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do, y tanto mas inconcebible, cuanto ya antes de su nacimiento el célebre Hooker habia demostrado la falsedad de sus principios, aunque sabiamente impugnado por dos insignes filósofos (1) de la misma nacion, se ha reproducido en nuestros dias con adiciones y modificaciones, sin otro objeto que el de sostener el vacilante gobierno tiránico, disfrazar su odiosidad, obscurecer los derechos y prerogativas naturales del hombre, esparcir una densa nube, que interceptando las comunicaciones de la luz no nos deje ver lo que cumple á nuestro provecho, entorpecer los movimientos, retardar los pasos que hemos dado hacia el bien, adormecernos en los errores y preocupaciones de nuestra mala educacion y que ha fortificado la supersticion, arrancar de nuestras manos el precioso don de la libertad que apenas empezamos á asir, y envolvernos en todos los males del moribundo despotismo.

17. No es esta ocasion oportuna para refutar sériamente tan desvariado sistema. Los sabios y personas ilustradas no necesitan de nuestras reflexiones para despreciarle, y los ignorantes no se hallan todavía en estado de comprehenderłas. Sin embargo para precaver los funestos resultados de aquella doctrina, y los males que propagada por agentes interesados puede producir en los hombres sencillos é incautos, haré una breve digresion ciñéndome precisamente á mostrar la flaqueza y debilidad del cimiento sobre que se ha levantado y estriba aquel ruinoso edificio.

18. Las socidades políticas, dicen, los reinos y los imperios son obra de la naturaleza y no del ciego acaso ni de la libre eleccion o invencion de los hombres. Las mas populosas naciones casi nada en su orígen asi como los grandes rios se han derivado de un corto número de individuos de una sola familia, crecieron sucesivamente por la reunion de muchos pue

(1) Sidney: Discours sur le gouvernement. Locke: Du gouvernement civil

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blos y ciudades, las cuales debieron su origen al conjunto de varias familias, asi como estas al padre comun del género humano. Dios le dotó de inteligencia, y le confirió un poderío real, absoluto é ilimitado sobre su posteridad: todos sus descendientes quedaron obligados á reconocer y respetar la soberana autoridad paternal derivada de la misma naturaleza y confirmada por la ley inviolable del Criador. La primera familia que hubo en el mundo fue el primer pueblo, y el primer padre el primer soberano. Multiplicadas las familias se multiplicaron las sociedades y los estados, siempre bajo el gobierno del gefe subalterno ó del padre que les dió el sér, cuya autoridad comunicada por la generacion era la misma y del mismo linage que la del autor 6 padre universal de la sociedad. Estos gefes ó cabezas de familia fueron los primeros Reyes, soberanos absoIutos y legisladores de sus pequeños estados, y gozaron de todos los derechos, de todos los atributos de la soberanía sin dependencia de pactos y convenciones humanas: gobierno que fue y debe ser segun las intenciones del Criador el fundamento, el modelo y la norma de todos los gobiernos. La autoridad política no es mas que un desarrollo de aquella autoridad primitiva y original: á ninguno es permitido introducir otras formas ni variar el plan trazado por el supremo Legislador de los hombres..

19. Este sueño, ó mas bien delirio político, se desvanece con las reflexiones siguientes. La autoridad paterna y el gobierno patriarcal, el primero sin duda y único que por espacio de muchos siglos existió entre los hombres, no tiene semejanza ni conexion esencial con la autoridad política, ni con la monarquía absoluta, ni con algunas de las formas legítimas de gobierno adoptadas por las naciones en diferentes edades y tiempos. La autoridad paterna se puede y debe considerar bajo de dos aspectos, ó como calidad inherente al padre como padre, derivada de la misma paternidad, y segun la relacion que dice á sus

hijos menores, que no habiendo todavía llegado á la edad de discrecion, son incapaces de regirse á sí mismos, ó como atributo ó derecho de cabeza de familia; y con respecto á los diferentes miembros de ella, hijos emancipados, mugeres de estos, nietos, parientes, criados, domésticos y familiares.

20. La autoridad paterna bajo la primera consideracion proviene de la naturaleza, precede á toda convencion, es independiente de todo pacto, invariable, incomunicable, imprescriptible: circunstancias que de ninguna manera convienen ni son aplicables á la autoridad política, y menos á la monarquía absoluta. Este género de gobierno le introdujo el tiempo, la necesidad y el libre consentimiento de los hombres: es variable en sus formas y sujeto á mil vicisitudes. La autoridad suprema de cualquier estado ó nacion es única dentro del mismo estado, excluye toda autoridad pública, y no es compatible con otro supremo poderío. Al contrario la autoridad paterna es la misma hoy que en tiempo de Adan y de los patriarcas: ha existido y existira siempre idéntica é invariable en todos los paises del mundo, en todos los estados y sociedades, y se acomoda con todos los gobiernos.

21. Es propiedad esencial de la monarquía que el supremo poderío esté depositado en una sola persona; pero la autoridad paterna reside en dos, porque no es peculiar del padre, ni le corresponde exclusivamente: la madre egerce la misma superioridad é imperio sobre sus hijos, y estos deben asi al uno como al otro igual respeto, sumision y obediencia; porque el poder y la autoridad de los padres proviene de la obligacion que tienen de proveer à la conservacion y perfeccion del fruto de la sociedad conyugal: y no puede haber duda en que es un deber de ambos á dos cuidar de la seguridad de la vida de los hijos, criarlos, alimentarlos, cultivar su espíritu, y proveer á sus necesidades durante la imperfeccion de su infancia y minoridad, y hasta que recobren el uso de la razon, y con ella la libertad natural. La subordinacion y obediencia de los hijos á aquellos de quienes recibieron la existencia se funda en la generacion, á la cual concurre y contribuye la madre por lo menos tanto como el padre. De aqui es que las leyes positivas de Dios mandan á los hijos honrar y obedecer asi á la madre como al padre: Honra à tu padre y átu madre (1). Hijos, obedeced à vuestros padres y à vuestras madres (2.)..

22. El soberano, el depositario de la autoridad política bajo cualquier forma de gobierno es legislador, tiene sobre sus súbditos derecho de vida y muerte, y puede castigar con el último suplicio á los delincuentes. Pero los padres no egercen este imperio sobre sus hijos, los cuales faltos de razon y de libertad propiamente no estan sujetos á ley: ni pueden disponer de su vida, porque son unos meros egecutores de la ley de naturaleza, que les obliga bajo la mas estrecha responsabilidad, á procurar por todos los medios posibles la conservacion de la obra del Criador. El niño recien nacido, dice un sábio naturalista, incapaz todavía de usar de sus facultades, de sus órganos y de servirse de sus sentidos, necesita de todo género de socorros: es una viva imágen de la miseria y del dolor, y mas débil en aquellos primeros tiempos que ninguno de los animales: su vida incierta y vacilante parece que debe acabar por momentos; y solo muestra la fuerza y actividad necesaria para explicar con llantos y gemidos sus necesidades y provocar de este modo la conmiseracion y los desvelos de sus semejantes. Perecieran irremediablemente si la benéfica Providencia no hubiese constituido á los padres guardadores y gobernadores de sus hijos, y confiadoles la disciplina de su educacion y perfeccion en el ór

(1) Exod. xx, 12-
(2) Epist. ad Ephes. vi, 1.

den fisico y moral para que algun dia puedan ser útiles á sí mismos y á sus semejantes.

23. Son pues los padres en los designios de la Providencia otros tantos instrumentos para la egecucion del gran plan de la propagacion y multiplicacion de la especie humana. El poderío de los padres mas es un privilegio de los hijos que una prerogativa de la paternidad, y no es tanto una dignidad como una carga y un yugo sumamente pesado. Por eso grabó el Criador en su corazon un amor tierno y generoso capaz de contener y templar los excesos y abusos del poder, y de esforzarlos para sufrir las incomodidades, tolerar los trabajos y vencer las dificultades inseparables del oficio de padre. Este afectuosísimo amor que la naturaleza les ha inspirado prueba evidentemente que su fin y blanco no fue darles un poder entero ni autorizarlos para gobernar arbitrariamente y sin límites, sino que este poder y gobierno fuese subordinado al bien y provecho de los hijos, y a la salud y conservacion de estos preciosos gérmenes de la repoblacion del género humano.

24. La autoridad política es permanente y perpetua asi como la sociedad; pero la de los padres tiene sus limites, es temporal y se halla ceñida por la naturaleza á un corto período. Se funda en el derecho de tutela, la cual fenece con la minoridad. Los hijos no estan ligados á los padres ni sujetos á sus órdenes ni pendientes de su voluntad sino por el tiempo que necesitan de ellos para su crianza, educacion y perfeccion: estos lazos son semejantes á las fajas y mantillas de que necesita la flaqueza de la niñez: la edad robusta liberta á los niños de todos esos embarazos y opresiones. Por el mismo estilo luego que la disciplina de la educacion cesa, y los hijos llegan á sazon de razonar y de proveer á su conservacion y subsistencia y de poderse gobernar á sí mismos, aquel lazo natural se disuelve. Exentos los hijos y libres del imperio y jurisdiccion de sus padres y estos de los

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