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INFORMACIÓN de servicios del Capitán

Gómez Arias Dávila.

Año 1550

Probança de servicios.

SACRA CESÁREA CATÓLICA MAGESTAD:

El Capitán Gómez Arias Dávila, vezino de la ciudad de Guánuco, pidió en esta Real Audiencia se tomase ynformación de los servicios que á V. M. a fecho en estos Reinos, conforme á la Ordenança que sobre esto dispone, la qual se tomó, y es ésta que á V. M. se envía.

Parece por ella, cómo estando en la provincia de Nicaragua, supo cómo el Visorrey Blasco Núñez Vela estava en la provincia de Popayán rreformándose de gente para contra Gonçalo Piçarro, y que se ofreció á la Real Audiencia de los Confines para benyr en su socorro con gente, y que el Audiencia Real le proveyó por Capitán, é hizo algunos soldados para ello; é que, queriéndose embarcar, supo la muerte del Visorrey, y cesó su yda; y cómo allí rrecibió carta del Licenciado Pedro Gasca, en que le mandava que se partiese luego é fuese á la costa destos Reynos del Pirú para ir la jornada contra Gonçalo Piçarro en su acompañamiento; é parece que se embarcó y fué en su busca, y que á la punta de los Manglares encontró la Real armada, á la qual proveyó de bastimentos que llevaba, y que le hizo buen socorro por la necesidad que parece que llevava en aquella sazón; y cómo el Presidente Gasca le eligió por Capitán de ynfantería, y con el dicho cargo y soldados

T. V. 23

Información.

que hizo sirvió en la jornada hasta que se halló en el valle de Xaquixaguana en la prisión y castigo de Gonçalo Picarro. Por lo qual tenemos entendido que ha servido con zelo de buen vasallo, y por esta causa cabrá en él la merced que V. M. fuere servido hazerle.

UIA.

De V. C. C. M. criados, que sus Reales pies besan.
EL LICENCIADO CIANCA. EL DOCTOR BRAVO DE SARA-
EL LICENCIADO FRANCISCO DE SANCTILLÁN.

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MU PODEROSO SEÑOR:

Gómez Arias Dávila, vezino de la ciudad de Guánuco, en la provança de servicios que he hecho, á V. A. digo: Que demás de los dichos servicios de que e hecho ynformación, después de dada aquélla he servido á V. A. en lo siguiente:

Primeramente: que, luego que se supo el alçamiento de Francisco Hernández, me embié á ofrecer á esta Real Audiencia para benir á servir á V. A., como después lo hize, y bine á esta ciudad muy bien adereçado de armas y caballo y criados para servir á V. A. en la guerra contra el dicho Francisco Hernández, en la qual serví en todo lo que en ella se ofreció; y quando se supo que baxaba al valle de Pachacama, quatro leguas desta ciudad, yo fuí con gente á correr el campo y saver quándo allí llegase, y así estuve en el dicho valle hasta que llegó, y bolví á dar nueva á vuestro exército Real; y después me hallé en todas las escaramuças que allí ovo hasta que el dicho Francisco Hernández se rretiró; hallándome siempre en la delantera, y haziendo en todo como vuestro muy leal vasallo.

2. Yten: después de rretirado el dicho Francisco Hernández, fué en compañía de Pablo de Meneses, vuestro Maese de Campo, desde Pachacama, en seguimiento del dicho tirano y su gente, hasta el valle de Yea, donde rrebolvió sobre nosotros con toda su gente por saver que héramos

pocos, dándonos alcance hasta que nos desbarató en Villacuri; en todo lo qual me hallé siempre en la retaguardia, recogiendo los nuestros y deteniendo los enemigos, poniéndome siempre al mayor peligro; y así, estando cercado de ellos, me escapé por gran bentura con otros muchos, abiéndome rrovado todo lo que llevaba.

3. Yten: después de buelto el Campo á esta ciudad, y Francisco Hernández ydo la buelta del Cuzco, yo bolví en compañía de vuestros Oydores en seguimiento del dicho tirano; y en todo el discurso de la guerra, hasta que el dicho Francisco Hernández fué desbaratado, siempre serví con mucha calidad, sustentando amigos y gente en mi compañía; con los quales y con más gente que se me dava corría el campo muy á la continua, é yba á parte donde vuestros Oydores y Comisario de la guerra me mandavan; en todo lo qual siempre procuré dar buena quenta de lo que se me encargava, como lo hize.

4. Yten: estando en vuestro exército sobre Pucará, y allí el dicho tirano con sus secaces aguardándole, ubo muy gran falta de pólvora por no haber llegado la que yba desta ciudad, por lo qual los dichos vuestros Oydores y General de la dicha guerra me embiaron con cantidad de gente. para benir con ella y traerla con brevedad, porque se tuvo aviso del campo de Francisco Hernández que la salían á tomar; y llegado que fué con la dicha gente al tambo de Chungara, donde encontré con la dicha munición, rrecibí una carta de vuestros Oydores, que mandavan que, bista aquélla, con mucha brevedad binyesen con la dicha pólvora é munición, porque tenía aviso del Campo de Francisco Hernández Girón que, por falta della y de la gente que por ella avía salido, quería dar la batalla. Y entendido esto por mí, y que si así fuese yo no podría llegar á tiempo que pudiese aprovechar por no haver llegado toda la dicha pólvora é munición, por rrecoger lo que atrás quedaba embié delante tres azémilas cargadas de pólvora, la qual embié con Astudillo Montenegro con gente y guías, para

que por una traviesa que salía por vuestro Real exército, andando de día y de noche, á tiempo que si se saliese el dicho Francisco Hernández á travar escaramuças ó dar batalla, se asegurase con ella la bitoria, como Nuestro Señor fué servido que se hiziese; en lo cual hize muy notable servicio á V. A. Y después, el propio día, yo llegué con la dicha gente y resto de la munición, y me hallé en todas las escaramuças que después ubo hasta que el dicho tirano se acabó de desbaratar.

5. Yten: después que el dicho Francisco Hernández salió huyendo de Pucará, y se tuvo por cierto que yba á la vuelta de los llanos, vuestros Oydores mandaron y proveyeron al Maestre de Campo que lo siguiese y otros capitanes y gente para tomalles la delantera al balle de Xauxa, de los quales fuí yo uno; y llegados que fuímos al dicho valle, se supo por cosa cierta cómo el dicho Francisco Hernández benía por allí, por lo qual los Capitanes Juan Tello de Sotomayor é Miguel de la Serna me dixeron, pues yo tenía experiencia de las cosas de la guerra, tomase á mi cargo el dar horden en lo combenía para el efecto á que aviamos allí venido, de manera que por falta della no se nos fuese el dicho Francisco Hernández. Yo lo acepté é hize todo lo posible, buscando hastas y hierros de picas, porque no trayamos ninguna ni se podía hazer esquadrón; y ansí dió orden como se hiziesen, estando de día y de noche en el campo con la gente, hasta que llegó el dicho Francisco Hernández al dicho balle.

6. Yten: llegado que fué el dicho Francisco Hernández, luego otro día pasó el río, y biniéndose derecho donde nosotros estávamos, y determinado de pelear, yo los salí á rreconocer, y vista su determinación bolví á hazer marchar la gente; y así fuí delante del esquadrón, hasta que Francisco Hernández, vistas las banderas y determinación. que llevábamos contra él, empezó á tomar otro camino, desviándose de nosotros é subiéndose por un cerro arriba; y así, yendo marchando la gente para ver donde podía

ir á parar, yo tomé una travesa para reconocer sus desinios, y vi que abya tomado un fuerte donde nos esperaba, lo qual hize saber á los dichos Capitanes, para que marchasen con la dicha gente en buena orden hasta llegar á tiro de arcabuz del fuerte donde estava, como se hizo.

7. Yten: llegada la gente y començada á tirar el arcabuzería de una parte y de otra, é visto por Francisco. Hernández que se le pasava alguna gente, salió de su fuerte con determinación de morir allí; y como yo le conocía y me allé más cerca, arremetí hasta llegar á los braços, y por mi persona lo rrendí y prendí, como parece por su confisión de que hago presentación; y así preso y desbaratado lo truxe en mi poder á esta ciudad, donde lo entregué con prisiones en la cárcel para que vuestros Oydores hiciesen de él justicia, como se hizo, y con ella se acabó su rrebelión y tiranía.

8. Ytem: después desto vuestro Visorrey me proveyó por Gobernador del descubrimiento y Governación del Nueuo Ymperio, adonde avyendo gastado de my hazienda más de treynta mill pesos, haziendo toda la jornada á costa mía, fuí al dicho descubrimiento con número de ciento y quarenta hombres, y padecí muy grandes trabajos, hambre y necesidades y enfermedades, poniendo mi persona á todo peligro, é yendo á pie toda la mayor parte de la jornada, por ser toda é la más tierra de monte y travajosa, todo por servir á V. A. como siempre he hecho. De la qual jornada, después de aver andado mucha tierra y aver estado cerca de la buena, según tuvimos por nueba, por engaños é traiciones de los yndios é guías é lenguas que llevábamos nos perdimos, por querernos mostrar el camino y traernos por muy espeças montañas, hasta que compelidos y necesitados de la hambre, é por los muchos enfermos que á esta causa avya, me fué forçado rretirar é me rretiré á una provincia adonde avía dejado resto de la gente que llevé al dicho descubrimiento, para reformarnos allí y volver á proseguir la dicha jornada, donde llegué al punto de

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