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» que et de pedir y suplicar: congresos inútiles, in» fructuosos y que no han producido mas que tur» baciones y males."

98. No satisfecho el gobierno arbitrario con haber violado tan descaradamente la ley fundamental de la monarquía, que dictaba imperiosamente la celebracion de córtes en los casos en ella indicados, se mandó por el ministro de Gracia y Justicia al redactor y á los individuos encargados de la edicion del código nacional conocido con el título de Recopilacion, obra indigesta y sembrada de errores y contradicciones (1), fárrago de legislacion y de historia, que suprimiese en la novísima edicion aquella y otras leyes (2) constitucionales y sagradas: hecho políticamente sacrilego y el mas criminal en sus fines y designios, que no pudieron ser otros que borrar de la memoria de los hombres aquel precioso monumento, baluarte en otro tiempo de la libertad nacional, y que ni aun restase idea de tan célebres congresos.

99. Roto el dique que tenia como represado el ambicioso furor de los Príncipes y que pudo contener por espacio de muchos siglos las irrupciones y tentativas del poder arbitrario, la generosa y libre España se vió casi de repente anegada en todos los males de la tiranía, males que describe (3) bellamente don Alonso el sabio diciendo: «Los tiranos aman mas » de facer su pro maguer sea á daño de la tierra, que » la procomunal de todos, porque siempre viven á

(1) Véase lo que sobre este propósito hemos podido decir en el Ensayo histórico-critico sobre la antigua legislacion, núm. 456 y 458.

(2) Las echamos de menos luego que se publicó aquel código, aunque ignorábamos las causas de su omision. Se descubrió este misterio de iniquidad en la sesion del dia 26 de enero de 1811 de las córtes generales y extraordinarias. Véase el tom. 3 del Diario de dichas pág. 106 y sig.

(3) L.'x, tit.,

Part. II.

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"mala sospecha de la perder. Et porque ellos pudie» sen complir su entendimiento mas desembargada» mente... usaron de su poder siempre contra los del » pueblo en tres maneras de artería: la primera es que, puñan que los del su señorío sean siempre nescios » et medrosos, porque cuando atales fuesen non osa"rian levantarse contra ellos ni contrastar sus volun»tades: la segunda, que hayan desamor entre sí de » guisa que non se fien unos dotros, ca mientra en » tal desacuerdo vivieren non osarán facer alguna fa"bla contra él por miedo que non guardarien entre » sí fe nin poridat: la tercera razon es que puñan de " los facer pobres... Et sobre todo esto siempre pu» ñaron los tiranos de astragar á los poderosos et de » matar á los sabidores, et vedaron siempre en sus » tierras cofradías et ayuntamientos de los homes,"

100. Se multiplicaron progresivamente estos males durante el gobierno de los Príncipes austriacos; crecieron y echaron hondas raices en el pasado siglo: llegaron á colmo y cargaron de lleno sobre nosotros bajo el último reinado. El mayor de todos por sus consecuencias, el mas peligroso, el mas incurable y el origen de nuestras presentes desgracias y de las que amenazan á la posteridad es la general y crasa ignorancia en que estaba España acerca de su arriesgada situacion y del infeliz estado de sus verdaderos intereses. Yacia el pueblo español en un profundo olvido de sus prerogativas, de su dignidad y de sus derechos: sin las primeras nociones de libertad civil y política, sin ideas de constitucion ni de leyes fundamentales ni de cortes, sin saber que estas habian sido en todos tiempos el apoyo de la monarquía y el remedio de los males políticos de la nacion, no reconocia mas ley que la voluntad del monarca y los caprichos de sus ministros, Habituado á sufrir silenciosamente las humillantes vejaciones del despotismo, á arrastrar las pesadas cadenas de la tiranía y aun persuadido que era un deber suyo tolerar todos los

desórdenes del gobierno, en medio de ellos vivia entregado á vanas confianzas, y se creia feliz: ni le inquietaba el temor de perder su independencia, ni le acometia el deseo de recuperar su libertad.

101. Sin embargo el estado preternatural y violento en que se hallaba la república no podia ser durable. Cuando los vicios y desórdenes del gobierno llegan á cierto punto y los abusos á chocar con los principios constitutivos del órden social, es indispensable ó que el estado los corrija ó que la sociedad perezca. Las inquietudes y agitaciones de todos los gobiernos de Europa, los movimientos convulsivos de todos los cuerpos políticos de esta parte del mundo, las ideas ambiciosas y empresas afortunadas del gefe de uno de los mayores imperios, las alteraciones que hemos visto verificarse en muchos estados eran otros tantos síntomas que anunciaban la proximidad ó de una extraordinaria revolucion en España ó de grandes mudanzas y reformas en su constitucion y gobierno. En uno y otro caso convenia mucho difundir las luces, preparar la nacion é instruir al pueblo.

102. Con este fin publiqué en el año de 1808 el Ensayo histórico-crítico sobre la antigua legislacion de los reinos de Leon y Castilla: fruto de prolijas investigaciones sobre nuestra jurisprudencia nacional y de la mas séria y combinada meditacion de hechos históricos, memorias y documentos preciosos poco conocidos, olvidados ó despreciados por nuestros escritores, sin embargo de que en ellos se encuentran las semillas de la libertad española y los fundamentos de los derechos del ciudadano y del hombre. Me propuse por objeto principal de aquella obra trazar un cuadro de nuestras antiguas instituciones y de las leyes mas notables de los cuadernos y códigos nacionales con sus luces y sombras á fin de promover la reforma de nuestra jurisprudencia y mostrar la absoluta necesidad que habia de la copilacion de un nuevo código civil y criminal. Tambien se han indicado en

ella los medios adoptados por nuestros padres para conservar su independencia y las principales leyes fundamentales de la monarquía española y de la antigua constitucion de Castilla, para que el público las conocieseg y conociéndolas, hiciese de ellas el debido apre cio y suspirase por su restablecimiento y diese algun paso para mejorar de situacion.

103. En lo uno y en lo otro hubo tan pocà liber tad como demasiado recelo y temor; y fue necesario paliar las dolencias y males inveterados, ocultar mu chas verdades, disfrazar las ideas y reservar su genui na exposicion para tiempo mas favorable y oportuno. Porque entónces ¿quien osára descubrir los vicios y desórdenes del gobierno arbitrario? ¿Hablar de cortes, de constitucion, de derechos nacionales, de poner limé tes á la desmesurada autoridad de los Reyes, y refre nar su despotismo?

104. A pesar de la moderacion, cautela y precauciones con que he procedido en la extension de mis ideas, de las que fue necesario sacrificar muchas al silencio, la obra se consideró por unos como novedad peligrosa, por otros como una indecorosa cen sura del gobierno. Y si bien todos hacian su elogio, pero muchos aseguraban que no sería posible obtener la necesaria licencia para su publicacion. Por for tuna se cometió el exámen de ella á un ilustrado ministro del consejo Real, que tan dignamente ocupa hoy un alto puesto en el gobierno; y con su cen sura, que mas bien se puede llamar elogio, se publicó cuando ya las tropas francesas ocupaban la capital del reino, y el gobierno español caminaba apre suradamente á su total disolucion: acaecimientos po co favorables á las letras y que impidieron que la obra se propagase por las provincias y ciudades del reino y que apenas se conociese, salvo en Madrid,

105. Una reunion de circunstancias inesperadas é imprevistas y la mas afortunada casualidad hizo que los egércitos franceses evacuasen en fin de julio de

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1808 la capital y provincias que tenian ocupadas en el centro del reino,, y que al cabo se reconcentrasen en un estrecho ángulo del Pirineo dejando libre ca→ si todo el suelo español: momento precioso que con venia aprovechar estableciendo desde luego un go bierno sólido, activo, emprenedor y capaz de lles var adelante la grandiosa y dificilísima empresa de salvar dac patriac A los sabios correspondia disponer los ánimos, extender las sanas ideas y ayudar al go bierno preparando la opinion yndestruyendo los obs táculos que á los nuevos establecimientos suelen opo ner las preocupaciones vulgares y la fuerza de la costumbre y los vicios de la esclavitud. Los talentos, aprovechando entonces una coyuntura itan; favorable á la libertad de escribir y pensar, desplegaron sus fa cultades y derramaron sus luces indicando con mas ó menos solidez el camino que convenia seguir y los mer dios que era necesario adoptar! Los escritos publicados en esta razon mostraron mas bien el buen deseo y celo de sus autores que su instruccion en el est tudio de lachistoria y de la moral públicacia excep cion de uno ú otro de mérito los mas se tuvieron en po ça estima. Es probable que el patriotismo, el celo y la emulacion hubiese multiplicado y mejorado los escritos; pero dal supremal junta central comenzó á obrar imitando lai conducta de los despotas, consagrando el erFor y perpetuando la ignorancia y entorpeciendo los movimientos progresivos del espíritu humano.

106. Entre tanto ni se consolidaba el gobierno ni habia un plan sabiamente combinado para perseguir ó contener los egércitos de Bonaparte, que no dor mia ni ser descuidaba, ni tropas bien provistas, disciplinadas y aguerridas para egecutarlo caso que le hubiese. Las juntas provinciales, llamadas supremas, agitadas de diferentes pasiones obraban separadamente y siempre por principios opuestos é intereses encontrados, y de consiguiente sin aquel espíritu de union enque consiste la fuerza del cuerpo político y que es como

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