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DISCURSO

leido al inaugurar sus trabajos la sección literaria de la sociedad

SANCHEZ OROPESA,

en la noche del día 31 de Diciembre de 1888.

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A Sociedad "Sánchez Oropesa," cumpliendo una de las obligaciones que

se impuso en sus estatutos, y reali zando uno de sus más vivos deseos, inaugura en esta noche sus trabajos literarios. No estando aún definitivamente organizada la sección que debe tomar á su cargo estas tareas, no ha hecho la elección de Presidente, y por este motivo, siéndolo yo de la Sociedad, me ha tocado dar principio á nuestros estudios, leyendo este discurso. ¡Empeño doblemente satisfactorio para mí, porque me proporciona la oportunidad de dar un testimonio público de agradecimiento á las personas que han organizado esta modesta fiesta de familia, y de decir algo en elogio de las letras á cuyo culto he consagrado los

breves ratos de solaz que he robado á ocupaciones de otro género!

¡Grato es para nosotros, señores, vernos tras largos años de apartamiento y de desvío, reunidos de nuevo en esta casa, que fué el abrigo de nuestra infancia, y el limitado teatro donde se desarrollaron las variadas é interesantes escenas de nuestra primera juventud! El amor puro y desinteresado de las ciencias y de las letras tiene para nosotros dobles atractivos, cuando viene unido al recuerdo de nuestros pesares comunes y de nuestras comunes alegrías. Al través de los años nos reconocemos todos como miembros de una sola familia, y alimentados por la misma doctrina, conservando las mismas tradiciones, hemos puesto nuestra asociación bajo el amparo de un nombre. por todos venerado, consagrando así la memoria de un sacerdote respetable, cuyos beneficios han llegado hasta nosotros.

Pero si han sido grandes y sinceros mis deseos de obsequiar la invitación que se me ha hecho de hablar en esta ocasión no han sido menores las dificultades que he experimentado cuando me he detenido á meditar por un momento, en el asunto que debiera elegir como tema de este discurso Se trata, señores, de un discurso inaugural, y éste debiera ser una obra pulïda y acabada, mo.

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