Imágenes de páginas
PDF
EPUB
[graphic]

BOLETÍN

DE LA

[merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][graphic][merged small][ocr errors]

Sb

[merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][ocr errors]
[graphic]

EL ISTMO Y EL CANAL DE SUEZ

Articulo traducilo del francés por el Magistrado Don Julio 3arate,

y leilo en la Sociedad Mexicana de Geografia y Estadística en la Sesión celebrada el 21 de Abril de 1904.

(CONTINUA)

La expedición de Bonaparte, seguida de la evacuación del Egipto por el ejército francés, pudo tener por consecuencia la entronización de los ingleses en aquel país; pero surgió entonces un talentoso aventurero que retardó hasta ochenta años despiés el logro de las ambiciones británics. En 1307, Mehemet Alí expulsó de Egipto á las armas inglesas, y considerándose heredero de las ideas francesas, y en cierto modo, su continuador, ejecutó, sin conocerlos, una parte de los proyectos de Le Père: el canal de Mahmoudich, en un trayecto de 80 kilómetros entre Alejandría y el Nilo, empleando en ello 300,000 fellahs y una suma de cerca de ocho millones, y veinte años más tarde hubo de ocupar á 115,000 trabajadores para desazolvarlo de las arenas que lo habían obstruido. Esta costosa experiencia fué bastante á apartarle de nuevas empresas de canalización. Sin embargo, con la ayuda de dos ingenieros franceses Linnutbey y Mougel-bey, llevó á cabo uno de los proyectos de Bonaparte, construyendo en Roseta y Damieta fuertes diques en las dos bocas del Nilo, á fin de que, elevándose más el nivel de este río, se aumentase la superficie del terreno destinado á la anegación y al cultivo; y si no procuró la restauración del antiguo canal, fué por el temor de las dificultades que Inglaterra le hubiera suscitado por ello en Constantinopla.

[graphic]
[graphic]

III

Hubo en Egipto, ya en los postreros años del reinado de Mehemet-Alí, á manera de una segunda expedición francesa, aunque de índole pacífica, y fué el desembarco de los Sausimonia

nos que, allí permanecieron desde 1833 hasta 1837. Entre las muchas ideas que bullían en el cerebro del Padre Enfantin y sus discípulos, sobresalían dos en aquel tiempo: cortar el istmo de Suez, y canalizar también el istmo de Panamá. Este doble voto había sido formulado en 1827 por Goethe en una de sus conversaciones con Eckermann, y la divisa "Suez y Panamá” fué transmitida por Goethe y los Sansimonianos á Fernando de Lesseps, quien desde entonces la hizo su lema. Había en los Sansimonianos, no sólo juventud, entusiasmo y utopías, sino también hombres de talento práctico que contribuyeron de una manera poderosa á la transformación de las ideas y de los hechos. Al lado del historiador Agustín Thierry, del compositor Feliciano David, del publicista Armando Carrel, de los sociólogos Pedro Leroux, y Augusto Comte, salieron de sus filas y brillaron en la época contemporánea, economistas, hombres de empresas, financieros é ingenieros, tales como Máximo du Camp, Miguel Chevalier, Le Play, Charton, Carnot, d'Eichtal, Duveyrier, Enrique Fournel, Emilio Pereyre, los hermanos Barrault y los hermanos Talabot. Era el Padre Enfantin el teólogo y el metafísico del grupo, pero también solía emitir ideas eminentemente prácticas, aunque veladas por una fraseología pomposa y mística, casi religiosa. Alternan en su correspondencia las efusiones humanitarias, expuestas en forma de sentencioso oráculo, y las recomendaciones claras y de instrucción técnica. Escribía á uno de sus discípulos: "Comprendo que debo ahora mostrar mi faz política al Oriente... Tócanos abrir, entre el viejo Egipto y la antiquísima Judea, una de las dos sendas de Europa hacia la India y la China, y más tarde, abriremos la otra á través de Panamá. Pongamos un pie en el Nilo y el otro en Jerusalén, extendamos nuestra diestra hasta la Meca, en tanto que nuestro brazo izquierdo cubrirá á Roma, apoyándose en París. Suez será el centro de nuestra vida de trabajo, y allí llevaremos, á cabo lo que el mundo espera á fin de proclamar nuestra viril energia.”

y

Estas manifestaciones apocalípticas no impedían al Padre Enfantin señalar con perfecta precisión su puesto de combate á cada uno de sus ingenieros, buscar y obtener el concurso del mundo oficial, organizar una campaña de publicidad y crear en 1846 la "Sociedad de estudios del Canal de Suez," compuesta

de tres grupos de asociados, ingleses, alemanes y franceses, y teniendo, respectivamente, como ingenieros, á Stephenson, Negrelli y Paulino Talabot. Las Cámaras de Comercio de Lyon y de Marsella le manifiestan su adhesión; siguen este ejemplo las de Trieste, Venecia y Praga y el Llody Austriaco; reúnense fondos y los ingenieros se difunden por las comarcas que han de explorarse, y proceden á los trabajos de nivelación. Todavía en 1844 Miguel Chevalier, adoptando la opinión de Le Père, evaInaba en 9m.90 el más alto nivel del Golfo Arábigo; pero Paulino Talabot, en su informe general de 1847, daba el golpe de. gracia á esa vieja preocupación, probando que Laplace y Fourier tenían plena razón contra las conclusiones de Le Père.

Parece natural que los Sansimonianos adoptaran la resolución de que el trazo del canal había de ser rectilíneo, del uno al otro mar, y sin embargo, sucedió lo contrario. Excepto Negrelli, los demás miembros de la "Sociedad de estudios" insisten en modificaciones más ó menos notables del antiguo trazo: Talabot propone la construcción de un canal, largo de 400 kilómetros, que partiendo de los lagos Amargos y orillando el lago Timsah, se uniría con el Nilo, un poco más al Sur del Cairo, para continuar luego hasta Alejandría; el proyecto de los hermanos Barrault ofrece análogas, si no es que mayores complicaciones, y aquellos osados innovadores que por un momento han concebido el mejor proyecto, se desviaban lamentablemente del único que debía ser adoptado.

Eutonces fué cuando intervino Fernando de Lesseps. Nacido en 1805, y habiendo entrado muy joven en la carrera diplomática, era aspirante á cónsul en Alejandría, en 1826, donde contrajo relaciones que debían serle muy valiosas en su edad madura; allí conoció al pachá Mehemet-Alí, quien díjole un día: "Tu padre me ha hecho lo que soy, y tú en todo tiempo puedes contar con mi protección y ayuda." El destino quiso que no volvieran á verse. Lesseps ejerció sucesivamente las funciones de cónsul en Málaga y Barcelona; luego, las de miembro de la Legación francesa en Madrid, y en los años críticos de 1848 y 1849 formaba parte de la acreditada en Roma ante la Santa Sede. Entonces, y en desacuerdo con el gobierno del PríncipePresidente, dió su dimisión. Atraíale el Egipto con fuerza irresistible y le apasionaba desde largo tiempo atrás el problema de

[graphic]
[graphic]
« AnteriorContinuar »