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prender al instante varios gefes entre los cuales fueron > los coroneles Quiroga y Arco-Agüero.

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Esta indecible perfidia llenó á todos los ánimos de indignacion mas bien que de terror. Todos manifestaban el mayor sentimiento de verse tan alevosamente engaña> dos. La suerte que parecia amenazar á los presos ocupaba todos los corazones generosos, y enardecia á todos > sus amigos determinados á efectuar un plan en que es> taba comprometida la nacion y la seguridad personal de » todos los cómplices. En consecuencia el dia 13 del mis» mo mes, esto es despues de cinco dias, varios oficiales » y patriotas se juntaron, para determinar los medios de › añudar otra vez los hilos de la trama que acababa de desbaratarse, y llevar á cima una empresa tan gloriosa. Otros patriotas de los mas ardientes se reunieron en Gibraltar con el mismo objeto, y resolvieron establecer » en Cadiz una junta central encargada de la correspon> dencia con todas las juntas particulares que se formarian >> en los regimientos, y de la direccion de sus operaciones. » Por desgracia, la epidemia, interrumpiendo las comunicaciones, retardó la ejecucion de aquel plan. Pero >> es invencible el patriotismo en los primeros ímpetus del >> entusiasmo, y aquellas tristes ocurrencias facilitaban el viajar con pasaportes fingidos. Entretanto, se sondeaba » la opinion de los dudosos, se animaba á los que pare»cian determinados, y se iba iniciando á los soldados en > el arcano.

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« Se acercaba la época aplazada para el embarco de las » tropas, y era preciso apresurar la conspiracion. Era > necesario nombrar un gefe; mas no habia entre los generales quien mereciese bastante confianza para desem

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peñar un papel tan brillante. La eleccion quedó dudosa por mucho tiempo, y recayó en fin sobre el coronel Quiroga, detenido en Alcalá de los Gazales, quedando designado para gefe del estado mayor el coronel ArcoAgüero tambien detenido en Cadiz en el castillo de S. « Sebastian.

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CAPÍTULO IV.

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De la opinion de la nacion española sobre la revolucion desde la sublevacion del ejército espedicionario, en la isla de Leon, en Enero de 1820, hasta al dia 7 de Marzo del propio año, en que se obligó al Rey á firmar la constitucion.

Tenemos la grandísima ventaja de poder citar, para esta época, en favor de la buena opinion de la nacion española, el testimonio de dos gefes del partido republicano, Moreno Guerra (6), diputado por Córdova, y Evaristo S. Miguel actualmente ministro de relaciones esteriores.

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« Un ejército se destinaba á oprimir á los habitantes del Rio de la Plata, y el genio de la libertad española quiso que de un principio tan funesto resultase un bien tan grande; en el círculo de este ejército se hizo la revolucion, » y no en otra parte, como algunos pretenden, para dis» minuir su mérito ; los planes que antes se habian fraguado dejaron de servir con el desgraciado suceso de Vidal en Va» lencia (7), y todos ó la mayor parte de sus autores estaban incapacitados de obrar, por cuya razon nos quedamos

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reducidos á nuestro círculo : y aunque el movimiento fue segundado en casi todos los puntos de la península, y por

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» tan heroica resolucion es menester confesar que se decí» dieron los destinos de la nacion, y se libertó al ejército de San Fernando del gran compromiso en que se hallaba » ya en febrero á pesar de todo, nadie podrá disputarle la gloria del pronunciamiento; pero como mi intento se dirige á la manifestacion de ocurrencias posteriores, he creido solamente hacer una ligera reseña de ciertos antecedentes para no presentar á mis lectores unas observaciones sin bases, y sin principios fijos.

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» El conde del Abisbal, hostigado por el traidor Sarsfield, >> y otras personas interesadas en la ruinosa

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América, nos dió el desgraciado 8 de Julio de 1819; la » revolucion quedó suspensa por entonces; pero diré en » honor de la verdad, que este gefe tomo medidas tan » tenues, y la persecucion fue tan suave, aunque yo fuí uno de los tres mas perseguidos, que quedó en ser todo el

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plan, que fue el mismo que tuvo lugar en 1 de Enero » de 1820.

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Riego desenvainó la espada en las Cabezas, le siguieron algunos valientes, arrostraron toda clase de peligros que > ya en el febrero llegaban á su colmo; mas, á pesar de todo, » la libertad venció, y la Constitucion se proclamó en toda la estension del territorio español; fue necesario, antes de todo, satisfacer el prestigio militar, acostumbrado á grandes > decoraciones ningun general estaba entonces por la libertad, pues esta idea no pasaba de los gefes de batallon, y el galon tercero, que por una casualidad se hallaba en >> las vueltas de la casaca de Don Antonio Quiroga, decidió de su eleccion

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El Sr. de S. Miguel, que entonces era gefe de estado mayor de Riego, ha referido la primera campaña del

heroe que le apadrinaba. No se puede manifestar mejor la fidelidad del pueblo español á su Rey, y los buenos sentimientos de las tropas que no habian entrado en la conspiracion.

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« La inaccion en que se hallaban las tropas nacionales de » la ciudad de San Fernando, y lo infructuoso de algunas >> tentativas para apoderarse del punto importantísimo de Cadiz, obligaron al general Quiroga á hacer salir una › columna ligera que proporcionase al ejército los recursos de que se hallaba exhausto, esparciese manifiestos, atrajese al partido algunos cuerpos que se suponian vacilantes, é , hiciesen ver por último que no era el miedo el que tenia á las tropas encerradas, como querian dar á entender los enemigos del bien público.

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» Esta columna, mandada por el comandante general de » la primera division Don Rafael del Riego, compuesta de » 1500 hombres, salió de la ciudad de San Fernando el » 27 de Enero con direccion á Chiclana, cuya barca acabó > de pasar á medio dia:

» Sin hacer alto en Chiclana, que se atravesó á los gritos » de viva la Constitucion, la columna hizo noche en Conil; » cuyas autoridades civiles lo abandonaron á su entrada. » Este fue el primer rasgo que hizo conocer la dispocision » del pueblo....

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... Como el objeto principal de su mision era apoyarse » en el patriotismo de los pueblos, se debia aprovechar de toda coyuntura y de todos los medios de ponerlo en movimiento. Los amigos de Gibraltar indicaban el pueblo de Málaga como un teatro de grandes acontecimientos, con tal de que se presentasen las tropas nacionales. Cartas > anónimas recibidas de esta última ciudad daban las mas >> brillantes esperanzas. B3

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CLIVART

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.El general O-Donnell se hallaba á nuestra retaguardia, > el gobernador de Málaga nos esperaba con su guarnicion » puesta en defensa ; mas era ya indispensable seguir adelante » con la empresa. Tales eran por otra parte los colores con » que nuestros amigos de Gibraltar nos habian pintado el patriotismo de los malagueños, que nada nos intimidó » ni nos dėtuvo....

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» Nos vimos en las puertas de la ciudad á las ocho de la noche. La columna encontró las calles muy iluminadas, mas; » sea efecto de que se nos temiese por salir de una refriega, » sea por el desmayo en que se hallaba todo el mundo, se presentó poca gente por las calles, y se contentaron con algunos vivas desde las ventanas....

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. El Comandante general tuvo impulsos de marchar del Colmenar hácia Granada mas las tropas del general Eguia » se hallaban ya en Loja, y la esperiencia de lo sucedido » en Málaga no animaba á hacer tentativas de esta clase, » sobre todo en pueblos de ciertas circunstancias....

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.La columna se halló fin á la cabeza del puente de por » Córdova que atravesó sin oposicion, entonando como siempre » la cancion guerrera. Es indecible la admiracion y el asombro > con que los habitantes de Córdova presenciaron la entrada de » la columna, que no pasaba entonces de trescientos hombres. » Las calles estaban todas llenas de gentío, cuyo silencio. » indicaba bien la sorpresa y pasmo que les causaba nuestro > arrojo.

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El corto número de nuestra tropa no permitia por otra » parte cubrir todas las avenidas de un pueblo para estar entera> mente al abrigo de un ataque repentino. A eso de las cuatro ⚫ de la tarde del mismo dia se avistaron columnas de caballería

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