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jóven Soberano, y éste, interrumpida su marcha diferentes veces por la muchedumbre, correspondia con candorosa sonrisa á tan estrepitosas aclamaciones. Llegado al campo de la Verdad, se presentaron al Rey los Infantes Don Juan Manuel y Don Juan, y á su presencia dimitieron públicamente el cargo de Tutores entregándole las cartas. blancas y los sellos que éstos mandaron hacer para gobernar el Reino, cuya entrega hizo tambien despues de cuatro dias el Infante Don Felipe. Concluida esta ceremonia, regresó Don Alonso á la Villa entrando por la puerta del Campo, donde volvió á ser saludado con entusiasmados vivas.

En 13 de Agosto de 1325, dia de San Hipólito, cumplió el Rey la edad de quince años y se le concedieron en estas Córtes cinco servicios y una moneda, para que pudiese poner en egecucion los vehementes deseos que manifestaba de salir á recorrer sus dominios; en cambio confirmó todos los fueros, franquezas, libertades y privilegios que los Reyes sus antecesores generosamente concedieron á los pueblos: respondió además en 12 de Diciembre del mismo año á las cuarenta y dos peticiones que le presentaron los Procuradores de los Concejos. Permaneciendo aun éstas congregadas, se ocupó muy especialmente en todo lo relativo á las inmunidades y prerogativas del Estado Eclesiástico, y en representacion de éste, los Prelados, Ordenes Militares y Monasterios le presentaron treinta y seis peticiones, en que expusieron á su consideracion los agravios y vejaciones que contra sus privilegios y leyes del Reino habian recibido en aquellos tiempos. Don Alonso, deseoso del acierto, acompañado de su Consejo, empleó dos meses en su exámen y revision, al cabo de los cuales, en 27 de Febrero del año siguiente, respondió á ellas separadamente, dando á este

cuaderno, tan beneficioso al Cero, fuerza de les pidada ea Cortes. (a,

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Inauguró Don Alonso su entraia en la mano stad dando á Valladolid, en estas mismas Cortes, par pro THE heredad una matitad de peaus, y more eins, a de Portillo, la Revilla, Comcasto, Carunt, a Patrija, la Torre, Aldea de San Munes, Campo, Adenes, A.deamayor, Linares, la Parrilla, Campacation Renau, y repartió los odcios te ia sasa Ben mure aquelas parsonas de toda su coniana pie e pareri nas i pr posito para su desempeño. Nanes par memrist Consejo á Dun Marta Fernandez Le Ives. 2 AM, Í Doo Niño Perez, Aaaf te Santaner tambien del te a Reina Loña Mira te vina, a hus tre Pero, á Garniasa te a Team & Suez Osorio, dando a Amarize wires & 1/5 jadio de Enja Jamato de Las hints Inn in Ma nuel y Don Jian, in tante 2 bin real i estos tres alt.mos Jerana tema te a rum del Rey, Samierin nilenc primerio le Vailatondus Leasing juris puesto distante in glas te da iman. Eli aran amoos estranha nianza sura e due, Sailicamos e as mas formates 1 enne jruments, ? sancing ademas. Jara nawr irnesa le asuinr

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introducir la division entre ellos, con cuyo objeto, de acuerdo con su Consejo, envió un secreto mensage al Infante Don Juan Manuel, pidiéndole por esposa á su hija Doña Constanza, que ya estaba prometida al Infante Don Juan. Conociendo Don Juan Manuel lo ventajoso que le sería el matrimonio de su hija con el Rey, condescendió desde luego á sus proposiciones, y separándose con fingidos pretextos del Infante Don Juan, partió de Cigales con su bija á la villa de Peñafiel, donde se arreglaron las capitulaciones matrimoniales en presencia del Infante Don Felipe y de su muger Doña Margarita, que desde Valladolid habian ido á aquella Villa con este objeto y con el de acompañar á Doña Constanza á Valladolid, donde la esperaba el Rey.

Llegó ésta con su padre el Infante Don Juan Manuel á esta poblacion en el mes de Noviembre de 1325, y en 28 del mismo se celebraron los desposorios, cuyo acontecimiento se solemnizó por los Vallisoletanos con suntuosas y variadas fiestas. Don Alonso en esta ocasion honró á su suegro el Infante Don Manuel, dándole el Adelantamiento de la frontera, cargo que en adelante desempeñó con denodado valor, consiguiendo innumerables victorias contra los moros de Andalucía. Doña Constanza permaneció por mucho tiempo en Valladolid, mientras el Rey recorria sus dominios, y á pesar de no haberse consumado el matrimonio, Don Alonso en todas las cartas y privilegios librados en esta época denomina á Doña Constanza Reina de Castilla.

En el año siguiente de 1326 el dia 2 de Agosto, con gran sentimiento del Rey y de toda la Córte, murió en Valladolid el Abad de Santander, Don Nuño Perez de Monroy, Canciller de la difunta Reina Doña María y Consejero de su nieto el Rey Don Alonso XI. Su cadáver

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su confederado el Infante Don Juan Manuel, no renunció por eso á su temerario propósito y salió de Cigales con el objeto de excitar á los Reyes de Aragon y Portugal para que vinieran á recobrar los pueblos y fortalezas que antiguamente pertenecieron á sus Reinos, y que por los sucesos de las guerras poseía entonces la corona de Castilla. Mas esta mal urdida trama no llegó á ponerse en egecucion porque el Rey Don Alonso, recelándose del Infante alguna premeditada venganza, le mandó venir á Toro bajo de falsos pretextos, y luego que estuvo en su poder mandó darle la muerte en 1.o de Noviembre del mismo año, dia de todos los Santos.

Las nuevas de este trágico suceso atemorizaron de tal modo al Infante Don Juan Manuel, que abandonando el Adelantamiento de la frontera se retiró con sus vasallos, fortificándose en los castillos de sus Estados, sin que las repetidas seguridades que el Rey le ofrecia fuesen bastantes á desvanecer sus sospechas. El Rey de Portugal, aprovechando esta mala inteligencia de Don Alonso con el Infante Don Juan Manuel, propuso al Rey por esposa á su hija Doña María, y aceptado por Don Alonso, quedó igualmente concertado el matrimonio de Doña Blanca, hija del Infante Don Pedro, con el hijo primogénito del Rey de Portugal, y para evitar que Don Juan Manuel se apoderára de su hija Doña Constanza que estaba en Valladolid, la mandó trasladar al alcázar de Toro.

Mientras estos negocios ocupaban la atencion del Rey Don Alonso, se advertía en el Reino un disgusto general al ver la mala inversion de las rentas de la Corona que con público escándalo se repartian entre Don Alvar Nuñez Osorio, Don Garcilaso de la Vega y el judio Jucef, que habian llegado á poseer la confianza del Rey. Algunos pueblos levantaron la voz contra Don Alvar Nuñez Osorio,

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