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Ney, duque de Elchingen; sétimo, general Saint Cyr; octavo, general Junot, duque de Abrantes. Cada uno de estos cuerpos constaba de veinte y dos á treinta y cuatro mil hombres, distribuidos comunmente en tres divisiones de infantería y una de caballería, y todos juntes formaban nna fuerza de doscientos mil infantes y cincuenta inil caballos, con que se proponia Napoleon sujetar y domeñar en poco tiempo la España.

Blake se habia mantenido desde el 25 de octubre en Zornoza, haciendo un gran servicio á la nacion con solo tener en respeto al ejército francés, sin dejarle un momento de reposo ni ganar un palmo de terreno, no obstante los refuerzos que de Francia diariamente recibia. Sintiose por lo tanto con razon y justicia de que á tal tiempo se le presentára el vocal de la Junta Centra! don Francisco de Palafox á anunciarle que era la voluntad de la Junta que atacara a los enemigos; mision que recordaba la presencia de los representantes de la Asamblea francesa en los ejércitos en el periodo de la revolucion. Blake por respeto y deferencia al gobierno central celebró un consejo de generales y gefes de los cuerpos facultativos, y consultada su opinion la mayoría fué de parecer de que no convenia tomar la ofensiva hasta que se diera principio al plan general de operaciones acordado. No fué este solo disgusto el que tuvo en aquellos dias aquel entendido y honrado gefe: el 30 recibió una órden de la Junta Central nombrando general en gefe del ejército de la izquierda al

marqués de la Romana que á la sazon habia desembarcado en la Coruña. Lejos de abatir al modesto general el inmerecido golpe de verse relevado del mando de un ejército que él habia creado y organizado, y cuando conservaba toda la confianza de la junta del reino de Galicia que se le encomendó (1); y lejos tambien de agradecer verse libre de la direccion de una campaña que se anunciaba terrible y con todos los síntomas de un éxito cuando menos muy dudoso, ya que o de seguro

consecuencias.-Este reino cree «probar hasta la evidencia estos

ires puntos que indica, y se proiz-mete que V. M. suspenderá, si es «cierta, esta exoneracion del ge«neral Blake en su mando, mientras no oiga las sólidas razones y poderosos motivos que le obligan «á reclamarla.

Este reino prescindirá en ellos «de que para una resolucion tan intimamente unida con su decoro «no se hayan esperado sus diputa «dos; de que habiendo sido nombrado general en gefe cuando por las circunstancias ejercía las fun«ciones de soberanía este reino, se le llamó interino, sin haber precedido órden que revocase su nombramiento; y que ni aun se tuviese la consideraciot de insinuárselo, como parecia justo, tratando de un general que ha

(1) Tan pronto como la junta de Galicia supo el nombramiento del marqués de la Romana para general del ejercito de la quierda, dirigió a la Central la esposicion siguiente.-«El reino de Galicia ha leido con sorpresa en la Gaceta de Valencia n. 41, un coficio comunicado á aquella jun<ta gubernativa por sus diputados en esta Central, dandole parte de haber nombrado V. M. general del ejercito de la izquierda, mandado interinamente por el excelentísimo señor don Joaquin Blake, a excelentisimo señor marqués de la Romana.-Este reino hace el justo aprecio del mérito de este general que acaba de darle pruebas en cuanto le fué posible de la alta estimacion que le merece; pero no puede desentenderse al mismo tiempo de que el privar al general Bla-bia escogido para contribuir á sal«ke del mando de un ejército organizado á costa de sus constanates desvelos, y que le entregó este reino por u veto unánime de las tropas que le forman y aplauso general de sus pueb.os, ofende la reputac.ou que se adquirió y gozó siempre tan jus«tamente entre todos los milita

res y el honor del reino de Galicia, y puede producir fatales

var la patria. La salud de esta ha sido y será siempre su deseo. «Presta gustoso su obediencia á «S. M. y hará siempre compatible «esta con su derecho de reclamar lo que juzgue conveniente para llenar el sagrado deber que han contraído y jurado á sus respectivas ciudades los individuos que le componen.-Reino de Galicia, 23 de octubre de 1808..

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desgraciado, no titubeó en hacer el sacrificio de su reputacion militar reteniendo el mando del ejército hasta la presentacion de la Romana, persuadido de que en ello hacía un gran servicion á su nacion.

Las órdenes que por su parte tenian los generales franceses eran de estar á la defensiva hasta que llegara el emperador, que habia de dirigir por sí mismo las operaciones. Pero el mariscal Lefebvre, duque de Dantzick, que habia sucedido á Merlin, y se hallaba en Durango, viéndose considerablemente reforzado con las tropas venidas de Francia, y afanoso de ofrecer al emperador una victoria por sí solo ganada, so pretesto de haberle atacado Blake y de hacerle arrepentir de su temeridad, fué él quien en la mañana del 31 de octubre atacó al general español en sus posiciones de Zornoza. Tomaron parte en esta accion varias divisiones de uno y otro lado; era evidente la superioridad numérica de los franceses, nada dejaba que desear la calidad de sus tropas, y no fué poco mérito el de Blake en retirarse á Bilbao con insignificante pérdida, y tan ordenadamente que de esta circunstancia hacen mencion honrosa las historias escritas por los que eran entonces enemigos. No le pareció punto á propósito para resistir á un ejército poderoso. y deteniéndose solo el tiempo necesario para tomar vituallas, prosiguió en su retirada hasta Balmaseda. El rey José, aunque incomodado con Lefebvre como lo estaba el emperador (1)

(1) En 4 de noviembre escribia desde Bayona el mariscal Berthier

por su precipitacion, envió desde Vitoria al mariscal Victor con dos divisiones del primer cuerpo para protegerle por la parte de Orduña. Encontráronse estas tropas con las de Acebedo y Martinengo que habian quedado separadas del ejército de Blake, y al ver que se preparaban á recibirlas con rostro firme, se replegaron sobre Orduña sin atacarlos.

Inquieto Blake por la suerte de aquellas dos divisiones, desde Nava donde habia situado el 3 de noviembre su cuartel general mandó salir la noche del 4 gruesas fuerzas para ver de libertar aquellas tropas aisladas y comprometidas. Pudo hacer esto con algun desahogo, porque acababan de incorporársele las recien llegadas de Dinamarca, regidas por el conde de San Roman, y la division asturiana mandada por Quirós, constituyendo entre unas y otras un refuerzo de ocho á nueve mil hombres. Merced á este movimiento se logró la reunion de los de Acebedo y Martinengo, separados desde la accion de Zornoza, con gran contentamiento y júbilo de unos y otros. Entretanto la cuarta division que se habia dirigido á Balmaseda encontró ya aquella villa ocupada por la del general francés Villatte, atacóla con ímpetu y arrojo favore

al rey José: He enseñado al em<perador la carta de V. M. de 2 «de noviembre. El emperador me ordena escribir al mariscal duque de Dantzick para manifestarle su «enojo por haber empeñado una accion tan séria sin órden suya,

y de una manera tan inhábil..... «V. M. pensará como nosotros, que «el enemigo debia dar un voto de «gracias a la inconsideracion del

duque de Dantzick. Memorias del rey Iosé: Correspondencia, tomo V.

cida de la segunda division y de algunos cuerpos asturianos que se hallaban cerca, la arrojó de la poblacion, haciéndola abandonar un cañon, dos carros de equipages y cuarenta prisioneros, y la persiguió hasta hacerla retroceder á Bilbao, quedando otra vez los nuestros dueños de la posicion de Balmaseda y puntos inmediatos.

Aprovechando Blake el triunfo de Balmaseda, despues de enviar el cuerpo de vanguardia hacia Sodupe, partió él mismo con la primera y segunda division camino de Güeñes. Encontrose allí con las divisiones francesas de Leval y Sebastiani, y empeñóse una accion bien sostenida por ambas partes hasta la entrada de la noche, y en que se distinguió por su bizarría el batallon literario de Santiago. Carecian los nuestros de víveres, y determinó el gencral retirarse á Balmaseda. Las subsistencias escaseaban más cada dia, la miseria se hacía sentir en un país de por sí poco fértil y esquilmado por dos grandes ejércitos; el tiempo estaba lluvioso y frio, y nuestros soldados sin capotes, y muchos sin vestido ni calzado; por otra parte Napoleon desde Bayona habia destinado á la persecucion de Blake los dos cuerpos cuarto y primero mandados por Lefebvre y por Victor, el uno por la parte de Bilbao, el otro por Orduña y Amurrio, que componian una fuerza de cincuenta mil hombres: el de Blake, con las bajas producidas por tantos encuentros y acciones, no pasaba de treinta

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