Conocida la falta de un tratado elemental que facilitase á la juvenlud dedicada a la carrera mercantil, el conocimiento de los derechos y deberes del comerciante, varios fueron los eruditos y respetables escritores que intentaron llenar este vacio ; pero no lo consiguieron, ora porque unos se limitaran á determinado ramo de los infinitos que abraza esta carrera , ora porque otros se ocuparan en cuestiones controvertibles de la ciencia económico-politica, y ora porque ninguno se propuso tratar directa y esclusivamente del derecho mercantil, sin duda por no recordar que este conocimiento es tan indispensable al comerciante como al letrado: olvidáronse de que al primero su carrera le coloca en el lugar de donde la ley saca al Prior y al Cónsul que debe administrar justicia en el Tribunal de Comercio, al paso que el segundo se verá mas de una vez en el caso de sostener este mismo derecho. El ilustrado y laborioso don Casimiro Rufino Ruiz ha sido, en nuestro entender, el que mas se ha acercado á instruir al comerciante en los deberes que su ejercicio le impone: él ha sido el primero que, con la publicacion de sus Máximas mercantiles o deberes reciprocos de comerciantes y dependientes, ha fijado la instruccion primaria del comerciante, y el que le ha demostrado las reglas de la moral mercantil; sin embargo, tan recomendable obra no ha podido evitar que la junta de comercio de Cataluña dijera con razon (1): QUE SE CARECE TODAVIA DE UNOS ELEMENTOS DEL DERECHO MERCANTIL ESPAÑOL. (1) En su anuncio convocando á oposicion á una cátedra de derecho mercantil, en 3 de mayo de 1845 Modificado en parte el Código de Comercio, y reformada en algunos casos la ley de 24 de julio de 1830, es hoy mucho mas sensible la lalta del tratado que nos hemos animado á publicar. En él nos circunscribimos á lo dispuesto en las leyes en la parte que trata del derecho, y por separado presentamos las nociones que creemos necesarias é interesantes al comercio, y conveniente y útil å las demas carreras. Distantes de cuestiones económico-politicas, de ninguna clase las ponemos; demostranios las doctrinas que mas crédito nos merecen os datos que tenemos por mas exactos; sin censurar opiniones de otros , emitimos las que nuestro convencimiento nos dicta; y si nada decimos que У no sea trivial y demasiado conocido al letrado y al comerciante inteligentes, tampoco juzgamos necesario el advertirles que tratado elemental no se escribe para ellos : lo escribimos para la juventud, procurando hacerlo en el estilo sencillo de la didáctica; y si bien pudieramos como el arquitecto aspirar a la gloria de ver nuestro nombre sobre el edificio construido con materiales que otros acumularan, nuestra ambicion queda satisfecha con haber intentado ser útil á la patria que nos vió nacer. PARTE PRIMERA. ERECHO INTRODUCCION. Comercio. COMERCIO, en la acepcion que usaremos esta palabra, es la negociacion Definicion. y tráfico que se hace comprando, vendiendo ó permutando unas cosas por otras, ora sea dentro de una plaza ó país, ora esportándolas ó importándolas del estrangero, ora trasladándolas de uno á otro punto del Globo. Desde que los hombres principiaron á reunirse en sociedad, se vieron Origen del en la precision de cambiar mutuamente los frutos de sus cosechas, ó ma- comercio. nufacturas; la civilizacion acrecentaba esta necesidad, y tocando el inconveniente de que á unos les era imposible adquirir lo que otros poseian, por carecer de efectos que aquellos admitiesen en permuta, adoptaron para facilitar los cambios distintos objetos de comun aprecio, hasta que se fijaron en el uso del oro, plata y cobre; á cuyos metales dieron una figura y valor convencional, de que despues hablaremos. Al paso que se aumentaba la ilustracion eran mas las necesidades de los hombres, y produciendo un país frutos ó manufacturas que al clima ó conocimientos de otros no les era dado, se dedicaron al comercio con las naciones vecinas. El Egipto fue el primer pueblo que por su adelanto en la navegacion, Su historia. estendió su comercio á paises estraños, desplegando la mayor actividad en el tráfico interior y esterior; pues al paso que se apasionaba á las producciones del Oriente, que consumia, esportaba muchas de las propias, cuidando que la balanza de riqueza estuviese de su parte. Los fenicios siguieron el ejemplo dado por los egipcios y aun hicieron mas estensa sus relaciones; pero la destruccion de Tiro, capital de Fenicia, contribuyó á que Cartago (antes su colonia) fuese el punto principal de comercio, el cual lo estendia á España, Sicilia y Cerdeña. Despues de Cartago, Palmira, Atenas y Roma, rivalizaron en el comercio de seda, aroma y pedrería de la India; al cual daba tanto mas valor el culto religioso del paganismo, y el orgullo de aquellas naciones guerreras y fanáticas. Los persas, despreciando la adversion que sus ascendientes tuvieron al tráfico y comercio, tomaron parte en el que con tanto lucro hacían las demas potencias, y trasportando las producciones de su país, apreciadas en la India, regresaban cargados de efectos que esparcían por todos los mercados. Constantinopla no omitió medio alguno para arrancar á los persas el comercio que con tan buen éxito habian emprendido: ella consiguió que dos misioneros cristianos, que aprendieron en la India el cultivo de la seda, estragesen furtivamente, en cañas huecas, gran porcion de aquella semilla y la aclimatasen en su país, de donde se propagó á España y otros puntos de la Zona templada. Los árabes entre tanto haciendo compatible el fanatismo religioso que les supo inspirar Las guerras de las cruzadas contribuyeron á que los europeos se aficio- La ciudad de Brujas, en Flandes, favorecida por su buena situacion, tuvo época de ser el depósito general del comercio; pero declinó muy pronto por el genio poco activo y laborioso de sus naturales; y la Inglaterra, Portugal, Francia y España, aunque comerciantes mucho antes del siglo XIV, puede decirse que no le conocieron hasta que inesperados acontecimientos vinieron a despertar en estas naciones el espíritu mercantil. Los descubrimientos hechos por los portugueses de las islas de la Madera y Azores en los años de 1420 y 1432; el de las Antillas y Continente megicano por Cristóbal Colon en 1492 y 1498; el paso á las Indias orientales por el Cabo de Buena Esperanza, inventado por Vasco de Gama en 1497, y la conquista del Perú por Francisco Pizarro en 1533, dieron considerable impulso y un nuevo giro al comercio de Europa. Lisboa llegó a considerarse la primera capital mercantil, cuya gloria le disputaba Amberes; pero esta ciudad que se lisonjeaba con la esperanza de un estado permanente de felicidad, vió desaparecer á sus mas activos y laboriosos hijos que, huyendo del escesivo celo religioso de Felipe II, llevaron su industria y caudales á la Inglaterra; y el Portugal subyugado por el mismo Felipe, sufrió un notable quebranto en su comercio. . Comercio La España, que franqueó sus puertos á los fenicios y gaulas, conocidos español. por los celtiberos, no fue mas cauta para con los cartagineses, los cuales mañosamente se hicieron dueños de ella : bajo la dominacion de Cartago su 1 |