de cuanto se le ha propuesto por las Córtes; la singular benignidad con que se ha dignado confirmar á los pueblos sus derechos, y el permiso que anteriormente tiene concedido á las ciudades y villa de voto en Córtes, para representar lo que consideren beneficioso á la causa pública y servicio de S. M.

Al paso que no puede ser mayor la consideracion que S. M. tiene por el Reino, no puedo dejar de expresarle como testigo de estas deliberaciones con los Señores Asistentes, que aunque nunca dudaba yo del celo y amor del Reino á la sagrada persona de S. M., he tenido la mayor complacencia del acierto de los votos, y de las luces con que se han tratado las materias importantes que forman el objeto de las presentes Córtes, cuales son la sucesion legal y conforme á nuestras costumbres y leyes en la Corona de España; la incompatibilidad de los estados y mayorazgos que excedan de ciertas cuantías, para evitar se confundan y extingan las familias ilustres y antiguas del Reino; la moderacion de nuevas vinculaciones reduciendo á ley y reglas prácticas lo que desearon nuestros políticos y mayores; el abono de los mejoramientos en los edificios y terrenos sujetos á vinculacion ó gravámen perpétuo para sacar estas haciendas del decadente estado en que se hallan por esta causa y mala inteligencia de la ley de Toro.

Finalmente advierto así en los dictámenes particulares sobre los referidos asuntos, como en lo perteneciente al cerramiento de tierras, nuevos plantíos y conservacion de montes comunes y en los de dominio privado los medios de que prosperen, y de que se atajen los abusos ó gravámenes que se oponen al comun deseo.

Todas estas luces que se deben á los dignos represen

tantes del Reino que componen las presentes Cortes, servirán á la posteridad de ejemplo y de una grata memoria, cabiéndome á mí y á estos Señores Asistentes el honor de testificar tan útiles deliberaciones.

Estando, pues, Señores, terminadas las Córtes, y atendiendo el Rey á evitar la incomodidad á los que las componen por la cercanía del temporal rigoroso, ha resuelto cerrarlas el dia cinco de noviembre próximo con toda solemnidad, asistiendo su Real persona á este acto.

El Señor Marqués de Villacampo, Caballero Procurador primero por Búrgos, respondió á S. I. en la forma siguiente:

Ilustrísimo Señor: Un Rey que dedicado desde su exaltacion al trono á promover incesantemente el bien y felicidad de su reino, se ha dignado dispensarle las mayores y mas singulares mercedes que podia apetecer en las presentes Córtes, colmándolas con la asistencia de su augusta persona para cerrarlas: á mas de servir á la posteridad de ejemplo, y de la mas grata memoria, como ha manifestado V. S. I. excita en este dia la estrecha obligacion de los que tenemos el honor de representar el mismo Reino á manifestar su reconocimiento y gratitud á S. M.; pero yo á quien ha cabido la suerte de llevar su voz no encuentro expresiones bastantes para desempeñarlo; y así suplico á V. I. que pues con los Señores Asistentes ha sido el dignísimo Presidente de estas Córtes, sea tambien V. I. el que asegure y confirme à S. M. en nuestro profundo reconocimiento, y en el mas eficaz deseo que tiene el Reino de sacrificarse por la conservacion de la importante vida de S. M., de la de la Reina nuestra Señora, Serenísimo Señor Principe, su augusta familia, y por su soberanía y gloria: añadiéndose este

nuevo motivo que aumentará nuestro agradecimiento por el aprecio que V. I. con los Señores Asistentes ha hecho de nuestros anhelos en desempeñar los importantes asuntos que S. M. se ha dignado encargarnos.

Con lo cual tocó la campanilla S. I., y levantado de su puesto salió del Salon con los Señores Asistentes y les acompañó el Reino en la misma forma que lo ejecutó en los dias anteriores, y quedó disuelta la junta del Reino, de que certificamos y hacemos fée-Agustin Brabo de Velasco y Aguilera-D. Pedro Escolano de Arrieta—(Siguen sus rúbricas).

ACTO DEL CERRAMIENTO DE LAS CÓRTES

en el Palacio Real donde vino S. M. desde el Escorial en el dia 5 de diciembre.

Formalidad con que se ejecutó.

Arenga del Señor Gobernador.

Disputa entre Burgos y Toledo sobre quien ha de responder: lo resuelve S. M. y habla Burgos.

Respuesta de S. M.

Besan la Real mano los Caballeros Procuradores y se retiran acompañando al Señor Gobernador á su posada, en la cual nombran ocho Caballeros Diputados que pasen en su nombre á besar la mano á la Reina nuestra Señora.

En la villa de Madrid á cinco de noviembre de mil setecientos ochenta y nueve, habiendo tenido S. M. la benignidad de venir el dia de hoy desde el Sitio de San

que

Lorenzo al palacio de esta villa, y señalar las once de su mañana para presentarse á su Real persona los Caballeros Procuradores de las treinta y siete ciudades y villa tienen voto en Córtes, á fin de cerrarlas con la misma formalidad y solemnidad en que se hizo y se sirvió presenciar su apertura en el dia diez y nueve de septiembre de este año, señaló tambien el Ilustrísimo Señor Conde de Campomanes, Gobernador del Consejo y Presidente de las Córtes, las nueve de la misma mañana para que concurriesen á su posada los Señores Asistentes, Caballeros Procuradores y nosotros los Escribanos mayores de ellas; y pasados á este fin los avisos correspondientes concurrieron todos á dicha hora. Y enterado S. I. de hallarse juntos los Caballeros Procuradores hizo entrar á su despacho á los de Búrgos, para enterarles de las formalidades que debian observarse en Palacio, y que lo dijesen á sus compañeros, como lo hicieron, para que se guardase el órden y ceremonial que correspondia y se expresará.

Pareciendo á S. I. que era ya la hora de salir, por ser cerca de las diez, nos dió órden á los Escribanos mayores de Córtes para que fuésemos á tomar el coche y que en seguida lo hiciesen los Caballeros Procuradores segun el órden y lugar que correspondia á cada uno por su respectiva ciudad y villa, y se ejecutó en la forma siguiente.

Primeramente iban los dos Escribanos mayores de Córtes en su coche con cuatro alguaciles delante montados con sus varas en la mano.

A los Escribanos mayores de Córtes seguian los Caballeros Procuradores de Cuenca, y despues por su órden las ciudades y villa que se siguen:

A los Caballeros Procuradores de esta ciudad seguia el Señor Secretario de la Cámara D. Manuel de Aizpun y Redin, el Ilustrísimo Señor D. Santiago Ignacio de Espinosa, y en el último y mas preeminente lugar fué presidiendo el Ilustrisimo Señor Conde de Campomanes, Gobernador del Consejo y Presidente de las Córtes, llevando al vidrio á los Ilustrísimos Señores D. Pedro Perez Valiente y D. Juan Acedo Rico, y delante de la carroza veinte alguaciles de la Casa y Córte de S. M., montados con las varas en las manos, y detrás de la carroza iba la silla de manos de S. I. y los coches de sus caballeros pajes.

En esta forma y con dicho órden salió el Reino de la