentes ocasiones espusieron algunos diputados lo prudente que sería que la representacion se trasladára á lugar mas seguro y no espuesto á una sorpresa enemiga, y donde pudiera dedicarse á sus tareas mas sosegadamente. Aunque este punto se trató siempre en sesiones secretas, en que cada cual podia emitir mas francamente su parecer y espresar sus sentimientos sin la presion que ejerce el temor á la censura pública, pocos fueron, siempre los que opinaron por la traslacion, los más combatieron fuertemente la idea como antipolítica, en razon al mal efecto que causaria aquella medida en la nacion, prefiriendo correr allí todos los riesgos á dar al país un ejemplo de debilidad, cuyas consecuencias podrian ser funestas. Decidióse al fin la cuestion en votacion nominal, votando 84 por la permanencia, solo 33 por la traslacion. Unicamente aceptaron mudarse á Cádiz tan pronto como cesára la epidemia, á cuyo efecto se acordó habilitar la iglesia de San Felipe Neri.

Táles fueron las principales ocupaciones de las Córtes en el corto y trabajoso, pero ya fecundo período desde su instalacion hasta terminar el año 1810. Dias de gloria histórica preparaban á la nacion española los escogidos del pueblo en circunstancias tan críticas y solemnes.

TOMO XII.

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Soult recibe orden para ir en ausilio de Massena. -Las tropas españolas de Portugal vuelven á Extremadura.-Muerte del marqués de la Romana.-Pereza y lentitud de Soult y su causa.-Parte á Extremadura. Toma á Oivenza.-Sitia à Badajoz.Briosa conducta del gobernador Menacho.-Operaciones de Mendizabal.-Ahuyéntale Soult.-Pérdida grande de los nuestros.-Honrosa y desgraciada muerte de Menacho. -Flojedad de su sucesor.-Rendicion de la plaza.-Sensacion que este suceso hace en las Cortes.-Ocupan los franceses á Alburquerque, Valencia y Campomayor. -Acontecimientos en Andalucía.-Expedicion del general Peña.-Movimientos del mariscal Victor.-Accion del cerro del Puerco.--Operaciones navales.-Debates en las Cortes sobre el resultado de la espedicion y el comportamiento de los gefes ingleses y españoles.-Bombas arrojadas sobre Cádiz.-Expedicion de Zayas al condado de Niebla y su resultado.-Célebre retirada del ejército francés de Portugal.-Habilidad que muestra y reputacion que gana en ella Massena.-Conducta de Wellington.-Acciones que sostienen los franceses.-El mariscal Ney.-Trabajos y penalidades que pasan.-Buella de sangre y desolacion que van dejando en el pais.-Disidencias entre los generales: márchanse algunos: disgusto de Massena. -Franquea el ejército francés la frontera de Castilla.-Auxiliale Bessières.-Se repone.-Viene à Extremadura el general inglés Beresford. - Apoderase de Campomayor que abandonan los franceses.-Cruza el Guadiana.-Castaños general en gefe del 5.o ejército español.-Latour-Maubourg toma el mando del 5.° cuerpo francés.-Toma Beresford á Olivenza.-Pretende el embajador inglés que se dé á Wellington el mando de varias provincias españolas. -Niégalo la Regencia.-Firmeza y patriotismo de Blake.-Aprueba el consejo su con

Qucta.-Vuelve el ejército francés à entrar en campaña.- Accion de Fuentes do Choro entre ingleses y franceses.-Regresan éstos á tierra de Salamanca.-Sale la guarnicion francesa de Almeida volando los muros.-Retírase Massena á Francia.Reemplázale Marmont.--Espedicion de Blake con ejército à Extremadura.-Reúneso á Castaños y à Beresford-Acude tambien Soult desde Sevilla con ejército en socorro de Badajoz.-Sitúase el ejército anglo-lusitano-español en la Albuera — Van á buscarle los franceses.-Famosa batalla de la Albuera.-Glorioso triunfo de los aliados.-Premios que decretan las Córtes.-Elogio de Blake y los españoles en el parlamento británico. Renuévase el sitio de Badajoz.-Reunion de ejércitos ingleses y franceses en Extremadura.-Levántase el sitio.-Retirase Wellington á Portugal.-Vuelve Blake ú Cadiz.-Regresa Soult á Sevilla.

Volvamos otra vez la vista bácia los movimientos y las operaciones militares, de que no es facil apartarla mucho tiempo en guerra tan viva y de la cual estaba pendiente la suerte del reino.

Importaba más que todo á Napoleon, siempre y con preferencia atento á arrojar los ingleses de la península española, proteger y auxi iar cuanto pudiese al mariscal Massena, á quien dejamos á fines de 4840 en Portugal frente al ejército anglo-portugués de Wellington, á sus formidables posiciones do Torres-Vedras y á la nueva cadena de fuertes con que habia acabado de ceñirlas y hacerlas inexpugnables. No creyendo Napoleon bastantes à sacar á Massena de la comprometida situacion en que se hallaba los refuerzos que lo llevaron los generales Drouet, Claparède y Gaidanne, ni los tres mil hombres con que le acudió el general Foy, el mismo que á costa de mil peligros habia ido de Portugal á París á informarle del verdadero estado de aquel ejército espedicionario en que tenia puesta toda su confianza, mandó al mariscal Soult que a toda costa se pusiera en comunicacion con Massena y le diera la mano, siquiera tuviese que abandonar la Andalucía; porque para el emperador todo era secundario, todo de poca monta ante la idea de destruir cl ejército inglés, objeto predilecto que no se apartaba nunca de su mente.

Wellington esperaba tambien refuerzos de Inglaterra. De alli habia venido el mariscal Beresford á reemplazar al general Hill, que tuvo que retirarse por enfermedad. El plan de Wellington era enviar á Extremadura estas tropas, juntamente con las divisiones españolas que se le habian unido, con objeto de que interponiéndose entre Soult y Massena les impidiesen la comunicacion. Mandabanlas don Martin de la Carrera, don Carlos O'Donnel! y don Carlos do España, y todas se pusieron en movimiento; pero el marqués de la Romana que las gobernaba como general en gefe, cuando se disponía á partir, falleció repentinamente de una aneurisma en el cuartel general de Cartaxo (23 de enero, 4811), teniendo con tal motivo que guiarlas como gefe en la espedi

cion el general don José Virués. Cualesquiera que fuesen las prendas y condiciones que faltasen al marqués de la Romana para constituir un buen gencral, como hemos observado en varias ocasiones, adornábanle otras que le hacian recomendable, y al través de algunos desaciertos y errores habia prestado servicios de mucha estima à su patria, y las Córtes asi lo reconocieron, acordando que se pusiese una inscripcion honrosa en su sepulcro.

Pero el duque de Dalmacia (Soult), que tardó algo en recibir las órdenes de Napoleon, porque las primeras fueron interceptadas por las guerrillas españolas, tampoco se apresuró á ejecutarlas despues de recibidas. Sentía por una parte dejar las provincias andaluzas, donde ejercia una autoridad ilimita da y las miraba como una especie de patrimonio suyo, y por otra no le era muy agradable ir á ayudar á Massena á la conquista de Portugal, de cuya empresa, caso de salir bien, éste y no él seria quien recogeria el fruto y la gloria. Asi fué que se movió perezosamente: dió no obstante sus disposiciones, señaló los generales y las fuerzas que habian de quedar en Sevilla y en Córdoba, y reuniéndose al mariscal duque de Treviso (Mortier) que mandaba el 5.0 cuerpo, partió á principios de enero camino de Extremadura con unos 23.000 hombres y 54 piezas, sin contar unos 3.500 del ejército del centro con que el general Labousaie se adelantó á Trujillo. Pero huyendo do entrar desde luego en Portugal, y alegando no ser conveniente dejar á la espalda plazas españolas, pidió y obtuvo de Napoleen el permiso de atacar las plazas de Olivenza y Badajoz antes de invadir el Alentejo; sistema y conducta que muchos le censuraron, entre otros el mariscal Jourdan, que lo dejó asi escrito en sus Memorias.

Mandaba las tropas españolas de Extremadura don Gabriel de Mendizabal, que con la entrada de Soult se replegó por Mérida hacia la derecha del Guadiana. La division de Ballesteros, que obraba hacia el Condado de Niebla dándose la mano con Copons, fué perseguida por el general Gazan, que la dispersó y tomó parte de su artillería. Soult avanzó sobre Olivenza, plaza española desde el tratado de Badajoz de 4801, descuidada, ademas de ser de suyo débil. Atacada por el general francés con piezas de grueso calibre, fácil le fué rendirla (22 de enero), quedando prisionera de guerra la guarnicion, inclusos 3.000 hombres que Mendizabal tuvo el mal acuerdo de enviar donde iban á servir más de embarazo que de defensa.

Ballesteros, que á este tiempo recibió de la Regencia el nombramiento do comandante general del Condado de Niebla, despues de embarcarse Copons con sus tropas para la Isla de Leon, sostuvo en Villanueva de los Castillejos un porfiado y honroso combate (25 de enero) contra los generales franceses Gazan y Remond, causándoles bastante pérdida, y retirándose después por

escalones á Sanlúcar de Guadiana. Como luego observase que Gazan se corria hácia Badajoz, á cuya plaza se encaminó el duque de Dalmacia despues de la toma de Olivenza, renovó sus correrías, embistió y sorprendió á Fregenal, donde cogió unos 100 prisioneros (16 de febrero), y antes de terminar el mes tornóse al Condado, donde habia quedado solo Remond, y desde luego le forzó á retirarse del otro lado del rio Tinto (2 de marzo), suceso que puso en cuidado á los franceses que guarnecian á Sevilla, en términos de tener que salir el gobernador Darican en auxilio de Remond. Manejóse no obstante tan diestramente Ballesteros que en la noche del 9 sorprendió à Remond en Palma, cogióle dos cañones y bastantes prisioneros, y disponíase á marchar arrojadamente hacia Sevilla cuando le detuvieron 1 s malas noticias que do Extremadura iban llegando.

Habia en efecto, como indicamos, dirigidose el mariscal Soult desde Olivenza á acometer la plaza de Badajoz, capital de la Extremadura, sita á la orilla izquierda del Guadiana, guarnecida por unos 9.000 hombres y gobernada por el mariscal de campo don Rafael Menacho, hombre de acreditado valor y firmeza. Despues de distribuir Soult sus cincuenta y cuatro piezas en diferentes baterías colocadas en varios pun'os, comenzaron aquellas el 28 de enero á abrir la trinchera. El 30 hicieron los sitiados una vigorosa salida, á pesar de la cual intimó el francés la rendicion á la plaza (1.o de febrero), á que contestó Menacho con briosa respuesta. Mendizabal, que habia colocado las divisiones venidas de Portugal á la derecha del Gévora (rio que se junta allí con el caudaloso Guadiana), protegidas por el fuerte de San Cristóbal, trató de meterse en Badajoz, á cuyo fin mandó á don Martin de la Carrera que ahuyentase la caballería enemiga, operacion que ejecutada con habilidad y denuedo permitió á Mendizabal entrar en la plazi con su infantería (6 de febrero). Con esto se animaron los sitiados á hacer al dia siguiente una salida, dirigiendo la empresa don Carlos de España. Destruyeron aquellos algunas baterias é inutilizaron algunas piezas, mas como no hubiesen podido clavarlas todas, rehechos los franceses y repelidos los nuestros, con las que quedaron útiles hicieron sobre los españoles estrago grande, perdiéndose 700 hombres, algunos bravos oficiales entre ellos. A los dos dias volvió á salir Mendizabal de Badajoz, desembarazando la plaza de la gente inútil, y dejando la guarnicion reducida á los 9.000 hombres de ántes, situóse á la márgen opuesta del Guadiana, apoyándose en el fuerte de San Cristóbal.

Nuestros contratiempos comenzaron verdaderamente el 11 (febrero), apoderándose los franceses del fuerte de Pardaleras, que guarnecian 400 hombres, metiéndose en él por un punto que obligado por la fuerza tuvo la debilidad de señalarles un oficial prisionero: salvóse no obstante mucha parte de

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