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nuestra condicion será más devota y inclinada á escuchar mal que á coyr bien; pero á mi ver los cuerdos deven sofrir lo que dellos dirán los malos antes que hacer injuria á los buenos no diciendo sus grandes hechos (a). O embidiosos que sola imagen teneys de hombres quánto mal podays! ca dañays cuanto quereys quitando á los buenos y · ́mas á los nuevos ricos el esquilmo de sus merecimientos. E pues lo envidiays tan mal no vos lo se escrebir mas bien de poner letra por parte en lo dicho para abono (b) de vuestra embidia, de la qual ansi como no se os sigue interesse, menos la gozays con deleyte. Yo, muy alto emperador, sin que ningun dolor me apassione parezco ante vuestra magestad con aquel temor que Virgilio tuvo contando sus obras al Cesar, y Plinio scribiendo á Vaspasiano. E daré linderos en esta obra no añadiendo, honrando lo que hablo, ni por envidia aquello menoscabando diré y dirán todos los que gana tovieren de contar la entera amistad de la verdad. Ca no ay memoria tan deleznable que no se acuerde que vimos ayer que quedando Gonzalo Fernandez de Córdova huerfano, no le falleció el beneficio de don Alonso Fernandez de Córdova, cuya fue la casa de Aguilar, su hermano, que conociendo á lós mozos la orfanidad los induxesse á ocasion de culpa, largamente le proveyó de lo necessario, y lo encomendó para lo enseñar á Diego de Cárcamo, caballero sabio: y con él lo envio á don Alonso Carrillo, arzobispo de Toledo, y á

(a) Despues de gran gloria, dice Salustio, se sigue grande embidia; y Sócrates, que tantos dolores tienen los envidiosos, cpantos deleytes tienen los prósperos.

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(b) El embidioso, dice Seneca, de sí mismo es tormento.

don Juan Pacheco, maestre de Santiago, mediante la autoridad grande que en estos reynos tenian por su mano fuesse assentado con el rey, los quales lo recibieron alegremente, y le dieron al príncipe don Alonso que adelante rey se llamó, y del se sirvió de page. Muerto el rey, la princesa doña Ysabel, que santa gloria haya, nuestra reyna y señora que fue, envió por él que tan acompañado fue como la otra vez: y á pocos dias que á Segovia llegó, Covarruvias le dijo: la princesa le mandaba assentar larga y complida quitacion, que queria saber qué compañía traya. Yo, señor maestre sala, dijo él, soy venido aquí no por respeto de interesse, mas por esperanza de servir á su alteza, cuya manos beso. E como reynaron en estos reynos los Cathólicos rey don Fernando y la reina doña Ysabel su muger, que sucedió en ellos ella por fin de su hermano (a) el rey don Enrique, sirvieronse del todo el tiempo que uvo justas en la corte, y juegos de cañas, y otras fiestas: ansi en palacio como fuera, gastaba, y trabajaba de preceder á todos los cavalleros mancebos de su tiempo. Luego principiose de sobresalto guerra con el rey don Alonso de Portogal, que muchos deste reyno con codicia, unos de acrecentar bienes y estados, y otros con ansia de conservallos, en el metieron por la parte de Placencia.

Este Gonzalo Fernandez con la gente de don Alonso su hermano fue á Trogillo, donde concurrieron muchos capitanes y gente contra Mérida y Medellin, qué á la sazon de parte del rey de Portugal estaban: y teniendo cargo de la capitania general don Alonso de Cárdenas, maes

(a) Este Rey don Enrique murió en Madrid á once de diciembre de mil cuatrocientos setenta y cuatro años.

tre de Santiago. Despues que ovo vencido (a) en batalla en la Albuhera al obispo de Evora, capitan general de Portogal y á los castellanos que seguian su partido, juntos los capitanes y á ellos por él fecho un razonamiento y á aquel respondido: no habeis parecido, dijo el maestre, oy señor Gonzalo Fernandez, menos bien en vuestro hablar que ayer en el pelear.

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Concluido lo de Portogal y nacido lo de Granada con la toma de Alhama primero de marzo de mil cuatrocientos ochenta y dos, el rey y la reina sirvieronse deste Gonzalo Fernandez capitan de ciento y veinté lanzas, que era el numero mayor de aquel tiempo, con el qual cargo se mostró de prompto consejo en las hazañas singulares y á los trabajos y peligros de la guerra salia á recebir con ánimo no vencido. E continuandose la conquista del reyno, el rey que tenia su real cerca (b) Tajara, mandó la fortaleza combatir, donde Gonzalo Fernández de improviso con los suyos tomó muchas puertas de las casas, poniendo en lugar de vancos pinjados, y aquellas bien guarnecidas y atadas con cortezas de alcornoque de un co!menar que allí halló, dió tal priesa al combate por la parte que le cupo, que los moros fueron constreñidos á mover habla para se dar, los quales tomados, visto el Rey el recaudo que se daba, y como los casos de esfuerzo hacia, y la diligencia que ponia en las cosas tocante á la guerra, en la cual comenzada la pelea era el primero que entrava en ella, y el mas tardio que se partia de la lid y

(a) Cerca de Mérida fue esta batalla de Albuhera, primero día de cuaresma de mil cuatrocientos setenta y nueve años. (a) Este cerco y toma de Tajara fue por junio de mil coatrocientos y ochenta y tres años.

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el aficion que aquellos que le seguian le tenian, ca les monstrava ansi como en escuela de virtud tratandolos blando y con allhago, tuvo cura de le honrar por le ver delantero en los peligros. E cercada la villa de Yllora, do recibieron daño los cercados, y mas peligro los cercado-` res, el alcaide Alialatar, el mozo, pidió partido para se dar. El rey mandó á Gonzalo Fernandez que con su gente la recibiesse. A segundo dia la reyna que alli vino, enviole á decir que otro dia el rey y ella querian oyr missa en la fortaleza y comer con él. Al sobir entre las dos puertas que alli estan, Gonzalo Fernandez, le dijo la reyna,' encargaos de la tenencia desta villa y fortaleza',^ y ved lo que se dá de tenencia con el mas principal de la frontera, qué al tanto y mas vos mandaremos pagar con ́esta. E› quanto á artillería y gente de pie y de cavallo quedaráľ tal y, tanta y bien pagada quanto con el ayuda de Dios podays hacer guerra á Granada. E pues que en el mas peligro está el menos daño, por mi servicio tomadla: y para lavor que➡ darán tales maestros y aparejos que ansi lo derribado con el artillería como lo mas necessario se bien reparará, porque de otra manera mas vos quedaba huessa que defensa. Pues vuestra álteza (dijo él) ha dicho mas de lo que yo podia pedir, aquello suplico mande cumplir. El qual provehido de aquella tenencia con artilleria y assaz numero de gente de pie y de cavallo, á la qual ansi como la tenia por examen escogida, bien ansi con ella era muy comu nicable sų virtud y mesa: ca procuraba aquellos que para su compañia tomaba, no menos de vergüenza fuessen que de esfuerzo y corazon: y si no lo tenian, echavalo en die simulacion, y con la continuación de la guerra se cava el temor. E con esto se hacia la guerra tan contine

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les apo

á la ciudad que los della fueron constreñidos á poner guarda de gente de cavallo en Albolote y hacho en la torre de las Almendras. E como un dia los hombres del campo le traxessen lengua, y de aquella sabido como los cavalleros de Granada que estaban en Alhendin, se podian descalabrar, hizolo saber á Martin de Alarcon que con la gente de Moclin juntos armados en unos lindazos de acequias que allí estaban los acuchillaron, y los suyos no sin sangre aunque con vitoria vinieron. Luego segunda noche como supiesse Gonzalo Fernandez por sus espias moros que en Granada tenia, las necessidades en que la frontera los ponia, y como cerca de Alcantarxenil estan unos molinos, los molineros de los quales se podian tomar, llegado á ellos no los pudieron entrar. Pues no llevamos harina á los hombres del campo (dijo él), hagamos ceniza: guiad (a) á essa puerta primera que da voces la vela. Fué tan grande el rebato essa noche en la cibdad 'quanto la admiracion y escandalo otro dia, viendo quemada la de Bibataubin, en especial los hombres de poco ánimo que es el numero mayor,

La muerte del rey de Granada.

Muerto Muley Bulhacen, Rey de Granada, su hermano Muley Baudelí apoderosse en mucha parte del reyno', y intitulosse rey: al qual unos llamaban el rey Viejo y muchos el Zagal, y otros rey de Guadix. Muley Baudilí, hijo de Bulhacen, quedóse en nombre de rey, porque en vida del padre y contra su voluntad se llamaba rey. Al

(a) Fue en estos dias que se pegó fuego en esta puerta de Bibataubin terrible tumulto en la cibdad, diciendo la mas parte que Gonzalo Fernandez no avia allí llegado sin tener trato en ella otros prenosticando juicios sospechosos, que les dió causa en la guarda della poner dobladas guardas.

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